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Risas infantiles se oían en toda la recepción del hotel, mientras que una pequeña familia de tres integrantes se situaba en la misma tratando de calmar las risas de su pequeño, quien no quería parar.
— YuGyeom ya basta. — siseó la rubia con una sonrisa al niño que estaba en los brazos de su padre.
— ¡Mami e que papá padece un deno! — volvió a reír al ver el rostro de su padre, y EunJi que reprimió su sonrisa al verlo no pudo no reír; así que se unió a su hijo.
— Sí, muy lindos que se ven burlándose de papá. — dice el más alto con una seriedad falsa.— Pero ya me tocará vengarme.
— JungKook es imposible no reír con tu rostro... Además yo te dije que no te durmieras bajo el sol, pero viniste tú y te quedaste dormido con las gafas puestas y la toalla hasta los labi... — se interrumpió a sí misma con una risa que no pudo aguantar.
El pequeño continuó con su mamá mientras reían a carcajadas. YuGyeom en medio de sus travesuras le presionó la nariz respingada a su papá para oírlo luego quejarse y sisear.
— ¡Mida, Mami u payasho! — exclamó y ambos rieron con la cara de perros que puso JungKook.
— No puedo con ustedes. — negó y tomó las gafas para colocarlas en sus ojos.
— Eso no cubrirá tu nariz de tucán, JungKook. — recordó EunJi entre risitas.
— Ustedes son unos traidores. — desvió su mirada y EunJi le tomó el rostro estampando sus labios en la mejilla pálida de él.
— Pedon, papá. — murmuró y abrazó a su papá del cuello.— te quiedo mucho... Gasha po vové — dijo contra su cuello y ambos mayores lo miraron con ternura.
No creyeron que YuGyeom pudiera decir algo como eso; sin embargo los niños son impredecibles.
— Estoy contigo, hijo, y no me iré. — murmuró estrechando su cuerpecito.— Te amo. — susurró.
— Te amo, papá. — habló jugando con un mechón de cabello de su nuca y luego soltó un bostezo.
Al salir de la piscina fueron a la habitación; y luego de comer y descansar un poco se dirigían con sus maletas al auto. Fueron tan hermosos esos tres días que no querían que acabaran.
EunJi pudo ver a sus dos hombres divertirse como padre e hijo, pero también fue consciente del insomnio de JungKook y sus preocupaciones por el mañana, por las cosas que habían dejado antes de ir a sus cortas vacaciones. Y no es para menos, ella también sentía angustia y ansiedad, pero intentaba disimularlo para no preocupar aún más a JungKook.
— Volver será duro, pero hay que enfrentarlo. — dijo el pelinegro mientras estaba al volante, conduciendo de regreso a Las Vegas. EunJi giró a verlo y lo vio con un porte más seguro, eso le calmaba.
— Sí, y estoy contigo. — acarició su mano por encima y luego unieron sus dedos. JungKook se la llevó a los labios y depositó un beso en el dorso de la mano de ella, sin dejar de ver la carretera.
— Te amo. — susurró contra la piel de su mano y luego de haberla soltado siguió manejando.
Aún se encontraban en la ciudad, pero ella fue consciente de cómo él giró el volante a otra dirección.
— JungKook ¿A dónde vamos? — preguntó confundida y se giró para ver a su pequeño hijo dormir en la silla especial para él. Estaba profundamente dormido.
No le contestó, sin embargo cuando se detuvieron unos minutos después todas sus preguntas tuvieron respuestas al ver al exterior. JungKook se había estacionado; así que quitó su cinturón de seguridad y soltó el aire en un suspiro. Abrió la guantera del lado del copiloto y sacó una pequeña caja que EunJi vio confundida.
— No te lo iba a decir aún, pero lo he decidido hace apenas unos minutos. — abrió la cajita y le mostró su contenido.— Hace tres años, antes de irme yo hablé con Jennie porque su padre era dueño de una joyería, no me dió tiempo de hacer lo que voy a hacer ahora... Pero antes de regresar a nuestra realidad quiero cumplir un sueño para mí. — EunJi lo miraba en silencio mientras sus ojos se llenaban de lágrimas acumuladas al recordar su último problema antes de separarse. Viéndolo hablar se sentía de una manera inexplicable.— Quiero que regresemos siendo una familia más que unida, quiero ser el padre legal de YuGyeom, quiero que todos envidien la hermosa familia que tendremos, sólo si tú quieres... EunJi, cásate conmigo. Vuelve siendo mi mujer, mi esposa... ¿Qué dices?
EunJi comenzó a soltar las lágrimas que ya no podía retener, sintiendo su pecho apretarse y su corazón acelerarse. Ahora estaba muda, no sabía qué decir, qué responder ante esa propuesta... ¿Por qué ahora estaba confundida? ¿Por qué se sentía así?
De pronto ese pequeño espacio se convirtió en un ambiente sofocante, sentía que le faltaba el aire. Con lágrimas acumuladas nuevamente abrió la puerta y salió del auto para respirar un poco de aire natural, su corazón acelerado no quería calmarse y sentía que se le iba a salir en cualquier momento. Se recostó sobre la puerta del copiloto y tapó su rostro con ambas manos para tranquilizar su respiración. JungKook apareció trotando hasta llegar frente a ella, le tomó el rostro luego de quitar sus manos y le miró el rostro húmedo por las lágrimas. Aún así se veía hermosa.
— ¿Qué tienes? ¿Te sientes mal? — preguntó preocupado y ésta negó colocando sus palmas en los anchos y fuertes hombros que él poseía.
— No, tranquilo... Sólo que no sé cómo reaccionar a eso... Fue mucho para mí. — dijo con la voz cortada por el llanto silencioso. JungKook se vio aún más confundido y aún así asintió ante sus palabras.
— Podemos dejarlo para otro momento si quieres. — le murmuró bajo. Obviamente que él no lo quería, pero si ella no podía él no la iba a obligar a responder.
— No. — interrumpió algo alto y el pelinegro frunció el ceño.— JungKook, esto que hiciste me sorprendió muchísimo. No creí que lo hubieses planeado desde aquel tiempo, por eso me afectó tanto. — murmuró y llevó sus palmas a sus mejillas para juntar sus frentes.— No hay nada que quiera más en este mundo que compartir mi vida contigo, que seamos por fin una familia. — le susurró en los labios.
— ¿Entonces eso quiere decir que...? — una sonrisa se formó en sus labios mientras preguntaba, pero EunJi se adelantó al interrumpirlo.
— Que acepto ser tú esposa. — asintió frenéticamente mientras lo decía con una amplia sonrisa.
Cuando JungKook sonrió feliz en respuesta ella se abrazó fuertemente de su cuello y ambos comenzaron a reír de felicidad.
— Esto se siente tan bien, Dios... — susurró en su oído y ella rió. Se separaron un poco y JungKook volvió a sacar de su bolsillo, esta vez sólo el anillo bañado en oro blanco con un pequeño corazón de diamante.— Este anillo me ha acompañado en mis tiempos de soledad, me ayudaba a recordarme que no estaba completo, que mi corazón necesitaba a su otra mitad... ¿Me permites? — EunJi asintió en respuesta y levantó su mano para que JungKook la tomara y lentamente colocara la sortija en su dedo.— Ahora sí estoy completo. — sonrió contagiando en ella una igual.
— Te amo. — dijo con la voz cortada y tomó su rostro para darle un beso en sus labios.— Te amo tanto, JungKook... Mi Jk — repitió en un susurro con una sonrisa y volvieron a unir sus labios en un beso romántico.
Se fundieron luego en un abrazo necesitado donde se demostraron que más que amor sentían un respeto mutuo. JungKook admiraba a EunJi y ella lo admiraba a él.
— Ahora... — abrió la puerta trasera del auto y vio al pequeño con sus ojitos entrecerrados mientras los veía confundido.— Ven, hijo. — le quitó el cinturón y lo cargó hasta sacarlo del auto. Cerró este colocando la alarma y luego tomó la mano de su ahora prometida entrelazando sus dedos.— Estamos aquí mismo, así que vamos.
Entre risas entraron al amplio edificio y prosiguieron a ir a la oficina que les indicaron. Lo que más risa le dió a la rubia fue oír al pelinegro decir aquella indiscreción:
— Les pago lo que quieran si hacen de testigos ¿Sí? — propuso a los jóvenes abogados que resolvían algún problema en el lugar.
— JungKook. — reprochó EunJi en un susurro.
— De acuerdo. — asintió uno y el otro le siguió.
Luego de decidir el pago que EunJi desconoció el monto, se dirigieron a la oficina donde un juez los atendería.
— En lugares como estos las personas son demasiado ambiciosas. — le susurró el pelinegro a la rubia.— Ya ves que por la plata baila el mono. — pronunció el dicho de manera tan casual que EunJi quiso reír por lo cierto de este.
El abogado a cargo de la unión civil quedó tan encantado con YuGyeom y su inteligencia que lo dejó sentado a un lado de él en toda la ceremonia.
No lo creyó en verdad que su boda civil fuera de esta manera, pero parecía ser que para ellos es mejor hacer las cosas así, ocultas del mundo y siendo de improvisto para alguno de ellos dos. Pero la felicidad de poder por fin casarse con el amor de su vida era todo lo que podía sentir en ese momento. Nada podía dañarle algo que nadie conocía. Y vaya que se sorprenderían.
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Con una maleta entró una deslumbrante rubia a esa gran mansión, detrás de ella un alto y tonificado pelinegro que cargaba sobre su hombro, dormido y con su boquita semi abierta, al hijo de ambos.
— ¿Y cómo les fue en sus vacaciones? — el señor Go dijo sonriente mientras bajaba las escaleras.
— De maravilla, abuelo. — una muy sonriente EunJi se acercó al mayor y en cuanto pudo abrazarlo lo estrechó fuerte.
JungKook se acercó a ambos y cuando EunJi se separó del mayor le tomó la mano y entrelazó sus dedos.
— Señor Go, sé que no fue la manera más común y formal, pero no pude esperar. — JungKook habló con detenimiento mientras miraba el perfil de la pálida chica a su lado.
El mayor los miró confundido y entendió luego de que su nieta levantara la mano con una sortija adornando su dedo. Sonrió feliz y sin mediar palabras los abrazó a ambos.
— Dios mío ¿Cómo me puede molestar una noticia tan buena como esa? — se separó y los vio a ambos.— Los felicito, han dado un gran paso, y no sólo para ustedes, también para su hijo.
Ambos padres asintieron y sonrieron con ternura al mirar el pequeño cuerpecito reposando en el hombro de su papá.
— Lo hicimos primeramente por él. — dijo JungKook.— ahora somos una familia más que unida para poder hacerlo feliz a él... Y a EunJi... — miró a la nombrada y le tiró de su mano hasta tenerla pegada a su cuerpo.— La haré muy feliz, se lo juro. — sonrió hacia ella y ésta lo imitó.
— Te amo. — murmuró ella rodeando su torso.
— Y yo te amo a ti. — susurró este en su cabeza.
— No me cabe la menor duda de que ustedes merecen lo mejor, la felicidad... Y la tendrán. — animó el mayor y ambos chicos desearon lo mismo. Felicidad.— Y con respecto al apellido...
— No pudimos hacer nada allá, debíamos llevar unos documentos y no nos preparamos. A cambio, decidimos mover todos los documentos aquí para por fin ser el padre legal de este regordete. — palmeó la espalda del niño y este se removió.
JungHyuk rio un poco y asintió.
— Eres el padre de ese niño, lo único que te falta es un simple papel que se lo demuestre a alguna autoridad... Pero ese niño siempre ha sido y será tu hijo. — con su mano apretó el hombro del chico y sonrió suave al verlos a ambos con ese brillo en sus miradas.
Quería eso para ellos y mucho más.
— Gracias, señor Go. — El mayor lo miró con reproche.
— Puedes decirme abuelo. — corrigió y los tres rieron.
— Abuelo ¿Te ha dicho NamJoon que ha ocurrido con lo del nuevo apellido de YuGyeom? — recordó la rubia con una comodidad que hacía mucho no sentía, en el pecho de su ahora esposo mientras lo abrazaba.
— Ya está resuelto, hija. — asintió feliz.— hoy me llamó y... Mañana mismo a primera hora tienen cita con él en el registro civil.
— ¡Genial! — exclamó alegre el pelinegro. EunJi lo miró con ternura y restregó el rostro en su pecho.
— Así es... — se calló por unos segundos y habló.— Y de lo otro... Pues ya el juez vio la evidencia, pero primero debe contactar a la interpol y avisar a las autoridades de Seúl... Ya luego, la orden de aprehensión en contra de Lalisa llegará si aún está en América.
— Abuelo, voy a acostar a YuGyeom en su cama. — el mayor asintió y luego ella miró a su esposo separándose de él y colocando una mano en su hombro.— Me cuentas en un rato ¿bien? — él asintió y le entregó a su hijo.
Cuando EunJi subió las escaleras ambos hombres se miraron.
— JungKook. — llamó.— a tí te lo digo con más libertad porque EunJi desde que es madre se ha vuelto algo nerviosa... Pero quiero que hagas lo posible por mantener a Lalisa a la vista, no queremos que se aleje y luego nos cueste conseguirla.
— Esa mujer no se acercará a ninguno de ellos. Yo me encargaré de eso, señor Go.
— Abuelo. — corrigió y JungKook sonrió levemente.— y me calma saber que estarás atento, EunJi y YuGyeom son mi vida.
— Y la mía... Abuelo. — sonrió con seguridad y JungHyuk asintió con una igual.— haré lo posible por mantenerla a mi vista y proteger a mi familia.
— Contarán siempre con mi apoyo. — dice este por último.
— Gracias...
Y aunque para todos todo parecía ya seguro, no cabía tranquilidad en sus cuerpos; aún así el mayor estaba preocupado; mientras que JungKook la preocupación y la ansiedad lo abarcaban por completo, aún más... La ira.
『—♠︎—』
La pelinegra sentada en su cama de hotel recibió una llamada; por la cual atendió mientras rodaba los ojos.
— ¿Qué quieres? Estoy ocupada. — dijo con fastidio.
— Creo que SooHyun está embarazada. — dijo de inmediato, con un tono de voz bajo, casi en un murmullo.
— Crees... ¿Por eso me llamas? Debes estar seguro para completar lo planeado ¿No? — habló mirando sus uñas con una manicura impecable.
— Es que es muy pronto, pero es posible... No hay que descartar ninguna duda sin comprobar. — volvió a recordar y la delgada hizo un sonido de afirmación.
— Deberías estar contento, se solucionarán tus problemas. — habló con poco interés y escuchó un suspiro al otro lado de la línea
— Pero si JungKook vuel...
— No volverá. — exclamó corrigiendo.— ha desaparecido de mi vista pero estoy segura de que no volvió a Seúl... Ya se encontró con EunJi, es completamente obvio que ya sabe de su hijo. — enterró sus dedos en sus hebras e intentó calmarse.— Y... Si vuelve será para darte una golpiza. — dijo entre risas cortas para luego escuchar un sonido. Había colgado.
Lalisa tiró el teléfono en la cama y sonrió con burla hacia la actitud del chico.
«— Si lo quieres haz lo posible por tenerlo, no cometas el mismo error que yo cometí con Go EunWoo.» La voz de su madre apareció en su mente.
«— Esa niñita fue la causa de mi tristeza, desde que EunWoo supo de su existencia decidió abandonarme. Prefirió su familia por encima de todo lo que sentía... Yo sé que me amaba tanto como yo lo amaba.»
¿Quién diría que su madre fue en un tiempo la amante del padre de la mujer que ella tanto "adora"?
Faltaba que fueran hermanas, pero gracias a todos los astros juntos su madre quedó embarazada de su padre, en eso sí se lo aseguró.
Si no la soportaba ahora mucho menos siendo hermanas.
Decidió acostarse en su cama y descansar un buen rato antes de proseguir con su plan B.
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Busan, Corea Del Sur.
JungHyo con sus manos entrelazadas en sus labios esperó impaciente detrás de su escritorio. No había ya nadie en la oficina; por lo tanto sólo estaba él y otra persona que esperaba con impaciencia.
Escuchó el sonido del excusado y suspiró cerrando los ojos con fuerza. Vio la puerta abrir y cerrarse detrás del cuerpo delgado de la castaña, ella caminó hasta su escritorio y no se quiso sentar cuando él le dió la seña.
— Bien, como quieras... — se echó hacia atrás y soltó la respiración en un suspiro sonoro.— ¿Y? — preguntó algo desesperado.
— Aquí está. — le tendió sobre el escritorio el pequeño aparato que parecía un marcador.
El pelinegro con el mismo desespero tomó dicho aparato, pero algo más lo acompañaba, parecía ser un tipo extraño de angustia con una emoción inexplicable. No entendía, pero sea lo que sea quería averiguarlo.
— Ok... Pero ¿Esto qué significa? Yo no entiendo de estas cosas. — le mostró de nuevo el aparato que mostraba ya el resultado.
— Con una sola rayita es negativo, y con dos rayitas... — no terminó cuando JungHyo se levantó de improvisto de su silla.
— Estás embarazada. — interrumpió. Cuando vio el asentimiento de SooHyun comenzó a sonreír.
Una sonrisa diferente a la de victoria; sino una de completa y total felicidad. Muy extraño para SooHyun.
— Ya obtuviste lo que querías ¿No? — le dijo ésta con una seriedad inexplicable.
— Seré papá... — susurró mirando la prueba con una sonrisa y ojos brillosos. Le dió la espalda a la chica y miró hacia los edificios por el gran ventanal.
Era muy diferente ver la noticia de alguien más a ver la de él mismo. Y ahora los pensamientos comenzaron a fluir.
¿Qué hubiese sentido JungKook si se hubiese enterado de que iba a ser papá? ¿Ver a su novia como ver a SooHyun ahora? Tan tranquila y sin ningún tipo de rasgos o cambios aún. ¿Por qué se sentía nostálgico ahora, con una presión en el pecho, con un sentimiento más grande?
Era en definitiva la culpa lo que lo atormentaba.
JungHyo se estaba sintiendo aún más culpable. Y eso era algo que no tenía pensado... Mucho menos había pensado que era demasiado tarde para arrepentirse.
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