50 - Messages
Nota 1: Hubo un error en la tarde y publiqué el capítulo incompleto sin querer, una disculpa.
Nota 2: El Capítulo se llama así porque se enfoca más en Ritsu y unas cosas que le pasan.
Nota 3: M.T = Misaki Takahashi, T.M = Takano Masamune, ya sabrán porqué
Nota 4: HABEMUS CAPITULO
Durante el transcurso del trabajo a casa, el castaño permaneció en completo silencio, muchas cosas estaban pasando por su mente y no necesariamente eran cosas buenas, todo aquello había pasado tan rápido que no lo podía terminar de procesar, ¿había hecho él algo malo para merecer que el imbécil de Takano haya tratado de abusar de él? Con ambas manos tapó su rostro, sintiéndose tan usado y patético a la vez, ¿Cuánto más tenía que sufrir para poder ser completamente feliz? Esa probable que esa pregunta nunca tuviera una respuesta. Cuando sintió que el auto de la pelirroja se había estacionado abrió la puerta del copiloto y sin despedirse se apresuró a entrar a su hogar cerrando la puerta que estaba detrás suyo de un portazo y tirarse al suelo llorando como un niño pequeño.
Todo esto era una mierda, eso era lo que pensaba Ritsu viendo como las abundantes lágrimas mojaban en piso donde él estaba tirado, ¿cómo se supone que debería sentirse al respecto? ¿Bien? Por favor, el mismo tipo que alguna vez lo rechazó y lo agredió de la forma más vil posible volvió a ser de la suyas una vez más, aquello lo hacía sentir tan frustrado que no sabía qué hacer en ese momento, si denunciarlo, hablar con su pareja, renunciar a su trabajo, darle un tiro en la cabeza a Takano o si el tiro se lo daba él mismo. Su llanto fue interrumpido por el insistente sonido de su teléfono el cual no dejaba de sonar con aquel tono monótono que él conocía bien; levantó levemente su cabeza y con su huella digital desbloqueó su teléfono viendo como tenía un mensaje no leído en la bandeja, con algo de curiosidad en su ser abrió el mensaje para leer el contenido; al pobre castaño casi se le va el alma del cuerpo al leerlo. Porque no solo era un mensaje, si no varios y seguidos.
"¿En serio creíste que con solo cambiar tu número de teléfono ibas a deshacerte de mí tan fácil? ¡Ja! Me subestimas, querido Ritsu".
"No preguntes como tengo tu número, porque es irrelevante, pero te conviene no abrir la boca, ¿sabes? Al menos que quieras que tu vídeo esté por todo internet, ¿acaso quieres que tus hijos cuando crezcan sepan que su madre es un exhibicionista? Yo creo que no".
"Bloquearme no te servirá de nada, seré tu peor pesadilla y a donde vayas yo estaré detrás de ti, te arrepentirás de haberme cambiado por otro".
"Estás advertido, tú hablas y yo me encargo de deshacerme de tus bastarditos. Atte.: T.M".
Aquellos mensajes lo habían dejado peor de lo que ya estaba, al parecer su tormento no había terminado en el momento que decidió alejarse de aquel hombre, todo lo contrario, recién estaba comenzando, ¿qué tenía que hacer? Las leyes eran asquerosamente injustas, lo más seguro era de que una jodida multa no iba a salir y su martirio continuaría, vio la hora y suspiró, desde hace rato ya debió estar en casa de sus padres, seguramente su pareja no iba a tardar en marcarle, pero se sentía tan indispuesto, con pocas ganas se levantó del piso arrastrando sus pies con dirección a su habitación, llamando la atención de sus mascotas los cuales lo miraron con curiosidad, abrió la puerta de su cuarto y se dejó caer sobre la espaciosa cama King Size que compartía con su pareja, tenía los ojos hinchados y con un tinto rojizo por tanto llorar, lo único que él quería en ese momento era dormir por una eternidad y no volver a despertar. Levantó ligeramente la mirada hacia el despertador electrónico que se encontraba en su mesa de noche, sintió sus párpados pesados y sin quererlo cayó en los brazos de Morfeo.
******
Con lentitud abrió sus ojos, tratando de acostumbrarse a la luz que el día le estaba proporcionando, con pereza se sentó en la cama tallando sus ojos, giró su mirada, viendo como la fecha de ese día marcaba que era fin de semana soltó un suspiro reconfortante y volvió a meterse entre las cálidas y cómodas cobijas tratando de volver a conciliar el sueño; pero con lo que no contaba es que aquel aparato llamado teléfono timbraría... a su mente llegaron los recuerdos de los mensajes que había recibido la noche anterior y en su interior rezó a todos los Santos y dioses de todas las religiones existentes que no fuera algún otro de esos mensajes, con temor tomó su celular con las ambos temblando y húmedas debido a los sudadas que estaban; pasó su dedo índice para desbloquear el pequeño artefacto y abrió el mensaje.
Para su buena suerte, solo era un mensaje de su pareja, Ritsu sintió como el alma le volvía al cuerpo de manera casi automática, leyó el contenido de este.
"Oye, ¿Qué te pasó ayer? Nos quedamos esperándote, ¿Todo bien?"
El castaño inconscientemente se mordió el labio inferior, y más temprano que tarde el sabor metálico de la sangre llegó a su paladar, ¿Qué tenía que responder? Nada estaba bien en esos momentos, si hablaba muy posiblemente se metería en problemas, y no solo él, también Yokozawa, suspiró rendido y comenzó a teclear la mejor mentira que se le vino a la mente.
"Sí, solo me sentí mal, no te preocupes". Lo mandó.
"¿Seguro?". El de ventas rápidamente escribió otra respuesta, no muy convencido por la contestación de su castaño, lo conocía muy bien y algo dentro de él le decía que había algún problema. "Olvídalo, en 10 minutos voy por ti para desayunar". Envío el mensaje y sin esperar contestación guardó su celular.
Lo único que hizo el de ojos verdes fue suspirar pesadamente y salirse de la cómoda cama para entrar a la ducha, sabía que sus gemelos aún estaban con sus padres, ambos estaban muy felices con su papel de abuelos y casi nunca querían soltar a sus nietos. Onodera arrastró sus pies y entró al baño, abrió la llave y esperó pacientemente a que el agua caliente comenzará a salir.
Algunos minutos más tarde el castaño salió ya aseado, se paró frente al espejo y observó detenidamente su cuello, notando como aquella horrible marca relucía en todo su esplendor, sintió sus ojos humedecerse y quiso llorar una vez más, esto era demasiado frustrante y no sabía cómo manejar la situación, respiró un par de veces en un intento de tranquilizarse y al parecer funcionó, tomó el cambio de ropa que escogió con anterioridad y comenzó a vestirse.
Cuando estuvo listo se miró una última vez frente al espejo, tomó aire profundamente y pronunció lo siguiente.
—Voy a renunciar a Marukawa.
El claxon del auto de su novio retumbó en sus oídos, dio un pequeño brinco debido al susto, acomodó su camisa de cuello de tortuga y salió de la casa subiendo al auto, ahí estaba Yokozawa que lo recibió con una sonrisa que hizo que todas sus preocupaciones se fueran automáticamente; Ritsu le regresó la sonrisa dándole un suave beso en la mejilla, en ese momento él supo que todo estaría bien.
******
—Buenos días, Misaki-kun.
Misaki entró a la sala aún muy adormilado, el olor que salía de la cocina hizo que su estómago gruñera y el aspecto de la comida lo hacía salivar.
—Buenos días Ryota-san. —el menor regresó el saludo sentándose en el comedor de la casa de su pareja, hacía ya poco tiempo él y Hikaru se habían mudado con Ryota, aunque al principio se negó, el insistente profesor no se rindió hasta que el castaño le diera el sí absoluto, sonrió un poco para sí mismo, dándose cuenta de que poco a poco aquel hombre de ojos grises ganaba cada vez más un espacio en su corazón—
El mayor sirvió dos platos en la mesa junto a una taza humeante de café y otra de té.
—¿Dormiste bien? —preguntó el profesor tomando una pieza de pan—
—Como un bebé... —el castaño soltó un suspiro con un aire de pesar—
—¿Ocurre algo? —el otro lo miró con curiosidad, esperando alguna clase de respuesta—
—Es qué... —Misaki dudó por algunos segundos, miró a su pareja y vio la ternura y calidez en sus ojos, lo que lo hizo sentirse más en confianza— Soñé con mi hermano... lo extraño muchísimo. —tomó la taza de té y vio su reflejo en el líquido que esta contenía, había tantas incógnitas en su cabeza, ¿Qué pensaría su hermano al ver en lo que había convertido? ¿Estaría decepcionado? Bufó, esa era una pregunta tonta, claro que estaría defraudado de él—
Ryota lo miró en silencio, entrelazando su mano con la del menor, diciéndole en forma silenciosa que se tomará su tiempo, en ese momento una idea brillante pasó por su cabeza.
¿Y si reunía a los hermanos? Tal vez si le explicaba lo ocurrido, el hermano de Misaki entendería y no habría tantas repercusiones sobre el menor, pero debía ser cuidadoso para que Takahashi no levantará sospecha alguna, bajó la mirada hacia sus pantalones observando como algo cuadrado de pequeño tamaño resaltaba aun estando guardado en el bolsillo, y si, ese era un anillo para el chico de los ojos verdes, sabía muy bien que aún era pronto para pedirle matrimonio, pues apenas tenían unos pocos meses saliendo, no le había presentado a su madre a Misaki y él tampoco conocía a su cuñado, no sabía si ambos iban a aceptar su relación, en el fondo de su corazón estaba que todo saliera bien, amaba a Misaki Takahashi con locura y estaba dispuesto a pelear por su amor, sin importa quien fuera la persona que se le pusiera en frente.
******
Onodera soltó un profundo suspiro de alivio, su renuncia había sido aceptada y en ese momento se encontraba recogiendo sus cosas metiéndolas en una caja en completo silencio, aprovechando que la oficina se encontraba completamente vacía, habían pasado dos días desde aquella agresión, las marcas físicas seguían ahí, siendo tapadas ya sea por maquillaje o por ropa muy conservadora, todavía no se sentía confiado de confesar el hostigamiento que estaba sufriendo por parte de ahora su exjefe por segunda ocasión, ni a su pareja ni a su círculo más cercano de amigos los cuales eran muy pocos, alzó su mano viendo la hora en su reloj de muñeca, aún le quedaba tiempo, iría a dejar sus cosas a su casa, de ahí iría con su amigo Nao a tomar un café y este mismo lo acompañaría a buscar algún trabajo que no le quitara tanto tiempo para poder estar a sus hijos, (pensó en hacerse cargo de la editorial de su padre, pero aún no se sentía al 100 por ciento preparado para asumir tal cargo y mucho menos quería dedicarse a ser amo de casa todo el día, pues aunque sabía hacer de todo, cosas que aprendió forzosamente y a la mala, en sus planes tampoco estaba el no trabajar).
El castaño finalmente terminó por guardar sus cosas, había dejado todo el trabajo atrasado listo para no meterse en más problemas, tomó la caja y se dio la media vuelta dispuesto a salir del departamento de Shojo. Caminó por los largos pasillos, con un poco de paranoia en su ser, temiendo que Takano aparecía cuan ninja y volviera a agredirlo, no, no, no, el idiota estaba en una junta y sabía que esas cosas tardaban horas, sus pies comenzaron a moverse más rápido y finalmente llegó a la salida, casi gritó de alegría pero se contuvo, le hizo la parada a un taxi y se subió para ir a su casa. Una vez que llegó a su hogar, dejó la caja sin cuidado alguno en un sofá, entró a su habitación tomando el primer cambio de ropa que vio en su clóset y entró al baño. Cuando estuvo listo salió de su casa, esperó por algunos minutos a que su amigo llegara por él, el chico llegó y subió a su auto.
Lastima que Ritsu no se percató de que había olvidado su celular en la mesa del comedor
******
El ahora ex mangaka estaba haciendo sus maletas para mudarse a lado del mayor de los Usami, si, pero no a su casa, a un nuevo departamento o ciudad, más bien mudarse de país, Haruhiko le había propuesto que se mudaran a otro país, siendo Italia el destino elegido por ambos, así podrían iniciar una nueva vida con un contexto muy distinto al de Japón, Ijuuin suspiró, tal vez la mudanza le ayudaría a sanar las heridas de su corazón, era lo más sano para él y su bebé, con Haruhiko lo estaba intentado lentamente y a pasos tipo tortuga, aún no lo conocía del todo bien; pero lo poco que había visto le daba un grato sabor de boca y aunque le costara admitirlo, el hombre de cabello negro estaba ganando un lugar especial y bien merecido en su corazón.
Terminó de cerrar la última maleta y sobo su aun plano vientre, se recostó una última vez en su cama a esperar a que Haruhiko trajera a las personas que iban a trasladar sus maletas al aeropuerto y encargarse del tedioso papeleo; su teléfono comenzó a sonar, lo tomó y vio un par de mensajes de despedida, entre ellos destacaba el de su mayor admirador, sonrió y ese fue el único mensaje que se tomó la molestia de responder. Pasaron algunos minutos cuando finalmente Haruhiko entró a la habitación, le fue extraño verlo vestido sin su particular traje, el hombre de cabello negro estaba vestido solo con unos jeans color mezclilla, tenis negro y una camisa blanca, bastante informal para un hombre como él.
—¿Estás listo? —el hombre de lentes le preguntó—
—Sí... —Kyo se levantó de la cómoda cama y se estiró como si un gato se tratase, tomó sus maletas pero Haruhiko le quitó las más grandes— Oye —reprochó—
—No puedes cargar nada pesado, es malo para el bebé. —le regañó como si de su madre se tratase, Ijuuin no pudo evitar reírse—
—Bien, tú ganas. —tomó el equipaje más ligera y bajó para subir esas maletas al automóvil, luego subió al asiento trasero seguido de Haruhiko, inconscientemente tomó la mano del otro hombre, ambos se dirigieron una mirada y sonrieron, ambos estaban listo para escribir un nuevo capítulo en sus vidas—
Y quién sabe, tal vez una historia juntos...
******
La tarde con Nao había pasado con rapidez, entre tantas conversaciones que tuvieron a Ritsu se le salió decir el tema de los mensajes, rápidamente quiso cambiar de tema, pero su amigo no se lo permitió y muy a la fuerza tuvo que confesar lo que había estado ocurriendo esos últimos días, y como era de esperarse, recibió un buen regaño que era más que nada por no haber dicho nada.
"Tienes que ponerle una denuncia Ritsu, lo que aquel tipo te está haciendo no está bien y lo sabes". Le dijo su amigo. "Ahora son mensajes de amenazas, más tarde quién sabe lo que pueda hacerte a ti o a tus hijos". Y tenía razón, en su celular estaban recolectados todos los mensajes que había recibido en esos días, todos con el mismo tinte amenazante, revisó sus bolsillos con la intención de mostrar dicho material pero cual fue su sorpresa al ver que había dejado olvidado su celular en su casa, suspiró, esperaba que su pareja no viera nada de lo que tenía ahí.
Nao fue a dejarlo a su casa y no se fue hasta que lo vio entrar.
—Estoy en ca... sa —Onodera se petrificó al ver a su pareja sentada en el sofá... con su celular en la mano, con la bandeja de mensajes abierta, no podía tener más mala suerte—
Yokozawa se levantó de golpe, y caminó hacía él entregándole su teléfono, Ritsu tragó saliva aterrorizado, queriendo que la muerte se lo llevara en ese momento, que la tierra se lo tragara o en el mejor de los casos, hacerse tan pequeño para que nadie lo viera.
—Onodera Ritsu... —habló el mayor con voz suave, pero el de ojos verdes sabía muy bien lo que significaba— Explícame qué son todos estos mensajes... y más te vale decirme la verdad.
Continuará...
¡Yeiii! Por fin continuación!! Después de... ¿cuantos? ¿Dos meses? Si, si creo que si, dos meses que no escribí nada, espero que me perdonen por la demora uwu espero les haya gustado el capítulo ♥
Muchas gracias a todas las personas que leen, votan, comentan, los amo con todo mi podrido kokoro ♥ ♥ ♥ ♥(?)
Díganme que les pareció :3
Y porque ya no sé que poner, dejenme sus opiniones impopulares (?) las mías.
1. Larry no es real (?) *huye*
2. Dio y Jonathan son versátiles and you can't change my mind (?)
3. No me agrada del todo el Iron Man de RDJ.
4. Steve es MUY shippeable con todo mundo.
5. Nos vamos a morir y Onodera no se va a confesar :'v
6. Jonathan besto Jojo shi señol uwu ♥
Ok ya xD
Sin más que decir, nos leemos
Me despido y cuidado con el coronavirus
¡Byeee!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro