25
—Claro pasa—disimule mi nerviosismo lo mas que pude. Tampoco es como si tuviera a la diosa de furia contenida frente a mi. Me hice a un aldo dejándote pasar con un contoneo de caderas, que no sabia si era para provocarme o hacerme ver que estabas perfectamente bien después de la estupidez que cometí
Fijaste tu mirada en la cama. Dejaste la canasta sobre la misma y luego quitaste el pequeño pedazo de tela para describir un delicioso olor que no tardo en dilatar mis ojos. Traté en seco sin saber cómo acercarme, hasta que note como palmeabas un lugar al lado de tu indicándome que me sentará
—¿Podríamos hablar señor meliodas? —sonreiste tras decir eso. Aunque pude notar que querías asesinarla pero te contenias por tu carácter sereno y sumiso. No lo dude y me senté al mismo tiempo je me ofrecidas un poco que claramente acepte para no aumentar tu furia—No quiero perder mucho tiempo, maurice podría molestarse así que solo lo preguntaré una vez señor meliodas. ¿Por qué lo hizo? —frunciste tu ceño—Soy una mujer casada, si alguien nos veía podría...—
—Tienes razón y lo lamento—cerraste tu poca relajando el cuerpo y me miraste—Lamento mucho lo que pasó, debí hacerlo después—
—¿Disculpa? —
—Me enamore de ti—cada vez aumentaba el nivel de estupidez en mi. Pero ya estaba acorralado y no podía hacer nada.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro