CAPITULO 3
-¡Ay! – Gritó Genevieve lanzando un par de bolsas a su cama – No imaginé que encontrar un local para el salón de belleza fuera tan fácil – Comentó la chica sonriendo feliz.
Darcy se dejó caer sobre la cama y suspiró. ¡Estaba muerta! No habían parado de andar durante todo el día, visitando los locales en renta que habían encontrado en ese periódico de anuncios clasificados.
-¿Quién se iba a imaginar que el local perfecto estaría justo al lado de nuestro gimnasio? – Exclamó Darcy y bostezó sonoramente – Ahora lo complicado será la decoración y...
-¡De eso no te preocupes! – Intervino Genevieve – Conozco a la persona indicada para ello y radica aquí en Los Ángeles – Murmuró la joven recostándose junto a su amiga – Es un conocido mío y estoy segura que nos ayudará en la decoración del lugar, lo dejará hermoso y muy llamativo, ¡ya lo verás! – Dijo con entusiasmo – Lo que en realidad me preocupa es encontrar gente profesional que esté dispuesto a trabajar conmigo y, lo más importante... ¡los clientes!
-Clientes no van a faltarte – Comentó Darcy - ¡Te lo aseguro! Boris y yo te vamos a ayudar con esa tarea, te recomendaremos con nuestros amigos, familiares y la gente que va a ejercitarse a nuestro gimnasio – Murmuró – Además, sí la gente se entera que la famosa Jen Blumer es la dueña del local, ¡seguro ahí estarán!
-¡No, nada de Jen Blumer! – Dijo la chica con decisión – Esa mujer está muerta, además de que el nombre no es mío y no quiero meterme en problemas por usarlo. Mi nombre es Genevieve Blumer, yo no le encuentro nada de malo.
-¡Oh, no! – Exclamó Darcy – Nada de eso, ¡tu nombre de pila es hermoso! Yo sólo lo decía porque...
-Lo entiendo – sonrió Gene y abrazó a su amiga – Sé que lo que dices respecto a utilizar mi nombre artístico para la publicidad y ganar clientes y fama rápidamente. Pero yo no quiero eso. Voy a trabajar duro para que la gente conozca lo que Genevieve Blumer sabe hacer, ¡jamás dejé de prepararme y capacitarme para este oficio!
-Lo sé amiga – Dijo Darcy – Y yo te voy a apoyar siempre porque eres como mi hermana y te adoro.
-¡Yo también te adoro! – Murmuró Gene y suspiró – Y en verdad te lo agradezco de corazón.
La chica sonrió y volvió a abrazar a su amiga. Hacía una semana que acababa de mudarse a Los Ángeles, dispuesta a dejar su pasado atrás. Deseando comenzar de cero, mirando siempre a futuro y tratando de olvidar a Nicholas.
¡No había podido sacarlo de su cabeza! A pesar de que intentaba mantenerse ocupada, haciendo planes sobre su nuevo negocio, hablando con Boris y Darcy, conociendo a sus vecinos y familiarizándose con la zona en donde ahora vivía. El cambio no le había afectado, lo que la atormentaba era el recuerdo de Nicholas, sus palabras crueles y el hecho de que permitió que él se aprovechara de ella, de sus sueños, sus ilusiones y de su amor.
-¿Ahora qué pasa? – Preguntó Darcy al ver que sus ojos se llenaban de lágrimas – ¿Lloras por ese idiota? Gene, ¡ya te he dicho que no vale la pena! Date la oportunidad de conocer gente diferente, de conocer a otros chicos – Suspiró su amiga – Estoy consciente de que no lo vas a olvidar de la noche a la mañana, pero al menos, dale a tu corazón la oportunidad de enamorarse otra vez.
-No, no quiero – Suspiró Genevieve – Sólo quiero olvidarlo y ser feliz. ¡El amor no sólo se obtiene de una pareja! Puedo tener amor de mis amigos, de la gente que me rodea... ¡hasta de una mascota!
-Pues entonces, deja de pensar en Nicholas y no te guardes ese amor para él. Ese tipo no lo apreció y no le dio el valor que se merecía – Exclamó la amiga de Gene – Como bien lo acabas de decir, el amor no sólo es para una pareja, así que ¡espabílate! Y empieza a repartir ese amor que tienes guardado y que le entregabas al bastardo que no supo valorar todo lo que le ofrecías, ni se dio cuenta de lo maravillosa que eres.
-¡Sí! Voy a hacerte caso – Exclamó Genevieve limpiando las lágrimas que brotaban de sus ojos – Gracias.
-No me agradezcas amiga – Dijo Darcy mirándola a los ojos y sonriendo – Sólo haz lo que te digo y... ¡ahora ponte hermosa! Recuerda que Boris nos invitó a cenar.
* * *
El viernes por la tarde, Tom regresaba del trabajo. Como era su costumbre, llevaba un par de bolsas de comestibles y algunos regalos para los señores Robertson. Para variar, había rechazado una invitación de una de sus alumnas, quién le pedía que la acompañara a un club para bailar y tomarse unos tragos. Él no tenía ni la más mínima intención de enredarse con una alumna o con alguna compañera de su trabajo, no era correcto, ni ético. Ese tipo de relaciones se encontraban dentro de su lista de "COSAS QUE NO DEBO HACER".
Además, había prometido a su amigo Chase que cenaría con él y con su novia Fiorella. Chase le había comentado que tanto él como su novia tenían una sorpresa para él y por lo tanto, no debía faltar a su cita. Tom tenía ciertas ideas respecto a la sorpresa, pero no deseaba anticiparse ni sacar conclusiones apresuradas, era mejor que la pareja le hiciera saber lo que se traían entre manos.
Hiddleston entró en su departamento, y antes de dar un paso hacia el vestíbulo, dirigió su mirada hacia el piso. No había mierda esta vez, suspiró aliviado y entró llamando a Bobby.
-¡Muchacho! – Exclamó y lanzó un silbido - ¡Estoy en casa!
Bobby apareció ladrando, saltando y meneando el rabo. Tom dejó todas sus cosas sobre la mesa del comedor y abrazó a su perro. Luego de un rato de mimos y caricias, decidió recostarse antes de tomar un baño y arreglarse para ir a la cena. Se recostó sobre la cama y tomó un libro de leyendas celtas y comenzó a narrarle la leyenda de "La Doncella Mágica" a Bobby, quién dormitaba en su costado.
"Caer era una bella y joven doncella, hija de Ethal Anubal, el principe de los daanos de Connacht. Cierta noche, mientras Agnus Og, hijo de Dagda y Boanna del palacio de New Grange, dormía, la princesa Caer ingresó en su sueño y lo enamoró profundamente. Al despertar, Agnus, buscó a su fiel amigo, el rojo Bov y juntos visitaron el Lago Boca de Dragón. Allí, entre quinientas doncellas que caminaban unidas por una fina cadena de oro, Agnus reconoció a su amada.
Siguiendo los consejos de su amigo, Agnus, habló con sus padres para que pidieran la mano de Caer, pero el príncipe Ethal se negó a concederla.
Boanna insistía, Ethal se negaba... Así pasó algún tiempo hasta que dado que no alcanzaban las palabras y el amor de Agnus por Caer aumentaba cada noche. Para intentar convencer a Ethal, su castillo fue sitiado.
Ya no quedaban provisiones, el pueblo comenzaba a sentir los efectos del hambre, y la única condición para acabar con el sitio, era la mano de la princesa. Fue sólo entonces que el príncipe Ethal, confesó los motivos que lo obligaban a la negativa.
La princesa Caer, era víctima de un hechizo por el cual pasaba un año con imagen humana y el siguiente, convertida en cisne. Ethal explicó que el siguiente 1° de noviembre, Caer se encontraría en el lago Boca de Dragón encadenada junto a otros ciento cincuenta cisnes y que así pasaría el siguiente año.
Angus, desesperado por ver a su amada, concurrió al lago en tiempo propicio. Se acercó a la orilla y llamó a la blanca y alada Caer y mientras comenzaba a confesarle su amor, sintió que un manto de plumas blancas cubría su piel. Ante los ojos atónitos de quienes allí estaban, ambos se transformaron en cisnes y alzaron vuelo hacia los jardines del palacio de New Grange."
Cuando Thomas terminó su lectura, guardó silencio y cerró los ojos. Inmediatamente volvió a abrirlos, al escuchar algunos ruidos provenientes del departamento contiguo. Desde que él se había mudado a ese sitio, nadie había ocupado el departamento y ahora le parecía extraño escuchar sonidos desde hacía más o menos unos cinco días.
-¡Quizá tenemos nuevos vecinos! – Murmuró Tom mirando el reloj – Creo que aún tenemos tiempo para una siesta antes de ir a casa de Chase y Fiorella – Exclamó acariciando la cabeza de Bobby - ¡Por favor, trata bien a Chiffon! Recuerda que ella no es como Chris, ¡es toda una dama! Y a una dama se le trata con respeto y delicadeza.
Bobby lo miró y bostezó para acurrucarse de nuevo en las costillas de Tom. Hiddleston suspiró y cerró sus ojos para quedarse dormido de inmediato. El hombre durmió cerca de media hora, hasta que una exclamación a grandes voces, seguida del estruendo que hace una cacerola al caer sobre el piso lo obligó a incorporarse de un salto.
-¡Oh mierda! – Dijo una sensual voz femenina.
Bobby comenzó a ladrar con desesperación y se echó a correr por todo el departamento. Thomas bufó un poco molesto y trató de calmar a su perro.
-¡Mejor vamos a darnos un baño e ignoremos lo sucedido! – Dijo Tom mientras comenzaba a quitarse la ropa – De cualquier manera, es hora de alistarnos para nuestra cita con Chase y Fiorella.
Bobby se negó a entrar al baño, estaba un poco inquieto después de ese gran susto y prefirió quedarse sobre la cama para seguir durmiendo. Tom no duró mucho en la ducha y se vistió rápidamente, quería leer un rato más antes de marcharse con sus amigos.
Cuando salió de su departamento, se encontró con la señora Robertson que inmediatamente acarició a Bobby y lo besó con cariño.
-¿A dónde van tan guapos? – preguntó la anciana con una enorme sonrisa.
-Chase y Fiorella nos han invitado a cenar, así que hacia allá nos dirigimos. – respondió Tom besando el dorso de la mano de la mujer.
-Diviértanse mucho – murmuró la señora Robertson.
Tom asintió y justo en ese momento volvieron a escucharse ruidos dentro del departamento vecino al de Hiddleston. Bobby levantó las orejas y comenzó a ladrar meando el rabo.
-¿Ya lo ocuparon? – preguntó Tom a la anciana y señaló el apartamento.
-Sí, hace una semana que una joven ocupó el lugar. – respondió la señora Robertson – Es una chica muy dulce, ¿aún no la conoces?
-No – dijo Tom y movió la cabeza – No he tenido el gusto, estos días he estado muy concentrado con mi trabajo. Usted sabe, sigo escribiendo mi libro.
-Lo sé, cariño. – respondió la señora – Espero que pronto tengas la oportunidad de conocerla, es una chica muy hermosa y te encantará.
¡Oh, oh! La señora Robertson de nuevo con lo mismo, ¿por qué todo mundo se empeñaba en que conociera chicas? Él no deseaba tener una pareja, por el momento o quizá nunca. Pero no iba a ser grosero con la señora Robertson, la dulce anciana no tenía malas intenciones en sus palabras, quizá no le gustaba verlo solo y que fuera un tipo aburrido y patético.
-Ya tendré oportunidad de conocerla, señora. – dijo el chico y sonrió – Ahora debo irme, mañana estaré con ustedes a la hora del té. – exclamó besando las mejillas de la mujer.
-Diviértete, hijo. – respondió la anciana y se alejó.
Tom caminó junto a Bobby con rumbo al estacionamiento, subió a su auto y condujo rumbo a la casa de sus amigos. Se detuvo en una tienda para comprar un par de botellas de vino y un regalo para Chiffon. Al llegar a casa de Chase y Fiorella, fue recibido por la chica con un abrazo y un beso en la mejilla. Fiorella sonrió y se inclinó para acariciar a Bobby y besarle la nariz.
-Tan puntual como siempre, Hiddleston – Exclamó la chica haciéndole una seña para que se sentara – Chase no tarda en llegar, salió a hacer unas compras de último minuto, ¡ya sabes cómo es él!
-El Alzhaimer lo ha golpeado con ganas, ¿no? – Preguntó Tom esbozando una gran sonrisa – Por cierto, ¿cómo has estado? Aunque mi pregunta sale sobrando, te noto radiante y feliz.
-¡Lo estoy! – Exclamó la mujer ofreciéndole una copa de vino y sentándose junto a él – Desbordo felicidad... ¡estoy tan enamorada!
-Me doy cuenta, y me siento feliz por ti... ¡por ambos! – Exclamó Tom – Ustedes están hechos el uno para el otro. ¡Sé que es una frase muy cliché! Pero se aplica perfectamente en ustedes.
La charla fue interrumpida por Chase, quién entraba en el departamento llevando varias botellas de vino. Miró a Tom y le sonrió ampliamente. Después de dejar todo lo que llevaba en la cocina, se unió a su novia y a su amigo en la sala.
-¿Cómo estás Tommy? ¿Hay algo nuevo que contar? – Preguntó Chase abrazándolo.
-Lo de siempre – Sonrió Hiddleston – Trabajando en mi libro. ¡Ah! Y que tengo una nueva vecina, han ocupado el departamento junto al mío.
-¿Vecina? – Sonrió Chase y arqueó las cejas - ¿Es linda?
-Ni idea – Dijo Tom bebiendo un sorbo de vino – Aún no la conozco, la señora Robertson fue quién me sacó de dudas. Y ella dice que es linda.
-¡Esa señora en un encanto! – Exclamó el hombre – Y seguramente te dijo eso porque quiere emparejarte con la chica nueva del edificio.
-¡Esa señora no debería meterse en lo que no le importa! – intervino Fiorella – Tom es feliz siendo un solterón y no necesita de una chica para ser feliz. Él es un donjuán, lo conozco y sé como es. No cree en el amor en pareja, él es poliamor.
-¡Ay Fiorella, no exageres! – exclamó Tom entre risas – Mejor díganme, ¿cuál es la sorpresa que me tienen preparada?
-Aún no es el momento – exclamó Chase sirviendo unas copas de vino – Después de la cena hablaremos de ello, ¿te parece?
-Yo seré todo oídos, aunque ya me imagino lo que me van a decir. – respondió Hiddleston mostrando sus dientes.
Fiorella le dio un codazo y Chase sólo se echó a reír. Después de unos minutos de charla, los tres pasaron a la mesa y se deleitaron con una cena que consistía en peras asadas con arándanos, queso azul y nueces, paella de mariscos, salmón con glaseado de miel, vino tinto y de postre tarta de chocolate y naranja.
-¡La cena estuvo deliciosa! – exclamó Tom soltando el botón de su pantalón – Nunca había comido tanto en una cena – dijo el hombre con cara de satisfacción – Bobby, deja de molestar a Chiffon. – añadió mirando como su cachorro corría detrás de esa preciosa gata carey que se escondía debajo de un sillón.
-¡Déjalos que se diviertan! – intervino Fiorella – A Chiffon le agrada Bobby, ella no tiene con quien jugar y la compañía le hace muy bien.
-Por lo que temo es por los ojos de mi perro – exclamó Hiddleston esbozando una enorme sonrisa – Esa gata va a sacarle los ojos.
-No exageres, Hiddleston. – añadió Chase – Chiffon es un amor y ahora la adoro más por lo que hizo por nosotros.
-¿Y qué fue lo que hizo? – preguntó Tom fingiendo demencia.
-Mi preciosa Chiffon entró en mi despacho llevando un enorme moño en su cuello – dijo Fiorella con emoción – En ese moño se escondía una pequeña notita que decía: "Amada mía, ¿me concederías el honor de convertirte en mi esposa?". – exclamó con una gran sonrisa – Y por supuesto, iba acompañada de este anillo de compromiso. – dijo la mujer mostrando con orgullo su dedo anular y presumiendo un precioso diamante – Obviamente mi respuesta fue ¡Sí! ¿Cómo iba a negarme a ese detalle tan hermoso? – sonrió y miró a su novio – Chase es el hombre de mi vida, con el que quiero envejecer y compartir las buenas y malas experiencias de la vida. ¡Así que nos casaremos! – dijo Fiorella llena de júbilo y poniéndose de pie para acercarse a Chase y besarlo dulcemente en los labios.
-¡Pues esto se merece un brindis! – dijo Tom lleno de emoción – Estoy feliz por ustedes y les auguro una felicidad enorme y eterna. – exclamó levantando su copa - ¡Salud por los novios!
-¡Salud! – exclamó la pareja levantando también sus copas.
-Gracias por tus buenos deseos, amigo. – exclamó Chase – Y quiero pedirte que seas mi padrino de bodas, ¿aceptas?
-¡Por supuesto que sí! – respondió el profesor – Para mí es todo un honor. – dijo el hombre levantándose de su asiento para abrazar a los futuros esposos mientras Bobby y Chiffon corrían por todo el departamento ladrando y maullando.
* * *
Genevieve revisó la lista de compras que había elaborado. Era muy larga, pero necesitaba comprar todas esas cosas. Estaba decidida a aprender a cocinar ya que no sabía absolutamente nada respecto a la cocina. Cuando vivía con Nick, tenía quién hiciera esas labores por ella y en esa primera semana, las labores domesticas habían sido demasiado complicadas. Por fortuna contaba con la asesoría de Darcy, quién entre risas y bromas le había explicado algunas labores sencillas del hogar.
-Darcy dice que todo es fácil, ¡pero ella tiene a Boris! – Se quejó Genevieve – Pero yo estoy sola y tengo que aprender a valerme por mi misma – Bufó – Ya no quiero ser una inútil buena para nada. Así que, ¡manos a la obra!
La chica entró en la cocina y puso una cacerola al fuego. Quebró dos huevos y los vertió en la cacerola para prepararlos con tocino y colocó un par de rebanadas de pan blanco en el tostador. Tomó su celular y contestó algunos mensajes que había recibido, olvidándose por completo de los huevos y el pan.
Después de unos minutos un olor extraño fue percibido por la nariz de Genevieve que se encontraba en la sala mirando unos videos a través de Facebook. Levantó la vista y observó que de la cocina salía un poco de humo.
-¡Ay, mi comida! – gritó la muchacha y corrió a la cocina - ¡No puede ser! Soy un fiasco total – dijo con tristeza.
Miró la estufa y los huevos estaban carbonizados, así como el pan que había puesto en la tostadora. Suspiró llena de tristeza y arrojó todo al cesto de basura.
-¡Soy una tonta! – dijo con decepción - ¿Cómo pude olvidarme de mi desayuno?
Genevieve tomó su bolsa y salió de su departamento. Iría al centro comercial a surtir la enorme lista de artículos que necesitaba y también a comprar algo para desayunar. La próxima vez debía concentrarse más en lo que estaba haciendo y debía poner más atención a los tutoriales de Youtube. Estaba cerrando la puerta cuando la voz de una mujer la hizo volver el rostro.
-¿Cómo estás hermosa jovencita? – exclamó la señora Robertson.
-¡Señora Robertson! – exclamó Genevieve y abrazó a la mujer – Saldré un rato para hacer mis compras. Intenté preparar mi desayuno, pero fracasé – Murmuró la chica esbozando una amarga sonrisa – Soy un fiasco en la cocina – Dijo con tristeza.
-Te entiendo, pequeña – Respondió la señora Robertson acariciando la mejilla de la joven – Si gustas, ¡yo podría enseñarte!
-¿De verdad haría eso por mí? – Exclamó Genevieve abrazando a la mujer - ¡Muchas gracias!
-No agradezcas – sonrió la anciana - Esta tarde te esperamos para tomar el té – dijo la mujer - ¿Nos acompañarás? Así aprovechamos para ponernos de acuerdo con las clases, ¿qué te parece?
-¡Por supuesto que sí! – respondió Gene – Gracias por la invitación.
La señora Robertson le dio un beso en la mejilla y caminó hasta su departamento. Genevieve caminó hasta el ascensor y abandonó el edificio para dirigirse al centro comercial que estaba a unas cuadras del lugar donde vivía.
* * *
Tom tomó la correa de Bobby y un rollo de bolsas para recoger las heces del perro. Saldría a correr un rato por el parque, así aprovechaba para ejercitarse él y ejercitar a Bobby, quién no paraba de ladrar y correr alrededor de Tom, pues sabía lo que significaba el hecho de que su amo llevaba la correa en la mano.
-Ya, Bobby – Sonrió Hiddleston – Tranquilo, si no dejas de saltar, no podré enganchar la correa en tu collar.
El chico estaba a punto de colocar la correa en el collar, cuando el teléfono móvil comenzó a sonar y esa melodía indicaba que tenía una llamada de su madre. El hombre suspiró y tomó la llamada.
-¡Hola mamá! – Murmuró Tom - ¿Cómo has estado?
-¡Hasta que te dignas a responderme! – Bufó la madre de Tom, Edna.
-¡Perdón! – Se disculpó Tom – He tenido mucho trabajo, mamá.
-¿Pero no tienes ni cinco minutos para tu madre? – Sollozó la mujer – Me has abandonado, William Thomas.
-¡Oye, madre! – Suspiró el chico – Por favor, no seas tan intensa – Exclamó el hombre – Sólo porque ayer no te llamé, eso no significa que te haya abandonado.
-¿Y dónde te metiste ayer? – Preguntó la mujer – De seguro te fuiste a divertir con tus amiguitas.
-Salí a cenar a casa de Chase y Fiorella, estuve con ellos dos – Murmuró Tom frotándose las sienes, pues en ocasiones, hablar con su madre le provocaba migraña – Así que no, ¡no salí con ninguna "amiguita"! Como tú las llamas – Bufó - ¡Madre, por Thor! Soy un hombre adulto, sé lo que hago.
-¡Está bien, hijo! – Gimió la mujer - ¡Pero me preocupas! Estás tan lejos y ¡solo! ¿Qué puedo hacer yo? Eres mi bebé...
-¡Sí, mamá! Lo sé – Respondió Tom tratando de no reírse – Pero estoy bien, no debes angustiarte. Ya te lo he dicho, sé cuidarme, no me pasará nada grave en este sitio.
-Sólo te llamaba para saber cómo estás o si no necesitas nada. ¿No te gustaría que me mudara a América? Sabes que lo haré con gusto. ¡Sólo dime que sí!
Tom cerró los ojos, la sola idea de tener a su madre cerca lo aterraba. No porque fuera un suceso catastrófico, sino porque su madre pecaba de sobre protectora y constantemente le llamaba o le enviaba mensajes para saber de él. Él era el hijo único del matrimonio de William, su padre y Edna, su madre. Cuando Tom cumplió quince años, sus padres se divorciaron. Su madre volvió a casarse, pero ya no tuvo más hijos. En cambio su padre, él tuvo otros cuatro hijos más con su nueva pareja. Tom también tenía una muy buena relación con su padre, pero el hombre no se mostraba tan dramático y sobre protector como la mujer.
-¡A Marlon no le gustará esa idea, mamá! – Exclamó el chico excusándose en su padrastro, al que también apreciaba, así como a sus tres hermanastros mayores – Yo iré en las próximas vacaciones de invierno a Inglaterra.
-¡Está bien, bebé! – Murmuró la mujer – Tienes razón, Marlon detesta viajar, ya sabes, por su presión arterial – Suspiró – Te dejo, mi amor, ¡te llamaré mañana! – Prometió la señora enviando un beso a su hijo y terminando la llamada.
-¡Por fin! – Dijo Tom dejando escapar un largo suspiro mientras colocaba la correa a Bobby y abandonaba su departamento.
* * *
Genevieve llevó consigo su última carga de bolsas. Eso de hacer las compras por sí misma había resultado ser una pesadilla. Pero también se había divertido bastante. Quizá la próxima vez le pediría a la señora Robertson que la acompañara y la aconsejara sobre qué tipo de productos era conveniente comprar. Necesitaba aprender y ella aprendía rápido, no era tan tonta como muchos intentaban verla.
La chica caminó hasta la puerta de su apartamento llevando varias bolsas en las manos. Pesaban demasiado, pero por fortuna eran las últimas, las dejó en el piso y abrió la puerta, cuando trató de levantarlas, una de ellas se rompió y su contenido se derramó en el piso.
-¡Ay, no! – Gimió Genevieme - ¡Mierda!
Tom abrió la puerta de su casa y Bobby fue el primero en salir, ladrando feliz y acercándose a una chica que se encontraba de rodillas sobre el piso, intentando levantar un montón de latas de verduras.
-¡Permítame ayudarle! – Exclamó Tom inclinándose para comenzar a levantar las latas que se encontraban cerca de él – Y por favor, Bobby, deja de oler a la señorita.
Genevieve levantó la vista para agradecer el gesto de ese hombre y también para conocer al dueño de esa voz profunda y varonil y con un marcado acento inglés. Las palabras se le atoraron en la garganta al ver a ese hermoso hombre. Era alto, rubio, delgado, poseedor de una hermosa sonrisa. La barba tupida le cubría el rostro y su cabello rizado se notaba despeinado pero limpio. Él llevaba puesto una bermuda en color negro, camiseta del mismo color, ceñida a su cuerpo.
-Gra-gracias – Balbuceó Gene sin poder quitar su vista de ese apuesto hombre.
Tom la observó y se le secó la boca. ¿Así que ella era su vecina? Una hermosa morena, alta, cabello largo y castaño, sus ojos cafés brillaban y también lo miraban con atención, y en sus carnosos labios color coral estaba dibujada una breve sonrisa. La chica lucía hermosa con esa blusa negra de hombros descubiertos, jeans de cintura alta y unas sandalias de plataforma.
-Por nada – Exclamó Tom con brusquedad – Aquí tiene – Murmuró entregándole las latas que acababa de levantar del piso.
-Es usted muy amable, señor... - Dijo Gene esperando conocer el nombre de su apuesto vecino.
-Hiddleston – Respondió Tom – Thomas Hiddleston, a sus órdenes, señorita...
-Blumer – Sonrió Gene extendiendo su mano – Me llamo Genevieve, pero todo el mundo me dice Gene.
-Genevieve es un nombre muy hermoso – Murmuró Tom estrechando la mano de la joven – Tan hermoso como usted – Finalizó con una reverencia y se alejó junto a su perro.
El corazón de Genevieve latía a toda velocidad. ¡Jamás en su vida alguien le había dicho que su nombre era hermoso! De hecho, muchos lo consideraban un nombre anticuado o muy serio y le hacían saber que no tenía nada que ver con su personalidad. Sin embargo, Thomas le acababa de decir que era hermoso... ¡tan hermoso como ella!
* * *
¡Por fin se han conocido! Fue algo leve, pero ya es el comienzo. Vamos a ver como fluye la relación entre nuestros protagonistas. Porque quizá en el próximo capítulo podrán interactuar más.Recuerden que la señora Robertson los ha invitado a tomar el té y de momento,ambos se causaron una buena impresión. ¿Qué les pareció este capítulo? Esperos us comentarios y sus votos. Muchas gracias por leer. ¡Hasta el próximo jueves!
Maria Decapitated
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