Loba
-Lo dices porque esto no te afecta-le contesto-. No es tan fácil despegarme de esto o solo tomar "un descanso". Tengo una necesidad de saber que nos depara la vida y que es lo sigue después de esta vida. No sé cómo explicarlo, pero es como a un niño que le quitan sus creyones, o a un historiador que le quitan sus enciclopedias llena de la historia de la humanidad. Quisiera ser yo quien consiga una respuesta a todo esto. Si todo esto es falso, okey, está bien; al menos quedaré aliviado de saber que solo ha sido una creencia popular que se creyó por milenios, y si es verdad, sabré que me deparará la próxima vida. Pero de todas formas... gracias Carlos... gracias por confiar en mí.
Bajando un poco la mirada para seguir comiendo pero también para no verle la cara burlona de mi amigo, este va y me pone la mano en el hombro rechistando.
-Sí, si entiendo. Pero dime...-dice llevándose la mano a la cara- ¿dices todo esto por qué quieres saber quién serás en la próxima vida, o si en la próxima vida podrás tener una segunda oportunidad con tu ya sabes quién?
El me señala a Marion que se encuentra totalmente dormida y con una sonrisa burlona me jala de la chaqueta para estar más cerca y que ella no nos escuche, por más que esté dormida.
- ¿Cuándo le dirás que te gusta? -me mira con una cara larga-. Tenías la oportunidad de decirle estando ahí y nada, Leo. ¿Por qué no aprovechaste? Sabes que ella no va a estar esperando toda la vida por ti, ¿o sí?
Apenado por la pregunta, me echo para atrás soltando su mano de mi adorada chaqueta para no se dañara con el jalón. Avergonzado le recrimino:
-Porque simplemente no podía hacerlo, Carlos. Eso es así simplemente-le contesto haciendo un puchero-. No podía decirle "Hey Mar, me gusta, ¿podemos tener algo?". Solo estoy esperando el momento oportuno para decirlo. Sin que sea raro o incómodo para alguno de los dos.
- ¡Has esperado más de doce años para decirle! ¿Y si ella de verdad siente lo mismo que tú?, ¿perderás la oportunidad?
Apenas termino de escuchar la última frase de Carlos, le topa la boca por estar pecando de indiscreto. Me acerco a él para murmurarle sin que se despierte Marion, porque si llegó a escuchar algo de lo que estamos hablando, estaré tan apenado que la única manera de que me consiguen es con una pala, porque me pienso enterrar en la nieve para que nadie me consiga; ni el gato sabrá donde me metí hasta que llegue la primavera y me consiga en un bloque de hielo.
-Si no tengo de otra-murmuro entredientes-... lo haré. Además, ¿Cómo estás tan seguro de ello?
El rueda los ojos y se deja caer de espalda haciendo que el gato se aleje del lugar buscando de refugio en mis piernas. Muchos gruñidos de decepción salen de la garganta de Carlos que al escuchar tanta excusa de mi parte, decide por rendirse conmigo como siempre suele pasar.
- ¡Ush! Eres de lo último, leo. Soy su primo, obvio que sé que siente ya que la conozco mejor que tú. Y sé que ella está en la misma contigo... buscando "el momento" para decir lo que tiene que "hablar", cuando perfectamente lo puede hacer en cualquier momento, yaa que es tan fácil y tan sencillo como sentarse a hablar y acabar con ese problema que se los está comiendo a ustedes dos por dentro...
Él se me queda mirando esperando a que le responda, pero sin decirle nada recojo algunas cosas del suelo y me acuesto a dormir al lado de donde está Marion, pero por suepuesto, mientras que ella está en la cama, yo me pongo en el suelo, ya que justo tiene la sabanas cerca del piso, lo suficiente como para poderme arropar con ello. Arropado y con Fiudorf cerca para poder acariciarlo, cierro los ojos para ignorar a Carlos y seguir durmiendo.
Cuando ya todo estaba oscuro y entraba al sueño profundo escucho algunos gruñidos extraño que no logro identificar. No sé si proviene dentro o fuera de mi sueño pero sea donde sea, es muy fuerte.
Todo se detiene, no sé escucha nada y no sé dónde estoy. Está oscuro y no hay luz alguna que me ayude a identificar el lugar.
Lentamente el lugar va tomando forma y empiezo a identificarlo. Veo una lámpara rota en el techo, pero observando mejor, hay muchas lámparas en este mismo estado. Me encuentro acostando el suelo rodeado de muchos fragmentos de vidrios regado por todas partes. Mis ojos se mueven sin cesar para analizar el lugar pero solo pienso que estoy en una especie de fábrica en ruinas. Mucho humo sale del suelo y de las paredes como si estuviesen ardiendo en llamas, pero no veo por ninguna parte algo que pareciera el indicio de un incendio.
Me levanto de suelo y sigo teniendo la misma visión que tenía acostado; todo parece indicar que ha sido abandonado el lugar desde hace mucho tiempo. Veo varias sirenas pegadas a lo alto de las paredes junto a unos parlantes blancos todos llenos de polvo y telaraña. Parecen estar activada pero no logro escuchar nada. Solo veo las luces rojas dando vuelta por todo el lugar y como los parlantes vibran sin producir ruidos algunos.
De un momento a otro me encuentro fuera del lugar sin darme cuenta de esto. Todo afuera se ve colapsado y sin vida. Aquí afuera todo luce gris y dañado. El cielo es gris rojizo, o tal vez un tono naranja muy claro y con nubes espesa de esa que está llenas de carga eléctrica. El escenario es aun deprimente, es como un pequeño bosque que sufrió de una desforestación muy horripilante
Teniendo en mente buscar más a mí alrededor, me pongo a caminar por el lugar consiguiéndome a lo lejos a un pequeño carrusel que parece desolado. Con la curiosidad a mil me dirijo con pasos rápido a está ya que parece tener algo que me atrae a ella.
-Alguien me sigue.
En un abrir y cerrar de ojos me encontraba en el carrusel deteriorado, y no solo me he dado cuenta de ello, escucho los mismo pasos de todas las noches. Antes de poder verla nuevamente por el día de hoy, logro despertarme con el cuerpo todo sudoroso. Todo se siente distorsionado y ajeno a mí. Tengo una extraña sensación en mi cuerpo, como si me hormigueara todo. Al levantarme del suelo me consigo a Marion y a Carlos despierto y activos en el cuarto.
- ¿Qué hora es? -pregunté.
-Son las 7:22 de la mañana, Leo- dice eufórica Marion-. Parece que esta vez si has podido dormir un poco más que otros días. Pero... ¿has visto de nuevo a la loba?
-No, pero casi-le contesto ahogado por la falta de aire-. Creo que está vez casi me la topo. Sentí como estaba a punto de saltarme encima para atacarme. Por suerte me desperté a tiempo... de nuevo. No sé qué está pasando, pero ya no es el mismo sueño recurrente de siempre. Ahora, incluso, me encontré dentro de una especie de fábrica en ruina.
- ¿De qué loba hablan? -interroga Carlos dejando una bolsa negra en el piso-.La única loba que conozco está atrapada en el armario.
- ¿¡En el armario!? -decimos al unísono alarmados.
- ¡Claro! -replica eufórico con una sonrisa torcida-¿Acaso no lo recuerdan? Una loba en el armario, tiene ganas de salir, auuuhhhh.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro