—Entonces, ¿nos vamos mañana? —

—Hmm— afirme con un suave sonido mientras seguía besando tus hombros desnudo y tu espalda. Tus suspiros gloriosos eran lo más delicioso, tus gemidos antes me habían subido al cielo de nuevo. Te tenía conmigo y ahora, en nuestra noche de bodas, no podía dejar de besar tu piel blanca. Mis labios cálidos contra tu lechosa piel, mi miembro aún acariciando tus pétalos rosados sacandote jadeos dulces

—Mel...—mi punta rosada acarició tu entrada. Mi lengua recorrió todo tu cuello y antes de poder hacerlo te montas te sobre mi y lo introdujiste tu sola besándome. Largo y lento, incluso por un momento olvidé el asunto de la maldición y nuestro terrible destino. Correspondi soltando un gemido al sentir como empezaba a mover tus caderas y nos separamos para mirarnos a los ojos—Ahhh—

—Mi ellie...¡Ahh mi ellie! —

Un día estábamos viviendo la vida que tanto deseamos y que ahora por fin podíamos tener. Aunque sea en esta vida, estábamos cumpliendo nuestro sueño