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Capítulo 21

La campanilla del establecimiento sonó tras ser abierta. La joven de cabellera negra sonrió tras verle venir otra vez.

—Hoy viniste más temprano Jaden —sonrió amable detrás del mostrador— esta vez ¿Qué es lo que tu paladar apetece? —le guiño un ojo.

—Todo parece tan delicioso y no dudo que lo sea, pero ¿Que me recomendarías llevar esta ocasión Rei?

—Mmm —dejo su puesto para ir con él— depende ¿Es para ti o quizás tu...

—Han venido mis cuñados —le interrumpió— su pequeña ama los dulces y no puedo evitar querer consentirla un poco mientras están aquí.

La joven suspiro. Por lo visto la relación de ese chico seguía vigente, yendo hacia el estante de la izquierda señalo una hermosa tarta de chocolate adornada con kiwis y fresas.

—Es mejor llevar este, después de todo comer en familia es mejor —sonrió.

—¡Sabía que podía confiar en tu excelente consejo! —halago el chico.

Desviando la mirada trato de ocultar el sonrojo "¿Por qué los buenos hombres ya tenían pareja?" Se maldijo internamente. Regresando a su lugar para tomar una caja dejo escapar otro suspiro. Al parecer su suerte seguía siendo mala en el amor ya que se había enamorado de un chico que parecía el sueño de toda joven universitaria, atento, cordial, alegre, además era detallista y por supuesto guapo.

Sin querer mientras colocaba la tarta se atrevió a comentar un tanto perspicaz —Debe ser duró ¿No? —Jaden giro la vista hacia ella— convivir con la familia de tu novia —el castaño quiso corregir, pero la chica prosiguió— debe ser difícil tener algo de intimidad.

Caminando hacia el mostrador se colocó a un lado, apoyando ambos codos en la barra miro el reloj que se encontraba en la pared.

—Ciertamente es difícil... —confesó sin verla, por suerte de la joven empleada, quien aún sentía tan extraña la cercanía de los dos tras volverse un cliente habitual en la tienda— pero... —prosiguió— ¡Al mismo tiempo es fantástico! —sonrió ampliamente— El conocer más sobre la otra persona. Sobre su familia, costumbres y por supuesto reconocer que sin importar el tiempo nunca terminas de conocerle del todo y eso es tan... ¡Genial! —le miro, sus ojos brillaban llenos de ilusión— el poder escuchar anécdotas de las personas que le vieron crecer de cerca, saber más de Yugi me hace tan inmensamente feliz, porque me hace sentir que me acerco más a su corazón y tal vez suene egoísta, pero quiero acapararlo por completo aunque sé que no es posible —rio mientras se rascaba la mejilla. "Yugi" pronuncio mentalmente Rei, ese era el nombre de la afortunada al parecer. —¿Has sentido esa sensación? —se atrevió a preguntar Jaden, la chica parpadeo un par de veces para después regresar la vista a la caja.

—No. No Realmente. Pero creó poder entender un poco de lo que hablas.

—¡Vamos no te desanimes! —colocó una mano en su hombro— cuando menos lo esperes conocerás a la persona indicada y cuando eso pase descubrirás un sin fin sensaciones únicas y especiales —animo. Rei no pudo evitar reír ante sus palabras, sin lugar a dudas ese chico era un idiota.

(__)

—¿Mutou-san? —se toparon en la vía pública sin querer, cada uno iba en direcciones opuestas y solo fue el extraño gusto de coincidir.

—Yusei —le sonrió amable— ¿Que te trae por aquí?

—Bien yo...

—¡Con permiso! — un chiquillo grito tras salir en la misma dirección, empujando a Yugi este casi hubiese caído si no fuese porque el joven Fudo le tomó del brazo.

—¿Se encuentra bien? —preguntó con preocupación.

Yugi no pudo evitar reír por los acontecimientos, sin embargo al ver su rostro asintió— Lo lamento, es solo, este lugar no es un buen sitio para conversar ¿Gustas continuar nuestra conversación en un café que se encuentra cerca de aquí?

—Pero...

—Está bien, ya he terminado mis labores —mostró el maletín— pero si tienes mejores planes no tengas pena en decirlo, siempre habrá otro día para hablar y ponernos al día —declaro.

—No es eso... Es solo...

—¡Entonces vamos! El café corre por mi cuenta —le guiño un ojo.

—Bien, si no es una molestia, además no quiero sonar descortés y...

—Vamos, relájate míralo del lado amable, como si fuésemos dos amigos reuniéndose después de un largo tiempo —comparó la situación, Yusei se lo pensó por unos segundos para al final asentir— ahora bien ¿Me sueltas? Así poder llevarte.

—¡Oh! Lo lamento tanto yo... —trato de disculparse al notar que aún le sujetaba, Yugi solo rio.

—Bien es por acá —señalo a su izquierda— hace poco que la abrieron, y he querido probar sus pasteles, pero con el trabajo y la familia no he podido hacer nada —confeso.

Yusei le escuchó atento, a pesar de ser su superior y haber trabajo un corto periodo de tiempo seguía siendo la misma persona amable y sencilla que le mostró las instalaciones de Kaiba Corps. En su voz cálida y llena de armonía sentía la calma inundarle, a pesar de la imagen algo contrastante de su personalidad.

Yugi se detuvo tras verle frente al expendio. Compartiendo tan jovial y alegre el carisma que siempre fue parte de él. Sus orbes se abrieron en par ante la sorpresa, pero más que sorpresa lo que inundo su ser era el golpe de la realidad al notar lo "natural" de la escena.

Si Yugi tuviera que describir a Jaden en una palabra diría que era energía, energía pura abriéndose paso, inyectando a todos a su alrededor con su inmenso vibrar hasta tornar todo en una sola frecuencia.

Una nota musical llena de esperanza.

Paralizado sin saber por qué o mejor dicho querer reconocer del todo por qué se quedó ahí, estático, viéndole hablar con una chica de su edad -al menos eso notó a simple vista- que además era bonita recordando la aplastante realidad. Aquella diferencia de edad que enmarcaba cada vez en su relación. Porque lo sabía, las necesidades de cada uno estaban cambiando con el pasar del tiempo. Trabajo, amigos, familia, poder mantener una relación.

Aun recordaba sus inicios, el cómo trataba de llevar en balance de todo sin hacer menos a su pareja, pero esta vez Jaden no era el niño que le esperaba en casa con la cena preparada, había conseguido un trabajo y era el constante balance que parecía no ser suficiente aun.

Porque a pesar de todo a veces no sólo bastaba el amor que se sentía por una persona sino también la constancia de los dos para demostrar aquel maravilloso sentimiento. La cual en cierta forma se había perdido con el pasar de los días, siendo el trabajo de cada uno demandante y la llegada de su hermana junto a su cuñado había mermado un poco más la situación.

Recordando sus propias palabras cuando se burló de la situación de Seto con su hermano sintió una opresión en su pecho.

Era normal cansarse, buscar a alguien con quien se tuviera más aspectos en común ¿No? Y por si fuera poco a su mente llegó otra pregunta; ¿Hace cuantos días había pasado desde su último beso? Llevándose una mano a los labios se sintió avergonzado. Bien podría ir allá y hablar con ambos, pero, porque siempre había un "pero" ¿Y si eso le causaba molestias en Jaden? No, él no quería ser una carga, además era un adulto, y aunque nunca lo dijo abiertamente, a veces no podía evitar verse de vez en cuando como un mal sujeto al estar con un chico menor que él, aunque si observaba al pasado podía jurar que la mayoría de sus buenos recuerdos fueron a su lado. Que a pesar de haber nacido en diferentes tiempos habían nacido para estar junto al otro.

Dando un paso al frente, como todo un adulto pensó en continuar. Sin embargo el miedo cobro vida en él. ¿Y si no estaba haciendo lo correcto?

—¿Mutou-San? —escucho la voz de su kohai.

Bajando la mirada se giró haciendo él —Lo lamento al parecer confundí las calles, es hacia el otro lado —expreso sin verle.

Haciendo caso de sus palabras le siguió sin percatarse de lo sucedido, mientras tanto Jaden se despedía de Rei para regresar a casa. Tarareando con la tarta en manos no podía evitar pensar en la agradable velada que tendrían todos juntos, pero aquello tuvo que posponerse puesto que, Yugi llegó tarde a cenar en esa ocasión.

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