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Pasó una semana, y entonces el funeral de Jimin se realizó. Realmente no quería asistir, sabía de sobra que mi presencia no era bienvenida en la ceremonia, sin embargo... Después de todo él era mi esposo, murió siéndolo, y debo estar allí.

Obviamente, tenía la mente preparada para cualquier cosa que pudiera pasar. Porque, como mínimo, recibiría muchas malas palabras, cada una bien ganada.

Me vestí como era debido, con un traje y sombrero totalmente negros. Salí del departamento antes del medio día.
Últimamente, siento que el pecho me duele cada vez que estoy en la habitación que compartía con él. A aparecido en mis sueños sin falta cada noche, junto a Soo y a una figura obscura muy pequeña. Siento que no se a ido, lo puedo percibir en la casa todo el tiempo, cosa que me asusta y a la vez me confunde.

Ah, también llevé la carta que Jimin me dejó, siempre la cargo en mi cartera y pensé que éste día no debía ser la excepción.

[...]

Cuando llegué al cementerio donde se haría el entierro, ví que ya estaban todos presentes y el Padre que oficiaría el sepelio me dijo que solamente faltaba yo para poder iniciar.
Inmediatamente, sentí tres miradas acusatorias sobre mí, intenté no tomarles mucha atención.

Tenía muy en claro que ellos tres sabían a la perfección lo que había ocurrido realmente, nadie más excepto Taehyung, Jungkook y Hoseok sabía que yo era el culpable. Yo no le conté la verdad a Namjoon. Ellos no se la dijeron a Jin.

La familia Park ni siquiera asistió, aunque supe que Taehyung les dió la noticia. Mi familia está aquí gracias a que tuve que decirles, sin embargo, también les mentí en gran medida.

Me acerqué seguido de las demás personas a las criptas, los ataúdes aún no tenían tierra sobre ellos. En una estaba la fotografía de Jimin rodeada de varios ramos de flores, ésta foto era del día en que se casó conmigo. Tenía su velo transparente, su tiara brillante, una gran sonrisa que ocultaba sus ojos y sus mejillas ligeramente rosadas. Quise llorar al verlo, pero me contuve lo más que pude.

Junto a su tumba, estaba una pequeña cripta con una estatua sobre ella, igualmente llena de flores. Era la figura de un bebé, con un par de alas de ángel y con los ojos cerrados. Nuevamente, las lágrimas amenazaron con salir. Allí estaba el diminuto cuerpo de mi segundo hijo, del cual no supe de su existencia durante cuatro meses, y jamás llegué a conocerlo.

La ceremonia inició a la 1 en punto. El cielo comenzó a llorar junto a los presentes mientras yo trataba de mantenerme firme. Cada persona fue expresando palabras dolientes, algunos se veían más destrozados que otros.

Asistieron los maestros que tuvimos en la Universidad, el director de la Academia donde trabajó, el profesor de ballet al que ayudaba allí, mis padres y mi hermano mayor, Namjoon junto con Jin, las familias Jeon y Kim junto con la pareja de ésos apellidos y su hija Haneul.
Hoseok estaba allí con Soo en brazos, él no me permitió acercarme a ella.

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—Palabras de Taehyung.

"Tú fuiste mi alma gemela que llegó a mi vida como un mejor amigo, jamás pude terminar de agradecerte todo el apoyo que me diste en los momentos más complicados. ¿Recuerdas todas las promesas que nos hicimos?... Minnie... Espero que en la siguiente vida nos encontremos nuevamente y las podamos cumplir.

Eres un ángel, nunca dudaré de éso. Ahora... Haz regresado al cielo, tu hogar... Sé que cuidarás bien del bebé que se fue contigo, por favor, visitame cada noche... Déjame verte aunque sea en mis sueños ¿si?...
Te extrañaré el resto de mi vida. Y cuando mi corazón deje de latir, te pido que seas tú quien me reciba allá arriba.

Te amo soulmate."

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—Palabras de Jungkook.

"Jiminie... No sabes cuando te agradezco que hayas estado con nosotros cuando las cosas iban mal. Fuiste nuestro mayor pilar de apoyo, y en verdad nos harás mucha falta.

Siempre nos inspiraste felicidad y fuerza, y es algo que seguirás haciendo aún a la distancia. Yo no pienso que hayas cometido una cobardía, sé que aveces, las situaciones nos nublan totalmente.

Yo sé, o mejor dicho, sabemos que... Tal vez fue tú única salida. Te entendemos, te recordaremos, extrañaremos y amaremos hasta que nuestros ojos se cierren definitivamente.

Lo prometemos Jimin, por favor, cuídense mucho... Ambos... "

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—Palabras de Jin.

"Probablemente no fuí el mejor amigo para ti, pero a pesar de mis errores y forma de ser, tú siempre me quisiste como un hermano mayor.

Lamento mucho no haber podido ayudarte más, sé que necesitabas un tercer apoyo y yo no estuve allí para serlo. Pero te prometo, que pase lo que pase, jamás te dejaré en el olvido.

Tú sabes que no soy mucho de expresar mis sentimientos correctamente, pero en serio, te pido una enorme disculpa, y quiero que sepas que aunque no te lo dije lo suficiente, te amo como el hermano menor que nunca tuve."

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—Palabras de Hoseok.

"Minnie... Un día te dije que me gustabas, estábamos en la Academia. Recuerdo bien que me rechazaste por obvias razones, pero aún así, mi gusto por ti nunca se fue.

Sé que éso estuvo mal pues tú ya habías unido tú vida con otra persona, pero... No pude evitar enamorarme totalmente de ti. Cada día me duele el corazón al despertar y saber que tú ya no estás... Ahora jamás podré ser feliz realmente, porque tu presencia era mi alegría.

La última cosa que me pediste antes de irte fue que cuidara bien de Soo, y éso es justo lo que haré. Ayer logré pedir la adopción y me fue otorgada, sólo hace falta la firma de tu esposo. Te prometo que tu princesa vivirá plenamente, y un día le contaré sobre el excelente padre que tuvo.

Te amo Jimin, y al ángelito que te acompañó también le regalo un pedazo de mi corazón."

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Éso último me cayó como un balde de agua fría, pues sabía que prácticamente estaba obligado a cederle la custodia de mi hija. Su mirada me lo dijo, al igual que las de Tae y Kook. No tenía opción.

Cuando todos terminaron sus respectivos discursos, fue hora de finalizar con el mío. Después de que yo hablara, cubrirían ambos ataúdes con tierra y el funeral terminaría, pues era la persona más relevante por así decirlo.
No sabía que decir, tenía muchas palabras atoradas en mi garganta, pero simplemente no lograban salir.

— Yo... Permítanme un segundo... — me alejé algunos pasos.

Pensé que debía comenzar a pagar un poco de todo lo que había hecho, así que decidí que mi discurso sería la carta de mi difunto esposo. En ella había muchos sentimientos, y mediante ellos podría expresar los míos. Firmaría mi condena, pero... Siendo honestos, me condené el día en que le puse una mano encima.

Regresé junto a los demás, respiré profundo para no liberar mi llanto, y metí la mano a mi bolsillo.

— Él... Me dejó ésto. — saqué la hoja doblada — Creo que... Lo mejor es que la lea, frente a ustedes y frente al autor de ella.

Todos me miraban con una gran confusión, incluso los tres que sabían la verdad. Era lógico, ellos en ningún momento supieron de la existencia de la carta.

— Cuando termine de leerla... Tienen total derecho a decirme lo que quieran. — suspiré pesado y comencé.

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—Carta de Jimin.

"Yoongi, ésta será la última vez que te exprese mi sentir. Sé que nunca te gustaron mis cartas llenas de cursilería, pero por favor, te pido que llegues al final de ésta.

Necesito que sepas cuanto te amé, y cuanto te seguiré amando por toda la eternidad. Tengo en claro que me quisiste, aunque también sé que dejaste de hacerlo hace mucho tiempo. Está bien, lo entiendí, y te juro que traté de asimilarlo.

No podía obligarte a volver a quererme, porque por más que pensara, no lograba encontrar la razón de tu cambio. Mucho menos hallé la forma de remediarlo.

Creí que si esperaba pacientemente, algún día llegarías a casa, me darías un beso romántico como antes y me dirías nuevamente un Te amo. Aguardé por más o menos diez meses, la edad de nuestra hija, pero perdía cada vez más las esperanzas de tener tu cariño devuelta.

Aún así, no me rendí. Te demostré que yo te amaba a pesar de todo, continué tratandote como merecías, hice muchas cosas por ti. Me intentaba convencer de que no estábamos rotos, sólo un poco oxidados, y todas las mañanas que te veía me juraba a mí mismo que lograría reparar nuestro matrimonio.

Porque... Tú fuiste mi primer y único amor, y me negaba rotundamente a aceptar perderte. Tú me habías bajado una estrella del cielo una noche, gracias a ti Soo llegó al mundo. ¿De qué forma querías que te lo dijera para hacerte entender?...

Te amo más que a nada en el universo, a ti y a nuestra nena. Si existiera una palabra más fuerte que "te amo", créeme que sólo te la hubiera dicho a ti.

Ahora que sabes un poco de lo mucho que guardé en mi pecho, tengo que decirte las razones del porqué me fuí. Como dije... Tú ya no me amabas, ni siquiera en una mínima cantidad. Me dolía el alma excesivamente al verlo, y cada noche empeoraba más.

Cuando acabó el amor, comenzó el odio. Se volvió parte de mi rutina el escucharte gritar e insultar, te perdoné todas ésas palabras.
Luego, me acostumbré a la frialdad y soledad, también te perdoné tú indiferencia.
Llegaste al borde, cruzaste la línea Yoongi... Me heriste. ¿Y adivinas qué? También te perdoné aquella bofetada.

Confié en que éso no se repetiría, incluso les dije a Tae y Kook que no debían preocuparse. Que las cosas estaban bien, y que tú realmente no habías querido hacerlo.
Te defendí aún cuando mi mejilla ardía por culpa tuya.

Otro golpe y un empujón al suelo llegaron, recuerdo a la perfección las cosas que me dijiste en ambas ocasiones. Primero, que nunca habías querido tener un bebé conmigo. Segundo, que yo era un completo inútil. Entre varios insultos más.

¿Te acuerdas, verdad?...
Nuevamente, te perdoné.

A partir de allí, todo se salió de mis manos, yo dejé de tener las situaciones bajo control. Y fue cuando más te aprovechaste de ése amor, realmente infinito, que tenía por ti.

Creo que aquí viene la parte que más me dolió, en su momento. Una noche llegaste con un aroma fuerte a perfume de mujer y alcohol, sí, aquella fecha de la que no tienes memoria. Jamás te dije lo que había pasado, pues no quería sumar más problemas a mi lista.

Pero ya es hora de decírtelo.
Intentaste golpearme otra vez, logré detenerte. Te ofrecí una disculpa aún cuando no debía, y te pedí que fuéramos a dormir, que olvidaramos la discusión.
Me pediste tener relaciones contigo. ¿Te confieso algo?... Yo no quería, pero acepté con tal de evitar que las cosas empeoraran.

No, no abusaste de mí. Hiciste algo que, a mi punto de vista, fue peor.
Te pedí que te cuidaras, ya que tú mismo dijiste que no deseabas más hijos y yo te apoyé.
Yoongi, me ignoraste y no te protegiste. Fuiste muy brusco conmigo, y aún así no dije nada. Te grité, prácticamente te rogué que pararas cuando me dí cuenta del elemento faltante, no te detuviste hasta que estuviste satisfecho.

Así fue como quedé embarazado de ti por segunda vez, tan sólo seis meses después de haber tenido a Soo.
Nunca te lo dije, tú jamás te diste cuenta.

Felicidades, eres papá nuevamente.

¿Te cuento algo? En dos días cumplo cuatro meses de gestación, pronto tendré a tú hijo o hija en brazos. ¿Pero sabes que me duele más?, que él o ella no te verá la cara en toda su vida.
No sé cómo les explicaré tú ausencia, pero tendré que encontrar la manera.

Me faltó algo por mencionar, la última vez que me golpeaste. Hubo una ocasión antes de ésta, pero no quiero recordarla, por éso la omitiré...
Tenía ya algunas semanas que había cumplido el tercer mes de embarazo cuando lo hiciste. Llegaste más temprano a casa con un poco de alcohol en tu sistema.

Aunque no me creas, yo no hice nada para provocarte... Y aún así, terminé con el brazo herido gracias a que me lanzaste una botella vacía, y con la espalda igualmente sangrando, a consecuencia de que me empujaste a la mesa y rompí con mi peso dos vasos.

Definitivamente, todo estaba mal. Yo no podía defenderme de ti, a duras penas lograba proteger a Soo, y ahora tenía otro ser al cual intentar procurar ya que tú ni siquiera sabías de su existencia. Mi única opción... Fue dejarte. Después de meses, tomé la decisión de salir del infierno que con mucho esmero creaste para mi.

Sé que serás feliz sin mi presencia. Yo podré ser feliz algún día sin la tuya.

No te diré a dónde iré, mucho menos con quien. Éso es lo de menos, además, sería estúpido de mi parte darte información que fácilmente podrías tomar en mi contra".

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Frené la lectura en ése punto, pues lo que seguía estaba en la parte de atrás de la página, con una letra menos legible. Aquella ocasión que Jimin no mencionó sabía que era el día en que Hoseok fue a la casa, supuse que no lo contó porque fue algo más... Fuerte.

Todos me miraban con odio, yo sólo suspiré y continué, no reclamé nada, merecía éso y más.
Dí vuelta a la hoja, y preparé mi mente para re leer la parte más dolorosa de la carta.

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—Continuación.

Yoongi... No me dejaste irme.
La vida me demostró una vez más cuanto odio me tiene, haciendo que me topara contigo en la puerta, justo cuando sostenía mi maleta y estaba por salir.

Me lanzaste al sofá, traté de defenderme y logré patear tu abdomen. Me arrepentí cuando, un minuto después, me dirigiste aquella mirada aterradora. Fácilmente pude confundirte con un demonio...
Te rogué, te imploré que me perdonaras, estaba dispuesto a pedirte de rodillas que no me hicieras daño.

Ésas palabras que escupiste con tanto odio... Las llevaré tatuadas en el alma durante todas las vidas que me toque pasar.

Te odio Park Jimin. Eres lo peor que me pudo suceder en mi puta vida. Eres una basura. Tú y ésa maldita niña arruinaron mi existencia.

Podría jurar que éso me dolió aún más que todos los golpes que me diste. Con puño cerrado me atacaste. Me pateaste cuando estuve en el suelo. Yoongi... Golpeaste mi vientre...
Acabé sangrando, llorando y gritando por horas.

¿Quieres saber lo que pasó después? Min Yoongi... Perdí a mi bebé, a nuestro bebé. No quisiera echarte toda la culpa, porque también yo tuve que ver... Fuí un imbécil al no dejarte cuando pude.
Con todo tu odio... Mataste a nuestro segundo trozo de cielo.

Sé que tengo a Soo, sé que tirar mi vida por la borda sería un acto de cobardía, y te demostraría que lograste tu cometido. Destruirme por dentro y por fuera.
Pero te tengo noticias... Yo tengo más motivos para irme que para soportar otra noche más.

Por éso, decidí cortar mis venas, en la misma esquina donde le quitaste los latidos a un pequeño e inocente corazón.

Soo estará bien con Hoseok, no quiero que jamás te acerques a ella. Al menos permite que me vaya con éso, con la idea de que logré salvar una de las dos vidas que concebí.

Si pudiera pedir un deseo final, sería hacerte entender aunque sea un sólo segundo de mi sufrimiento. Tal vez así te quedaría claro que amarte fue mi peor condena.

Porque sí, te sigo amando.
Felicidades, ganaste, igual que siempre.

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— Merezco todo lo que quieran gritarme, si quieren golpearme no me quitaré. — hablé una vez que guardé el papel en mi bolsillo — Sé que yo soy el único culpable de que Jimin y ése bebé ya no estén aquí... Y... Lo lamento...

Nadie habló, nadie se acercó a mi hasta que los ataúdes fueron completamente cubiertos con tierra. Después de que el Padre bendijo ambas tumbas, formaron una fila frente a mí, y cada persona desahogó su furia.

Tal como dije, no moví ni un dedo en contra de ellos. Sólo bajé la mirada, acepté su ira y esperé que todo acabara. Algunos gritaron, otros me amenazaron, y los tres chicos que sabían todo antes de yo contarlo, me golpearon con fuerza en la cara y abdomen.

Lo merecía, merecía sufrir en vida. Porque sabía a la perfección que el karma no me dejaría morir en paz simplemente. Debía pagar todos mis actos antes de irme con Jimin. No era digno de acompañarlo sin haber recibido mi castigo.

Ésta tarde, lo perdí todo.
A mi esposo.
A un bebé que llevaba mi sangre.
A mi hija Soo.
Namjoon me despidió, mi carrera se fue a la basura en tres segundos.
A mi familia, quienes prácticamente me prohibieron poner un pie en su casa y usar el apellido Min.
Mi dignidad.
Mi credibilidad y reputación.

Cada gran cosa que había logrado tener, se había esfumado.

[...]

La lluvia no cesó en ningún momento, yo permanecí junto a las tumbas hasta pasadas las 6 de la tarde.

Lloré desconsolado sobre la fotografía de Jimin, abrazadola contra mi pecho y sintiendo como mi corazón se frenaba cada cierto tiempo. Era un dolor y una culpa inexplicable. Nadie jamás lograría comprender el peso que tienen dos vidas.

— Perdóname... Sé que no merezco que lo hagas pero... Por favor... — mi garganta dolía, mis ojos ardían y mi pecho se comprimía más a cada segundo que pasaba — Jimin...

¿Recuerdan que dije que sentía que realmente no se había ido?... Pues... Sabía que él estaba aquí, conmigo.
Juré percibir su calidez, sentí que me abrazaba igual que antes, y yo sólo me aferré a la idea de que era verdad. Preferí pensar que mi Jimin continuaba a mi lado, consolandome, a creer que había perdido hasta la cordura.

Le imploré perdón, y le hice una promesa.

— Park Jimin... Te juro... Que en nuestra siguiente vida... Te daré todo el amor que en ésta te negué. — era lo único que podía hacer, esperar a que el destino decidiera juntarnos de nuevo.

Hoy entendí que nada dura para siempre. Mucho menos la conciencia humana...
Desearía haberme dado cuenta antes de que tenía el paraíso junto a mí, que el trabajo no era lo más importante.
Ojalá hubiera visto los regalos que la vida me había dado... Antes de que acabara con ellos.

Ahora... Cada vez que la lluvia caiga sobre mí, recordaré a Jimin y a la familia que formé con él. Esperando con ansias el día en que cumpla mi condena y mí corazón por fin se detenga para llevarme a su lado.

¿Como puedo explicar lo que siento?... Le grité que lo odiaba. Pero... Ahora sólo quiero gritarle que lo amé con toda mí alma, y que en lo más profundo de mí ser... Lo seguí haciendo hasta el final.

El capítulo dura como... El tiempo que se tarden en leer 3200 palabras, pero duele toda la vida sisi.

Ahora sí... Después de haberlos hecho llorar y querer asesinar a su autora, les regalaré un final bonito, el real.

Los amo. ❤