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Once more.

El ultimo día de espera es como Jihoon lo desea, tranquilo, sin los hermanos de su futura esposa exigiéndole una fiesta de soltero o sus propios amigos aconsejándole que no hacer y qué hacer en su noche de bodas, esa noche solo quiere estar tranquilo, dormir y descansar con su música favorita, quizás leer en el hotel y despues dormir para despertar en el gran dia, quiere estar feliz y quiere hacer feliz a su novia de alguna manera, desea que todo salga como lo ha planeado ella. Cierra los ojos y se recuesta en la gran cama del hotel, observa su traje, con el que se casara en pocas horas y trata de sonreír, intenta hacerlo para que algo de alegría le llegue en esos momentos, pero está seco, mirar el traje de bodas no le provoca nada.

Piensa en su dama, en como se vera ella con una gran sonrisa, en como caminara hasta el altar y la tomara de la mano, piensa en el momento que tanto ansia, pero de nuevo, no hay sentimiento alguno dentro de él. Quiere correr a los brazos de su amada, quiere hacerlo para que le provoque algo, para sentir que la ama y que lo que ocurrirá en pocas horas no es una simple fiesta, quiere hacerse creer que será feliz, que la amara y que tendrá preciosos hijos con ella, pero de nuevo se engaña. Se miente de manera vil y se detesta por ello, porque no ama a la mujer con la que se casara, porque no siente nada ante la noticia, porque esta muerto por dentro, y quiere morir por fuera también.

Se levanta y toma su celular, busca el número de su esposa trecientas veces pero es inútil, no lo tiene porque alguien lo ha borrado, debe maldecirlo por entrometerse pero no lo hace, sonríe con ternura y manda un mensaje esperando recordar el número de ella.

"Te extraño"

Es lo único que necesita escribir, deja de lado el aparato y se desviste, tomara una ducha que quizás lo ayude a relajarse. Hace que la bañera se llene con espuma usando diversos artículos, se coloca la bata y pasa sus dedos sobre el blanco algodón, le tranquiliza, lo calma y le hace recordar que todo estará bien.

No importan sus equivocaciones porque en un principio jamás importo lo que él quería, nadie lo puede culpar de sus elecciones, y nadie lo hará porque nadie puede preguntar, todo esta en él, en su secreto del porque, en sus sentimientos, no hay palabras de lo que oculta y de lo que no, las cosas solo ocurren.

La puerta de la habitación de abre, pasos se escuchan y se dirigen al baño porque es la única fuente de luz. Alguien espera verlo en la ducha, esperan verlo relajarse en un baño de burbujas, o es lo que quiere aquella persona que busca con la mirada su cuerpo entre tanta espuma, se ríe y lo empuja por la espalda haciendo que caiga en el agua enjabonada.

Ambos cuerpos se mojan, pudo ahogar a su acompañante ¿pero que no seria mejor? Morir juntos como en una película romántica en vez de estar separados en la realidad, eso seria bueno o al menos para la fantasiosa mente de Jihoon. Su acompañante sale de entre el agua y toma una gran bocanada de aire, Jihoon espera y solo observa como su cabello mojado se pega a su rostro, como sus ojos se han puesto rojos al igual que su nariz, y le enamora, le hace sentir algo en el pecho y estómago, hace que quiera besarlo y matarlo de asfixia, no sabe si eso es el amor, pero es mucho mejor a no sentir nada. Se queda observando como su amado tose agua, su rostro no refleja culpa ni gusto, solo, quizás, admiración.

—Felicidades, Lee Jihoon— Le dice cuando recupera el aliento. —Espero que sea muy feliz en su matrimonio.

No hay respuesta por parte de Jihoon, solo un rostro inmutable mirando directo a los ojos. El agua moja la ropa de su compañero y su bata, la tina no es muy grande por lo que esta recostado sobre el cuerpo de su compañero, no hay ruido alguno durante segundos, solo el agua desbordándose por los sutiles movimientos de ambos.

—Gracias— responde muy cerca de los labios ajenos —Kwon Soonyoung.

Solo una sonrisa aparece y Jihoon no soporta más la tentación, besa a su amante dejando que los sentimientos fluyan, comienza a renacer y apuesta a que volverá a morir cuando Soonyoung se vaya, pero por el momento quiere concentrarse en el tacto, en como Soonyoung lo toma y lo acaricia, en sus besos y mirada, quiere concentrarse en él y olvidar que en unas horas se casara.

Hacen el amor sobre la bañera del hotel, no les importa el agua desbordada o que ahora la ropa de Soonyoung esta arruinada, ni siquiera les importa que los escuchen en la habitación consiguiente a la suya, porque están concentrados en ellos mismos, en como las horas pasan y en como tendrán que separarse. Soonyoung aprovecha esa noche para sacarle cada gemido y suspiro que puede, lo vacía por completo para asegurarse de que nadie más tenga lo que le pertenece, porque los gritos placenteros de Jihoon son suyos y de nadie más, aun así se case o se largue al otro lado del mundo, aun así muera y reviva en otro cuerpo; Jihoon le pertenece. Cuando termina dejan el baño y se recuestan en la cama, no quieren entrar en detalles por lo que gotean en el colchón, a Soonyoung le da risa como Jihoon se arrepiente de inmediato y lo obliga a secarse, son esas cosas que le sacan una sonrisa.

Se abrazan en la cama, se acurrucan como si aún fueran adolecentes experimentando su primera vez, pero la verdad es que aquello está lejos de serlo, es solo un bonito pensamiento vagando en la mente de ambos, buscando razones para decir que es su primera vez. Jihoon eleva su rostro y besa el labio inferior de su amante, apenas un roce para sentirlo y cerrar los ojos, no quiere recordar que en un par de horas será su boda, pero lo hace y se niega a creerlo por un segundo. Soonyoung retira el cabello de su rostro y besa su frente con cariño, como si el reloj no corriera, en algún momento tiene que irse.

Soonyoung toma la mano de Jihoon y besa sus dedos con cariño, específicamente aquel donde debe ir el anillo de bodas, están tan cerca que sabe que debe susurrar, se miran directo a los ojos cubriéndose por completo con las mantas, aun entra poca luz de la ciudad que ilumina con azul.

—Cásate conmigo. — le murmura Soonyoung. Jihoon no responde, solo besa la mano de su amante entrelazándola con la suya. —Por favor.

Jihoon niega.

—Deja de pedirlo.

—Lo hare cuando me digas que si. — Jihoon suspira, ambos saben que no puede haber un si, que aunque se lo pida o se lo ruegue la respuesta será un profundo "no" pero Soonyoung no deja de intentarlo —Vámonos. Te llevare a vivir a donde quieras, ni siquiera tienes que trabajar, yo lo hare por ti, y si quieres trabajar yo me quedare en casa y...

—Soonyoung— lo interrumpe con seriedad. Reconoce la mueca de su amante y deja que se acurruque en su pecho, deja que llore en silencio y lo abraza. Él desea decirle que sí, que se irán  para vivir lejos y junto, pero no es más que una ilusión que debe de ser detenida antes de que se vuelva una idea. —Te amo. — le murmura.

—Entonces cásate conmigo y no con ella.

Jihoon solo espera a que SoonYoung deje de sollozar. Recuerda que él hizo lo mismo hace dos años, cuando su amante estuvo a punto de casarse con una chica americana, Soonyoung estuvo a punto de irse lejos, pero a diferencia de Jihoon él si cedió a su llanto, cedió a los encantos del más bajo, aceptó quedarse cuando Jihoon se trepó a él en los baños del aeropuerto, cuando lo beso con lágrimas en los ojos pidiéndole que no se fuera, cuando el menor dejo su orgullo de lado y le rogó. Esta vez era Soonyoung quien intentaba detener la boda de Jihoon, pero lastimosamente ya estaba decidido.

—Tengo que hacer mi vida. — le susurra mientras mantiene ambos ojos cerrados, quiere llorar y ceder a Soonyoung, quiere largarse con él del país, pero no puede, sabe que su amante tiene una familia que lo espera en casa, tiene a una chica que lo espera con un bebé en brazos. Porque él pudo evitar que se fuera de Corea, pero no pudo evitar que tuviera un hijo con una mujer coreana, y era por eso que no podía aceptar las palabras de Soonyoung, no quería separar a un padre de su hijo. —Y tú tienes que cuidar a tu hijo.

—Necesito cuidarte a ti.

—A mí no, a tu hijo.

Soonyoung realiza un movimiento brusco sosteniéndose en ambos brazos sobre Jihoon, ambos saben que vendrán las falsas palabras a la cara, promesas que no pueden cumplir, deseos que se quedaran entre ellos.

—Soy capaz de dejar todo por ti. — Le dice firme, como si realmente fuera a dejar a su propio hijo de lado para estar con su amante, como si cambiar a su propio hijo por la persona que lleva amando más de diez años fuera fácil. —Solo tienes que hacer lo mismo por mí.

Jihoon cierra los ojos y acaricia con la punta de sus dedos los labios de Soonyoung, quiere sentirlos antes de darle un fuerte golpe en el rostro, porque lo que dice es una idiotez, los hijos no se deberían cambiar por nada. Soonyoung se mantiene a pesar de tambalearse un poco, apenas suelta un quejido que demuestra que le ha dolido, baja la mirada buscando aliviar el dolor de alguna forma y besa a Jihoon con rudeza, como si fuera una venganza infantil. Por unos segundos el menor lo acepta, porque no puede ignorar que ama que lo bese de esa manera, que sea brusco de vez en cuando, pero lo empuja al darse cuenta de que esta perdiendo su punto.

—Deja de cambiar a tu hijo por un simple amante.

Soonyoung no niega ni asiente, deja caer su cuerpo hasta abrazar por completo al amante que se preocupa por su hijo, lo abraza con fuerza y besa su cuello para no olvidar como se siente. De nuevo se besan como si fuera la última vez, se abrazan y giran sobre la cama para que Jihoon quede al mando, carecen de ropa por lo que el tacto es directamente piel con piel, Jihoon quiere detenerse porque es tarde y no puede estar agotado, pero las caricias de Soonyoung son afrodisíacas y lo atrapan, lo arrastran hasta que deja de lado su cordura y cede ante cada nuevo roce. Esta vez dejan que los toques sean rudos y sin delicadeza, Jihoon tiene marcadas las manos y los besos de su amante por su cuerpo y se maldice porque está a pocas horas de casarse, sabe que aquello fue idiota, pero cuando Soonyoung lo azota contra la cama manda todo al demonio, deja que lo dominen, se convierte en lo que quiera Soonyoung o en lo que los lleve a ambos lejos, lo que haga que el sexo se vuelva más placentero.

Vuelven a caer rendidos, La respiración de Jihoon es agitada y Soonyoung aprovecha para recostar su cabeza sobre su pecho y escuchar los latidos de su amante, cierra los ojos siendo arrullado por aquel palpitar, no quiere dormir porque sabe que mañana habrá perdido una parte de Jihoon.

—Asistiré a la boda. — avisa Soonyoung cuando por fin toma aire, Jihoon está a punto de hablar pero él aún no ha terminado. —Ella tendrá que verme, no te voy a dejar.

Jihoon niega, sabe que aquello es una tontería, porque si lo ve su futura esposa todos lo verán y sabrán que aquello no ha terminado, que no quedo en un amor juvenil y mal enfocado, que todas las sospechas familiares son ciertas. Jihoon retoma el aliento.

—No puedes, si vas no volveremos a vernos. — aquello es una amenaza vacía, porque Jihoon no podría soportar una vida sin poder ver a su amado Soonyoung. —Quédate en casa, con tu hijo y tu novia, ellos son tu familia.

Soonyoung besa el pecho de Jihoon, un detalle que hace que cierre los ojos y baje la guardia.

—Dejaría todo por ti. — Soonyoung usa sus brazos para levantarse un poco e impulsarse para besar el cuello de Jihoon, sus besos hacen unos suaves chasquidos una y otra vez. —Aunque me termines odiando por preferirte por sobre todas las cosas. No me puedes ordenar que deje de amarte.

—Sabes que esta mal. — pero a pesar de querer negarse no lo hace, deja que Soonyoung lo bese a su gusto. —Yo debería amar a mi prometida y tú a tú familia.

—Pero...— se apresura a hablar Soonyoung encarándolo quedando a solo unos cuantos centímetros. —Tú me amas a mí, más de lo que imaginas, más de lo que deseas, es por eso que sigues buscándome, por eso esperas a que yo llegue cada que me dices que me extrañas. — Y por fin Soonyoung vuelve a sonreír con total confianza. —Eres mío, aunque te cases o te vayas lejos, aunque consigas la mejor esposa del mundo; terminaras buscándome.

Jihoon no le dice que tiene razón, pero es suficiente con no resistirse a plantar sus labios sobre los contrarios, es bastante claro quién tiene la verdad, porque Jihoon gime incluso cuando es solo un beso. Le roba el aliento, le roba la cordura, es difícil saber que es lo que no le ha arrebatado Soonyoung, porque cuando esta con él se siente desprotegido pero a la vez siente que tiene todo, es complicado describirlo, solo sabe que no quiere alejarlo. La piel ajena le quema porque esta caliente, porque Soonyoung está sudando a pesar de que afuera está helando, y es que con el calor entre ellos no podrían darse cuenta de ello si no fuera porque el viento azota la ventana.

Jihoon por fin rompe el beso y con eso deja de fingir que no le interesa si se casa o no, que le ha dejado de doler que Soonyoung tenga una familia, llora, deja que lagrimas calientes se resbalen por sus mejillas. Su amante lo abraza con fuerza tratando de curar aquel dolor, pero no se puede hacer nada más que consolarlo, porque no se puede regresar el tiempo, porque lo hecho ya no cambiara, no estarán juntos por los errores cometidos en el pasado, y aun sin esos errores tampoco podrían estar juntos. Jihoon observa el traje que usara en unas horas para su boda, le provoca nauseas, quiere lanzarlo lejos y huir con Soonyoung, gritarle al mundo que solo le pertenece a una persona y que esa persona le pertenece a él, pero todo se queda en un querer porque es imposible hacerlo.

Soonyoung lo toma con fuerza de la mano, están entrelazados y sus frentes chocan con cariño, mantienen los ojos cerrados porque los sentimientos aun explotan en sus interiores, no quieren separarse por nada del mundo, pero saben que deben hacerlo. Han pasado cuatro horas y Jihoon debe dormir, se casara en poco tiempo y no puede ir con sueño. Limpia su rostro y deja que su amante lo ayude, respira hondo y abre los ojos, se miran largo rato antes de hundirse en un largo y pesado beso.

Por fin Soonyoung se levanta y se viste, deja que Jihoon le dé la espalda en la cama y finja dormir, cuando ya está listo para irse se acerca y besa su mejilla, Jihoon se gira para otro beso, uno último en los labios, algo así como una amarga despedida. Unen sus labios una última vez y el último toque es de Soonyoung a la frente de Jihoon, un pequeño golpe como para desearle buena suerte, se sonríen un segundo y el mayor apaga las luces.

—Te amo. — es lo último que murmura en la puerta antes de marcharse.

No es un adiós, fue una oportunidad desaprovechada para escapar, no será la última vez que se ven porque ninguno de los dos puede vivir sin el otro, es solo una pequeña pausa para dejar que la futura esposa de Jihoon lo asimile o se marche. Ambos saben que en cuanto se vuelvan a extrañar se buscaran en el consuelo de la noche, escondidos en algún hotel, en algún lugar para no ser encontrados, saben que cuando eso ocurra aprovecharan cada momento para convencerse y sabotearse de huir juntos, porque es lo que les toca sufrir al no poder estar juntos, al tener que conformarse con un valioso secreto.

La luz de la ciudad es lo único que ilumina la habitación del hotel, en pocas horas Jihoon se pondrá su traje y se casara con una bellísima dama, con una chica que lo ama y le dará una familia, se casara con la que su madre siempre quiso que fuera su esposa, contraerá matrimonio con la chica perfecta, con la chica perfecta por la que no siente ni cosquillas. Es su maldición, porque quizás, si no se hubiera enamorado de Soonyoung todo sería distinto, él no estaría ni hubiera sufrido tanto, solo hubiera vivido con la idea de una hermosa boda donde todos hablaran de lo preciosa que era su esposa y no de su infidelidad, su familia no hablaría de nada que no fuera de la hermosa familia que formarían con el tiempo.

Jihoon quiere culpar a Soonyoung, pero en el fondo saben que ambos tienen la culpa, que si no se hubieran sentido atraídos el uno por el otro nada de eso estuviera ocurriendo, pero al final si hay una culpable, al menos para Jihoon, porque si su madre no le hubiera presentado a aquellos familiares que vivían lejos de Busan, si su madre hubiera esperado un poco más a que Jihoon se enamorara de alguien, si su madre jamás le hubiera presentado a la familia de su tía, quizás él no se hubiera enamorado de Kwon SoonYoung; su primo. Pero ella tampoco puede llevarse la culpa, porque al final de cuentas eran familia y tarde o temprano se tenían que conocer.

Jihoon piensa en ello hasta que cierra los ojos, en unas horas se casara, y mientras más rápido pase el tiempo, mientras más rápido pase la luna de miel; estará más cerca de ver a su amado Kwon Soonyoung. 



A la prima se le arrima. he ahi el verdadero nombre de este oneshot. 

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