Yokozawa llegó a Marukawa con una expresión bastante seria, como era ya costumbre, aunque por dentro estaba que se moría del coraje, a él le hubiera gustado quedarse en casa de su castaño durante todo el día, pero sus planes fueron vilmente frustrados y pisoteados por un problema de último momento en la editorial. El de ventas murmuró un par de maldiciones antes de presionar el botón del ascensor y entrar a este mismo para ir a su respectivo departamento (y muy probablemente a la sala de juntas para resolver el dichoso asunto).

—¿Estas enojado? —preguntó con burla cierta voz, para luego aparecer en su forma angelical—

—¿Tú que crees? —contestó con otra pregunta, mientras apretaba los dientes—

—Oye, tranquilo. —soltó una leve risa— Verás a Onodera en la tarde. —Zen calló para luego volver a hablar— Por cierto ¿Ya te contestó el mensaje?

—No. —Yokozawa suspiró—

—No te alarmes, tal vez Onodera se volvió a dormir... —el ángel pausó y luego continuó— Digo, lo dejaste muy cansado anoche... —eso último fue un susurro que el de ventas pudo escuchar perfectamente, este golpeó al ángel con su maletín, el cual solo reía divertido ante la reacción de Yokozawa—

—Oye, eso dolió... —dijo Kirishima sobándose, el peliazul lo miró extrañado, ya que él creía que su maleta iba a traspasar el cuerpo de Zen—

En eso el elevador se detuvo, Takafumi y Kirishima se dieron cuenta de ello, las puertas se abrieron, un hombre de cabello azabache y ojos color miel entró. Era Takano. El editor de manga levantó la mirada y vio a su mejor amigo ahí dentro.

—Hola Yokozawa. —saludó Takano—

—Masamune. —devolvió el saludo, el de ventas giró hacía donde el ángel, pero este ya no estaba—

—Solo tú puedes verme y escucharme... no te preocupes —murmuró para después guardar silencio en la presencia del azabache —

El ojiazul asintió con la cabeza, y el ambiente en el elevador se volvió silencioso, pero el silencio fue interrumpido por el sonido un celular, específicamente era el celular de Yokozawa, el de ventas sacó el aparato de su bolsillo y encendió la pantalla, al ver el nombre del remitente, la mirada de Yokozawa se iluminó instantáneamente. Abrió el mensaje y al leerlo su malhumor desapareció.

Ritsu le respondió el mensaje que le había mandado hace unas pocas horas atrás, el castaño había aceptado verlo en la tarde. Entonces, eso significaba... Que ambos iban a tener una cita, su primera cita.

Espera, ¿ir a verse contaba como una cita? Se cuestionó en la mente, pues no estaba seguro de eso; guardó su celular y sonrió, sonrisa que no pasó desapercibo por Takano.

—Vaya, ¿y esa sonrisa? —preguntó con curiosidad—

Gracias a esa pregunta, Yokozawa salió de su burbuja. Giró a ver a su amigo fijamente.

—¿Sonrisa? ¿De qué sonrisa hablas Masamune? Yo no estoy sonriendo —dijo con nerviosismo—

—Si, claro... —rio levemente, dejando el tema a un lado, luego se encargaría de investigar quién era la persona que tenía a su amigo en otro mundo—

Por ahora, tenía que arreglar el dichoso asunto.

*Horas más tarde*

Onodera estuvo toda la mañana, y parte de la tarde encerrado en su casa, completamente nervioso debido a la salida que iba a tener con Yokozawa en unas pocas horas más. Aunque no entendía por qué estaba de esa manera, ellos dos solamente iban a hablar de lo que sucedió la noche anterior, tal vez Yokozawa le diría que tratará de olvidar lo que pasó, que solamente fue un error y que se dejó llevar por el momento.

Luego de pensar aquello, su corazón comenzó a estrujarse, posiblemente, el solo pensar que esa opción pudiera ser cierta, provocó que su corazón doliera. Porque, deseaba negarlo, él sentía algo por de ventas, y ese algo no era precisamente admiración o amistad. Tomó un respiro y se tranquilizó rápidamente. Ritsu vio la hora en el reloj, dándose cuenta de que tenía que empezar a arreglarse.

Después de unos cuantos minutos, el editor de literatura ya estaba aseado y cambiado para su... ¿qué se supone que era? ¿reunión? ¿cita? ¿salida? No lo sabía, pero el punto es que ya estaba listo; el castaño tenía puesto una camisa blanca, encima de esta un jersey gris claro, un pantalón de mezclilla azul oscuro y unos zapatos negros, su cabello con su típico peinado, todo estaba perfecto.

Tomó sus pertenencias y las guardó, luego miró la hora, percatándose que ya casi era hora, salió de su departamento con prisa, esperando no llegar tarde al punto de reunión donde quedaron en verse, bajó las escaleras de su edificio corriendo, no le importó caer al suelo y lastimarse. Salió de su hogar hecho un cohete hacía un parque no tan cercano.

Luego de haber corrido por un buen rato, Onodera llegó a su destino, paró en seco y tomó aire, el cual necesitaba urgentemente, giró su cabeza en busca de Yokozawa-san, pero al parecer, él había llegado más temprano, soltó un suspiro y se dispuso a caminar por el parque para matar el tiempo. Caminó con la mirada baja, viendo fijamente sus zapatos, estos no tenían nada especial, pero era entretenido verlos, tan distraído estaba Ritsu chocó con alguien.

—Disculpa. —dijo el ojiverde—

—Oh no, discúlpame tu a mí. —dijo la otra voz—

El castaño levantó su mirada, vio que la persona con la que había chocado era Takano, el antes mencionado se dio cuenta de lo mismo y una expresión de molestia se formó en su rostro.

—Así que choqué contigo ¿eh? Dime, ¿acaso no puedes ser más torpe de lo que ya eres? —dijo el editor de manga, con toda la intención de molestar al castaño—

—El del problema aquí es usted, al parecer su vista ya no funciona correctamente, necesita lentes nuevos... O la cirugía de una buena vez —si Takano podía atacarlo, él también lo haría—

—Tal vez tengas razón, estoy mal de la vista por qué no sé cómo pude fijarme en ti. —contrataco Masamune con burla—

—Solo esperó que no me vengas a rogar cuando tu adorado Misaki te ponga los cuernos. —pronuncio con rabia, apretando los dientes—

—Eso pasará el día que dejes de intentar llamar mi atención.

—¿Ah? Eso jamás pasó, Takano-san —dijo confuso—

—¿Ah no? Que yo sepa, te intentaste quitar la vida cuando te rechacé.

Ritsu palideció en ese instante, ¡¿cómo lo supo?! ¿Quién le había dicho? Si los únicos que sabían eran...

—¿Sorprendido? —sonrió con altanería— Yo me entero de todo, dulzura~

El castaño retrocedió un par de pasos, como queriendo irse corriendo de ese lugar, chocó de nueva cuenta con alguien está vez de espaldas, levantó la mirada y vio a Yokozawa, mirándolo con preocupación, antes que el de ventas pudiera articular palabra, el ojiverde salió despavorido del lugar.

—¡Hey Ritsu! ¡Espera! —Takafumi se fue corriendo detrás de Onodera—

Masamune miró la escena confundido, ¿desde cuándo su amigo llamaba a Onodera por su nombre? Eso no importaba, cubrió su rostro con ambas manos y se sentó en una banca, intentando reflexionar acerca del acontecimiento que ocurrió en su departamento con Misaki.

Estaba besando a Misaki, este le correspondía con gusto, de pronto una cosa llevó a la otra y terminaron semi desnudos en la cama, Masamune acariciaba el rostro del menor con sumo cuidado, como si de una pieza de porcelana se tratase, luego pronunció algo que lo hizo salir de su departamento, dejando a Takahashi desconcertado y estar en ese parque.

—Te amo, Onodera.

***

Después de haber tranquilizado al castaño, Yokozawa decidió llevarlo a un parque de diversiones para que se olvidará del enfrentamiento que tuvo con Masamune, y al parecer funcionó, porque Ritsu recobró el sentido y ya no tenía una expresión triste en su rostro, aquello lo hizo sentir feliz, aunque no del todo, aún no creía que Takano se había enterado del accidente de Onodera, no entendía como si él era la única persona que lo sabía.

Estuvieron paseando por casi todos los juegos del parque, desde los carros chocones, la casa del terror, y finalmente, la rueda de la fortuna, donde había un poco más de privacidad, el ojiazul no desaprovechó la oportunidad de abrazarlo, robarle unos cuantos besos y decirle a Ritsu cuanto lo amaba.

Luego de ese agradable pasea, el apetito de ambos se abrió, por lo cual fueron a una cafetería bastante sencilla pero acogedora, obviamente, nuestra "pareja" se sentó en las mesas del fondo.

Una vez que pidieron la comida, el mesero se retiró dejándolos solos. Ambos se hundieron en un silencioso ambiente, que no tardó en ser roto.

—Ritsu...

—¿Sí?

—Verás... acerca de la otra noche... —pausó, mierda, ¿ahora que iba a decir? No se le ocurría nada, justo en el momento más importante su mente se pone en blanco—

—Hmm, Yokozawa-san, si después de lo que pasó esa vez, quiere que lo olvidé, o que ya no nos veamos o nos dirijamos la palabra, respetaré su decisión.

El de ventas reaccionó ante esas palabras, ¡por supuesto que no! Él quería tener a Ritsu cerca de él, no alejarlo, giró su cuerpo y atrás suyo estaba Kirishima haciendo facepalm, negando con la cabeza y aguantándose una carcajada.

—Dime Ritsu, ¿te arrepientes de haber hecho el amor conmigo? —preguntó con seriedad, afirmación o negación, él aceptaría la respuesta, no importaba cuanto le doliera—

—¡P-Por supuesto que no! —Ritsu se levantó exaltado de su asiento, luego volvió a sentarse— S-Si me hubiera arrepentido, no estaría aquí, frente a frente contigo... —bajo la cabeza ruborizado—

Eso era todo lo que el oso gruñón necesitaba saber, se acercó al chico, levantó su cabeza y le dio un corto pero tierno beso en los labios, luego de eso lo miró fijamente a los ojos y dijo

—Onodera Ritsu, ¿quieres ser mi novio?

Continuará...

¡FELIZ DÍA DE SAN VALENTIN! *tira globos, dulces y peluches a montones* :D 

Yo sé que se los digo siempre, pero los amo ♥ los amo tanto que me apuré para terminar el capitulo, de hecho, hoy tenía escuela en la tarde pero me regresaron xD

Gracias a: 

NayNay0w0
eamoon
Yokojandro
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Yesy_18
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Xiomara151515
Perezbedoya

Por leer, comentar y votar, l@s amo ♥ y si no estás aquí, pero lees esto, también gracias :3

Ahora que estamos en esto de San Valentin, diganme, ¿cual ha sido el mejor regalo que han recibido? Los míos fueron dos peluches de Scooby Doo y un cojín de Rin y Len Kagamine ♥

¿Creen que Onodera le diga que si a Yokozawa? ¿Como supo Takano del accidente? xD

El siguiente capítulo es de Kirishima :3

Ahora, sin más que decir, me despido

Nos leemos

Bye!