CAPITULO 21 - FINAL
-¿Estás bien mi amor? – preguntó Thomas y posó su mano sobre el hombro de la chica – Todo va a estar bien, cariño. – exclamó y besó su pelo.
Ginny giró el rostro bañado en lágrimas y se separó de los brazos de su madre para lanzarse a los brazos abiertos de su novio. Thomas la recibió y la estrechó entre sus brazos, acariciando delicadamente su espalda y besándola con suavidad en las mejillas para tratar de consolarla. El cuerpo de Gene se sacudía debido a los fuertes sollozos que se escapaban de sus labios. La joven estaba aterrada, había visto la furia y el odio en los ojos de Nicholas. Afortunadamente los guardias habían llegado a tiempo y lo detuvieron, de lo contrario, quizá ella hubiera muerto estrangulada.
-¡Creí que iba a morir! – gimió la joven – Vi pasar toda mi vida en un instante.
-¿Qué fue lo que pasó? – preguntó su madre con preocupación - ¿Por qué dices esas cosas?
-Sólo escuchamos que se armó un gran alboroto y los gritos de las personas que estaban en la parte de abajo. – exclamó Tom sin dejar de abrazarla – Con tanto griterío no pudimos saber lo que realmente sucedió. Todos enloquecieron y nosotros estábamos angustiados al no saber lo que estaba pasando. Aquí arriba no se escucha muy bien.
Gene respiró profundo y se separó de Tom para dejarse caer en una silla. Se llevó las manos al rostro y volvió a aspirar. ¡No sabía cómo decirlo!
-Mientras rendía mi declaración, Nicholas gritaba que guardara silencio y me callara. – dijo la mujer – No le convenía escuchar lo que yo decía y por eso intentaba distraer a todos con sus gritos. Yo estaba por terminar de dar mi testimonio, cuando de la nada se dejó ir sobre mí y trató de matarme.
-¡Jesús! – exclamó Kathleen y se llevó las manos a la boca - ¡Ese hombre está loco!
-¡Vaya que sí! – murmuró Thomas sentándose junto a Gene y tomándola de la mano – Es un completo lunático.
-Estaba muy asustada, realmente no lo reconocí. – dijo Genevieve- ¡Fue algo horrible!
-¡Pero ya pasó el peligro! – exclamó Tom y acarició su mejilla – Ahora sólo nos queda escuchar el veredicto del juez.
-Espero que se pudra en la cárcel. – murmuró la madre de Genevieve – Sujetos como él no merecen estar libres.
-Recibirá lo que merece – añadió Tom y se levantó para cerciorarse que en la parte de debajo de la corte todo estuviera en orden – Al parecer el juicio va a reanudarse, pues Nicholas ha vuelto a sentarse y dos hombres lo custodian.
Gene miró hacia el sitio donde se encontraba Nicholas, tal y como Tom lo había dicho, el hombre estaba custodiado por dos tipos armados. Eso ya era demasiado, pero él se lo buscó con su actitud y su forma de reaccionar.
El juicio se reanudó, aparecieron tres testigos más que dieron su declaración. De hecho, no sólo Nick estaba involucrado en esos asuntos, saltaron a la luz varios nombres de personas importantes y supuestamente de gran prestigio y reconocimiento internacional. Aquello era un verdadero caos, gente que estaba en desacuerdo gritaba, también gritaban los que exigían justicia, familiares y amigos de las víctimas. El juez trataba de imponer orden y hacerlos callar, pero muchos parecían no escuchar.
-La próxima persona que grite – Murmuró el juez – Ordenaré su arresto de inmediato por desacato... ¡quiero que guarden silencio!
Los murmullos se apagaron. El juez escuchó con detenimiento el veredicto del jurado. Nicholas era culpable de todos los cargos, así lo había declarado el jurado y ahora sólo faltaba el veredicto del juez.
Nicholas escuchaba con horror cómo el juez lo declaraba culpable y dictaba la sentencia... veinticinco años en prisión sin derecho a una fianza. Todo estaba terminado, la sesión se levantó y él fue conducido fuera de la sala.
-¡Apelaré! – Gritó Nicholas - ¡Esto no se va a quedar así! Esas mujeres no van a salirse con la suya – Dijo mientras desaparecía de la vista de todos.
Genevieve miró fijamente a Tom, quién se levantó de su asiento y le tendió la mano. Él le sonrió con ternura y ella tomó la mano que le ofrecía para juntos salir de la corte. ¡Todo había terminado! Nicholas Duchard iba a pagar por todos los errores cometidos y Gene ya no tenía porqué sentir miedo de ese hombre.
* * *
Había pasado un mes del juicio de Nicholas. Gene se sentía más tranquila al haberse librado de sus 'demonios', su vida era tranquila y sin preocupaciones. Ya no se sentía amenazada por ese sujeto y, lo más importante era que tenía bastantes planes en mente. Su negocio estaba creciendo y estaba analizando la posibilidad de abrir una nueva sucursal gracias a la gran demanda y aceptación del mismo.
-¡Te dije que esto iba a ser un éxito! – Comentó Darcy mientras se llevaba a la boca una bolita de chocolate confitado – He visto el lugar perfecto para la nueva sucursal, ¡quizá mañana te lleve a verlo!
-¡Gracias, Darcy! – Respondió Genevieve – Me siento muy emocionada y motivada... ¡tenemos tantos clientes! – Suspiró.
-¡Hasta celebridades buscan tus servicios! – Gritó Darcy llena de emoción – Eso es bueno... muy bueno. ¡Ahora eres toda una mujer de negocios!
-Lo sé – Rió la joven – De hecho he estado pensando en continuar con mis estudios.
-¡Es una gran idea! – Murmuró Darcy abrazándola – Me alegro mucho por ti y ¿qué es lo que planeas estudiar? ¿Moda?
-En un principio quería convertirme en una diseñadora de modas – Suspiró - ¿Lo recuerdas? – Preguntó y su amiga asintió - Pero ahora que he crecido, maduré y me di cuenta que mis intereses eran otros... como lo acabas de decir, ¡soy una mujer de negocios! – Se río - Y quiero estudiar algo relacionado con los negocios... ¡deseo estudiar administración de empresas!
-¡No puedo creerlo! – Exclamó Darcy – Pero me da mucho gusto, ¡te deseo lo mejor! – Dijo mientras la abrazaba - ¿Y has hablado con Tom al respecto?
-No del todo – Suspiró Gene – Él está bastante ocupado con su trabajo, el libro y todo eso. ¡Apenas tenemos tiempo de hablar un rato! Pero este fin de semana lo pasaremos juntos en la playa, es posible que tengamos más tiempo para charlar y ponernos al tanto de nuestros planes.
-Pues le va dar mucho gusto – Comentó Darcy - ¿Quieres ir a comer algo? ¡Yo te invito!
Genevieve asintió, abrazó a su amiga y juntas salieron del salón para dirigirse a un puesto callejero y disfrutar de unos deliciosos sándwiches como almuerzo.
* * *
-¿No se les olvida nada? – preguntó la madre de Gene mientras la ayudaba a subir al auto una gran canasta de comestibles.
-¡Mamá! – exclamó Genevieve mirando la enorme canasta repleta de comida – Sólo estaremos fuera un fin de semana y tu nos das comida como si fuéramos a estar lejos por un mes.
-Kathleen piensa a futuro – murmuró Tom y comenzó a reír – Ella cree que quizá se desate el Apocalipsis Zombie y no desea que nos quedemos sin comer.
-¡No me ayudas en nada, Tom! – río Kathleen y besó la frente de su hija – Se divierten mucho, yo cuidaré bien de Bobby.
-En mejores manos nos puede estar – respondió Tom y se acercó a su suegra para despedirse de ella con un fuerte abrazo – Regresamos el domingo por la noche.
-¡Hasta el domingo, mami! – exclamó Genevieve subiendo al auto seguida de Tom que agitaba su mano en señal de adiós.
Kathleen los vioalejarse y se dio la vuelta para entrar en el edificio y reunirse con Bobby yClaude en el departamento. Más tarde los Robertson le harían una visita ydisfrutarían de un delicioso té acompañado de galletas con chispas dechocolate.
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Tom condujo lentamente por las calles de la ciudad, el tráfico era un poco pesado y aún faltaba un buen trecho para tomar la carretera rumbo a Malibú. Así que para hacer el viaje más ameno, decidió poner un poco de música y cantar junto a Genevieve que se notaba muy emocionada por el paseo.
-To all the things I've lost on you. Oh-oh – cantaban los dos a todo pulmón - Tell me are they lost on you? Oh-oh. Just that you could cut me loose, Oh-oh. After everything I've lost on you. Is that lost on you?Oh-oh-oh-oh, oh-oh. Oh-oh-oh-oh. Is that lost on you? Oh-oh-oh-oh, oh-oh. Baby, is that lost on you? Is that lost on you?
Continuaron cantando por un buen rato hasta que pudieron salir de la ciudad y tomar la carretera rumbo a Malibú. Gene miró a Tom que de pronto había guardado silencio y se concentraba en el camino. La chica decidió romper el silencio que ya comenzaba a incomodarle.
-¿Ya te aburriste? – preguntó Gene y le dedicó una sonrisa traviesa – Te noto bastante serio.
-No es eso – respondió el hombre – Sólo que el camino a la carretera fue muy agotador, ¡no pensé que hubiera tanto tráfico!
-Pero en poco tiempo estaremos en la playa – exclamó la chica y volvió a sonreír - ¿Cómo te ha ido con tus cursos de verano?
-No puedo quejarme – respondió Tom tomando una curva – No imaginé que la materia que estoy impartiendo fuera a tener tanta aceptación, ¡tengo alumnos de a montones! – exclamó con una gran sonrisa - ¿Cómo van las cosas con la nueva sucursal?
-Darcy y Boris se están encargando de decorar el nuevo local – respondió Gene – Yo no he podido hacerme cargo – murmuró y respiró profundo – He decidido entrar a la universidad y estudiar Administración de Empresas.
-¿Entrar a la universidad? – preguntó Thomas arqueando las cejas - ¿Estás segura? – volvió a preguntar bastante sorprendido y Gene asintió - ¡Me alegra mucho! Pensé que no ibas a animarte a continuar con tus estudios, pero te veo muy emocionada con el éxito de tu negocio, que estudiar algo afín te será de mucha ayuda para seguir creciendo como empresaria. ¡Te felicito, mi amor! – exclamó el hombre y la tomó de la mano – Estoy muy orgulloso de ti.
-¡Gracias! – Exclamó Gene apretando la mano de Tom y llevándola hasta sus labios para besar su dorso – Aunque... - Guardó silencio.
-¿Qué sucede? – La interrogó Tom al darse cuenta que había dejado la frase a la mitad.
-¿Recuerdas que tuve una charla con Matilde?
-Claro, lo recuerdo muy bien, ella te ofreció volver a su agencia, regresar al modelaje – Respondió el hombre sin despegar sus ojos de la carretera.
-No sé si aceptar – Comentó Gene un poco indecisa – Si regreso a la escuela, posiblemente no tendré mucho tiempo libre.
-Entonces dile que no y que le agradeces mucho su propuesta – Dijo Tom – Dale a conocer tus planes, así ella sabrá que tienes otras prioridades.
-¡Pero es que también extraño regresar a las pasarelas! – Suspiró la chica mordiéndose el pulgar - ¡Ay no lo sé!
Tom suspiró y se pasó la mano por el cabello antes de tomar una desviación hacia la cabaña en la que pasarían ese fin de semana. Estaba pensando en lo que Gene le acababa de decirle. Pero ella era la que tenía que tomar una decisión.
-Puedes hablar con Matilde y llegar a un acuerdo con ella – Comentó el hombre – Algo que se adapte a tu agenda y a tus condiciones.
-¡Tú si sabes! – Gritó Gene abrazándolo.
Tom detuvo el auto en un estacionamiento y descendió del vehículo. Gene lo siguió y juntos bajaron sus pertenencias del auto. Un hombre se acercó y Tom preguntó si él era el dueño de las cabañas. El sujeto respondió de manera afirmativa y les pidió que lo siguieran. Gene contempló el lugar. Era un sitio muy bonito, ubicado en la orilla del mar. Ese fin de semana sería perfecto.
El hombre le entregó unas llaves a Tom y le señaló cual era la cabaña en la que se hospedaría. Gene miró detenidamente el lugar, se trataba de una construcción moderna y que contaba con una pequeña terraza con vista al mar. La chica gritó de emoción cuando entraron en la hermosa cabaña, pues esta tenía un enorme ventanal que mostraba una preciosa vista de la playa y hacía que el azul del mar se viera más intenso.
-¡Es una cabaña de lujo! – gimió Ginny y se arrojó a los brazos de Tom.
-¿Te gustaría dar un paseo por la playa? – preguntó Thomas mientras besaba suavemente los labios de Gene – Podemos disfrutar de una preciosa puesta de sol a la orilla del mar.
-¡Me encantaría! – respondió la chica llena de emoción y tomó a Tom de la mano para salir de la cabaña y juntos caminar por la playa.
Ambos se echaron a andar en silencio y tomados de la mano. La brisa fresca golpeaba sus rostros y las olas se mecían sobre la arena, lamiendo con sus crestas los pies de la pareja. El sol comenzaba a ocultarse y el cielo se tiñó de un rojo incandescente con algunas tonalidades de naranja. ¡Era algo hermoso!
Tom se detuvo y abrazó a Genevive, la chica dejó escapar un suspiro y le acarició el rostro, sonriendo al ver como el cabello de Tom era despeinado por el viento y alborotaba sus rizos cobrizos.
-¡Te amo, princesa! – exclamó Tom estrechándola entre sus brazos – Jamás imaginé que iba a encontrar el amor. ¡Eres mi chica ideal!
-Yo también te amo, Tommy. – respondió Genevieve recargando su cabeza en el pecho del hombre – Llegaste a mi vida para darle otro sentido, para quitarme la tristeza que me estaba matando. ¡Gracias por todo! – suspiró la chica.
El hombre la abrazó con más fuerza todavía mientras que ella se acurrucaba contra él. Los brazos de su amado eran cálidos y protectores, le encantaba sentirlos alrededor de su cuerpo. Tom le besó la cabeza, le acarició el cabello y recargó su mejilla contra la chica quién permanecía aferrada a su cuerpo y deslizaba sus manos sobre su espalda. Lentamente el abrazo se deshizo, sin embargo, los amantes no se separaron del todo. Genevieve levantó su rostro y sonrió cuando la mano de Tom sujetó su barbilla y él se inclinó para unir sus labios a los de la joven.
Fue un beso breve y hermoso. Ambos se separaron por un instante, se sonrieron con complicidad y, una vez más, Gene se arrojó a los brazos de Tom para volver a besarlo, esta vez fue un beso más intenso que el primero. Tom la tomó por la cintura, al tiempo que ella tiraba de su camisa, haciendo más profundo el beso. Sus lenguas se entrelazaron, se saborearon, explorándose, mientras que el beso se volvía más erótico.
Se separaron cuando una ola los salpicó y comenzaron a reírse a carcajadas. Gene lo tomó de la mano y juntos caminaron de regreso a la cabaña.
Después de ducharse, la pareja entró en la cocina para preparar algo de cenar. Gene miraba los ingredientes que Tom ponía sobre la encimera y se mordió los labios, pensando en algo rápido y delicioso para cenar.
-¿Te parece bien algo de pasta y carne a la plancha? – Preguntó la chica – Vi que en el refrigerador había un poco de pollo.
-El pollo me agrada, sí – Murmuró Tom quién no había despegado sus ojos de Genevieve – Pero.... creo que ahora mismo tengo antojo de otra cosa – Exclamó mientras en sus labios se dibujaba una sonrisa perversa.
Genevieve lo miró un poco sorprendida y se lamió los labios con un gesto muy seductor. Tom se acercó lentamente hasta la mujer sin borrar la sonrisa de sus labios. Ella lo miró acercarse y no se movió, sólo dejó escapar un leve jadeo, mientras sentía que su corazón comenzaba a latir rápidamente. En los ojos de Tom se reflejaba el deseo y la lujuria, y esa mirada lograba disparar el deseo en su interior.
Con un rápido movimiento, Tom la sujetó con fuerza por la cintura con una mano, mientras que con la otra le subía la falda del vestido. Gene dejó escapar un gemido suave y comenzó a desabrochar con desesperación los botones de la camisa de su novio. Tom rió y jadeó cuando los delicados dedos de la chica tocaron su amplio pecho y apretó los labios contra su mejilla. Gene volvió a gemir al sentir el cálido aliento del hombre en su piel.
Tom recorrió el cuello de la joven con su lengua mientras enroscaba el vestido en su cintura, levantándola y acomodándola sobre la mesa de la cocina. Gene abrió las piernas y él se metió entre ellas, uniendo sus labios a los de la chica, en un beso voraz y lascivo. Sus lenguas se enroscaron en una danza erótica, mientras las manos femeninas le acariciaban el amplio tórax y lo recorrían de manera sutil. Thomas acarició sus muslos y abandonó la boca de la mujer, quién instintivamente arqueó la espalda y él enterró su cabeza en el nacimiento de sus senos.
Con manos expertas, Tom le arrancó los botones del vestido y este fue lanzado al centro de la cocina, la camisa también desapareció del cuerpo de Hiddleston y fue a parar al mismo lugar, junto al vestido. Ambos se separaron por unos instantes y se dedicaron miradas ardientes, ella se mordió el labio al contemplar su pecho que comenzaba a llenarse de sudor, mientras que él contemplaba esos pechos erguidos deseosos de sus caricias.
Tom gruñó cuando la lengua de Gene se paseó sobre sus labios hinchados. Él le acarició los muslos, friccionando con fuerza y apretando su carne. Ella gimió sonoramente y levantó el rostro, buscando de nuevo sus labios. Volvieron a besarse con ímpetu, tocándose y recorriendo su cuerpo con las manos. Tom le sacó las bragas de encaje que quedaron atoradas en sus rodillas, mientras que sus labios descendían a sus senos y los llenaban de besos o bien, su lengua recorría los pezones hinchados.
Él volvió a gruñir al escucharla gemir entrecortadamente y se levantó un poco para volver a besarla en la boca, al tiempo que su mano retiraba por completo las bragas de su cuerpo. Lentamente le acarició la parte interna de los muslos y sus dedos expertos se abrieron paso por los húmedos pliegues de su feminidad. La joven estaba muy mojada y su espalda volvió a arquearse mientras que un susurró entrecortado brotó de su boca al sentir cómo la lengua de Hiddleston le lamía la mejilla.
Thomas sonrió mientras sus dedos la penetraban y se movían en su interior. Gene jadeó y jadeó sin poder hacer otra cosa. Tom le sonrió con satisfacción y la empujó sobre la mesa, retirando sus dedos. No le dio tiempo de protestar, pues volvió a juguetear con los senos de la chica y continuó su descenso por su vientre hasta su pelvis. Sus manos expertas le abrieron los muslos y la contempló arrodillándose delante de ella. Se mojó los labios con la lengua y hundió su rostro entre las piernas abiertas de la mujer, deslizando lentamente la lengua por sus pliegues.
Ginny gimió, llevando sus manos hasta sus senos y apretándolos con fuerza al experimentar ese delicioso roce de la lengua de Tom. La lengua del hombre se movía despacio, saboreando y gozando de sus mieles. Sus manos varoniles le acariciaban los muslos y ella no paraba de gemir, arqueando su espalda y sin dejar de tocar sus pechos; hasta que su mente perdió la cordura y su cuerpo colapsó de tanto placer, desbordándose cual torrente.
Tom le besó las piernas y ella sólo gimió, respirando agitadamente. Su cuerpo temblaba por completo y aún se encontraba un poco perdida ante ese súbito y maravilloso orgasmo. Tom volvió a mirarla, ¡su Ginny era hermosa! Y él estaba loco por ella... estaba a su merced. El hombre se incorporó y rápidamente desabrochó sus pantalones, bajándolos hasta las rodillas. Genevieve lo miró y susurró su nombre, urgiéndolo a seguir.
Hiddleston se inclinó sobre ella y la besó de manera salvaje y posesiva, sus manos recorrieron las torneadas piernas de Gene y sujetándola por los tobillos la penetró al tiempo que ambos gemían de placer. La mujer cerró los ojos dejándose llevar, ¡Tom estaba siendo un poco salvaje! Pero eso la estaba volviendo loca. Le gustaba sentirlo dentro, tan duro, tan caliente y tan grande. Él se movía con ímpetu y rápidamente ella se acopló a su ritmo; a esa danza cadenciosa de placer que de nuevo la transportó fuera de su realidad.
Genne gemía frases incoherentes, palabras entrecortadas, jadeaba y gritaba mientras Tom arremetía sin piedad, escuchando sus gemidos y sus súplicas. Ella se lo pedía todo y él se lo entregaba. La amaba y sería incapaz de negarle nada. Los ojos de Thomas contemplaron la expresión de placer dibujada en la cara de Ginny, los ojos cerrados y los labios entreabiertos, la frente bañada en sudor y sus manos sobre sus senos, acariciándolos con frenesí. ¡Era una visión divina! Continuó embistiéndola, hasta que su cuerpo se tensó, ¡no podía más! Ya estaba demasiado excitado y pronto iba a colapsar. Ella abrió los ojos y sus miradas se encontraron. Gene le sonrió y él le devolvió la sonrisa; después dejó escapar un sonoro gemido y se entregó por completo al placer, la mujer arqueó la espalda y gritó sintiendo las primeras oleadas del orgasmo, alcanzando la cima del delirio.
Tom se incorporó, jadeante y sudoroso, la besó de manera fugaz y se apartó un poco para terminar de quitarse la ropa. La joven no le quitaba la vista de encima. Eso había sido sublime y... ¡ella necesitaba más! Hiddleston le tendió la mano y ella la tomó, incorporándose para quedar frente de él, la abrazó y ambos se fundieron en un beso lento e intenso, mientras que las manos de la chica le acariciaban el trasero.
-¡Vamos a la habitación! – Susurró ella lamiendo su cuello.
Tom sonrió y la sujetó por las piernas, levantándola. Genevieve apretó sus muslos alrededor de su cintura y el caminó con ella hasta la alcoba, depositándola con suavidad sobre la cama para después recostarse a su lado. La chica no perdió el tiempo y se colocó sobre él, besándolo con urgencia, mordiendo de vez en cuando sus labios.
-No quieres perder el tiempo, ¿verdad? – Susurró él.
-No – Murmuró la joven frotándose contra él.
Hiddleston dejó escapar un sonoro gemido y levantó sus manos para acariciarle los pechos. Gene suspiró y lo contempló con ensoñación; le sonrió y comenzó a dejar un camino de besos húmedos sobre su fuerte pecho, mordisqueando suavemente sus pezones masculinos y aspirando su aroma a colonia mezclada con su sudor. Él le apretó los senos arrancándole un hondo gemido.
La pelvis de ella se frotó nuevamente contra él, rozando su masculinidad; ¡otra vez estaba excitado! Y ella también. Una vez más, su cadera se movió con ritmo sobre él, robándole un suspiro e incitándolo a poseerla de nuevo. Tom cerró los ojos y se mordió el labio inferior. ¡Gene era perfecta! Abrió los ojos de golpe cuando sintió su suave mano cerrarse sobre su sexo erguido, lo acarició un par de veces y lentamente lo introdujo en el centro de su placer.
Un ronco susurró nació en la garganta del hombre cuando Ginny apoyó sus manos sobre sus hombros y comenzó con su ir y venir de caderas, dejándose caer sobre él o moviéndose en círculos. Él también empujaba su pelvis para hacer la unión más intensa. Sus pieles chocaban con violencia y sus rostros estaban muy juntos mientras jadeaban a la par. Sus bocas se unieron para saciar sus ansias de besarse. Tom la sujetó con fuerza, apretándola a su cuerpo mientras ella bajaba un poco el ritmo de sus movimientos que se tornaron menos agresivos y más pausados.
De pronto, el ritmo de las embestidas y el balanceo de las caderas retomaron su agresividad, sin embargo; ambos estaban fundidos en un fuerte abrazo. Tom la besó con ansias casi furiosas y la apretó aún más contra su cuerpo, para liberarse completamente. Ella lo siguió casi enseguida y pudo escuchar que de su garganta brotaba un "te amo". Cerró los ojos y se dejó caer exhausta sobre su pecho.
-¡Yo también te amo, bebé! – Exclamó Gene y besó su pecho, cerrando los ojos y escuchando los latidos de su corazón.
* * *
Tom miró su reloj y giró su rostro para mirar a Genevieve que dormitaba sobre su hombro. El vuelo en el que llegarían, desde Londres su madre y su padrastro, había sufrido un retraso. Llevaban en el aeropuerto más de dos horas y la espera se estaba haciendo eterna.
El hombre suspiró y tomó su celular para enviar un mensaje a la madre de Gene y a sus amigos que los esperaban en el departamento, ya que habían preparado una fiesta de bienvenida.
Gene abrió los ojos y se estiró mientras lanzaba un fuerte bostezo. Estaba cansada y aburrida, la espera parecía no tener fin y ella deseaba regresar a su casa y echarse sobre su cama a dormir. Iba a decirle a Tom que pasaría al baño para mojarse el rostro, cuando se anunció la llegada del vuelo procedente de Londres, en donde viajaban los padres del hombre.
-¡Por fin llegaron! - Exclamó el chico y tomó a Gene de la mano para ir en busca de sus padres.
-Yo creí que ya no llegarían - dijo la chica en tono de broma - Seguramente están muy fastidiados por el viaje.
-No te equivocas - murmuró Tom - Estuvieron esperando lo mismo que nosotros en el aeropuerto para poder abordar. - exclamó y señaló a un hombre y a una mujer que levantaban los brazos en señal de saludo- Ahí están - dijo el hombre con una gran sonrisa y junto a Gene caminó a paso veloz hasta detenerse frente a la pareja.
Gene miraba con atención a la mujer que había corrido hasta los brazos abiertos de Thomas. Era muy hermosa, parecía muy elegante y distinguida al igual que el hombre que la acompañaba. Aunque se veían cansados y fastidiados, lucían una enorme sonrisa en sus rostros. El padrastro de Tom lo abrazó con fuerza y dio varias palmadas en su espalda antes de besar su frente.
-Bienvenidos - exclamó Tom y tomó a su madre de la mano para acercarse hasta Gene - Ella es Genevieve, mamá. - dijo el hombre con emoción.
Edna sonrió y abrió los brazos para fundirse en un abrazo con la chica y llenar de besos sus mejillas. Para Gene era un gusto encontrarse con la madre de Tom y no pudo evitar llorar de emoción al saludarla.
-¡Por fin he podido conocerte, hija!- exclamó Edna Wilkins - Eres muy hermosa, Gene. - dijo la madre de Tom sin dejar de abrazarla - ¡Soy tan feliz! – gimió Edna – Aunque charlamos varias veces por teléfono, no es lo mismo que tenerte en persona. – murmuró la madre de Hiddleston y sollozó - ¡Se ven tan bien juntos! – dijo la mujer apretando con más fuerza a Gene.
-Y yo estoy feliz de verte, Edna. Estaba desesperada porque el vuelo no podía llegar. - respondió Genevieve con una sonrisa - Es un gusto tenerte aquí. - dijo y ambas se separaron.
-El viaje fue terrible - exclamó la mujer - El avión que íbamos a abordar tuvo un par de fallas y tuvimos que esperar a que nos asignaran otro. Fueron casi tres horas de espera. - murmuró y tomó la mano de Gene para conducirla hasta donde se encontraba su marido -Permíteme presentarte a mi esposo, hija. – murmuró Edna mientras tomaba la mano de su esposo para presentarlo a su nuera – Él es Marlon Wilkins, mi esposo.
-Es un gusto conocerlo, señor Wilkins – exclamó Genevive estrechando la mano que le ofrecía el padrastro de Tom.
-Él gusto es mío, Gene. – respondió Marlon y sonrió – Edna y Tom me han hablado maravillas de ti y pienso que no se han equivocado. – murmuró el hombre – A leguas se nota que eres una mujer fantástica. – dijo y la abrazó.
-Creo que exageran – dijo Gene y se puso colorada - ¿Nos vamos a casa? Deben estar muy cansados por el viaje.
-Más que cansados, estamos aburridos. – exclamó Marlon y tomó de la mano a su esposa – Pero primero me gustaría pasar a recoger nuestro equipaje y de ahí ir a descansar.
-De acuerdo. – respondió Tom y pasó su brazo alrededor de la cintura de Gene para caminar detrás de sus padres.
Después de recoger el equipaje de los señores Wilkins, ambas parejas abordaron el auto de Tom y este condujo con tranquilidad por algunas calles de Los Ángeles. Edna y su esposo se recostaron en sus asientos y se quedaron dormidos durante el trayecto. Gene conversó con Tom durante el camino hasta que se detuvieron frente al edificio donde se encontraba su departamento.
-¡Hemos llegado! – exclamó Thomas y sus padres se despertaron de golpe.
-¿Tan pronto? – murmuró su madre frotándose los ojos – Estoy muy cansada y tengo muchos deseos de seguir durmiendo.
-Pues por ahora creo que no van a poder dormir – respondió Gene mientras ayudaba a Edna a descender del auto – Arriba les espera una fiesta de bienvenida. – exclamó la chica dedicándole una amplia sonrisa a la señora Wilkins.
-¿En serio? – preguntó la madre de Tom tomando una de sus maletas – Entonces permaneceré despierta, ¡yo adoro las fiestas! – dijo mientras caminaba detrás de Gene para entrar en el edificio y subir al ascensor.
Tom abrió la puerta de su departamento y se hizo a un lado para que sus padres entraran primero. Cuando la pareja puso un pie en el umbral, se escuchó el grito de "BIENVENIDOS", seguido de varios ladridos eufóricos por parte de Bobby. Los señores Wilkins sonrieron complacidos y saludaron a todos los que se acercaban a tenderles la mano. La primera en acercarse, por supuesto, fue la madre de Genevieve, seguida de los Señores Robertson. Todos los saludaban con calidez, los abrazaron y les sirvieron un enorme vaso lleno de deliciosa naranjada, conduciéndolos hasta un sillón.
-Los estuvimos esperando durante horas – comentó el señor Robertson – Pero Tom nos dijo que su avión había tenido problemas.
-¡Fue una completa pesadilla! – Se rió Marlon Wilkins - ¡Pero ya estamos aquí! No queremos perdernos la presentación del libro de Tommy.
-Y yo no quiero que eso suceda – Murmuró el chico mientras llevaba el equipaje de sus padres a su habitación – Tenían que estar presentes a como diera lugar.
-Estábamos pensando seriamente en subir a un barco – Rió Marlon – O tomar otro vuelo.
-El vuelo a la ciudad de México era el más indicado y de ahí viajar a Los Ángeles – Comentó Edna – Pero no hubo necesidad – Suspiró – Aunque esperamos un par de horas, todo se solucionó de inmediato... ¡nos moríamos de ganas de estar con todos ustedes y de conocerlos!
-¡Un brindis por lo señores Wilkins! – Gritó Chase llevando una charola llena de vasos de naranjada.
-¡Salud! – Gritó Boris tomando su vaso y levantándolo – Es un gusto tenerlos aquí.
Todos levantaron sus vasos y se unieron al grito de "salud". Los señores Wilkins estaban muy emocionados y se les notaba contentos por la calurosa bienvenida. Tom abrazó a Gene y la miró, ella pudo notar el brillo de felicidad en el rostro de su novio. Tom estaba muy feliz de tener a su madre cerca, quería mostrarle a la mujer lo afortunado que era al haber encontrado a Genevieve y que ella formara parte de su vida. Había dejado atrás el pasado y ahora era un hombre nuevo.
* * *
Genevieve se miró al espejo, esperaba haber elegido un buen atuendo para esa noche tan especial. ¡Era la noche de Tom! Sería la presentación de su nuevo libro y ella estaba muy emocionada por ese acontecimiento. Además, porque ella aparecía en la portada del mismo, como la protagonista de la historia. La chica se acomodó su vestido y volvió a mirarse frente al espejo. Le encantaba ese vestido negro, corto y ajustado. Lo que resaltaba era el escote de encaje hasta el ombligo. Gene se calzó unas sandalias de tacón y se retocó su lápiz labial.
-¡Tommy! – gritó - ¿Estás listo? – preguntó antes de salir de su habitación.
Tom salió del baño ajustándose la corbata y se paró frente al espejo para estar seguro que el nudo no estuviera torcido. Gene lo miró esbozando una enorme sonrisa, ¡estaba tan guapo! Ese traje azul índigo a la medida le sentaba muy bien, especialmente sus piernas largas y delgadas. Ella se acercó para acomodarle la corbata de color azul marino y el cuello de su camisa blanca.
-¡Mmmmh! – exclamó la mujer - ¡Qué sexy te ves! – dijo y le apretó el trasero.
-¿Lo crees? – preguntó Tom mientras se colocaba sus gafas y peinaba su barba – Creo que tienes razón nena, ¡soy muy sexy! – dijo y se echó a reír – Ahora vámonos... espera. – exclamó Thomas y caminó directamente al cuarto de baño – Necesitó hacer pipí, espérame afuera.
Gene se río y rodó los ojos, ¡Tom y sus nervios! Siempre que estaba nervioso, sentía la necesidad de orinar cada minuto. Ella tomó su cartera y salió de la habitación para reunirse con su madre y los padres de Tom que los esperaban en la sala.
Tom salió del cuarto de baño, Gene ya no estaba cerca. Se acercó al buró de su cama y sacó de ahí la sorpresa que tenía preparada para ella y la guardó celosamente en el bolsillo de su saco. Suspiró y salió de la habitación.
-¡Hora de irnos, familia! – dijo mientras tomaba a su suegra del brazo – Mi padre me llamó y dijo que nos veía en el salón. Sólo será una visita fugaz a Los Ángeles, pero me prometió regresar el próximo mes.
-No tenía porqué perderse de este día tan importante – exclamó Edna – Su bebé siempre lo ha llenado de orgullo – murmuró mientras un par de lágrimas se asomaban por sus ojos – Y a mí también.
-¡No llores, mamá! – dijo Tom soltándose del brazo de Kathleen para abrazar a su madre – Yo estoy feliz de tenerlos como padres, a los cuatro. ¡Los quiero demasiado! – exclamó – Pero guardemos las lágrimas para otra ocasión, ¿sí?
Edna asintió y besó a su hijo en la mejilla antes de salir del departamento. Gene sonrió y caminó del brazo de su madre hasta llegar al ascensor, donde los esperaban los señores Robertson.
-Chase nos está esperando abajo – dijo Martha Robertson con una gran sonrisa – Y también Darcy y Boris. – exclamó la mujer.
-Recuerden que son nuestro medio de transporte – río Gene y subió al ascensor seguida de todos.
Al salir del edificio, Chase corrió a su encuentro y pidió a los señores Robertson y a la madre de Gene que lo acompañaran hasta su auto para llevarlos al salón donde sería la presentación del libro. Los padres de Tom subieron a la camioneta de Boris, seguidos de Tom y Gene.
Cuando llegaron al lugar, el auditorio estaba a reventar. Muchos de los alumnos de Tom y sus compañeros de trabajo se encontraban ahí. Al verlo, varios chicos se acercaron y lo saludaron con efusividad, mostrándole que ya habían adquirido una copia de "Call of Destiny" y esperaban conseguir su firma.
-¡Es toda una celebridad, profesor! – exclamó uno de sus alumnos besando la firma del profesor estampada en la primera página de su libro.
-¡No puedo creerlo! – se río Tom – Tienen mi firma en todos sus exámenes, tareas y proyectos, ¿por qué hacen esto?
-¡No es lo mismo! – dijo una chica encogiéndose de hombros – Esto es diferente, tenemos la firma del escritor, no la del profesor.
-OK – respondió el hombre sonriendo – Los veo después chicos, muchas gracias. – dijo caminando a prisa para alcanzar a Gene y a sus amigos que ya habían entrado en el auditorio.
Tom miró como sus amigos y familiares tomaban asiento. El hombre buscó con la mirada a su padre, no alcanzaba a verlo por ningún lado. Esperaba que no se hubiera perdido, de lo contrario tenía que atrasar la presentación para salir a buscarlo a su hotel. Estaba a punto de llamarlo, cuando una mano cálida y firme se posó sobre su hombro.
-¡Thomas, hijo! – dijo la voz de su padre y el chico se giró para abrazar al hombre - ¡Estoy muy orgulloso de ti!
-¡Padre! – exclamó Tom y contuvo las lágrimas - ¡Gracias! Es bueno verte de nuevo.
-No iba a perderme de este acontecimiento por nada del mundo y mucho menos de la sorpresa que le tienes preparada a tu novia. – dijo el hombre - ¿Dónde está la chica?
-¡Está con mamá y Marlon! – Sonrió Thomas y señaló el sitio exacto – Después de esto te la presentaré.
-¡No es necesario! – rió su padre - ¡Yo lo haré! Mucha suerte hijo – Murmuró y le apretó la mano.
Tom volvió a abrazarlo y no paró de sonreír. Su padre se alejó para buscar su asiento y presentarse a Genevieve, quién al verlo, lanzó una exclamación de sorpresa y lo abrazó con efusividad.
Hiddleston suspiró y fue conducido tras bambalinas. El chico estaba algo nervioso, palpó el regalo oculto en su bolsillo y buscó sus tarjetas donde tenía escrito parte de su discurso. Recibió las indicaciones y, mientras lo presentaban al público, leyó rápidamente las palabras escritas en las tarjetas. ¡Era hora!
Thomas salió y fue recibido por los aplausos de todos los presentes. Él agradeció al público por su presencia y el apoyo a su carrera de escritor, había emoción en su voz y comenzó a hablar a cerca de Call of Destiny, su nueva novela épica y de la inspiración que encontró en su novia Genevieve para dar vida a la protagonista de esa historia.
-Hubo cambios – Comentó Thomas – Al releer mi borrador, me di cuenta que necesitaba darle un giro a la trama y ¡entonces apareció Genevieve en mi vida! – Suspiró – Y ella vino a darle ese giro y la chispa que le faltaba a mi historia. Después de estar estancado por varios meses, me encontré sentado frente al ordenador, bebiendo una enorme taza de café y escribiendo capítulo tras capítulo, haciendo correcciones y encontrando por fin la esencia de esta novela, sin Gene a mi lado no lo habría conseguido. – exclamó mientras buscaba a la chica con la mirada.
Gene estaba muy sorprendida y emocionada por las palabras de Tom. Él hablaba con tanto cariño y ternura sobre ella, se podía notar en su tono de voz la devoción que sentía y también su amor.
-Me gustaría pedirle a Genevieve que venga aquí conmigo. – dijo Thomas mientras la chica abría los ojos tan grandes como platos.
-Anda Ginny – exclamó su madre – Ve con él. – dijo la mujer.
-Vamos Ginny – murmuró el padre de Tom – No vas a arrepentirte.
Gene suspiró, se puso de pie y caminó lentamente hasta el escenario. Estaba muy nerviosa y pensaba en lo que tramaba su querido novio. La chica se acercó a Tom y él la abrazó besando su mejilla mientras la tomaba de las manos y la miraba con amor.
-Fuiste una de esas hermosas casualidades que sólo aparecen una vez en la vida – dijo Tom y besó las manos de la joven – Yo tenía miedo de enamorarme, tú sabes las razones. Pero apareciste y poco a poco lograste quitar la corteza que envolvía a mi corazón. – exclamó y sacó de su bolsillo una cajita negra de terciopelo – Quizá no sea el mejor hombre del mundo, ni el más apuesto, ni el más elegante. Tampoco tendré una vida llena de lujos y lo único que puedo ofrecerte es todo mi amor, toda mi vida, todo mi tiempo. ¡Quiero que estés para siempre a mi lado, Gene! – suspiró y la miró a los ojos dándose cuenta que la chica estaba llorando de felicidad - ¿Te gustaría? – preguntó Thomas y Gene asintió.
Genevieve tenía un nudo en la garganta y no podía emitir ningún sonido. Escuchar esas hermosas palabras la había llenado de emoción. Su corazón latía a toda velocidad y era obvio que ella quería estar junto a Tom, por siempre. Miró la cajita que él tenía en sus manos y comprendió lo que él le estaba pidiendo.
Thomas deseaba dar el siguiente paso en su relación y ese momento era el justo para hacérselo saber a Gene. Ella también lo quería así, después de vivir un infierno al lado de Nicholas, junto a Tom había encontrado el verdadero amor, ese que sólo aparece una vez en la vida.
F I N
* * *
¡Y llegamos al final de esta historia! Espero que hayan disfrutado de este último capítulo. Siendo sincera me costó mucho trabajo escribir los últimos cinco capítulos de este fanfic. En un principio las ideas fluían como el agua y yo escribía y escribía casi un capítulo todos los días. Pero de pronto mis ideas me abandonaron y hubo lapso en el cual no pude escribir nada porque no sabía cómo hacerlo. ¡No podía dar continuidad a esta historia! Afortunadamente pude seguirle el ritmo y terminarla.
Ahora díganme, ¿qué les pareció este final? Agradezco infinitamente su apoyo para este fanfic y en breve les presentaré otros más, ya estoy trabajando en ellos. Gracias por todo, las quiero de corazón.
Maria Decapitated
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