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49 - Be Happy

Parpadeó un par de veces creyendo que se trataba de una muy mala jugada de su imaginación, pero no era así, aquella imagen que estaba frente a sus ojos era muy clara, aquellos dos hombres eran su hermano mayor y el mangaka, ambos salían del auto debidamente abrigados debido al torrencial frío que hacía en las calles, siguió los pasos de ambos con la mirada, viendo como Haruhiko pasaba su brazo por el hombro del mangaka con toda la confianza del mundo, pero lo peor de todo es que Ijuuin no le decía absolutamente nada, al contrario, le dio una sonrisa algo tímida antes de entrar al hospital.

Akihiko bufó golpeando el volante en repetidas ocasiones, lo que aquel mangaka hiciera con su vida no tenía por qué importarle en lo más mínimo, entonces... ¿por qué sentía esa horrible presión en el pecho? Y lo más importante...

¡¿Por qué mierda los estaba espiando?!

El escritor no supo en qué momento había bajado de su automóvil y comenzó a seguir a ese par, para su buena suerte ninguno de los dos lo había visto; detuvo su andar cuando su hermana y Kyo entraron a un consultorio, trató de ver lo que estaba pasando en aquella oficina pero la puerta fue cerrada abruptamente en su cara, tuvo que morderse la lengua con fuerza para no soltar ningún insulto o maldición.

Media hora después...

Estuvo a punto de quedarse dormido cuando el sonido de la puerta abriéndose lo despertó, abrió ligeramente uno de sus ojos observando que el primero en salir fue Haruhiko, seguido del mangaka el cual tenía el rostro coloreado de un leve color rosado, la curiosidad del hombre de cabello plateado creció, preguntándose por qué Ijuuin tenía el rostro teñido de carmín.

—Gracias por traerme a mi revisión —murmuró Kyo viendo fijamente al hombre de lentes, Haruhiko le dedicó una pequeña sonrisa mientras posaba su mano en la mejilla de Ijuuin, dándole una suave caricia—

—Sabes que lo hago con todo el gusto —el de cabello negro acercó su rostro lentamente al de Ijuuin, Akihiko vio la escena completamente horrorizado. ¿acaso se iban a besar? No... no lo podía permitir, el escritor se levantó de su asiento agresivamente con toda la mala intención de detener lo que estaba a punto de suceder—

—E-Espera... —Ijuuin colocó sus manos al frente, evitando que el Usami mayor se le acercara más, no era porque no quisiera ser besado, los pies el mangaka se giraron casi de forma automática y como alma que lleva el diablo el de cabello castaño oscuro corrió hacia el baño de caballeros entrando al primer cubículo que vio disponible y vomitó abrazándose a la taza—

Pasaron alrededor de 5 minutos cuando Ijuuin jaló la palanca del escusado y salió con dirección a los lavabos, abrió la llave y tomó un poco de agua lavando su boca, rostro y manos, repitió la acción unas cuantas veces más hasta que se sintió mejor. Se miró fijamente al espejo del baño por algunos segundos, el hombre palideció al ver al escritor detrás suyo... ¿Qué hacía él ahí? ¿Y por qué rayos no dejaba de mirarlo de esa forma tan filosa? Suspiró, no tenía por qué estresarse, no era bueno para su salud, lo encararía y luego de iría de ese lugar.

¿Verdad?

***************

Eran las 2:30 AM, cuando Misaki Takahashi salió de su "trabajo", si es que así podía llamarlo, soltó un suspiro al aire, lo único que lo reconfortaba era que su deuda cada vez más baja y estaba seguro que en un par de meses más podría terminar de pagar y salirse de aquel horrible sitio, acomodó su abrigo tratando de tapar su cuerpo en la mayor medida de lo posible debido al torrencial frío que le calaba hasta los huesos y las ropas que tenía puestas tampoco le ayudaban de mucho.

Caminó dando pasos largos y acelerados, él sabía muy bien que a esas horas de la madrugada las calles eran aún más peligrosas, sabía que Ryota posiblemente estaría dormido junto a Hikaru, y no quería despertarlo para que fuera por él, había pasado por cosas muchísimo peores, una caminata de 10 minutos a la casa de su pareja no le daría mayor problema, ¿o sí? El chico se río con algo de nerviosismo, tratando de que todas aquellas probabilidades de que alguien lo agrediera solo fueran un producto de su torcida imaginación, cruzó los dedos hasta sentir que tronaban, esperaba que ningún loco se le atravesara en el camino, inició el recorrido dando pasos agigantados con la intención de llegar a casa lo más rápido posible, siguió así por varios minutos, y justo cuando faltaba una cuadra para llegar, sintió como alguien lo tomaba del cuello con una fuerza brutal que lo dejó sin aire para poder gritar, trató de defenderse con mordidas, rasguños y otras cosas, pero la fuerza de aquel tipo era por mucho más grande que la suya, su delgado cuerpo cayó estrepitosamente contra el frío pavimento y su cabeza impactó contra una pared dejándolo bastante desorientado y adolorido, quiso gritar, gritar con todas sus fuerzas para que alguien lo salvara de aquel trágico destino, pero solo cerró los ojo esperando lo peor.

Lo cual nunca llegó, pues el tipo al cual no le había visto el rostro fue alejado de él, escuchó un par de golpes secos y como pudo trató de levantarse del suelo, ahí fue cuando unos brazos fuertes y de calor familiar lo rodearon en un abrazo protector.

—Misaki... ¿estás bien? —preguntó una voz conocida para el castaño, aunque claro, este cayó como un costal de papas completamente dormido—

*************

Soltó un notable bufido al aire, completamente exhausto de toda la mierda que tenía que editar, pero tenía que ser paciente, ya casi era la hora de salida y para su buena suerte, el estúpido de su jefe se encontraba en una junta de esas que se acababan hasta el día siguiente, pero la parte mala era que también su pareja estaba ahí dentro, a su mente llegó la cómica imagen de ambos peleándose como si de un perro y un gato se tratasen, obviamente él sabía quién saldría vencedor, soltó una pequeña risa para sí mismo, tenía que ser optimista en la medida de lo posible, mañana sería sábado y podría estar todo el día con su familia.

Echó su cabeza para atrás antes de volver a acomodarla en su sitio, dándose cuenta de que su cabello era más largo, cosa que no le molestaba en lo mínimo y menos a su pareja, dirigió su mirada cansada hacia los manuscritos que se encontraban en su mesa de trabajo y suspiró con notable desagrado.

En esos momentos la idea de renunciar a Marukawa y regresar a la editorial de su padre para hacerse cargo del negocio familiar era bastante agradable y hasta cierto punto tentadora. Tal vez lo consideraría más tarde.

Así pasaron los minutos hasta que llegó la hora más hermosa del día, la hora de salir de aquel manicomio disfrazado de editorial, Ritsu a una velocidad increíble comenzó a guardar todas sus cosas en su maletín, tomando las llaves de su casa guardándolas en el bolsillo derecho de su pantalón, sabía que Yokozawa saldría más tarde, sus hijos estaban en la casa de sus padres, podría llegar y ayudar a su madre con la cena, si, ese era el plan. Tomó su maletín despidiéndose de sus compañeros de forma general saliendo de la oficina, pero en lugar de ir hacia la salida, su primera parada fue al baño.

Cuando salió del cubículo un fuerte escalofrío recorrió su espina dorsal estremeciéndolo por completa, miró como la luz de la luna llena brillaba en el cielo oscuro, lavó su rostro con abundante agua en un intento de calmar esos nervios que de pronto comenzaron a invadirlo, por favor... noche de brujas ya había pasado, ningún lobo, vampiro u otra criatura sobrenatural y fantástica iba a aparecer para hacerle daño, ¿verdad?

Pff, que pensamiento tan tonto, ¡claro que nadie lo atacaría!

—Tranquilo Ritsu, solo estás estresado... solo es estrés —se dijo a sí mismo repetidas ocasiones hasta que logró convencerse de que estaba en lo correcto, cerró la llave del agua y giró su cuerpo con dirección a la salida, pero algo o más bien, alguien lo regresó al baño como si de una fuerte ventisca se tratase, la puerta se cerró de forma agresiva y escuchó como le ponían seguro, su cuerpo se sintió presionado con otro que era mucho más grande que el suyo, los dedos del otro se clavaron en sus brazos, por lo que soltó un quejido de dolor, no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba pasando—

Lo que no esperó es que una mano golpeara su rostro, con una fuerza que lo hizo perder el equilibrio y lo hizo caer al suelo sentado, se molestó, pues él sabía que muy de quien era esa mano, sobó su mejilla lastimada y con enojo levantó la mirada encontrándose con unos ojos miel que conocía a la perfección. Aclaró su garganta y con la poca paciencia que le quedaba, preguntó.

—Dime... ¿a qué se debe la agresión hacia mi persona?

La sonora carcajada de Takano rompió el silencio que había en los baños, pero no era la típica risa habitual, había un tinte que lo desconcertaba, un tinte desquiciado y de locura, su sentido de alerta se encendió, algo no estaba bien y tenía que salir de ahí lo más rápido posible; hizo un movimiento rápido, pero su jefe fue más veloz al sujetarlo del cuello y presionándolo, Onodera tosió, tratando de recuperar el aire; luego de eso sintió un fuerte golpe en la boca del estómago, cayó al suelo retorciéndose del dolor, no entendía que diablos estaba ocurriendo.

—Je, aparte de cínico, eres una zorra —se acercó peligrosamente a él y clavó sus uñas en el rostro del castaño haciéndole girar su cabeza bruscamente hacia donde estaba él— No trates de hacerte el santo que no te queda, ¿o me vas a negar esto? —le lanzó su teléfono el cual tenía un vídeo corriendo, Ritsu tomó el aparato en sus manos y su rostro palideció al ver el contenido—

En ese vídeo estaban él y su pareja, en una situación bastante comprometedora, un material digno de una película pornográfica.

—¿C-Cómo conseguiste esto? ... —preguntó desconcertado, no creyendo lo que acababa de ver—

De nuevo, aquella terrorífica risa inundó sus oídos, estaba muerto de la vergüenza y del miedo, aunque lo última era más fuerte. Sus ropas fueron rasgadas por más que intentó lugar contra Masamune, este lo inmovilizó de sus manos, trató de gritar pero otra bofetada lo calló por completo, solo sollozos salían de sus labios, estaba siendo agredido de la peor forma, su cuello ardió al sentir como aquel tipo lo mordía, tenía miedo, Takano se había vuelto completamente loco.

Cerró los ojos, no podía quedarse sin hacer nada y no estaba dispuesto a ser humillado de esa forma sin luchar, con todas sus fuerzas, le soltó un potente cabezazo a la barbilla del de cabello oscuro, lo que le dio tiempo de zafarse, acomodó lo que le quedaba de camisa como pudo, pero eso le quitó tiempo ya que tenía a Takano encima suyo otra vez; el mayor rodeó su cuello con el brazo ejerciendo fuerza con toda la intención de estrangularlo y dejarlo inconsciente, Ritsu solo mordió su brazo con fuerza, haciéndolo sangrar y que lo soltara, lo empujó y corrió fuera del baño tan rápido como pudo... cuando se alejó lo suficiente, se dejó caer, quería llorar, pero las lágrimas no salían... ¿por qué le había hecho eso? Él tenía derecho de rehacer su vida con alguien más, ¿no? Entonces, ¿por qué agredirlo de esa forma? Tocó la mordida que el idiota le había hecho, dolía y dolía mucho... necesitaba llegar a casa y ducharse, se sentía tan sucio e inmundo; se levantó aún bastante aturdido y caminó, chocando con alguien.

—Ritsu-kun, ¿estás bien? —la voz de Aikawa lo hizo reaccionar, miró a la pelirroja con ojos de cordero degollado, ella puso una expresión de horror al verlo, pero por respeto no dijo nada— Dios, ven, te llevaré a tu casa —lo tomó de la mano y lo guió hacia su vehículo—

El castaño soltó un par de lágrimas, ¿Por qué su pasado no podía dejar de atormentarlo?

Continuará...

:)

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