004 : kuroo testuro
El día había llegado a su fin, las estrellas invadían el cielo y la luna estaba a su máximo esplendor. La jornada laboral había terminado, pensó por un momento que el día de hoy podría salir temprano del trabajo pero para su fortuna no fue así.
—¡Estoy en casa!.—exclamó con algo de fuerza Kuroo entrando aquella casa que compartía con su esposa.
No recibió una respuesta al momento, lo que llamó su atención.—¿Acaso ya se habrá dormido?.—, pensó para sí mismo.
No le quedo mas de otra que revisar la habitación, a paso lento y con calma se fue acercando poco a poco a la habitación que compartía con su esposa, la habitación estaba perfectamente ordenada, solo que había un detalle especial en ella. Para su sorpresa en la cama se encontraba una pijama de ella.
De igual forma, música que provenía del baño llamó su atención. Sin más abrió la puerta de aquel baño, ahí estaba ella dentro de la bañera, su cabello estaba perfectamente agarrado en un chongo y música resonaba en la habitación.
—Así que aquí estabas.—habló Kuroo con una sonrisa juguetona, se acercó un poco a ella colocando su mano en la cabeza de la fémina.
—Lamentó no haberte escuchado, me estaba quedando dormida.—respondió con pena.
—No pasa nada, supongo que sí estuviera en la misma posición que tú también me quedaría dormido.—confesó con una sonrisa.
(N) sonrió, tomó la mano de su esposo para así poder levantarse un poco de aquella bañera, dejando ver la mitad de su cuerpo. Kuroo sonrió, con cuidado (N) quito el saco de su esposo dejándolo únicamente con sus pantalones y camiseta blanca.
—No me parece justo que solo yo disfrute de esta bañera.—hablo en un susurro.—Ven y hazme compañía Kuroo.
No lo pensó dos veces, tomó el cuerpo de su esposa abrazándola con algo de fuerza, sin importarle el hecho de que traía ropa se adentró sin más a la bañera, lo que provocó que un poco de agua cayera al piso.
Kuroo se encontraba enfrente de ella, su espalda se encontraba recargada en el otro extremo de la bañera, tomó una de las piernas de esposa haciendo que quedaran enganchadas en su cadera. Se acercó un poco más haciendo que su pecho chocara con el de ella.
—Deberías entrar mas seguido al agua con ropa.—confesó ella, pues estaba hipnotiza por la escena que Kuroo le estaba regalando.
La camiseta de Kuroo se pegaba perfectamente a su cuerpo, la camiseta se volvió "transparente" por el agua lo que hacía que pudiera ver a la perfección sus músculos tonificados. Su cabello mojado cubría un poco su rostro, y gotas de agua recorrían su rostro. Vaya dios griego.
—Y tú deberías darme más bienvenidas cómo estás.—respondió él.
Si más, Kuroo se acercó a ella uniendo sus labios en un beso feroz, la tensión en la habitación era demasiada y el calor comenzó a hacerse más notable, haciendo que sus cuerpos comenzaran a sentirse calientes.
Hoy se divertirán, eso era claro.
—
Siento que quedo algo enredoso
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