eleven;❃
Es lunes, y es el día en que le contaré a Tae sobre mi estado.
Tal vez se ponga contento, su nenita tendrá con quien jugar al fin. Además de que le pediré consejos de cuidados porque apesar de que aveces lo ayudo con su nena aún soy demasiado torpe e inexperto.
Él no entró a la misma Universidad que yo, así que lo iré a visitar a su apartamento por la tarde, osea cuando terminen mis clases. Yoongi hoy después de la escuela tiene entrenamiento, parece que tendré que ir solo para que él llegue a tiempo.
- Te llevaré antes de irme ¿okey? - íbamos saliendo del campus tomados de la mano igual que siempre.
- ¿No se te hará tarde? - pregunté recordando que la casa de Tae queda algo lejos de aquí.
- Un poco, pero no te dejaré irte solo, estás loco si piensas que lo haré. - me abrió la puerta del auto - Pasaré por ti cuando acabe de entrenar ¿está bien?
- Si cariño, gracias. - le dí un beso en la mejilla y arrancamos.
Cuando llegamos no estaba el auto de Jungkook, supuse que por su trabajo y por la hora que era ya no estaba en casa. Yoongi saludó a Tae desde su ventana antes de irse y entramos rápido debido a que mi amigo dijo que su pequeña estaba llorando por su ausencia.
Vaya que lo adora mucho, un minuto separada de él y llora mares.
- Tenía un tiempo que no venías. - me sonrió mientras alzaba a su bebé en brazos - Haneul y yo te extrañabamos mucho.
Con dos años apenas cumplidos, Haneul ya empezaba a hablar un poco, aunque de tamaño aún se miraba muy pequeña. Ella sacó la boca de Jungkook, los ojos de Taehyung junto con su doble párpado y los lunares de ambos, es una niña muy bonita.
- También los extrañé. - le hice algunas muecas graciosas a ella y rió tiernamente.
Tae me dió a la niña para cargarla y él se fue a la cocina para traerme una taza de té. Como no le gusta el café no lo compra así que solamente bebe tés o soda.
Primero que nada nos pusimos al día pues hacia unos meses que no venía a visitarlos, me contó que Kook había subido de puesto en su trabajo por lo tanto pasaba menos tiempo en casa, además de mencionar lo difícil que le era continuar estudiando ya que sus papás aveces no podían hacerse cargo de Haneul.
De ambos sólo Tae siguió en la Universidad, Kook dejó sus estudios para dedicarse al mundo laboral. Los padres de Tae se ofrecieron a cuidar a la pequeña cuando éste estuviera en la escuela pero cada vez era un tanto más complicado.
Así que está pensado dejar sus estudios también.
- Está creciendo rápido y... Necesita tenerme aquí para educarla como se debe. - me explicó - Mis papás ya están grandes sabes, creo que sería mejor no cargarles más la mano.
- Eso es muy responsable de tu parte. - sonreí - Piénsalo bien, a ti te gusta estudiar.
- Sí, pero ahora tengo una ocupación más importante. - acarició la carita de Han que ya estaba por dormirse - Y bueno creo que ya e estudiado lo suficiente. - rió levemente.
- Eres un ejemplo TaeTae. - sonrió.
- Y bien... ¿Alguna razón especial para que vinieras? - preguntó curioso - Te noto algo diferente~
- E-eh... Si, de hecho hay algo que... Quería contarte... - volví a hacer mi tic nervioso y a él sí le pareció tierno.
- ¡Cuentame!~ - me sacudió un poco - ¿Es sobre Yoongi?
- Si. - me sonrojé - Él y yo... Pasaremos al siguiente nivel.
- No me digas que... - si abría más sus ojos seguramente se le saldrían de sus órbitas lo juro - ¿¡Se casarán!? - asentí aún muy rojo de las mejillas - ¡Que hermoso! ¡Felicidades! ¿Me dejarás ser tu caballero de honor? ¡Ay, Kookie podría ser padrino de anillos!
- Calma calma. - reí ligeramente por su velocidad y emoción al hablar - Los detalles ya se irán viendo...
- Oye pero ¿tus padres que dijeron al respecto? Nunca han sido conocidos por su mente abierta. - admitió bajando su efusividad.
- No estuvieron de acuerdo, pero los padres de Yoongi sí y con eso nos basta. - sonreí y luego suspiré para continuar con la siguiente noticia - TaeTae... Hay otra cosa.
- ¿Que más a sucedido estos meses eh? - me miró de arriba a abajo.
- Pues... Han tendrá con quien jugar dentro de un tiempo... - bajé la mirada esperando que captara.
- Pero yo no estoy embarazado... ¿Quien será amigo de Han? ¿Acaso ves el futuro y tendré más bebés? - aveces me da risa su lento procesamiento de información - Espera, ya entendí... ¡¿Tú estás en cinta?!
- ¡Genio! - me reí un poco y volví a colorearme de rojo - Si... Hace poco me enteré.
- ¡Que bonito! - le brillaron los ojos - ¿Cuanto llevas? ¿Yoongi como lo tomó? ¿Tus papás saben? ¿Como lo llamarán?
- Pareces entrevistador aguarda. - sonrió con nerviosismo - Aver... Llevo poco más de un mes, Yoongi pensó que era inesperado pero lo aceptó muy bien, mis padres lo saben y creo que me quedé desheredado y... No e pensado nombres aún...
- Lo de tus papás era de esperarse. - asentí - Enserio que linda noticia Minnie, te ayudaré a pensar nombres bonitos, y supongo que necesitarás consejos para cuidarlo ¿verdad?
- Serían muy útiles, muchas gracias TaeTae. - lo abracé - No es fácil aceptar que mis padres no me apoyen ni un poco...
- En teoría no se deberían enojar mucho, eres mayor de edad por lo menos. - por su carita supe que se le vino a la mente su caso - Pero olvidalos, tienes mucha más gente que te apoyará.
- Tienes razón. - sonreí y él imitó el gesto.
Sabía de antemano que lo tomaría bien, al menos una persona comprende que después de los dieciocho se es mayor de edad y no hay tanto riesgo para cosas así. Claro que es un problema grande y serio, pero no enorme e imposible de resolver como lo hicieron ver mis papás.
En fin, Yoongi llegó a media tarde por mi y justo iba llegando Jungkook, la suerte estuvo de su lado hoy y le permitieron irse antes de su horario habitual.
Estuvimos platicando los cuatro un buen rato hasta que comenzó a obscurecer y decidimos que era momento de regresar a casa.
Ellos dos realmente representan la pareja perfecta ante mis ojos, se ven tan felices y satisfechos estando juntos y su nena solamente vino a agrandar su amor.
- ¡Los iremos a ver pronto! - gritó Jungkook desde la puerta, nosotros ya estábamos entrando al auto.
- ¡Cuando gusten! - contestó Yoongi.
- ¡Adios Hani! - gritamos mi novio y yo al unísono moviendo nuestras manos.
- ¡Adios! - gritó moviendo enérgicamente su manita, "adiós" es una de las palabras que ya sabe decir claramente.
Con ésa sonrisita, que estoy seguro será de conejo como su padre, los cuatro casi adultos presentes nos derretimos de ternura. Imaginé en ése momento como sería la sonrisa de nuestro bebé, ¿será una que le cierre los ojitos como la mía? ¿O será una sonrisa que muestre las encías como la de Yoongi?
Ambas posibilidades figuraron de manera muy tierna en mi mente.
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