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26 - Miracle

Pasó exactamente un mes, los golpes y las heridas de Onodera ya habían sanado en su totalidad, el castaño actuaba como si era pelea nunca hubiera pasado siempre que iba a casa de Usami-san, y la gran mayoría de las veces funcionaba (siempre y cuando el escritor no estuviera presente) pero le era imposible no decirle alguna que otra cosa a Misaki cuando este trataba de molestarlo. Ahora estaba rumbo a su trabajo, comiendo algo ligero para tener algo en su estómago, pues el que se suponía que sería su desayuno le provocó unos ascos terribles que ni siquiera pudo probar un bocado, tal vez no eran tan comestible o simplemente algunos de los ingredientes estaba echado a perder; con pesar tiró el alimento y salió de su casa en ayunos, en su camino al trabajo compró una barra integral y la comió. Llegó a Marukawa, yendo directamente hacía su sección, se sentó en su asiento y se puso a trabajar.

Ya era medio día cuando Aikawa lo sacó de Literatura para que la acompañará a almorzar, fueron a una cafetería, la editora pidió su comida, Ritsu solo ordenó un vaso con agua, sentía el estómago revuelto.

—Ritsu-kun... —Dijo la editora mirando a su compañero—

—¿Sí?

—¿Te sientes bien? —preguntó ella terminando su comida—

—¿A qué se debe la pregunta? —cuestionó el editor castaño con una ceja arqueada, en ese momento él se sentía bien—

—Bueno, es que últimamente has tenido mareos, hay veces en las que no puedes comer, corres al inodoro a devolver el estomago y te ves cansado. Por eso te pregunto si estás bien —Contestó la pelirroja con un tono de preocupación en su voz—

Onodera parpadeó confundido, al parecer era un libro abierto, pues Aikawa tenía toda la razón, en el último mes no se estaba sintiendo muy bien que digamos, y entre esos molestos síntomas estaban los dolores de cabeza y sus ganas de dormir se presentaba con más frecuencia, Ritsu pensó sin decir nada por algunos instantes, probablemente tenía una clase de infección y hasta ese momento se dio cuenta, sí, eso debía ser.

—No se preocupe Aikawa —dijo Ritsu con tranquilidad— Seguro es una infección, con una simple pastilla se me quitará —El de ojos verdes parecía no tomarle gran importancia a su estado, cosa que no dejó muy contenta a la pelirroja, ella sabía que esos síntomas eran algo más que una simple infección en el estómago, pero no estaba segura de que era ese "algo"—

No muy convencida, Aikawa dio por finalizada la conversación, pues ya era hora de regresar al trabajo, pagó la cuenta y volvieron a Marukawa, ella no pudo concentrarse en su trabajo en lo que restaba del día, el estado de Onodera la tenía bastante preocupada, al poco tiempo de conocerle le había tomado mucho cariño y le era imposible no preocuparse cuando algo malo de ocurría al de ojos verdes, suspiró pesadamente, dejó su trabajo a un lado y encendió su laptop rápidamente, sabía que no terminaría jamás si no estaba concentrada y en ese mismo instante no lo estaba, iba a buscar la forma de ayudar a Onodera, cuando el aparato encendió rápidamente fue al navegador y antes de teclear algo volvió a recordar todos aquellos indicios que vio en el heredero, "náuseas, mareos y vómitos... un momento, esos son síntomas de embarazo, es imposible". Tecleó esas palabras y comenzó a buscar información, pero todo llegaba a lo mismo, embarazo. Con frustración cerró su computadora y volvió a realizar su trabajo; tal vez Onodera si tenía razón después de todo...

*Días más tarde*

Velozmente corrió hacia el escusado, donde devolvió el poco desayuno que había comido en esa mañana, se abrazó a este mismo y siguió vomitando, en eso su pareja entró, realmente preocupado por las repentinas nauseas del castaño.

— ¡Ritsu! —Exclamó el de ventas acercándose al antes mencionado— ¿¡Estás bien?!

—S-Si... —Onodera levantó su cabeza por un momento para mirar a Yokozawa, pero luego sus ganas de vomitar volvieron con más fuerza que antes—

Takafumi con mucha preocupación por su castaño se agachó a su altura, acariciando su espalda, dándole a entender que todo estaría bien, cuando a Ritsu se le pasaron sus nauseas, volvió a ponerse de pie con la ayuda de su novio, jaló la palanca del escusado y fue directamente al lavabo para lavarse la boca, cuando termino el castaño se vio fijamente al espejo, su aspecto le daba asco.

— ¿Estás seguro de querer ir al trabajo? —el mayor lo tomó de los hombros, él también había notado que su Ritsu se encontraba enfermo, algunas veces le insistió de llevarlo al hospital, pero el editor se negaba rotundamente, alegando que con solo una pastilla se le quitaría el malestar, era tan terco—

—Claro que estoy seguro —volvió a abrir la llave del lavabo y mojó su rostro con algo de agua, luego se pasó una toalla limpia por la cara, miró su reflejo en el espejo, levantó su mirada, encontrándose con los intranquilos ojos azules de Yokozawa, soltó un suspiro poniendo su mano encima de la mano del mayor— Estaré bien, ¿sí? No tienes nada de que preocuparte. —Onodera le regaló una sonrisa para tranquilizarlo, cosa que funcionó, o eso creía—

—Bien, pero si llegas a sentirte mal, no dudes ni un segundo en decírmelo, ¿ok? —lo abrazó por la espalda, posando sus grandes manos específicamente sobre el vientre del menor, ocasionando que este se sonrojara levemente—

Después de esa conversación, ambos salieron del baño, cada uno tomó sus pertenencias y salieron de la casa Takafumi, la pareja subió al auto, este arrancó, yendo directo a Marukawa con algo de prisa, ya que faltaban poco minutos para que fuera la hora de entrada, llegaron a la editorial saliendo del coche casi saltando, la pareja se despidió con solo un beso en la mejilla y cada uno se fue a su respectiva sección.

Pasaron las horas en Marukawa y aún faltaba bastante para que el día terminara, nuestro editor hizo su cabeza para atrás soltando un profundo suspiro de cansancio, se levantó de su silla apresuradamente lo que provocó un fuerte mareo en él, se apoyó en su silla volviéndose a sentar, colocó sus manos en su cabeza, sentía que el mundo giraba a su alrededor, era una sensación horrible, masajeo sus sienes pero la sensación de vértigo no desaparecía, el castaño tomó aire e hizo un nuevo intento por levantarse sin caerse, en esa ocasión lo logró, caminó hacia la puerta de Literatura, justo antes de salir, esa espantosa sensación regresó a él, cayó de rodillas al suelo, se apoyó en el marco de la puerta para no caer por completo, cerró los ojos por un momento.

—¡Ritsu-kun! —gritó la pelirroja, fue corriendo a socorrer al castaño— ¿Te sientes bien?

—No... —contestó en un murmullo—

La editora sin dudarlo ni un solo segundo, lo ayudó a levantarse para llevarlo al hospital, los reclamos del castaño ahora no importaban en lo más mínimo, para su suerte, a Onodera lo pasaron a un consultorio rápidamente, Aikawa se quedó en la sala de espera leyendo algo para distraerse.

El ojiverde estaba sentado frente al escritorio de la persona que lo iba a atender, miró el entorno que lo rodeaba, cada detalle estaba tan bien cuidado, libros de medicina perfectamente ordenados en estantes, no había ni un solo rastro de basura en el suelo, todo bolígrafo y lápiz en un solo lugar, el escritorio era de manera muy reluciente...

—Disculpe la tardanza. —habló una voz a sus espaldas—

Onodera salió de su propio mundo dando un pequeño brinco en su asiento, giró su cuerpo, viendo fijamente al doctor que lo atendería, era un hombre algo joven y atractivo, tal vez de unos treinta años o un poco más, tenía su negro cabello bien peinado, los lentes que adornaban su rostro ocultaban las orejas debajo de sus ojos color turquesa y su forma de vestir iba muy de la mano con el consultorio, totalmente pulcro, bata de medico sin ninguna arruga y de un blanco brillante. El doctor caminó hasta el escritorio donde se sentó justo en frente de Ritsu.

—Soy el doctor Yukimura. —se presentó poniendo una hoja en la mesa y tomó un bolígrafo— ¿Su nombre es...? —levantó la mirada viendo a su paciente—

—Onodera Ritsu... —contestó nervioso—

—Bien Onodera-san, ¿cómo se ha sentido?

—Mal —susurró aún muy nervioso— He tenido mareos, náuseas y ascos, hay veces que no puedo probar bocado, también me he sentido fatigado y me cansó con más facilidad, también tengo dolores de cabeza recurrentes... —enlistó sus síntomas y el doctor tomaba todos los apuntes necesarios en esa hoja de papel—

—¿Ha tomado algún medicamento? —volvió a preguntar—

—Solo para el dolor de cabeza. —respondió—

Yukimura anotó las respuestas del castaño, luego dejó el bolígrafo en la mesa, se levantó y salió del consultorio, luego de varios minutos el doctor regresó con un tubo de muestra.

—Levante la manga de su camisa por favor. —el de ojos verde hizo caso, levantó su manga y colocó su brazo en la mesa, el médico le puso el torniquete, tocó su piel buscando la vena que fuera la adecuada, cuando la encontró limpió el área con alcohol e inyectó con la aguja, le sacó la jeringa y en su lugar puso el tubo para muestras, tomó la cantidad necesario, sacó la aguja con cuidado, puso algodón bañado en alcohol para detener el sangrado— Muy bien, puede ir a la sala de espera, lo volveré a llamar dentro de una hora.

—M-Muchas gracias, doctor... —se levantó lentamente de su asiento e hizo una reverencia, caminó hacía la puerta saliendo del consultorio, buscó a la pelirroja con la mirada y ahí la vio leyendo un libro, fue donde ella, sentándose a su lado—

Aikawa abandonó su lectura al ver a su subordinado sentando a un lado de ella.

—¿Qué te dijo el doctor? —se apresuró a interrogar viendo al menor de manera fija—

—S-Solo me tomó una muestra de sangre... —bajó la cabeza cubriéndola con ambas manos— Tengo miedo, Aikawa... ¿y si tengo algo grave? Sé que fue un error el haber venido al hospital hasta ese momento, pero... —sin poder contenerse algunas lágrimas salieron de sus ojos verdes, el editor ni siquiera se tomó la molestia de limpiarlas—

La mujer tomó una de sus manos y la apretó con fuerza.

—Tranquilo, ¿sí? —le habló suavemente, buscando la manera de reconfortarlo— Estoy segura de que no tienes nada grave, saldrás bien en esos análisis y si es el caso contrario, puedes contar con mi apoyo y con el de Yokozawa, así que quita esa cara triste y regálame una sonrisa.

Esas palabras hicieron que Ritsu se sintiera un poco mejor, solo un poco, aún se sentía preocupado y asustado, no sabía si creer en las palabras de la pelirroja o no, se acomodó mejor en su asiento abrazándose a sí mismo, cerro los ojos por un instante sin pensar que se quedaría dormido.

Después de haber tomado esa pequeña siesta, Onodera abrió los ojos con lentitud, talló sus orbes verdes, vio a su alrededor notando que aún se encontraba en el hospital, se paró del asiento para poder estirarse un poco, en su cuerpo todavía dominaba la pereza, por lo tanto se volvió a sentarse mientras veía fijamente hacía la nada, estaba completamente ido, un vaso humeante se colocó en frente suyo, eso lo hizo regresar a la realidad, tomó el vaso de café con ambas manos y lo observó por un instante, luego le dio un sorbo.

—Gracias... —agradeció en voz baja—

El ojiverde volvió a sumergirse en su propio mundo, ignorando lo que pasaba a su alrededor, los nervios lo estaban carcomiendo muy lentamente, vio la hora en el reloj de pared que estaba en la sala, ya había exactamente una hora y media desde que el doctor fue por sus análisis y la espera era realmente agonizante, ¡¿por qué se retrasaba tanto?! ¿Por qué lo hacía sufrir y esperar de esa manera? Sin poderlo evitar jaló con fuerza sus castaños cabellos, hasta casi llegar al punto de arrancarlos, se estaba desesperando.

—¿El paciente Onodera Ritsu? —Escuchar la voz del doctor después de una larguísima hora y media pudo haber sido el mejor momento de toda su maldita vida, aceleradamente se paró de su asiento, provocando que la sensación de vértigo regresara a él, su compañera pelirroja lo ayudó a mantenerse de pie— Pase a mi consultorio —El tono de voz del medico era totalmente serio, Onodera sintió un fuerte escalofrió en todo su cuerpo y comenzó a pensar lo peor—

Ritsu obedeció la orden del doctor, nuevamente entró al consultorio, tomó asiento frente al doctor, el ambiente era bastante pesado e incómodo. Sentía miedo, mucho miedo.

—Muy bien... —comenzó a hablar Yukimura sin despegar su vista de unos documentos— No sé como empezar a explicarle esto.

—¿E-Es algo grave?... —Ritsu tragó saliva, en ese momento estaba convertido en un manojo de nervios—

—No sé cual sea su concepto de "grave", pero nunca en mis años de carrera había visto algo como esto... —admitió el hombre de ojos turquesa con algo de sorpresa, estaba fascinado ante los resultados que soltaron los estudios— Esto es un verdadero milagro de la medicina...

—¡Doctor! ¡Por favor vaya al grano! —el castaño estaba al borde de la desesperación, ese estúpido medico le daba muchas vueltas al asunto—

Makoto (el doctor) lo miró de muy mala manera, nadie le había alzado la voz nunca, pero no lo culpaba, seguramente estaba muy desesperado por saber el diagnostico, se quitó los lentes cerrando los ojos y se masajeó las sienes por un momento, abrió los ojos y dirigió su mirada al paciente, pensó en lo que iba a decir.

—Señor Onodera, felicidades, está usted esperando un bebé.

Una risa rompió el silencioso ambiente, dicha risa era de Ritsu, el cual reía a grandes y sonoras carcajadas, hasta llegaba a dar un poco de miedo.

—Doctor no estoy para bromas.

—No estoy bromeado, pongo mi titulo en juego a que lo que le estoy diciendo es verdad, el análisis se repitió varias veces y en todas salió positivo.

—¡P-Pero eso es imposible! ¡Soy un hombre!

—Eso lo sé, pero los análisis nunca mienten. —el doctor suspiró— Además sus síntomas son mismos que los de un embarazo común.

El castaño estaba en completo shock, esto debía ser una horrible y bizarra pesadilla, se pellizcó a sí mismo y para su desgracia, todo lo que estaba pasando era real, inconscientemente abrazó su aún plano vientre y algunas lágrimas bajaron por sus mejillas, ¿en serio estaba esperando un bebé? Cubrió su boca con una mano y sollozó en silencio, no lo podía creer. Makoto lo miraba tristemente, era demasiado obvio que el chico iba a reaccionar de esa manera, no tenía ni la menor idea de como un hombre podía crear vida, pero ese tema para otro día.

—Onodera-san... —habló el doctor suavemente— Sé que se siente asustado y confundido, pero... —fue interrumpido—

—No lo quiero tener. —contestó sin rodeo alguno—

—¿Qué?... —Esa afirmación no se le esperaba en lo absoluto—

—Lo que escuchó... —el ojiverde limpió sus lagrimas como pudo— No me interesa saber como terminé en este estado, pero no yo quiero tener a ese bebé.

¿Qué demonios acababa de pasar?

Continuará...

¡Hola! Aquí el capitulo de hoy, espero les haya gustado, quitando el final abrupto que le di al capi JAJAJAJA xD Lo sé soy malvada c:

Tranquilos, no haré que Onodera lo pierda, ¿tal vez? Bueno no, no lo haré, calmados xd 

¿Como creen que será la reacción de Yoko? Y de todos en general? (y Takano xD?)

Gracias a aineko122, Tokneechi, Sakurai-Akira, HarukaAlvarado541, LucesitaTakaRitsu, niviaesther94, holabety, RosalyaDInverno, BeatrizBritez5, mascayeta, nosuraka, RochiiGrudzien, trinidaddelajara, LaJiminCOnda7u7, xiomara151515, talena2448, yokojandro, RutshSepulveda5, estefaniaanime, KurenaiNee, eamoon. -BlackParadise32, gabysohma, vaneambrose12, ggukiepooh, susuki_senpai, kiokonanamineko, Yam_Neko_LGBT, vkooklove1064, Stefany3110, little_wolf_325, La_Miss_Pancha_UwU, luciifujoliet, Jhannielper, BetthaniaMaiden, NanaDark, NormaMtz740, UsamaroTakahashi, tsukki_27, GabySol139, yami_y_shinobu, KawaiiNekoAkira, aineko122, ANIGABICORI, Di-San, PAOLA17ALVEO71, Romi-san, Freddygirl13kawaii13 por leer, comentar y votar, l@s amo ♥♥♥

¿Les gustan los capítulos de más de 2000 palabras o prefieren los de 1000? Para ver si hago más extensos los caps :3

Creo que esos capítulos serán más de como Onodera intentará llevar su cambio tan repentino y también de como Yokozawa reaccionará con la noticia.

Ahora si, ya no tengo nada más que decir, así que me despido

Nos leemos

¡Bye!

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