Capítulo 7
Canción del capítulo: Aurora - Dreams.
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El dolor de cabeza se había vuelto insoportable, los latidos del paciente no se detuvieron como hubieran esperado, al contrario, aumentaron un poco. JungKook tuvo que ser estabilizado de nuevo, el personal médico no esperó que el joven comenzara a despertar, primero movió sus ojos estando cerrados, luego, con lentitud fue abriéndolos encontrando figuras borrosas, sus padres entraron a la habitación después del permiso del doctor, el pelinegro tenía algunos cables en su cuerpo aunque no tantos como antes, una de las enfermeras había intentado preguntarle cosas sencillas sin obtener respuesta, el chico ni siquiera se movía, parecía...distraído en su propia mente.
—¿JungKook?—la mujer tocó su mano con cierto cuidado—Cariño, ¿Puedes escucharme?
Los ojos oscuros del muchacho se mantuvieron en algún punto de la habitación.
—JungKook, hijo—su padre se posó a su izquierda tocando su brazo. Colocó su mano sobre él sintiéndolo frío—¿JungKook?
Una tercera persona se encontraba en la habitación, una que sólo era notada por el paciente, estaba frente a su camilla a los pies de ésta mirándolo con preocupación. Tenía cabello castaño cayendo suelto por sus hombros de manera despeinada, NaRi notó que su vista está en ella, ¿Enserio podía verla?
—¿JungKook?—susurró. ¿Qué estaba pasando?, ¿Por qué no le respondía?, era como si estuviera un cincuenta por ciento allí.
—Llama al doctor—la señora Jeon miró a su esposo—Debe hacerle más exámenes.
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NamJoon llegó corriendo cuando recibió la noticia, el pobre sin aliento tuvo que recobrar la compostura al encontrarse al padre de NaRi con el de JungKook en el pasillo.
—Lamento...tardar, tuve...que bajarme...del taxi porque había...tráfico.
—Tranquilo, muchacho, respira—el señor Kim dio palmaditas a su espalda.
—JungKook...—dijo mirando a la habitación. La camilla estaba vacía—¿Dónde...?—adentro las dos mujeres se consolaban, ¿Qué estaba pasando?
Ambos hombres intercambiaron una mirada. Fue el señor Kim que se atrevió a explicarle.
—Están haciéndole unos exámenes ahora mismo. Parece que no reconoce a nadie, él...está y no está al mismo tiempo.
—Tampoco puede moverse por sí mismo—el padre del chico tragó con dificultad—Esto será difícil, me alegra que haya despertado, pero...verlo así es...
—Ahí viene.
Nam giró sobre sus talones viendo a su amigo en una silla de ruedas, una enfermera lo traía de vuelta a su cuarto, sus ojos estaban vacíos, sus labios estaban entreabiertos y su cabeza se encontraba inclinada un poco a la derecha. La enfermera lo ayudó a colocarse de pie junto a la camilla, NamJoon aprovechó para hablarle a su amigo con esperanzas de que lo reconociera.
—Oye, es agradable verte despierto—sonrió un poco. Una sonrisa que no duró mucho en NamJoon, JungKook no lo veía siquiera, parecía perdido en sí—¿JungKook?, ¿Me recuerdas?, soy yo, NamJoon.
—Hay que tomarlo con calma—la enfermera le hizo tomar asiento en la camilla—El doctor vendrá en unos minutos para darles información.
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Una parte del cerebro de JungKook se había dañado por la falta de oxígeno durante su coma, también con el golpe recibido en el accidente, una parte de él no volvería a ser como antes, necesitaría ayuda de por vida. Era justo como el doctor les había advertido, aunque nadie esperó que fuera a tal profundidad, el alma de NaRi seguía en la habitación, había estado allí todo el día mirando y escuchando con dolor. ¿Entonces que él volviera a su cuerpo fue una mala decisión?, JungKook no podía dormir, estaba de pie frente a una ventana que daba a la calle permitiendo ver una parte de la ciudad al estar en un piso elevado, estaba solo esa noche.
—¿Realmente lo olvidaste?—susurró NaRi observando al pelinegro—JungKook—llamó. Éste volteó a verla sin ninguna expresión—Puedes verme, ¿Cierto?—él asintió despacio—¿Me entiendes?, ¿Sabes quién soy?
Los minutos en silencio se hicieron muy largos, miró a la ventana de nuevo dejando un enorme dolor en la castaña. De repente comenzaba a arrepentirse de haberlo animado a volver.
—JungKook—tocó su mano. Ésta no lo traspasó, él realmente la pudo sentir, volvió a mirarla aunque esta vez con ojos llorosos—Tienes que decir algo, por favor—suplicó—Cualquier cosa que venga a tu mente, ¿Sí?—pidió—Por favor.
El chico miró su mano sobre la suya, acarició con cuidado deteniéndose en un anillo adornando su dedo. Nada vino a su mente, estaba vacía...o quizás si intentó aparecer algo en sus pensamientos siendo una neblina que volvía borrosa la imagen.
NaRi sollozó al darse cuenta que no habría respuesta, había estado enfocada en que viviera olvidando tal vez las consecuencias, verlo así era más doloroso de lo que esperaba. JungKook la rodeó cuidadosamente con sus brazos permitiéndole llorar en su pecho.
—Lo siento—la escuchó decir—Sólo quería que siguieras viviendo, creí que...era la mejor decisión—levantó su rostro encontrando su mirada vacía—Si esto será así...no lo quiero—sollozó—No me dejes, JungKook. No así.
Para el pelinegro no era raro que sólo él pudiera verla, no era extraño que ella estuviera llorando con dolor suplicándole que se quedara a su lado, nada era raro, nada tenía sentido en su mente. Pero, si algo sabía es que verla así le entristecía sin saber la razón, volvió a abrazarla escuchando sus sollozos, ¿Cómo podía decirle que no llorara más si había olvidado como se usaban las palabras?, en resumen, ese hombre era una versión más triste y...diferente de lo que todos creían conocer.
El próximo es el antepenúltimo.
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