BENNINGTON SANATORIO
Diez años después

El doctor Spencer se encontraba afuera del Sanatorio en el que su madre se encontraba desde hacía ya varios años por su esquizofrenia, había decidido que tendría que visitar a su madre y pasar un poco de tiempo con ella, ya que le habían comentado que era probable que con su enfermedad en un tiempo pueda hasta olvidarle, siendo el único recuerdo de él, el cuaderno en el que ella siempre escribe.

-Doctor Reid, que gusto verlo-saludó la enfermera de la recepción al ver al chico llegar-. Su madre está afuera

-Gracias. -Spencer le dio una cordial sonrisa a la mujer y avanzo por los pasillos del lugar hasta que llego al jardín donde las personas que ahí estaban, disfrutaban del aire libre

Vio a lo lejos como su madre hablaba con una chica de cabello rubio, Spencer no pudo avanzar más porque se quedó observando a la chica, era demasiado linda, por un momento paso la idea de alejarse e irse por donde había venido, pero aquella chica lo intrigaba mucho, y como si su cuerpo respondiera a sus pensamientos, comenzó a avanzar en dirección a aquellas dos mujeres.

-Hola mamá-saludó Spencer al llegar a lado de su madre

-Que gusto que hayas venido-contestó su madre volteándolo a ver-. Te presento a Damara. -dirigió su atención a la otra chica

-Hola Spencer, tu madre me ha hablado mucho sobre ti-comentó la chica dándole una sonrisa tierna, haciendo que Spencer se pusiera nervioso

-Mucho gusto Damara-contestó el chico tratando de ocultar lo nervioso que estaba, aunque sus gestos y desviar la mirada hicieron suponer a ella que era algo tímido

-Bueno, dejare que ustedes se conozcan en lo que yo voy a ver que darán de almorzar.-la madre de Spencer se levantó para dejar a ambos chicos solos-. Los veo en un rato

La señora Reid se alejó de ambos creando un ambiente algo incomodo entre ellos, Spencer no sabía cómo hablar con ella sin verse tan cerebrito o arruinando la situación.

-¿Quieres ir a caminar?-pregunto Damara mirando a Spencer y él solo asintió con media sonrisa

la chica avanzo hacia donde estaban unos viejos columpios, normalmente eran ocupados por los niños que acompañaban a las visitas, así que Damara y Spencer se sentaron en ellos y comenzaron a mecerse levemente.

-No vienes muy seguido por aquí ¿Verdad?-pregunto Damara mirando a Spencer

-No, mi trabajo me consume de tiempo completo y me es muy difícil venir-explico mirando a Damara-. ¿Tu vienes a visitar a alguien?

-A mi abuela, ella ya no puede ver y está aquí desde hace unos años, pero como mi familia no puede venir a verla porque están muy ocupados, vengo yo a verla-dijo ella sin dejar de moverse en el columpio-. Tu mamá me contó que trabajas en el FBI

-Ah sí, trabajo en la UAC. -Spencer jugaba con sus dedos-. Mi trabajo es conocido como perfilador, me encargo de investigar cómo es la vida de los criminales, sus actitudes, próximos movimientos y en algunos casos quienes podrían ser con solo ver la escena del crimen y la información que se nos proporciona-explico demasiado rápido y pensó que la había asustado, pero al mirarla, ella le prestaba total atención como si no fuera nada raro lo que oía

-Eso es genial, debes de ser un genio para poder realizar esos perfiles con muy poca información-eso hizo que Spencer soltara una pequeña risa, ya que si, básicamente era un genio

-¿Vives cerca de aquí?-pregunto Spencer para tratar de conocer más a Damara

-Vivo en California, pero en lo que estoy de visita, me quedo en una cabaña de la familia que no está muy lejos de este lugar-dijo Damara-. Si piensas quedarte unos días, podrías quedarte conmigo, tenemos muchas habitaciones de sobra

-¿No les molestara a tus padres que lleves extraños a su casa?-dijo el chico

-Si lo que te preocupa es que si mis padres estarán de acuerdo en que lleve a un chico a su casa de verano con la incertidumbre de si será un asesino o secuestrador, no te preocupes por eso, porque no te lo diría si no te hubiera hecho ya un perfil. -bromeo Damara- . ¿Entonces, aceptas mi propuesta?

-Claro, muchas gracias-contesto Spencer y ambos sonrieron después de eso

Estuvieron un rato más platicando acerca del trabajo de Reid, a él le agradaba mucho la idea de que una persona del sexo opuesto se interesara tanto por lo que a él le apasionaba, también noto que tenían muchos gustos en común en la literatura, a Spencer le agradaba mucho Damara, a pesar que solo llevaban unas cuantas horas platicando, le parecía una chica demasiado graciosa, linda y misteriosa.

-Creo que ya se está haciendo tarde-comento Damara al ver como el atardecer se notaba cada vez más-. Iré a despedirme de mi abuela para poder irnos

-Claro, te esperare afuera-dijo Spencer viendo como la chica se alejaba y unos segundos después él se levantó para ir a buscar a su madre y despedirse

Al entrar al lugar, Spencer busco a su madre en la sala principal y la vio escribiendo en su cuaderno donde ahí se plasmaban cada una de las historias que le contaba en sus cartas.

-Mamá, ya es hora de que me vaya. -Reid interrumpió a su madre poniéndose frente a ella-. Me quedare en una casa que la familia de Damara tiene cerca de aquí, así podre venir a verte antes de regresar al trabajo

-Se ven muy lindos juntos-comento la señora Reid-. Deberías de darte la oportunidad de enamorarte

-Ella y yo acabamos de conocernos-Spencer rió nerviosamente

-En el juego del amor todo puede pasar-finalizo ella alzando los hombros

Después de eso, el chico salió al estacionamiento a esperar a Damara, no tardó mucho en que ella apareciera y ambos avanzaron juntos al auto de Spencer, cuando ambos estuvieron dentro del auto, Damara le dio la dirección de la casa a Reid y cuando supo donde era, encendió el auto para tomar rumbo hacia allá.