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52 - I'm Sorry

Bienvenidos, bienvenidas y también bienvenides, a mi retorno a Wattpad *tira confeti*

O mas bien a mi desastroso regreso xd Después de casi dos años desaparecida, hay capitulo nuevo :D

*Muere ignorada*

Gracias a FernandaMorales147 por ayudarme en partes donde me quede en blanco, gracias por recordarme que soy una vaga irresponsable (?) Te quiero ♥♥♥

Enjoy it!

El tic tac del reloj comenzaba a impacientarle, ¿cuántas horas habían pasado desde que llegaron a aquel hospital? ¿Dos? ¿Tres? Tal vez más, no lo sabía con certeza y aun así Ritsu no mostraba señales de querer despertar, el médico había dicho que le tomaría algunas horas recuperar el conocimiento pero la espera cada vez se hacía más y más larga; Yokozawa suspiró pesadamente, quería levantarse e ir con su pareja pero con el personal médico ahí metido sabía que era una tarea prácticamente imposible, solo estaban a una camilla de distancia pero para él eso era como si tratara de cruzar el continente nadando.

Cerró los ojos por unos segundos tratando de conciliar el sueño y que la noche por fin llegara a su fin, fue en ese momento que convenientemente el doctor salió de la habitación, abrió un solo ojo para asegurarse de que así fuera y con mucho esfuerzo logró sentarse en la cama.

—Mierda, esto duele. —murmuró mientras se levantaba pesadamente y daba pasos lentos hacía la cama de Ritsu, quejándose y maldiciendo cada movimiento que daba debido a que su cuerpo aún estaba muy adolorido—

Llegó a la cama de Onodera y le miró fijamente, sintiendo como su corazón se rompía en pedazos que difícilmente se podrían pegar, verlo de esa forma... tan vulnerable e indefenso, hacía que las heridas físicas pasaran a segundo plano, con cuidado lo movió haciendo un espacio y tomó asiento a la vez que tomaba la mano de su pareja.

Takafumi se quedó viendo a un punto fijo de la habitación, no lo podía creer, otro bebé... los gemelos no tenían ni los dos años y Ritsu ya estaba esperando un nuevo bebé, se sentía feliz con la noticia pero eso no le quitaba la preocupación, todo esto había pasado tan rápido que no pudo reaccionar a tiempo y fue en ese momento en que aquella luz lo cegó y Ritsu lo protegió del impacto con su cuerpo; el remordimiento era enorme, sentía un gran peso sobre sus hombros, él se sentía responsable de que ese accidente hubiera ocurrido... de que Ritsu se encontrara lastimado y sin despertar, dirigió su mirada hacía su pareja, su respiración era tranquila al igual que su ritmo cardiaco, su rostro estaba adornado por un par de rasguños que se ubicaban exactamente en ambas mejillas y en la nariz, pasó sus dedos por aquellas heridas, tocando su rostro delicadamente.

De pronto una pequeña queja salió de los labios del castaño, aquello sorprendió al más alto y fijó su mirada hacia él; Ritsu arrugó los ojos al mismo tiempo que movía un poco su mano y lentamente abrió los ojos.

—Joder... mi cabeza da vueltas... —decía el menor en voz baja, cuando abrió los ojos se percató que estaba en un lugar completamente desconocido, aunque a simple vista sabía muy bien que se trataba de un hospital— ¿Q-Qué pasó...? —Rápidamente trató de levantarse de la camilla, siendo detenido por su pareja—

—No, no, no. —lo recuesta de regreso— Acabas de despertar, si te levantas de golpe puedes marearte...

—¿D-Dónde estamos...? ¿Qué ocurrió? —le mira fijamente, esperando impacientemente y rogando por una respuesta, el mayor solo suspira con pesadez— ¿Q-Quién eres tú...?

—Estábamos discutiendo, y luego un tráiler se atravesó, todo se volvió oscuro y... —aquella pregunta le cayó como si de un balde de agua fría se tratase, su sangre se congeló, negándose a creer lo que había escuchado— Qué... ¿Qué dijiste?

—¿Quién eres tú...? ¿Qué hago en un hospital? No te conozco... —el castaño se veía bastante confundido y desorientado mientras que con la mirada buscaba a alguien que le resultara conocido, Takafumi se veía completamente destrozado ante aquellas declaraciones, la culpa que sentía era enorme, tanto era así que de forma inconsciente las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos; desconsolado solo abrazó con extremo cuidado al castaño sin dejar de sollozar—

—Lo siento... Lo siento tanto Ritsu, todo esto... ha sido mi culpa... —lloraba el mayor, rodeando de forma firme pero suave al chico de ojos verdes, el cual solo permanencia en completo silencio, en eso Onodera levantó una de sus manos, acariciando la oscura cabellera del más alto y una suave risa emergió de los labios de Ritsu, al escucharle Takafumi se separó levemente, mirando a su contrario con algo de confusión—

La risa paulatinamente se volvió una carcajada ruidosa aunque esta no duró mucho tiempo debido a las heridas de Ritsu.

—A-Ay... —quejándose levemente pero sin dejar de reírse— ¿no me digas que pensaste que de verdad había perdido la memoria?

Takafumi lo miraba con bastante indignación y estando callado, así que solo optó por soltar al castaño y un ruidoso bufido salió de sus labios antes de salir de esa habitación, Ritsu solo lo observó irse, soltando un profundo suspiro, tal vez aquella broma no había sido una buena idea después de todo; pasaron algunos minutos y una enfermera que se veía bastante mayor entró a la habitación de Ritsu y se acercó a él para comenzar a curar las heridas del castaño, Onodera solo se mantuvo calmado dejando que la mujer de blanco hiciera su labor, la mujer mayor entonces decidió sacarle algo de plática.

—Su esposo debe estar emocionado, ¿no lo cree? —pregunta la enfermera con voz suave y bastante cálida—

—¿Hm? Yo lo vi salir bastante molesto, ¿Por qué lo dice? —el castaño se veía bastante confundido, además de que aún estaba muy aturdido por las contusiones que le provocó ese accidente de auto—

—Claramente hablo del bebé que espera, jovencito. —dijo ella con una amplia sonrisa, Ritsu al escucharla se puso bastante pálido—

¿Bebé? Eso quería decir que... Oh por Dios, era tan obvio, tenía náuseas y vómitos, ¿cómo es que fue tan descuidado y no se dio cuenta antes? Soltó un profundo suspiro, notando como la enfermera se había retirado, otra vez se encontraba solo, su mano se colocó sobre su aun plano abdomen y acarició este con suavidad y delicadeza; algunas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos por lo que cubrió su boca no queriendo que sus sollozos fueran escuchados.

"Perdóname bebé... Lo siento mucho." Decía el castaño en su mente, se sentía culpable, aquel accidente pudo haber acabado con la vida de los tres y hubieran dejado a los gemelos huérfanos, completamente desprotegidos en el mundo. Aunque eso no pasó, Ritsu comenzó a tranquilizarse de forma lenta hasta que dejó de llorar, debía mantenerse alejado de las emociones fuertes pues la prioridad ahora era sanar sus heridas y ponerse bien para que su bebé no tuviera complicaciones... y también disculparse con Takafumi.

************

Habían pasado 3 días desde que llegaron al hospital, el mayor ya estaba casi recuperado, pues sus heridas no eran tan graves comparadas con el castaño, que tendría que usar una silla de ruedas por algunas semanas, o hasta que su pierna estuviera apta para volver a moverse.

Takafumi salió del hospital empujando la silla de ruedas de su pareja, afuera del edificio los esperaba uno de los chóferes de la familia Onodera, pues el auto de Ritsu había quedado hecho trizas, por lo decir que ya era inservible; el de ojos azules ayudó a subir al castaño en la parte trasera del automóvil, para después subir él en la parte de adelante, miró al de ojos verde por el retrovisor y vio como este había caído profundamente dormido, sonrió levemente enternecido, entendía que aquello estaba siendo muy duro para él y para el bebé. Pero ahora él tenía que enfocarse en otras cosas, como por ejemplo ayudar a su querido castaño en su recuperación.

Ambos fueron dejados en su departamento, donde los esperaban los padres de Ritsu y los gemelos, los cuales quisieron ir desesperadamente con su madre, pero siendo detenidos por sus abuelos, el ojiverde seguía durmiendo en los brazos de su pareja, este fue a dejarlo a la habitación, colocó su cuerpo con cuidado sobre la cama y también lo arropó, se dio la media vuelta dispuesto a irse, pero Ritsu lo jaló del brazo atrayéndolo hacia él y lo abrazó, ocultando su rostro en el pecho de Takafumi.

—Lo siento...

Aquella disculpa sorprendió al de ojos azules. —¿Hm? ¿Por qué te estás disculpando? —acertó a preguntar tratando de bajar un poco su tono de voz, no quería sonar molesto—

—Por lo de la broma... pensé que sería una buena idea, pero en realidad lo arruine y ahora estás enojado conmigo y... —sus palabras fueron interrumpidas por los labios de Takafumi que se habían posado sobre los suyos de forma lenta, el rostro de Ritsu se tiñó de un suave color rojo, sus ojos adquirieron un leve brillo y comenzó a corresponder, Yokozawa abrazó su cuerpo con suavidad, con la intención de no lastimarlo y permanecieron así por unos minutos, hasta que se separaron, el mayor acarició el rostro del menor con sus dedos, siendo lo más delicado posible, el de ojos verde cerró sus ojos, disfrutando de ese tacto—

—No hay nada que perdonar... ya no estoy molesto contigo. —dijo con una pequeña sonrisa de esas que el mayor solo le daba a él, esa sonrisa que hacía que todo el mundo de Onodera Ritsu se fuera de cabeza—

—En... ¿En serio? —preguntó en voz baja, teniendo un comportamiento un tanto infantil, Takafumi le volvió a sonreír con ternura, besando su frente con cariño—

—Así es, ahora debemos enfocarnos en que te recuperes, y de que tú y el bebé estén sanos.

Suspiró, estando aliviado y más tranquilo. —Gracias.

—Aunque... Tal vez debería castigarte...

—¿Castigarme...? —le cuestionó el castaño a su pareja a la vez que se quedó pensando a que se refería, pronto logró comprender de lo que estaba hablando, antes de que Ritsu pudiera detenerlo o siquiera decir alguna palabra, sus labios ya estaban siendo atacados por otros que se movían de forma ansiosa. Por su mente se cruzó la idea de separarse e ir hacia la puerta, pero lo mandó al demonio, queriendo continuar con aquellas caricias que lo enloquecían—

Lentamente la ropa comenzó a estorbarles, lo primero que se esfumó fue su camisa, pudo sentir la suave brisa del verano recorrer su piel mientras que los húmedos labios de Yokozawa acariciaban su cuello. Dejó que de sus labios brotaran unos ansiosos jadeos, al mismo tiempo que sus manos (Tal vez de forma inconsciente... o no) desabotonaban lentamente los botones de su camisa, antes de pasarlos por sus hombros, por fin dejando a la vista su torso.

—¿Estás seguro...? —el de ojos azules miró a su contrario esperando una respuesta, Ritsu asintió lentamente con la cabeza y con un rubor natural en las mejillas—

Comenzó a atacar el cuello de menor, llenándolo de besos para posteriormente pasar a leves mordidas, Ritsu soltaba suspiros en el aire; pero antes de que pudieran llegar más lejos... alguien tocó la puerta y luego escucharon como esta fue abierta.

Al sentirse observados, rápidamente Ritsu se ocultó bajo las sábanas enredándose en estas, pareciendo un rollo primavera.

—Disculpen, pero creo que unos pequeños quieren estar con su mamá. —dijo la señora Onodera, que sostenía al mayor de los gemelos, dejando a este sobre la cama y luego dejó al menor, los bebés gatearon buscando a su mamá, el castaño oía como sus padres se despedían, para luego irse de ahí, fue cuando este salió de entre las cobijas, los gemelos al verlo gritaron emocionados y se acercaron a él—

—Esto estuvo cerca. —soltó un suspiro recibiendo a los bebés en sus brazos, los cuales no tardaron en acurrucarse con él—

—Nunca había sentido tanta adrenalina. —suelta una risa y mira a los bebés— Te extrañaron mucho, ahora no querrán soltarte...

—Yo también los extrañé, pequeños gatiosos. —mimando a los bebés, tomó la cabeza de Takafumi e hizo que recostara esta en su hombro— Para ti igualmente tengo mimos, papá oso.

Yokozawa se sonrojó levemente para después sonreír y restregarse en él como si fuera un gato necesitado de atención.

*****************

—Maldita sea, este lugar es un basurero. —decía un ya recuperado Ritsu, que junto con Misaki habían ido a la casa de Usami-san—

—Dímelo a mí. —dijo el castaño menor, caminando entre las montañas de papeles, botellas de alcohol, cigarros y recipientes de comida pedida a domicilio— Seguro debe estar enterrado por aquí.

—Será mejor comenzar a limpiar este desastre, si tenemos suerte encontraremos a Usami-san con vida, si es que sigue vivo...

Ritsu y Misaki comenzaron a limpiar la casa del escritor, el primero había notado como este ya no le respondía las llamadas y ya no entregaba manuscritos (aunque eso ya era bastante normal para él) pero aun así se preocupó por él, en el camino se había encontrado con Takahashi y aunque dudó al principio, decidió acompañarlo a buscar al de pelo plateado.

Claro que ninguno de los dos se esperaba encontrar con aquel cuchitril.

Ambos estuvieron limpiando la gran casa por varias horas, cuando terminaron parecía por fin un sitio decente, y fue cuando encontraron al gran Usami Akihiko tirado boca abajo, completamente desarreglado y que sostenía una botella de alcohol vacía en una de sus manos.

—Oh por Dios... —dijeron ambos al mismo tiempo, se vieron entre sí completamente horrorizados—

—¿Seguirá vivo...? —pregunta Misaki, no queriendo acercarse al cuerpo—

—No lo sé, no se ve que esté respirando. —Ritsu con el palo de la escoba tocó uno de los hombros del escritor, pero este no reaccionó en lo absoluto—

—No se mueve... Usami-san no se está moviendo... —Takahashi se veía bastante aterrado, comenzando a caminar de un lado para otro—

—Misaki.

—Está muerto, murió aplastado entre tanta basura.

—Misaki...

—¿Qué vamos a hacer? No lo podemos embalsamar, se darán cuenta e iremos a prisión y nos pudriremos ahí...

—¡Misaki Takahashi! —llamó Ritsu al menor, que parecía tener un ataque de pánico —

—¿Qué? —le respondió como si nada le hubiera pasado—

—Tienes demasiada imaginación, ya se está moviendo, ayúdame a sentarlo.

—Ah... lo siento. —ambos castaños levantaron al mayor, dejándolo sobre el sofá, este se veía y olía bastante mal—

—Apesta a muerto... —dijo Takahashi mientras que Onodera se aguantó una carcajada—

Usami Akihiko estaba ido, su mirada estaba sin vida alguna, prácticamente como si estuviera muerto realmente, pues no notó en que momento había recibido visitas.

—No se ve para nada bien... —murmuró Ritsu algo preocupado, Misaki asintió con la cabeza quitándole la botella de la mano—

—En el tiempo que estuve con él, nunca lo había visto tan jodido. —confesó Takahashi, en eso Akihiko comenzó a murmurar algo— ¿Hm?

—I... I...

—¿Qué está diciendo...?

—I-Ijuuin...

Ambos se miraron sorprendidos y podían decir, que sintieran aunque sea un poco de lastima por el escritor, pero también sabían que todo lo que estaba pasando se lo tenía merecido.

El mangaka se había ido del país esperando un hijo de Usami, los dos sabían que también se fue junto con otra persona, más no sabían con quién; tampoco se molestaron en preguntar, eso ya era algo personal de Ijuuin. Los sollozos del escritor los sacaron de sus pensamientos; pequeñas lagrimas comenzaron a salir de los ojos del mayor y estas rápidamente se volvieron un llanto tan desgarrador que incluso le rompería al corazón a la persona más fría.

Ninguno de los dos castaño sabía que hacer, Misaki no se atrevía a abrazarle para consolarlo, después de todo, no se sentía digno para hacerlo, no lo merecía. En cambio Ritsu palmeó su espalda con suavidad, dejando que el escritor llorara todo lo necesario; así pasaron los minutos hasta que Akihiko se calmó lentamente y por fin observó quienes estaban con él.

—¿Ritsu...? ¿Takahashi? ¿Qué hacen aquí?

—Vinimos a ver si aún estabas con vida... ahora al baño, que hueles horrible.

—¿Eh? Pero...

—Pero nada, al baño... Misaki, hazle de comer a este vago por favor. —Ritsu ahora parecía toda una madre mandona, aquello hizo reír al menor, así que solo obedeció y con lo que encontró en la cocina comenzó a preparar algo—

Usami se había metido a la ducha con todo y ropa, parecía un gato callejero y abandonado bajo la lluvia.

El escritor ya estaba aseado y con ropa limpia, comiendo lo que Misaki había hecho y en la mesa estaban los dos castaños viéndolo comer, ambos se habían encargado de tirar toda botella de licor y cajas de cigarros que encontraran escondidas, buscando que Usagi-san volviera a un estado de sobriedad por algo de tiempo.

—Takahashi. —el mayor por fin habló, Misaki no pudo evitar ponerse algo pálido a ser llamado—

—¿Si...?

—Yo... —se quedó callado, meditando las palabras que iba a decir— Lo lamento.

—¿Qué?

—Lo siento... lamento haber querido tomar a tu hijo... no estaba siendo coherente y ya no sé que más decir, solo sé que fui un idiota, un estúpido que no midió las consecuencias de sus actos y se dio cuenta muy tarde. —tomó aire, sentía que volvería a llorar en cualquier momento— Y ahora... la persona a la que amó se fue de mi lado... por mi culpa, por mi egoísmo.

—Yo... —Misaki comenzó a hablar— Está bien, no tienes por qué pedir disculpas, entiendo que tuvieras esa duda, no te culpo por eso. Después de todo yo también tuve parte de la culpa por no ser sincero contigo desde un principio, aprendí mi lección a las malas. —sudó frio al recordar aquel abuso que había sufrido— No fui una blanca paloma.

—¿Ryota-san te hace feliz?

—¿Huh...? —se sonrojó levemente— S-Si... soy muy feliz a su lado.

Pude ver como Usami sonrió, era una sonrisa bastante pequeña, casi imperceptible.

—Me alegra escucharlo. —dijo el escritor— Entonces, ¿sin rencores, Misaki-kun? —le extendió la mano, Takahashi lo miró con una gran sorpresa pero luego sonrió ampliamente con alegría—

—Sin rencores, Usami-san. —estrechó su mano con la del mayor y la disculpa fue cerrada con un apretón de manos, Ritsu suspiró aliviado, en realidad pensaba que eso terminaría terriblemente mal—

Takahashi revisó su mochila y le entregó una invitación a Akihiko.

—Es... la invitación de mi boda, si gusta asistir.

El de pelos color plata tomó la tarjeta entre sus manos, era de color marfil y tenía escrito en letras elegantes y en color dorado el nombre de la feliz pareja

"Fujimori Ryota & Takahashi Misaki".

—Confirme su asistencia con Ritsu, nosotros ya nos retiramos.

—¿Eh? Claro... gracias por venir, lo necesitaba. —dijo sincero—

—Espero su manuscrito, Usami-sensei. —Onodera lo miró con severidad—

—Si, si, sí. Haré el intento de tenerlo puntual.

Después de la despedida ambos castaños se retiraron de la casa, dejando nuevamente a Akihiko solo, este suspiró, tenía demasiadas cosas en las cuales pensar. Se recostó en el suelo y miró hacia el techo, pero ya no supo en que momento se quedó profundamente dormido.

Se encontraba en una habitación, que claramente era de un bebé, pintada en tonos lilas y llena de todo tipo de juguetes y ropa para niña, confundido vio la cuna, curioso se acercó lentamente a esta y lo que vio lo dejó sin palabras.

Recostada en esa pequeña cama, estaba una hermosa y pequeña bebé, de cabellos plateados, vestía un mameluco color lavanda y sus ojos eran de un color morado, bastante parecido a los de él, la bebé al verlo sonrió y extendió sus pequeños brazos hacia Usami. El escritor con dudas y miedo la cargó con cuidado, sintiendo como un calor agradable invadía su pecho; en eso escuchó una voz conocida.

—Kiseki.

Continuará...

Si me preguntan sobre Ijuuin, ya sé con quien se quedará, pero no lo diré jsjsjs

Lo de gatiosos salió de un multiverso que tengo junto con mi amix, un multiverso YokoRitsu (?)

Espero les haya gustado, voten y comenten ♥

Nos leemos

Bye!


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