Christmas at 3 O'Clock
NamJin
Diciembre 24, Irlanda
-Vamos lo prometiste a comienzos de mes, no es momento de retractarte. - casi rogó el de cabellos rubios
-Nunca lo prometí, bebé solo dije que si se daba la oportunidad lo haríamos.
-P-pero... - abultó sus labios formando un bonito mohín, Seokjin suspiró.
-Pero, si sigues insistiendo la abstinencia será tu regalo de navidad. - terminó por levantarse, guiñando uno de sus ojos antes de tomar su abrigo y salir por la puerta. Namjoon quien seguía sentado en su sillón hizo una mueca de dolor a la vez que tomaba su pecho dramáticamente como si algo doliera en su interior.
-¿Abstinencia? ¿En serio?, Creo que está menos a favor de ti, que de mí. -susurró a la soledad de su habitación.
-¿Dijiste algo? - Seokjin entró por la puerta casi como si de un animal se tratara - Porque si fue así, no habrá regalo de nochebuena, eh.
-Dije que mejor vamos a por los regalos de nuestros retoños, eso dije.
-Eso pensé - dijo el castaño entre dientes.
Y el rubio se lamentó por dentro ya que su bonito novio había roto la promesa de ir juntos a aquel parque de diversiones nuevo que días antes habían inaugurado y al que Namjoon tanto deseaba ir por su peculiar atracción en realidad virtual.
Ah, si tan solo no lo amara tanto, estaba seguro que iría solo.
Dos horas más tarde estaban de regreso a casa y con el sudor corriendo por sus cuerpos, pues el frío de nochebuena hacia de sus jugadas.
El sonido de sus respiraciones chocando y el chasquido de sus lenguas en colisión eran lo único más erótico que llenaba la habitación. El rubio gruñía cada vez que el castaño subía de esa manera y se dejaba caer tan lento que estaba seguro lo iba matar de seguir así, uno gimió y el otro en un movimiento brusco volteó el cuerpo del contrario quedando éste de rodillas y el rubio con sus manos en la cintura del otro.
Seokjin chilló cuando fue estampada una cachetada en su nalga derecha.
-¿Dónde quedó la abstinencia de la que tanto hablabas, precioso? -se burló Namjoon acariciándolo
-Mnhg, m-mejor cierra la boca antes de que me arrepienta - mumuró el castaño con la cara en su almohada amartiguando sus palabras.
Gimió una vez más cuando Namjoon lo embistió de manera brusca. Y claro, estaba a punto de rozar el cielo con sus manos de no ser porque tres golpes en la puerta hicieron a Namjoon parar abruptamente.
-Maldición Nam, ¿Porqué de repente paras?
-Sshht - El rubio salió rápido de su Interior a la vez que agudizaba su oído - ¿No escuchaste?
-Duh, lo único que escuché fue el adiós de mi orgasmo. - Bufó molesto Seokjin, el rubio no le prestó atención.
Los golpes volvieron a escucharse esta vez más fuertes y casi sonando desesperados.
-Yah, vístete Jin. Iré a ver quién es. - exclamó un Namjoon ya vestido saliendo por la puerta.
-Ten cuidado, no abras si no es alguien conocido.
Y aunque Namjoon tenía el presentimiento de que hoy era un buen día lo que no sabía, era que su regalo de nochebuena estaba lejos de ser bueno.
2:58.am, mismo lugar.
-¡Corre! - gritó Namjoon quien trataba de hacer que su pareja volviera a la realidad -SeokJin, vamos porfavor corre. Trataré de distraerlo pero no nos queda mucho tiempo, llama a Yoongi yo iré enseguida - Prometió el rubio al borde de un ataque.
-P-porfavor, Namie porfavor ven conmigo.
-Jinnie - arrulló el de hoyuelos besando su frente y limpiando las lágrimas que corrían por su desastroso rostro - Dejaré la casa en cuanto me asegure de que no nos siguen, ¿Okey? Toma - le extendió su teléfono - haz lo que te dije, te amo.
Y después se levantó despacio tomando uno de los cuchillos de la cocina, caminó lento haciendo el menor ruido posible. Miró una vez más hacia atrás confirmando que Seokjin había dejado la casa por la puerta trasera.
Una lágrima abandonó su ojo.
La pareja que vivía hace más de dos años en aquella pequeña casa, sabían de sobra los rumores que volaban por el vecindario, en especial uno que marcaba su casa como "maldita" pues cada pareja que se alojaba en aquella casa siempre terminaba por alguna extraña razón muerta y en circunstancias nada normales. Aún así ellos decidieron hacer caso omiso a aquellos rumores alquilando la casa y haciendo de ciegos a la extraña aura que se presentaba cada nochebuena.
Pobres de ellos, pues la ignorancia a temas paranormales jamás fue algo que llamara su atención.
SeokJin corrió justo como Namjoon indicó y fuera de su casa salió a la vez que sacaba su teléfono y llamaba a Yoongi en busca de su ayuda, dos pitidos después un Yoongi de mala gana contestó.
-¿No es muy tarde para que me andes llamando justo ahora? - reprendió al otro lado de la línea, pero abandonó de inmediato ese tono cuando escuchó la respiración acelerada del mayor - ¿SeokJin? ¿Que sucede? ¿Está todo bien?
Pero el silencio fue lo único que recibió por respuesta.
-¿SeokJin? ¡¿SeokJin?! - se alarmó el peli menta cortando la llamada y saliendo a su ayuda apenas escuchó un grito desgarrador.
Mientras tanto un Namjoon con heridas graves se arrastraba a la parte trasera de su casa sosteniéndose de la pared con el cuchillo aún en su mano. No creía aguantar mucho más y viendo la herida profunda en su pecho confirmaba la torpeza de la que tanto su novio hablaba.
- ¿Te divertiste todas esas noches follándolo? Ah, te ves tan lamentable justo ahora, Namie - agudizó su voz al final aquel ser de ojos púrpuras - ¿Crees que no lo ví? ¿Creíste que eran falsos rumores? Oh, tan dulce como torpe - escupió con veneno rodeando al rubio.
Cortó con una de sus manos, la piel que cubría su mejilla derecha seguido de eso hizo un corte profundo en una de sus piernas. El dolor se hizo presente y en un desgarrador grito Namjoon dejó ir su dolor.
Un demonio.
Eso había descubierto el dueño de casa. Un demonio no cualquiera, uno que tomaba formas humanas y engañaba a tu mente haciéndose tu amigo y manipulando todo a su alcance. Oh, que gran error no prestar atención pues todas las navidades a las 3:00.am al caer la nieve tres demonios se alimentaban de aquellos que odiaban la navidad y desesperanzaban a otros que la amaban con anhelo.
-Fui tan estúpido al creer en ti, Jungkook. -se quejó tosiendo el humano - SeokJin me lo dijo un par de veces, pero siempre creí que eras como un hermanito para mí.
-Aw, que tierno, porque también te consideré una deliciosa alma que ayudaría a mi crecimiento - respondió el demonio quién sonreía con malicia sentado en uno de los extremos del patio -Hey, sin resentimientos solo es mi trabajo y ustedes solo eran parte de ello.
Fue tan estúpido al creer que tenía amigos.
-N-no le hagas nada a Jin, porfavor.
-Uh, cariño. Yo solo quería tu alma, SeokJin estaba fuera de mis planes, pero no de los alguien más. No debiste dejar que tu noviecito jugara tanto con Taehyung. - Informó un Jungkook en tono divertido. -En cuanto a ti... - se puso de pie tomando a Namjoon de la camiseta y tirándole al otro lado de la casa vecina - Debiste dejar la casa cuando pudiste, aunque bueno, hubiesen terminado en los mismos resultados.
- P-porfavor, haz lo que quieras conmigo. Pero dile a Taehyung que deje a SeokJin. Pueden tomar mi alma, mi cuerpo y sangre. Pero no él, no a él porfavor - suplicó llorando una vez más el rubio escupiendo sangre y el demonio no hizo más que quejarse.
Sus ojos se tornaron de un púrpura intenso y de un tirón el brazo de Namjoon fue arrancado.
-Mejor cállate, o tu muerte será más dolorosa. - Otro tirón más y el desgarrador grito resonó a oídos de un castaño inconsciente no muy lejos de allí.
Su cabeza daba vueltas para cuando despertó y sus ojos fueron lo primero que conectaron a los ajenos. Un violeta metálico relucian en sus pupilas, SeokJin tembló.
-¿Dónde está? ¡¿Dónde demonios está Namjoon?!
-Shtt shht, más despacio, bonito. No te quejes tan alto no quieres que tu Namjoon termine sin cabeza para cuando lo veas, ¿O si? - se mofó un peli azul sosteniendo la barbilla del otro.
-Mira, maldito Demonio. Me importa una grandísima mierda si haces conmigo lo que se te venga en gana, pero no le hagas daño a Namjoon. Más te vale que Nam esté bien o sino-
-Namjoon, Namjoon, Dios mío. ¿Solo mierda sale de tu boca? - Golpeó directo a su cara, haciendo que el castaño escupiera sangre. -Si no dejas de hablar ahora lo siguiente que escupirás será tu lengua.
-Confié mi vida a ti, Taehyung.
Se lamentaba, pero más que eso se arrepentía de haber cruzado palabras con aquellos chicos la navidad de su cumpleaños años atrás.
Su cabeza dolía, su cuerpo igual pero no era momento de rendirse, no ahora que el rubio lo necesitaba. Tomó aire y de un tirón su cabeza fue a dar con la contraria haciendo que el demonio riera con sequedad.
-Por lucifer, Jin. ¿Crees que puedes hacerme algo en este estado, y con eso? No me hagas reír.
-Taehyung, eres tan deplorable. -escupió entre dientes.
-Y tú tan inocente, ja. - entonces clavó una de sus uñas directamente en su ojo izquierdo. SeokJin gritó, y lloró tan fuerte que cayó inconsciente apenas Taehyung enterró sus dientes en su hombro.
La sangre brotaba tan escandalosamente como si un río fluyera. Pedazos de carne y dedos formaban un camino carmesí hacia el interior de la casa. Yoongi casi vomita cuando un vió la mitad de un brazo ser tendido en la encimera. La presión en su cabeza aumentó y quiso arrancar sus ojos cuando pudo divisar a dos cuerpos que yacían fuera del patio. No quiso creerlo, él no quiso hacerlo pues corrió lo más rápido que pudo cuando SeokJin llamó a su teléfono a las tres de la mañana.
Él creyó que solo fue una de las bromas del par de amigos que conoció hace unos meses. Taehyung ni Jungkook contestaban sus celulares y Jimin le había dicho que tenía algo que hacer esa noche. Estaba jodido. No era verdad.
-No puede ser, no puede ser - se repitió a si mismo cuando reconoció a NamJoon siendo abrazado por un SeokJin al borde de la muerte. Pues ni en las peores películas de terror el peli mente creyó haber visto lo que ahora a sus ojos engañaban.
Un Namjoon sin brazos ni una pierna, una parte del hueso de las extremidades colgaba a los lados junto con algunos tendones y venas. La sangre que aún salía era espesa, roja y tan repugnante de ver, tenía arañazos en todo su cuerpo, un gran hoyo en su pecho y en su mejilla faltaba la carne de dónde sus hoyuelos antes yacían. Cómo si no fuera suficiente SeokJin no tenía dedos en sus manos, ni en sus pies, tosía escupiendo sangre y algunos coágulos de sangre, donde antes solían estar sus ojos ahora estaban vacíos, solo cuencas habían con nervios saliendo de allí acompañados de sangre ya seca, como si fueran lágrimas corrían por su cara. En su hombro izquierdo se podía reconocer la ausencia de piel y la marca de miles de dientes como si la hubiesen arrancado de un tirón.
Deplorable.
La nieva caía espesamente, el frío taladraba sus huesos pero no importaba, nada lo hacía.
¿Cómo una nochebuena terminaría de esta forma?
Mientras más se acercaba más quería llorar. No podía, simplemente no podía ser cierto. Su corazón latía a millón y de rodillas cayó llorando y maldiciendo al mundo.
-V-vete...
Sus ojos se abrieron.
-Por Dios, SeokJin. ¿E-estás? ¿Tu aún estás?
-Y-yongi... -a ciegas hizo el ademán de tocar al peli menta pero se detuvo cuando Yoongi tomó de inmediato su mano con la ausencia de sus dedos -J-ji...min... H-hu...ye...
-No, no, no, no SeokJin. Vamos, no puedes morir aquí. Estarás bien, todo lo estará - se atrevió a mentir. Pues de sobra sabía que sus amigos seguían vivos de milagro. Pero, ¿Quién pudo hacer tal atrocidad?
Oh, pobre de aquel si lo encontraba.
Jin, acaricio su mejilla dejando un rastro de sangre allí después bajó su mano y rozó los labios de su pareja con el dorso de su mano que descansaba en su regazo. Yoongi quería gritar al ver tal escena.
Y Dios, sentía tanto dolor como ira en ese preciso instante que no se dio cuenta cuando alguien tocó su hombro.
-¿Yoongi? - dijo una aguda voz a su espalda - Por Dios, ¿Que ha sucedido, bebé? - el chico cubrió su boca y el otro volteó a verlo, había sangre en sus manos y de sus ojos más sangre salía.
-C-corre... -se escuchó a SeokJin implorar.
Pero fue demasiado tarde.
Dos grandes y negras alas fueron extendidas gloriosamente a la vista del peli menta. Dos demonios solo miraba el espectáculo desde arriba, levitando.
La nieve adornaba la sangrienta escena.
-¿Jimin?
Entonces el de alas negras tomó los extremos de su boca y con sus uñas su garganta de un corte fue arrancada.
-Bebé, jamás confíes en una cara bonita.
-¿SeokJin? ¿Oye, SeokJin? Puedes quitarlo Hyung, ¡Ya terminamos! - saltó un emocionado Jungkook, después de quitarle a su Hyung la máscara de realidad virtual.
No podía creerlo.
-¿Bebé? -Preguntó Namjoon con una mano en el rostro de su novio.
-¿D-de qué...? ¿De que trataba el juego?
Namjoon parpadeó y Taehyung lo miró confundido.
-De comer pastel en un edificio, Hyung. -respondió Jungkook riendo tierno - Lo acabamos de jugar.
¿Entonces todo fue...?
-Jin, ¿Estás bien? - Yoongi preguntó.
Él tragó duro. Y los ojos de tres chicos relucieron a ojos del mayor de todos.
-Feliz navidad, Hyung. - palmeó Jimin su hombro tomando la mano de Yoongi.
Y SeokJin palideció.
Siiii. Llegué yo con una nueva historia. Es un especial de navidad, siempre quise hacer algo así ;-;
Ya saben, es una historia por capitulo. Así qué si quieren que haga de un Shipp en específico aquí abajito me pueden dejar sus opiniones, ¿Si? De igual manera si quieren de algún género solo comenten. Me ayudan a querer seguir escribiendo. Los amo, cuídense.
Katsu✓❄️
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