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22| Protector

『—♠︎—』

JungKook traspasó la puerta que daba al balcón de esa gran casa. Era de noche, y durante todo el día no hizo más que velar por el bienestar de su esposa y su hijo, no se separó de ellos ni un minuto.

Caminó hacia la figura de cabellera rubia que le daba la espalda por estar recostada en el balcón; aunque notó movimientos extraños de su parte que sólo vio cuando estaba cerca.

— ¿Pero qué haces? — preguntó molesto mientras con su mano quitó el pequeño tubo blanco que estaba entre sus labios.— ¿Qué no habías dejado de fumar? — volvió a preguntar en el mismo tono mientras esperaba que le diera la mirada; lo cual no pasó, sólo podía ver su perfil.

— Y así es... Pero sólo me provocó... — contestó suave bajando la mirada.— Estoy nerviosa, sólo quería relajarme.

— EunJi. — llamó y sus dedos tomaron su barbilla delgada y femenina. Ella lo miró con vergüenza y él solo pudo dejarle un beso corto antes de hablar.— No vuelvas a buscar ese vicio que tanto cuesta dejar... Tenemos un hijo hermoso que merece tenernos sanos. — susurró sobre sus labios y miró fijamente sus ojitos brillosos.— Si querías relajarte me hubieses dicho, yo hago todo a mi alcance para darte un poco de calma. Soy tu esposo ahora y mi deber es proteger a mi familia.

EunJi sonrió suave y elevó sus brazos al cuello de él para rodearle y luego besarle con cariño.

— Lo sé, amor... Y no sabes cuánto agradezco que estés aquí conmigo y con nuestro hijo. — acarició con cariño sus narices y suspiró.— Me da pavor que esa mujer se haya acercado a YuGyeom, quién sabe que le pudo haber hecho si se lo hubiese llevado... No quiero ni pensarlo. — dijo lo último con su voz cortada y JungKook la abrazó hasta tenerla recostada de su pecho.

— Nada les va a pasar a ustedes, te lo prometo, amor. — besó su cabeza y luego con sus manos le elevó el rostro para depositar un beso más largo y romántico, de esos besos que les encantaban compartir a ambos.

El pelinegro con una traviesa idea en mente se echó hacia atrás y caminó de espaldas hacia el interior de la tenue habitación. Los suspiros cálidos se hicieron escuchar en ambos y supieron de inmediato a dónde iban a llegar en ese camino.

Él tomó la iniciativa cuando con sus dedos decidió bajar los finos tirantes del vestido que ella aún vestía, y con lentitud se fue a su cuello para besarlo y humedecer cada parte de su piel hasta llegar a su hombro en donde dejó un suave mordisco que la hizo jadear bajo en su oído mientras apretaba sus manos en la tela de su camisa.

— JungKook. — llamó ella tomándole el rostro con sus manos decoradas con el anillo que él le dió en esa tan hermosa petición. Conectaron sus miradas en la casi completa oscuridad y ella con sus dedos tanteó su rostro.— Te Amo demasiado, y no puedo imaginar una vida sin tí. — Susurró siendo completamente sincera, abriendo una vez más su corazón para él.

— Créeme que por mí jamás te voy a volver a dejar... Pero voy a hacer lo que esté a mi alcance para que tú y YuGyeom no estén en riesgo. Los amo, son mi vida ahora y no pienso dejarlos solos, no otra vez. — Susurró en respuesta juntando sus frentes con sus ojos cerrados.

Abrazó su cintura y con sus palmas acarició su espalda baja. Besó su mejilla y luego aspiró su aroma en su cuello mientras acariciaba este con su nariz respingada. Ambos estaban conscientes en que eran el amor de la vida del otro, sabían que su amor era único, que se complementaban, que sus vidas estaban entrelazadas.

Las manos de JungKook subieron por la espalda de EunJi mientras le volvía a dejar besos en su cuello, y fue entonces que con sus dedos bajó el cierre del vestido y lo dejó caer a los pies de ella que, soltó un gemido bajo por el frío en su cuerpo, provocando la erección en sus pezones. Él volvió a tomarla en sus brazos para apegarla a su cuerpo cálido. Le besó tan delicado que ella logró sentirse como una porcelana de la más fina. Su primera acción en esa escena fue llevar sus manos al pecho fuerte de su esposo y acariciar este por encima de la tela blanca de su camisa, desabrochó uno a uno los botones de ésta mientras respondió a los besos suaves que hoy recibía de él.

Él momento más cálido y romántico en esa escena fue cuando ambos cuerpos desnudos y cálidos cayeron con suavidad en la acolchada cama de su habitación. Compartieron unos cuantos besos antes de subir un nivel más. Él le repartió caricias en todo su cuerpo, besos húmedos y románticos en cada trazo de piel que encontraba limpio de ellos, haciéndola completamente suya al momento de unirse nuevamente.

Ella soltó un jadeo en sus labios cuando la intromisión suave de su miembro llegó al punto límite, y con una velocidad lenta y amorosa comenzó a moverse.

— Te amo, JungKook. Te amo demasiado. — susurró tomando su rostro para después volverlo a besar con el mismo amor con el que él la estaba haciendo suya.

— Y tú no tienes ni idea de lo mucho que te amo yo, diablita. — chupó el labio inferior de ella y lo tiró un poco, haciendo que la fémina soltara un gemido algo alto.— Shh~ no quiero que nos interrumpan. — susurró en su oído para luego esconder su rostro en su cuello sin dejar de moverse.

Ella sonrió en respuesta y llevó sus manos a la ancha espalda que ahora estaba más ejercitada. Besó su hombro mientras lo apretaba más a ella, y con las piernas apretó suavemente sus caderas en movimiento. Llevó una mano a su cabello y enredó sus dedos en este para escuchar un leve gemido en su oído.

— Nunca te dejaré, estamos juntos en las buenas y en las malas. — le susurró en su oído y sintió como él asintió en su cuello.

EunJi sonrió traviesa y bajó su mano de la espalda de él hasta tenerla en su trasero. JungKook se exaltó un poco y soltó una carcajada en su oído.

— Es que eres mala conmigo cuando estoy siendo romántico... Siempre lo arruinas. — dijo ronco entre risas y ella le siguió para seguir apretando sus dedos en ese lugar.

— Trabajas todo menos éstas. — le dijo entre risas y JungKook mordió su cuello en venganza.— Ah~ — soltó un jadeo de molestia y ella apretó algo fuerte sus hebras.

Los labios de él volvieron a apoderarse de su cuello mientras sus estocadas fueron más rápidas, EunJi sintió su cuerpo subir la temperatura y supo que estaba por llegar a su orgasmo, el de JungKook parecía más rígido y entendió que él también estaba por alcanzar ese punto. Así que lo abrazó un poco más fuerte y sintió sus dientes tomar la piel de su cuello para luego succionar esa parte. En ese momento no tenía cabeza para reclamarle, simplemente quería estar con él y no arruinaría el momento.

Alcanzaron su orgasmo con un gemido algo alto y sus labios volvieron a unirse en un beso para acallar los gruñidos que JungKook quería soltar en lo alto. Se estaba sintiendo de maravilla al venirse de esa forma que lo dejó completamente agotado.

A la mañana siguiente todo parecía estar en calma, pues el ambiente tranquilo en su hogar le daba algo de seguridad a la hora de salir al jardín o a la piscina.

Ella caminó hasta un cuerpo ejercitado que estaba recostado sobre una reposera en los alrededores de la amplia piscina. Lo miró desde arriba y notó que estaba dormido con las gafas puestas, bajo una sombrilla. Hoy hacía un excelente sol para relajarse un poco antes de salir.

Ella no quería despertarlo y decirle que la búsqueda de Lalisa había comenzado, y que NamJoon le había comentado en la reciente llamada que ella había dejado el hotel y las alertas estaban puestas en toda Las Vegas; pero había una posibilidad de que ya hubiese salido de la ciudad o estuviese en un aeropuerto. Alguien como ella ya debería de estar al tanto de la orden de captura, y lo más probable es que haya decidido huir antes de la orden a los aeropuertos.

No quería ser portadora de malas noticias, pero no podía ocultarle nada a su esposo, mucho menos si es un tema que le concierne a él principalmente.

— Deja de mirarme que me sonrojas. — habló ronco desde su posición, haciendo que ella se exaltara de inmediato.

— Creí que estabas dormido. — le dijo suave y JungKook sonrió leve en respuesta, sin abrir los ojos simplemente abrió la boca para responderle.

— No puedo darme el lujo de dormir en estos momentos, debo estar al tanto de mi familia. — respondió con su ronca voz, EunJi bajó sus hombros y suspiró.

— JungKook, tampoco exageres, la casa está completamente protegida por guardaespaldas de ciento veinte kilos en músculos. No hace falta que te desveles. — negó en una queja suave y él se sentó en la reposera para arquear una ceja detrás de sus gafas de sol. Le tomó de las caderas y la acercó a él para mirarla desde abajo.

— Nunca será suficiente para proteger a los seres que más amo. — dictó y ella sonrió tierna.

— Estos días estás muy empalagoso y protector... Pero creeme que no hace falta que estés como un loco mirando de un lado a otro en la casa. Hay guardias tanto dentro como fuera de ella. — le miró desde arriba y con su dedo presionó su nariz.

— Esa mujer ha matado a alguien, es peligrosa para mí. Punto. — se levantó y le robó un beso de pico que la hizo sonreír.— ¿Y YuGyeom? — preguntó sacando sus gafas.

— Jugando con sus trenes con el abuelo. — le contestó tierna y él suspiró con una sonrisa.

— Tengo mucho que agradecerle a tu abuelo. — comentó.

— Lo hace porque adora a su familia, y tú ahora eres parte de ella. — murmuró y le rodeó el cuello con sus brazos para dejarle un beso en sus labios y luego una sonrisa.

— Te amo.

— Y yo más. — respondió con suavidad antes de dejarle otro corto beso y separarse tomando sus manos.— Debo salir. — dijo suave y JungKook la miró con reproche.— me acompañarán cinco guardias, de por sí mi abuelo no quería y sólo lo calmé con esa idea, pero se le pasó un poco cuando me dijo que me acompañaran cinco de ellos.

— Prefiero que no salgas a trabajar hasta que por fin den con ella, no quiero que te lastime. — le pidió suave y EunJi lo miró con súplica.

— No iré a trabajar, sólo iré por unas cosas. — respondió.— Será rápido.

— Para eso mejor que vaya uno de los guardias y así no estás en peligro. — ahora era él quien suplicaba con palabras y su mirada.

— JungKook... No me hagas esos ojitos. — le pidió ella en suplica y él continuó con su mirada.— Voy a ir, ya te dije.

— Deja de ser terca, tú no sales de aquí. — volvió a decir con más autoridad.

— JungKook. — volvió a quejarse y él simplemente mantuvo su postura.

— Soy tu esposo, y si te digo que no sales tú debes obedecer. — dictó y ella le alzó una ceja.

— Te estás comportando como un machista. — dijo seria en respuesta.

— Mierda~ EunJi... ¿Qué no entiendes que lo hago por tu bien? No estoy siendo machista, simplemente quiero protegerte. ¿Qué no fuiste tú quien dijo que éramos el cebo? — su tono subió de lo molesto que se veía, pero EunJi no notó que en realidad estaba asustado. Él tomó sus brazos y la apegó a su cuerpo.— Entiende que no te quiero perder. — la voz le tembló un poco y ella se le quedó mirando fijo. Abrió la boca para responder algo, pero JungKook la interrumpió.— No me contradigas, por favor. — susurró juntando sus frentes y un pequeño hipido salió de sus labios.

EunJi lo abrazó y besó su mejilla.

— Está bien, me quedaré. — le susurró en su oído y JungKook la apretó a su cuerpo.

No quería perderla a ella, allí si no resistiría el dolor.

『—♠︎—』

— No entiendo cómo es que aún no la han atrapado. — JungKook volvió a negar mientras hablaba desde su posición. Recostado en el escritorio de el despacho que JungHyuk poseía en la casa.

— Al parecer se fugó horas después de lo del vídeo que nos contaste. — mencionó y JungKook frunció el ceño.

— ¿Cómo podría hacerlo tan rápido? — Preguntó y NamJoon pensó bien lo que iba a decir.

— Pues, salir de Las Vegas lleva sus horas... Suponemos que alguien le debió haber informado y salió en cuánto supo que había cometido un error al venir al hotel.

— Pero aún no ha salido del país. — recordó la rubia y NamJoon lo apuntó como correcto.

— A eso iba... Creemos que no salió del país; a menos que lo haya hecho con una identidad falsa, lo que es un poco probable ya que la última vez que se registró con su nombre fue en el hotel que está al frente del 'Go Imperial'.

Todos en la habitación asintieron de acuerdo y JungKook decidió volver a indagar.

— ¿Y no han ido a registrar las cámaras de seguridad de los aeropuertos? — mencionó y NamJoon asintió.

— Son varios aeropuertos, toma demasiado tiempo revisarlos todos, pero el más cercano está siendo revisado, sus cámaras de vigilancia no tienen mantenimiento seguido y se está haciendo más fácil. — miró su reloj y prosiguió.— quedaron en llamarme a las cuatro y ya son casi las cuatro y media. Esperemos hasta las cinco y llamaré si es necesario.

Todos asintieron y el mayor miró a NamJoon con confusión.

— Es extraño que el departamento de policía de Seúl no esté haciendo mucho en el caso. — JungKook lo miró atento y prosiguió.— Los aeropuertos no tienen la orden policial para capturarla... Siento que hay mucha corrupción dentro de este y que alguien o algunos la están ayudando en demasía.

— JongIn está aquí. ¿Quién podría ayudarla si no es él? — comentó el pelinegro y el suspiro de EunJi resonó en el lugar.— ¿Qué ocurre?

— JungKook... Sé que puede doler lo que te voy a decir. — JungKook comenzó a negar y EunJi lo calmó un poco.— Sólo es una suposición... Pero es posible que quién la este ayudando sea JungHyo.

— No... — se negó a creer y EunJi tragó fuerte.— JungHyo puede ser arrogante, pedante y hasta un mal nacido... Pero mi hermano no es un asesino, EunJi. — le respondió con suavidad y ella asintió.— si él está ayudando a Lalisa estaría siendo cómplice del asesinato de mi padre.

— Amor, sólo es una suposición, recordemos que Lalisa dijo en el vídeo que JungHyo no sabía nada, pero aún así sí fue cómplice en ayudarla a escalar posición en tu empresa, sólo para estar cerca de tí y también el alejarte de tu hijo para que no reclamaras una maldita herencia. — susurró lo último y JungKook resopló frustrado. Cómo si a él le hubiese importado ese maldito dinero.

— Aún no he hablado con mi hermano... JungHyo recibirá lo peor de mí. — gruñó y ella siseó.

— Cálmate, amor... Aún no sabemos si Lalisa huyó o está aquí escondida. — murmuró cerca de su rostro mientras sus miradas permanecían fijas.

— Si es así lo mato. — susurró y EunJi sacudió su rostro.

— Tu no harás nada de eso. — regañó y JungKook mordió su labio inferior.— No me gusta que hables así. — le dijo molesta y él suspiró para abrazarla.

— Lo siento... — dijo suave en su oído y luego hundió su rostro en su cuello.— Pero si lo voy a moler a golpes. — susurró en su cuello y EunJi le pegó en su espalda alta.— Así me pegues lo haré. Él me arrebató los primeros años de mi hijo y eso no se lo perdono nunca.

En parte ella entendió su molestia, pero no quería que su esposo viviera con resentimientos.

— Es el detective Smith, voy a contestar. — habló por lo alto NamJoon.

Mientras hablaba EunJi y JungKook se sumergieron en una conversación suave sobre porqué el chico no debía vivir con rencor, mientras que a su vez le regalaba un par de caricias a sus mejillas.

NamJoon terminó de hablar y volvió hacia ellos con su rostro serio.

— ¿Qué ha ocurrido ahora? — EunJi preguntó intrigada.

— Lalisa ha salido del país... — dijo directamente y todos suspiraron con molestia.— Ha tomado un vuelo hacia Seúl desde Los Ángeles, al parecer usó un documento de identidad falsificado y... Salió llamándose Kang Brenda, una psicóloga coreano-canadiense.

— Esa maldita mujer es una arpía y una asesina, está desquiciada. — gruñó JungKook con rabia mientras respiraba de manera irregular.

— JungKook, cálmate un poco quizás está demasiado nerviosa... La conozco y sé cómo se pone cuando lo está, comienza rehuir de todo y se asusta fácilmente. — le habló al chico que le hizo una mueca de incredulidad.

— ¿Es que no lo ven? — exclamó molesto y resopló.— Una persona que esté simplemente nerviosa no falsifica un pasaporte para hu–ir de la policía. — gruñó, y a pesar de que estuviera molesto no le quitaba la razón. JungKook estaba hablando con mucha coherencia, demostrándoles que ellos estaban viendo a Lalisa menos culpable de lo que era en verdad.— Está loca, algún problema mental tiene para actuar de esa manera, y ese punto no me lo quita nadie.

Él despacho quedó en total silencio. Para todos ha sido intrigante que luego de unas dos semanas Lalisa haya desaparecido así como así, desconociendo su paradero hasta el día de hoy.

JungKook caminó pidiendo una disculpa y salió de allí tan rápido como el viento. EunJi lo siguió de inmediato y lo vio subiendo las escaleras, prontamente se encaminó a ellas pasando a un lado del marco que daba a la cocina, allí vio a Martha preparando galletas junto a un pequeño niño sentado en el mármol con su boca manchada de lo que suponía era chocolate. Sonrió y siguió hacia arriba y llegó al pasillo de las habitaciones donde se encontró con JongIn portando un portafolio y usando lentes.

— ¿Todo bien? Acabo de ver a JungKook y pasó cómo alma que lleva el diablo — preguntó confundido.

— Lalisa huyó a Seúl... Al parecer JungHyo la está ayudando.

— Seguramente, pero lo hace ciegamente, él sólo está siendo manipulado por Lalisa. — acomodó sus lentes mientras hablaba con seguridad.— Escucha, según ella me contó que ambos estaban de acuerdo en separarte de JungKook, él la ayudó a cambio de algo pero no me dijo qué... Estoy completamente seguro que él no sabe que Lalisa fue la causante de la muerte de su padre.

— Sí, yo pienso igual... Pero bueno, lo importante aquí es que la atrapen y pagué por lo que hizo. — dijo y ambos asintieron. Pero entonces a EunJi le entró una duda en su mente.— ¿Tú... La vas a demandar por chantaje o... Agresión? — preguntó y JongIn carraspeó quitando sus lentes.

— La verdad que lo pensaba hacer, pero ya no estoy tan seguro. — dijo suave y ella frunció el ceño.

— ¿Y eso porqué? — Preguntó confundida.

— Mira... En el tiempo en que estuve de cómplice con Lalisa, yo... Noté muchas cosas de ella. No... Ella no está sana mentalmente. Necesita una terapia especial para tratar sus transtornos.

— ¿De verdad lo crees?

— Desde que el padre de JungKook murió ella ha estado actuando de manera extraña. Muchas veces estaba deprimida, otras veces nerviosa, e incluso llegó a comentar que no dormía en varios días. — habló con calma.— Esa chica ha crecido en una vida muy solitaria, y la depresión que conllevó eso... Sólo la hizo sufrir más transtornos... No quiero sumarle más problemas con la ley, que pague lo que en realidad hizo, que fue matar accidentalmente al padre de su gran amor. Yo en parte también fui culpable y asumo mi culpa, por eso estoy haciendo lo correcto ahora.

EunJi asintió y formuló un suave 'Ok' antes de dar una palmada a su hombro y pasar por su lado. Caminó hacia la habitación y JongIn la siguió con la mirada, pensando en que de una vez debía olvidar ese gran amor que sentía por ella. Simplemente ya pasó, y el amor de ella no le corresponde a él. Ya que su corazón es de otra persona.

『—♠︎—』

JungHyo vio molesto a la mujer de cabello corto que entró a su oficina de forma muy nerviosa e histérica, hablando cosas incoherentes y que no podía entender.

— ¿Y ahora qué hiciste? — preguntó molesto el pelinegro en esa amplia oficina que poseía en el edificio de la empresa.

Ella lo miró asustada y enterró sus dedos en su cabellera corta mientras respiraba con irregularidad.

— De–Debes a–ayudarme. — tartamudeó y JungHyo la miró confundido.

— Para ayudarte necesito saber qué hiciste. — le alzó una ceja y Lalisa cayó sentada en la silla frente a él.

Estaba actuando demasiado extraño.

— Me... — tragó fuerte.— Me está... Me está buscando la policía...

Y con eso el hombre en esa silla se quedó de piedra. ¿Y ahora en qué se había metido?

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