Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

20| Miedo al silencio

『—♠︎—』

Las Vegas NV, U.S.A

Un muy desesperado JungKook se encontraba masajeando su frente mientras quien era su mejor amigo, Taehyung, se encontraba frente a él mirándolo de una manera comprensiva; pero que a su vez estaba también algo pensativo.

— Lalisa me va a volver loco con esta desesperación. — masajeó su rostro y luego juntó sus palmas frente a sus labios.

— Mm~ — asintió el moreno con sus piernas cruzadas.

— Siempre anda detrás de mí, y hoy que me desespero por encontrarla no aparece ni para arruinarme el día. — murmuró molesto de pronto y resopló echándose en el espaldar de su silla frente al escritorio del moreno.

— Ujum~ — volvió a asentir mientras apretaba sus labios. JungKook lo miró extrañado.

Es cierto que Taehyung se volvió más reservado, e incluso más serio desde la muerte de su padre. Y aunque eso es motivo para estar como lo está él ahora, Taehyung estaba así por otra cosa... Y él quería saber qué le pasaba a su amigo.

— ¡Eh! — exclamó un poco alto y este pestañó reaccionando.— ¿Y tú qué? ¿Por qué traes esa cara? — preguntó y el moreno relamió sus labios antes de suspirar.

— A ti sí te puedo contar porque tú ya conoces este cuento... — cruzó sus brazos por encima del escritorio y se apoyó de ellos mientras miraba la superficie concentrado en sus pensamientos.— ¿Recuerdas aquella vez en el antro, cuando te conté sobre mi experiencia en el amor? — asintió recordando su triste experiencia.— Pues... Ella vino a Las Vegas en cuanto supo que mi padre había fallecido, fue al sepulcro y me dió sus condolencias.

— Cierto, me dijiste que se mudó para acá a América y se casó ¿No es así? — Taehyung asintió.

— Se ha divorciado. — contó y JungKook alzó las cejas en sorpresa.— Ese día me ofreció ir por un café... Yo no quería pero... Me convenció cuando ví que ya todo el mundo se había ido.

— Y conversaste con ella sobre todo lo que había pasado ¿No?

— Sí, pero... Luego de eso salimos de nuevo, esta vez a desayunar y... JungKook te confieso que algo dentro de mí se activó en cuanto la volví a ver, me sentí de una manera... Muy bien al verla, tan cambiada pero aún con su mirada dulce, tierna... Tan adorable como solía ser en aquellos tiempos de adolescencia. — suspiró una sonrisa.

— ¿Y si es así, por qué no lo intentas de nuevo? — preguntó con curiosidad y Taehyung lo miró fijamente a sus ojos.

— Es que... Hay algo más que no sabes. — negó y lo vio con su mirada nuevamente triste.

— Algo más... Bueno, cuéntame y veo qué te puedo decir con todo lo que he tenido que pasar yo. — sonrió burlón y Tae sonrió sólo un poco con ello.

Su sonrisa se amplió un poco más y aspiró antes de continuar.

— Es que... Hay alguien más. — lo miró con otra sonrisa suave.— Ella trabaja aquí en el hotel, es la asistente de EunJi... — recordó y el pálido sonrió suave.— Hubo un tiempo en que comencé a intentar seducirla, no te miento, quería llevármela a la cama... Pero ella es tan inocente que... despertó en mí un instinto protector, ya no sentía que fuera bueno hacerle lo que tenía pensado hacer; así que tiré todos los planes y me concentré en hacernos buenos amigos. — terminó con una sonrisa tierna.

— Eso también suena bien. — JungKook soltó una carcajada suave y Tae rodó los ojos para negar y echarse en su silla.

— No sé qué hacer. — murmuró cerrando los ojos y dejando caer su cabeza.— Me siento culpable porque siento que estoy jugando con Jane al pensar aún en SoMin.

— Jane es linda y servicial. — dijo JungKook recordando las palabras de EunJi y la vez en que conoció a la jóven asistente cuando cuidaba de su hijo.

— SoMin igual, sólo que aún no la conoces... — apretó los ojos fuerte y soltó un jadeo de queja.— Después de todos los pecados que cometí sin remordimientos en la Demons Street... Hoy me siento un maldito canalla por lo que estoy haciendo con ambas chicas. — dijo molesto para luego reincorporarse.

— Taehyung te voy a preguntar algo y quiero que me respondas con sinceridad. — se miraron fijamente y el moreno asintió.— En los días en que te has reunido con SoMin ¿Llegaste a acostarte con ella? — El moreno se quedó con su rostro neutro y desvió su vista a un lado.— No me respondas — negó con un poco decepción y comprensión a la vez.— Sólo dime... ¿Qué sentiste?

— Me sentí amado nuevamente, pero luego de eso me he sentido una mierda. — susurró lo último cerrando los ojos nuevamente.— No puedo evitar sentirme así al ver el rostro de ilusión de Jane.

— Bien... — asintió.— ¿Has salido con Jane? ¿Te has acostado con ella hasta ahora?

— Hemos salido varias veces a almorzar en nuestros horarios libres, siempre conversamos y... No te niego que le he coqueteado. — sonrió y luego negó.— Pero jamás me he atrevido a tocarla, ni siquiera a insinuarme sexualmente. La veo como una rosa que no quiero dañar, porque al verla con esa tierna inocencia me hace sentir miserable... Y que no la merezco. — susurró algo afligido.

— Oye, Tae. — JungKook se inclinó y le sonrió suave cuando este lo miró.— Tu estás enamorado de esa chica... Sólo que estás confundido con la dependencia sexual que tienes con SoMin. — palmeó el escritorio y Tae suspiró.— Vamos, amigo... Habla con Jane, si no siente nada por tí entonces aléjate de ella para que no le hagas daño. Pero por tu bien, V... Alejate de SoMin, ella se alejó de tí cuando creyó que tú no eras suficiente para ella, se alejó para buscar algo "mejor" — hizo las comillas con sus dedos.— y si ella te amara aún, no se hubiese casado con otro tipo nunca, sólo es avariciosa a lo más grande ante sus ojos... Claro, como ahora eres el administrador de un Casino ahí si viene a tí. — Tae se quedó pensativo con eso último. Quizás no lo había visto de esa forma.— Esa es mi opinión. — se levantó y sonrió con orgullo.— Confío en que decidirás lo mejor para tí.

El pelinegro caminó hacia la puerta y la abrió.

— Jk. — llamó con una sonrisa y JungKook lo miró con una igual.— Gracias, hijo mío.

Ambos rieron y JungKook salió de la oficina. Al estar tan sólo unos minutos solo, pensando en lo que tenía que hacer, una persona tocó su puerta.

— Adelante. — dio el pase y por esa puerta entró una chica con su cabellera castaña y ojos claros tan inocentes. Sonrió de inmediato.

— Joven Kim, aquí le envió la señora EunJi, son unos pagarés para el señor Hang y el señor Miles. — Tae tomó los documentos y los leyó con detenimiento para firmarlos y levantarse con estos en las manos.

Caminó hasta estar frente a ella y le sonrió con suavidad.

— Sabes que puedes llamarme Tae cuando estemos sólo tú y yo, me haces sentir viejo cada vez que me llamas cortésmente. — le habló con suavidad estando tan sólo unos centímetros separado de su cuerpo. Le extendió los pagarés de regreso y ella los tomó.

— Lo siento, se me olvida. — murmuró sonrojándose un poco al tener semejante preciosidad frente a ella.

Taehyung soltó una carcajada en un murmullo y la miró fijamente a sus ojos brillosos antes de atreverse a tomar su rostro y besarla con ternura y suavidad, ella se dejó llevar y soltó el aire rendida ante sus suaves labios. Lo necesitaban, de verdad ambos lo necesitaban.

『—♠︎—』

JungKook entró a la oficina de una rubia muy hermosa ante sus ojos, una que conocía ahora como su esposa. Ella lo miró y de inmediato una sonrisa apareció en su rostro al verlo a él con una igual a pesar de estar algo intrigados con su situación.

— Hola, amor. — JungKook saludó y se acercó a su escritorio, estando allí posó sus manos sobre la madera y se inclinó a ella para darle un beso que concluyó en un chasquido.

— Me alegra verte, y esperaba hacerlo. — sonríe ella de forma ladina y él la mira curioso para tomar su barbilla con su mano y volver a darle un beso en esos labios que le encantaban tanto.

— ¿Ah, sí? alégrame el día entonces. — sonrió travieso y ella negó.

— No es nada de lo que piensas, puerco. — le reprochó entre risas y este le siguió al verla tan deslumbrante.— NamJoon me dijo que mañana si va el señor Williams a atendernos. Esta vez si podremos legalizar a YuGyeom con tu apellido.

— ¿En serio? Eso es una gran noticia, no sabes cuánto deseo ya que sea mío también. — le tomó las manos por encima del escritorio y le masajeó el dorso con sus pulgares.— No sabes cuánto deseo que nuestra familia esté por fin completa.

— Amor, mientras nos tengamos a nosotros mismos no hay papel que nos diga qué somos. — le sonrió y le lanzó un beso.

— Ven acá y dámelo. — se echó hacia atrás y palmeó su muslo.

EunJi soltó su risa y se levantó para segundos después estar sobre el regazo de su esposo, besándolo con pasión mientras sonreían.

— La puerta. — recordó y buscó levantarse pero JungKook la detuvo.— Pueden entrar. — le miró con los ojos bien abiertos mientras reía, en cambio JungKook continuó besando su cuello mientras sus manos recorrían sus muslos hasta subir por espalda después de masajear sus glúteos.

— Cada vez que vengo a tu oficina cierro con pestillo, amor. — susurró en su oído y ella sonrió con las ocurrencias de su marido.

— Eres demasiado travieso. — le dijo bajito cuando sus labios volvieron a encontrarse.

— Yo diría que inteligente y calculador. — corrigió besando sus labios.— Hace mucho que no tenemos una sesión en la oficina. — susurró en su oído para luego morder el lóbulo de este, haciéndola suspirar con sus ojos cerrados.

— ¿Por qué me haces esto precisamente aquí? — se quejó entre susurros y sus respiraciones agitadas. Él bajó sus manos a su cintura y volvió a besarla.

— Aprovechemos que usas vestido, es más fácil... — pidió en el mismo tono y ella se quejó nuevamente. No quería estar aquí, pero...— YuGyeom no nos deja solos en casa... — él quitó sus palabras de su mente y ella sonrió estando de acuerdo, pues desde que regresaron del viaje a YuGyeom le dió por dormir con ellos.

— No sé que tienes, pero siempre encuentras las maneras de convencerme. — se sonrieron y ella se levantó un poco para subir su vestido a su cadera, lo besó entre sonrisas cómplices y él desabrochó su pantalón.

— Te amo demasiado, amor. — susurró con una sonrisa embobada y excitada. Masajeó sus muslos y continuó besando sus labios.

— Y yo te amo a ti, Jk. — le tomó el rostro y mordió su labio inferior para luego juntar sus lenguas en una danza sensual.

JungKook acomodó su miembro en la entrada de ella y soltaron un gemido bajo al sentirse nuevamente por completo.

Simplemente se concentraron en hacer el amor como les gustaba, como lo deseaban, como lo necesitaban. Demostrando su amor en cada toque, en cada movimiento, en cada embestida suave. Suspirando y juntando sus respiraciones agitadas mientras se miraban con deseo y se besaban cada vez que podían, recibiendo su orgasmo de una manera excepcional para dejarlos agotados.

— Diablita... En cuanto acabe todo esto nos vamos a ir lejos, tu, yo, y nuestro hijo... Empecemos de cero con nuestra familia. — le susurró y ella sonrió amplio asintiendo más que contenta.

— Sí, amor... — lo volvió a besar con más devoción y cariño.

Se sentían completos cuando estaban juntos, y con esa unión tan importante que tenían en sus vidas: Su pequeño YuGyeom.

『—♠︎—』

Todo estaba saliendo de maravilla para los tres, y ya les daba miedo. Habían salido con una sonrisa amplia del Registro Civil acompañados de NamJoon; el abogado de la familia Go.

— Ya eres un Jeon, campeón. — JungKook besó la mejilla del niño en sus brazos y este se rio suavemente.

— Siempre lo ha sido, tiene tu mismo carácter... bueno, todo de ti. — EunJi habló cerca de su rostro y le dio un beso en sus labios cuando este la miró.

— No me cansaré de darte las gracias por llegar a mi vida, amor. — él comentó en sus labios.

— Y yo a ti por llegar a la mía. — le sonrió coqueta y luego acarició su nariz con la de ella.

Caminaron hasta el Audi negro que esperaba por ellos mientras que un pálido chico les abrió la puerta con cortesía, EunJi agradeció y subió a este para luego ser seguida por JungKook y su pequeño.

— Ayer me di el tiempo de comprar algo. — JungKook habló luego de estar todos en el auto.

EunJi lo miró con curiosidad y este sacó una cajita de terciopelo de su bolsillo, al abrirla se mostró una hermosa cadenilla plateada que brillaba con la luz.

— JungKook, está hermosa... — dijo ella embobada con tal preciosidad.

— YoonGi me ayudó a elegirla. — dijo con suavidad y el pálido miró hacia atrás para sonreír un poco.— Por cierto, no te había presentado... Él es Min YoonGi, trabaja para mí. — presentó y ambos se dieron la mano con cortesía.

Luego de la presentación JungKook sacó la cadenilla de la cajita azul y se la mostró. EunJi la tomó en sus dedos y vió el dije redondo con un pequeño osito tallado en el material, detrás de ésta las palabras 'Te amo.' junto al nombre 'Jeon YuGyeom' brillaban.

— JungKook, de verdad está preciosa. — susurró ella con admiración y el pelinegro sonrió con satisfacción al verla totalmente feliz.

JungKook tomó de nuevo la cadenilla y abrió el broche para colocarlo en el cuello del pequeño regordete sentado en sus piernas. Este lo miró curioso y tomó el dije para verlo mejor.

— Mami mida ej un oshito — Sonrió amplio, mostrando la emoción mientras le mostraba la imagen a su mamá.

— Así es, mi amor, es un osito. — EunJi asintió entre risitas y miró a JungKook. Este estaba con su mirada feliz sobre el cuerpo del niño pelinegro y mejillas rosadas.— ¿Cómo se dice, cariño? — le recordó al pequeño.

— ¡Gasha, papá! — abrazó el torso de JungKook con sus pequeños bracitos mientras cerraba los ojos sobre su pecho. El mayor agachó la cabeza y besó la de él con suavidad y amor por encima de sus cabellos negros y lisos.

Hoy en específico se estaban sintiendo muy bien, y deseaban estar así por mucho tiempo.

A lo lejos una pelinegra con unas gafas de sol miraba el auto negro al otro lado de la calle, sus dedos tamborileaban el volante de su auto mientras sus labios fruncidos mostraban la molestia en ella.

Al ver al auto arrancar ella encendió el suyo y los siguió por todo el trayecto hasta una hermosa mansión a las afueras.

— Con que aquí viven... — dijo con malicia al ver al auto entrar por el portón.

Seguirlos no fue tan difícil al verlos llegar juntos al hotel casino, pero sirvió al recibir la recompensa de saber ya en donde vivían.

— Esta vez no, JungKook... Esta vez tengo que ganar yo. — susurró saliendo de su auto.

Caminó cerca del portón y a través de las varas de hierro logró ver cómo salían del auto mientras un señor mayor los esperaba en la entrada con una amplia sonrisa, era el señor Go.

— La familia feliz... — susurró con ironía y rodó los ojos.— A ver cuánto les dur... — su voz se vio interrumpida al ver otra figura llegar al lado del mayor.— ¡MIERDA! Eres un maldito traidor, Kim JongIn. — gruñó y sus ojos se vieron llenos de furia.— Te dije que no me traicionaras... No sabes con quién te has metido. — volvió a gruñir y se giró para irse.

— Señorita ¿Desea algo? — Preguntó el portero viendo de forma curiosa a esa chica tan extraña.

— ¡Sí, que todos se vayan al demonio! — gruñó furiosa y caminó rápidamente hasta su auto.

El hombre alzó una ceja incrédulo y se rió un poco.

— Que mujer más loca... — negó volviendo a su sitio de trabajo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro