CAPITULO 6
El beso comenzó lento y un poco titubeante. Gene apoyó ambas manos sobre los hombros de Tom, mientras que él sacaba sus manos de los bolsillos de su pantalón para rodearla por la cintura, al tiempo que su mano derecha ascendía hasta el cuello de Gene, deslizándola por detrás de su cabeza y hacer el beso más profundo. Ella también lo abrazó con fuerza, dejándose llevar por ese beso tan intenso y sensual.
El peso del cuerpo de Tom la empujó contra la pared y ambos continuaron besándose de manera apasionada. Gene le acariciaba el cabello y jugaba con sus rizos cobrizos, mientras que las manos del hombre deambulaban por la espalda de la chica, descendiendo hasta detenerse en su trasero. Gene gimió cuando Tom apretó sus nalgas; el hombre aprovechó para colar su lengua en la boca de la joven, quién lo recibió enredando su lengua con la de él.
Gene cerró los ojos para disfrutar de ese fantástico beso que en pocos segundos le había arrebatado la razón. Thomas acariciaba los muslos de la chica por encima de su pantalón, las manos del hombre estaban calientes y ese calor la hacía estremecer y se extendía por todo su cuerpo.
- ¡Tom! – Gimió Gene intentando protestar, pero parecía más una súplica.
Hiddleston se separó de ella y la observó fijamente. La mirada del hombre reflejaba lujuria y deseo, lo que logró que Gene volviera a estremecerse y dejara escapar un ligero gemido. Tom volvió a besarla con ímpetu para después abandonar los labios hinchados de la mujer y bajar por su cuello, el cual llenó de besos húmedos y ardientes.
-¡No, Tom, no! – Gritó la chica al sentir la lengua del hombre deslizándose en el nacimiento de sus senos - ¡No! – Volvió a exclamar y lo empujó.
La voz de Gene logró que Thomas saliera de ese trance en el que se encontraba. Contempló el rostro ruborizado de la joven, su cabello revuelto y sus labios hinchados. Ella se ruborizó aún más y bajó la mirada. Tom suspiró y la tomó entre sus brazos, acariciándole el cabello.
-¡Lo lamento mucho! – Dijo Tom – Yo no quería asustarte...
-¡No es eso! – Respondió Gene apartándose de él - ¡Me encantó pero...! ¡Yo soy quién lo lamenta! – Murmuró la chica y abrió la puerta de su departamento para desaparecer en el umbral.
Tom la miró desaparecer y se pasó las manos por el pelo, bufó alejándose de ahí para entrar en su casa. Caminó como un autómata hasta dejarse caer en el sillón y suspirar con sonoridad. Sonrió ampliamente al recordar ese beso pasándose la punta de la lengua por los labios. ¿Se arrepentía? ¡Por supuesto que no! De hecho se había quedado con ganas de besarla y ¿por qué no? Llevarla a la cama, pero estaba consciente de que Gene iba a negarse. Esa chica, a pesar de desbordar sensualidad y belleza, no era como las mujeres con las que él comúnmente trataba. Aquellas mujeres eran de mentalidad abierta y como él sólo buscaban tener una noche apasionada sin tener que involucrar los sentimientos.
Lo contrario a Gene, que parecía estar buscando una relación seria, fructífera y duradera. Eso era algo que Tom no buscaba. Contrario a lo que pensaba de Genevieve, él temía al compromiso, a las relaciones serias o lo que pudiera implicar matrimonio. Era demasiado distraído como para poder recordar acontecimientos importantes en una relación. Podía recordar fechas históricas, nombres, ciudades, señalar lugares en un mapa, ¡esas cosas! Pero tratándose del amor, ¡Hiddleston era un desastre!
¿Cuántas veces no trató en llevar una relación normal con alguna chica? ¡Muchas! Pero siempre fallaba en los aniversarios o los cumpleaños y ellas terminaban odiándolo o mandándolo al demonio. Su última novia seria había hecho algo que lo había dejado marcado y lo había afectado demasiado. Algo que prefería no recordar y mantener oculto en una caja en lo profundo de su mente y por supuesto, ¡jamás abrirla! Si se abría esa caja de Pandora, podría desatarse un enorme caos en él.
* * *
Gene se recargó en la puerta, aferrada al pomo, como si eso le sirviera de algo y la protegiera de esas sensaciones que se agolpaban en su cuerpo. ¡Ese beso! Suspiró mientras acariciaba sus labios con las yemas de sus dedos. Cerró los ojos y se mordió el labio inferior para dejar escapar lentamente el aire de sus pulmones. Un simple beso la había envuelto en una vorágine de pasión y deseo.
¡Estaba excitada! Sería muy fácil para ella abandonar su departamento y correr al de Thomas Hiddleston para suplicarle que la hiciera suya, que se la follara ahí mismo, en el piso del departamento. ¡Pero no! No lo haría, ¡ya no más! Quizá hacía unos años ese había sido su estilo. Sin embargo, esa mujer estaba muerta, la nueva Genevieve ya no correría detrás de un hombre, no de esa manera. Se daría su tiempo para conocer a esa persona y ver si estaban hechos el uno para el otro... o mejor aún, ¡nada serio!
Gene caminó hasta su habitación y se sentó sobre su cama para quitarse los zapatos. Estaba un poco descontrolada y no tenía porque ser así, ¿acaso no había aprendido esa lección enseñada por Nicholas? ¡Pero Tom no era Nicholas! Se veía a leguas que era muy diferente a todos los hombres con los que llegó a convivir... sin embargo, cómo decía su abuela: "caras vemos, corazones no conocemos".
La chica se desvistió a prisa y entró al baño para asearse. El día siguiente iba a ser uno muy pesado, pues su amigo Austin llegaría desde Chicago para trabajar en la decoración del salón de belleza. Austin era excelente en su trabajo, incluso había formado parte del staff de decoración de la Fashion Week en Nueva York.
Genevive estaba muy emocionada que él hubiera accedido en decorar su salón de belleza. Ella pensó en algo muy elegante, muy chic y femenino. Así que Austin le envió un par de bocetos con sus ideas. La primera se trataba de algo muy vintage; silones de colores pastel, cortinas vaporosas, cristales, enormes espejos con elaborados marcos... Y la segunda opción se trataba de algo más moderno: mosaicos en tonos oscuros, sillones de cuero negro, un tapiz de flores en la pared para darle un poco de color, espejos enmarcados con sencillez y de diferentes formas geométricas y el mobiliario, como una especie de célula futurista.
¡Era una decisión difícil porque ambos le gustaban! Así que lo consultaría con su almohada y trataría de soñar con su faceta de mujer emprendedora y dejar de lado al señor Hiddleston y sus besos apasionados.
* * *
Tom se sentó en una de las mesas de la cafetería del campus y buscó a Chase con la mirada. A lo lejos divisó a Watson que caminaba tomado de la mano de Fiorella. Hiddleston se puso de pie y levantó los brazos agitando las manos para que sus amigos pudieran localizarlo.
-¡Hey, por aquí! – exclamó Tom y volvió a sentarse.
-¡Hola Tom! – saludó Fiorella y besó sus mejillas antes de sentarse a su lado.
-¿Qué tal, Hiddleston! – dijo Chase estrechando su mano y sentándose a su lado izquierdo - ¿Cómo va tu día?
-Todo bien, no me quejo. – respondió Tom – Pero ayer me sucedió algo extraño, ¡perdí el control!
-¿QUÉEEEEE? – preguntaron Chase y Fiorella al unísono.
-¿De qué estás hablando? – Lo interrogó su amigo - ¡Suéltalo ya!
-¿A qué te refieres con eso de: Perdí el control? – Preguntó Fiorella - ¡Explícate Hiddleston!
Tom los miró y apoyó los codos en la mesa y descansó su barbilla sobre sus manos.
-¡Besé a mi vecina! – dijo jubiloso ante la mirada atónita de sus amigos.
-¡No me jodas, Hiddleston! – gritó Chase - ¡Besaste a la señora Robertson! Eso es no tener vergüenza, Martha Robertson podría ser tu abuelita.
-¡No, no seas imbécil! – respondió Tom entre risas – A ella no, ¡cómo te gusta hacerte pendejo!
-¿A tu vecina nueva, esa chica bonita? – preguntó Fiorella arqueando las cejas - ¿La besaste a ella?
-¡Sí, Fio! – exclamó Thomas con una gran sonrisa – Me atreví a besar a Genevieve. Bueno, no la besé yo, pero yo intensifiqué el beso y lo hice más atrevido.
-¿Y cuál es el problema? – preguntó Chase – No tiene nada de malo un beso, aunque se lo hubieras dado al señor Robertson.
-El problema no es haberla besado – dijo Tom rodando los ojos – Y no empieces con estupideces, Chase. El problema aquí es que perdí el control y por poco me dejó llevar por la pasión. – suspiró – Fue un beso repentino, abrumador, ardiente. De esos besos que te dejan con las ganas o que terminan bajo las sábanas.
-¡Oh! – respondió Fiorella – Ya entendí, bebé. Lo malo aquí es que ese beso no estaba en tus planes, ¿verdad?
-¡Lo tengo! – gritó Chase - ¡Te movió el tapete! – exclamó levantando los brazos – Tienes miedo de enamorarte de Genevieve. No te esperabas ese beso, al menos no así.
-La verdad no me lo esperaba – exclamó Thomas rascándose la barbilla – Y tienes razón Chase, besar a Genevieve me movió el tapete. – dijo – Pero algo está claro, esa chica no es para mí. Y, ¡por Dios! La acabo de conocer hace unos días.
-¡Ay no! – respondió Chase frunciendo el sueño – Ya vas a empezar con tus pendejadas. – dijo molesto – Ninguna chica es para ti, por eso las has dejado ir a todas. Jamás te das a la tarea de conocerlas y que no quede sólo en un acostón. Tampoco dejas que ellas te conozcan, inmediatamente te cubres con tu coraza para ahuyentarlas.
-Estoy de acuerdo con Chase – intervino Fiorella – Siempre buscas un pretexto para alejarte de las chicas que te gustan. Debes darte la oportunidad de conocer bien a Genevieve o a cualquier otra chica que se cruce en tu camino. ¡Dale una oportunidad al amor!
-Sacúdete las inseguridades – Murmuró Chase mascando un trozo de pan – Y también, deja el pasado atrás y no te aferres a él, ¡no todas son como ella!
Tom no les respondió, sólo permaneció con la barbilla sobre las manos, pensando en las palabras de sus amigos. Durante años se había cerrado a esas cuestiones del amor y sus demonios. Prefería ignorarlos que enfrentarlos y dejarse llevar por las cosas buenas que un amor traía consigo. Pero ahora sus demonios comenzaban a hacer acto de presencia y en la imagen de una bellísima y sensible mujer que lo estaba poniendo de cabeza.
* * *
Gene saludó con efusividad a su amigo Austin. El hombre estaba muy feliz de volver a verla y de ser él quién se encargara de la decoración del lugar. Después del desayuno, inmediatamente se trasladaron al local para que Austin le echara un ojo y comenzara a planear su trabajo.
Darcy también se encontraba con ellos. La chica quería ser testigo de todo el proceso de la decoración. Así como Gene, Darcy también estaba emocionada y ya quería ver el resultado final.
-¿Y te has decidido al fin? – Pregunto el hombre mirando a Gene que sonreía abiertamente.
-Me he decidido por el estilo más moderno – Respondió la morena – Me encantaron los tapices de flores y los tonos monocromáticos en el mobiliario. Pienso que eso le daría un toque de seriedad al lugar y las flores lograran el contraste que busco.
-¡Ay! – Gimió Darcy – Eso mismo pensé yo.
-Y yo – Dijo Austin guiñando el ojo – Pero Gene tiene la última palabra.
-¡Pues ya está, Austin! – Sonrió Genevieve – Ya me decidí y espero que comiences a trabajar a la brevedad.
-¡Por supuesto, querida! – Murmuró el hombre acariciando la cabellera castaña de la chica – Trabajaré a marchas forzadas y tendrás listo tu salón en más o menos un par de semanas.
-¡Y ya comenzaremos con la publicidad! – Gritó Darcy abrazando a Genevieve – Boris nos ayudará con eso.
-¡Va ser todo un éxito, Gene! – Suspiró Austin - ¡Pero te extrañamos en Nueva York! Eras el alma de las fiestas. ¿Por qué nos dejaste?
-¡Gracias! – Murmuró la joven tomándolo de las manos – Me alejé porque tuve una visión, una especie de revelación de mi futuro, estuve reflexionando y me di cuenta que deseaba hacer otras cosas con mi vida.
-Pues Nicholas estuvo pregonando a grito abierto que te mandó al carajo – Dijo Austin en un susurro – Yo la verdad no le creí a ese cretino.
-En parte es la verdad – Comentó Gene encogiéndose de hombros – Y fue gracias a Nick que tuve esa visión y decidí renovarme.
-¡Como un fénix! – Gritó Austin - ¡Y me encanta! – Sonrió – Pero hiciste bien en alejarte de ese sujeto. Duchard es una mierda, ¡está a un paso del divorcio! Y lo peor, ¡todo lo que Matilde dice de él! Es un escándalo... - Se detuvo y miró a la chica - ¿No lo sabes?
-¿Saber qué? ¡No sé nada! Estoy desconectada de ese mundo.
-Nicholas tuvo varias denuncias de acoso sexual... ¡a jovencitas! Es un cerdo asqueroso – Bufó Austin acomodándose el pelo.
-¡Uy! ¿Quién lo hubiera imaginado? – Preguntó Darcy – Tan recto que se veía – dijo con sarcasmo.
-¡Mejor cambiemos de tema! – Dijo Gene con un hilo de voz – Hablar de Nick me pone enferma.
-Tienes razón, mi vida – Comentó Austin – Haré unas llamadas para confirmar pedidos y proveedores – Murmuró alejándose de las mujeres - ¡No me tardo! Así nos ponemos al día y almorzamos.
El hombre se alejó para hacer sus llamadas, Darcy sostuvo a Genevieve de las manos y la miró a los ojos. Su amiga estaba un poco descompuesta después de haber escuchado esos comentarios referentes a Nicholas. Pero podía ser creíble, Gene era menor de edad cuando él comenzó a acosarla, insistiéndole que debía formar parte de su agencia de modelos. Sólo que Gene no lo había visto de esa manera, Gene era una joven muy inocente como para darse cuenta de las malas intenciones de ese sujeto.
-¿Estás bien? – Preguntó Darcy a su amiga – Te noto un...
-¡Estoy bien! – Respondió Genevieve – Pero me molesta hablar de Nick, me duele, me pone triste... ¡son tantos sentimientos! – Suspiró sentándose sobre el piso – Mejor siéntate a mi lado y te contaré algo que me pasó anoche.
-¿En la conferencia del profesor? – Preguntó Darcy imitándola - ¡Ay sí! Cuéntamelo todo, ¿cómo te fue?
-Todo estuvo muy interesante – Murmuró Gene – Tom me reservó un lugar al frente y ¡pude verlo todo! – Suspiró – Tom es un hombre muy seguro y sabe hablar perfectamente en público, se desenvuelve bastante bien. Tiene una presencia enorme que de inmediato capta la atención de quién lo escucha. Su voz es muy profunda y hermosa, ¡no te cansarías de escucharlo hablar! Es un apasionado de la historia, incluso, con sus discursos logra que la piel se te erice...
-¡Guau! – Exclamó Darcy sorprendida – Creo que debo ir a su próxima conferencia – Sonrió guiñando un ojo – Voy a investigar cuando será la próxima.
-Me parece bien – respondió Genevieve con una sonrisa pícara – Pero eso no es todo, sucedió algo más.
-¿Algo más? – dijo Darcy llevándose las manos a la boca - ¿Qué fue lo que pasó? ¡Debes contármelo todo! – exclamó la mujer.
-Después de la conferencia, Tom y yo fuimos a cenar. – continuó Gene con su relato – Estuvimos charlando y un rato después regresamos al edificio. – suspiró – Nos detuvimos en la puerta de mi departamento y nos despedimos. ¡Pero no sé cómo pasó! – gimió la chica y se mordió el labio inferior - ¡Tom y yo nos besamos!
-¿Se qué? – gritó Darcy - ¿Se besaron? – preguntó y Gene asintió - ¡Se besaron! – gritó de nuevo y comenzó a bailotear - ¿Y qué sentiste, pilla? Porque me imagino que debiste sentir algo, ya que me cuentas este suceso con mucha emoción.
-¡Fue algo mágico! – exclamó Genevieve – Un momento explosivo, lleno de pasión. – suspiró la chica – Fue de esos besos que te incitan a ir más lejos, a terminar sobre la cama, el piso o ¡dónde sea!
-¡Tan serio que se ve el profesor Hiddleston! – murmuró Darcy y comenzó a reír – Por tu cara deduzco que te encantó y que te quedaste con ganas de más. – dijo su amiga y Gene asintió pero se puso colorada - ¿Por qué no lo invitas a salir? Quizá ahora si termines en la cama con ese hombre.
-¡No quiero ir tan rápido! No me gustaría cometer el mismo error. – respondió Gene llevándose las manos al rostro – Quiero que ahora todo sea diferente y llevar las cosas con calma. Dije que me iba a olvidar de los hombres, pero con Hiddleston cerca esto no podrá ser tan fácil. – exclamó – Me cae muy bien, es un hombre culto, educado y casi perfecto. ¿Sabes por qué? Porque no hace alarde de sus cualidades, no presume algo que no es y no aparenta ser más. Sólo actúa de manera normal y natural y eso lo hace muy especial a mis ojos. – comentó la mujer – Pero no voy a dejarme llevar por la pasión, quiero que primero nos conozcamos y seamos amigos. ¡Tengo sólo unos días de conocerlo! Y es posible que él tenga una novia y bueno, yo quiero conocer más personas.
-Tienes razón – respondió Darcy – Yo sólo me dejé llevar, pero me encantaría que volvieras a salir con Tom. Te gusta mucho ¿verdad? Y sé que estás ansiosa por probar de nuevo esos apetitosos labios y que te mire con sus preciosos ojos.
-¡No lo sé! – gimió Gene – Lo único que sé es que ese beso no me lo he podido sacar de la cabeza. – dijo la joven – Estoy confundida, necesito pensarlo mejor y no dejar llevar sólo por un beso pasional que posiblemente no pudo significar nada para él.
-¿Y qué te hace pensar que no significó nada? – exclamó Darcy.
-Es que no descarto esa posibilidad – respondió Genevieve – Hasta temo que ya no vuelva a hablarme, ¡por eso no quiero hacerme ilusiones.
-¡Tienes razón! – murmuró Darcy - ¡Mira, ahí vienen Austin! – exclamó su amiga – Vamos a almorzar.
Gene y Darcy se levantaron del piso, se sacudieron la ropa y caminaron al encuentro de Austin quién las abrazó y besó en las mejillas.
-Muero de hambre – exclamó Austin - ¿Ustedes no?
-Yo si – respondió Gene – Vamos a un local vegano que está cerca de aquí, sirven unos platillos deliciosos y sé que te van a encantar nene.
Austin la tomó de la mano y Darcy caminó junto a ellos. Los tres abandonaron el local y se dirigieron al restaurante vegano para disfrutar de un delicioso almuerzo mientras Austin hablaba y hablaba respecto a todo lo que haría en el local de Gene. Las chicas lo escuchaban y sonreían, ese tipo era un genio y no dudaban de que hiciera las cosas mejor de lo que imaginaban.
* * *
Se nota que tanto él como ella sienten algo. En ese beso se destaparon muchos sentimientos, sin embargo ambos tienen sus dudas y es bastante comprensible. Gene viene de una mala relación y Tom simple y sencillamente no desea enamorar. Tuvo una mala experiencia y por ese gran motivo ¡le teme al amor! ¿Qué les pareció este capítulo? No olviden votar y dejar sus comentarios, las quiero mucho y ¡hasta el próximo jueves!
Maria Decapitated
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