14| Dolor
『—♠︎—』
EunJi sonreía como boba mientras jugaba con un bolígrafo en sus manos, pensando en lo hermosa que fue la noche anterior. JungKook fue muy caballeroso y cariñoso con ella, estuvieron hablando de temas triviales en la terraza del hotel, donde hoy trabajaba.
La puerta frente a ella se abrió dejando ver a Jane con unas carpetas que seguramente traían documentos que necesitaban su firma.
— Se ve hermosa hoy, jefa... Primera vez que la veo sonreír así. — dijo ella también con un tono alegre.
— Tuve una noche increíble, Jane... Es para estar feliz todo el día. — le comentó para luego pensar en el pelinegro mientras mordía levemente su labio inferior con su mirada baja.
— Me alegra saberlo, hace mucho que no disfruta una noche, y eso que está en Las Vegas ¿Eh? — recordó con buen humor y la rubia soltó una carcajada.
— Me lo merecía luego de tres años de arduo trabajo para sacar este casino adelante. — EunJi tomó las carpetas de sus manos cuando se las extendió y revisó cada una para colocar su firma en los correctos cálculos que hizo Taehyung.— Toma — le extendió la carpeta y Jane no las tomó.
— Oh, el señor Kim pidió que usted guardara éstas carpetas en su caja fuerte; ya que se tuvo que ir a atender un asunto personal con su familiar. — le comentó con una mueca de tristeza.
— ¿Su padre? — Preguntó la rubia con preocupación.
— Sí, al parecer volvió a enfermarse de neumonía. Taehyung pidió permiso para ir a llevarlo al médico hoy. — EunJi asintió con una mueca triste.
— Entiendo, en un rato le llamo a ver qué tal va. — la castaña asintió con la misma mueca y EunJi entrecerró sus ojos.— ¿Cómo supiste toda la información?
— Ah me lo dijo el señor Choi. — suspiró fuerte mostrando algo de nervios en una sonrisa amplia.
— Soy tu jefa, no me mientas... — le apuntó con el bolígrafo.— Taehyung y MinHo no se toleran, así que no creo que él le cuente a Choi todo eso. — La chica resopló rendida y bajó la mirada.— ¿Estás viéndote con él?
— Sólo hablamos por mensajes y... Alguna que otra vez hemos salido por un café o a comer juntos en la hora de descanso. — rascó su brazo nerviosa y EunJi sonrió
— Sabes que aquí la relación entre el personal está prohibida por problemas que pueden ocurrir y afectar al casino... — Jane colocó su rostro aún más triste y negó.
— Tae y yo no tenemos nada, jefa... Salimos sólo como amigos. — respondió con una aparente decepción.
— Así empieza... — le animó y la chica la miró sorprendida.— Escucha, conozco a Tae desde hace más de tres años y no era un chico de una sola mujer, era un... Un mujeriego. — la castaña parecía aún más decepcionada.— Sólo que ahora es un empresario, no sé cómo habrá cambiado... Pero si te invita a comer y conversan por mensajes, y no te ha llevado a la cama a la primera me demuestra que sí ha cambiado.
— Jefa...
— Sabes que puedes decirme EunJi. — le sonrió y ella le devolvió la sonrisa.
— Pero Tae no me ve como algo más. — le dijo con timidez y EunJi entrecerró los ojos pensando en algo parecido.
— No te diré que no le prestes atención porque es un Playboy, porque yo me enamoré de uno, el padre de YuGyeom. — corrigió y la chica abrió sus ojos de más.— Sí, por eso te diré que todo puede suceder. Yo creía que sería una aventura y que a los días ya me aburriría; pero nos enamoramos profundamente, y... he aquí el resultado: un revoltoso pero hermoso niño. — Jane rió suave y asintió.
— Su padre debe adorarlo. — comentó soñadora y EunJi suspiró.
— Así es. — respondió con una sonrisa y se levantó con las carpetas en las manos, caminó a la pequeña puerta del almacén con la caja fuerte y marcó la clave para guardar los documentos.
— Seguiré con mi trabajo. — EunJi le concedió el permiso y cerró luego la caja fuerte.
Escuchó la puerta ser abierta y cerrada mientras sonreía con la reciente conversación que tuvo con Jane, pero el sonido de la puerta nuevamente la hizo salir del almacén para ir a su escritorio; aunque se detuvo en el camino al verlo.
Con su traje azul marino y su camisa abotonada hasta el cuello, su cabello negro y lacio con su peinado hacia un lado, su rostro impecable, sus labios color durazno con un bálsamo que los hacía brillar y verse muy apetecibles. Caminó hacia ella con una sonrisa y una carpeta en manos, haciéndola fruncir el ceño.
— Necesito que me firmes este documento. — alzó la carpeta y EunJi lo miró confundida.
JungKook al estar frente a ella se acercó más hasta que EunJi quedó recostada en el escritorio, posó una mano sobre el borde de madera a un lado de ella y dejó la carpeta sobre este.
— JungKook los documentos te los firma mi abuelo, yo no tengo nada que ver con el hotel, sólo manejo el casino. — le respondió confundida y el chico sonrió de lado.
— Lo sé. — le dijo con sorna y un tono sensual para luego acortar la distancia entre ambos y besarla.
EunJi llevó las manos a su cuello y peinó las hebras de su cabello mientras los chasquidos que resultaban de la humedad de ambos labios resonaban en la oficina. El pelinegro llevó sus manos a la cintura fina de ella y la apretó con deseo, buscando más contacto en sus cuerpos apegados, él le tomó de su muslo derecho y le subió la pierna a su cadera subiendo un poco su vestido gris, tomó sus glúteos pegando sus pelvis y le dejó sentir su miembro despierto. EunJi abrió los ojos y recobró la conciencia.
— JungKook, estamos en la oficina. — le separó un poco de su hombro viendo al chico con su mirada perdida en el deseo.— estás tan excitado, JungKook ¿Tomaste algo?
— Para nada — respondió entre suspiros entrecortados.— Pero hace mucho que no tengo este deseo, y mucho menos una erección tan fuerte... Diablos EunJi... — siseó cerrando los ojos fuertemente.— Hace tres años que no hago el amor contigo, y no he tenido sexo con nadie más... Hoy desperté con demasiadas ganas de verte de nuevo y... Estando en la oficina pensé en lo que hacíamos antes y... De pronto me sentí deseoso y ahora estoy excitado, no me puedes dejar así — negó con sus ojitos brillosos por la excitación en su cuerpo.
Carraspeó un poco y lo empujó un poco más, lo miró de pies a cabeza deteniendo su mirada en ese bulto en su entrepierna, le miró a los ojos y aspiró profundo, estaba indecisa, y nunca había estado en esa posición de si aceptar o negar una propuesta como esa. Es obvio que ella tampoco había estado con nadie en esos tres años, pero... Es muy pronto.
— No me rechaces. — negó en suplicio mientras mordía su labio inferior.— Me duele mucho...
EunJi lo miró de la misma forma y parpadeó varias veces para morder su labio superior mientras hacía un puchero.
— JungKook es muy pronto para esto, apenas estamos arreglando todo y...
— EunJi hemos hecho el amor centenares de veces, un hijo nació de ello, hace tres años que no lo hacemos, y no me puedo ir de aquí con un bulto en mis pantalones...
— Usa la misma carpeta. — alzó una ceja en burla y JungKook la miró mal.— Enserio, yo no te mandé a venir aquí, tú solito llegaste. — le comentó y el chico sintió sus ojos húmedos por la excitación y dolor que lo azotaban.
— Al menos ayúdame un poco... Es que joder... Duele demasiado. — bajó la mirada en un suspiro y reposó sus manos en el escritorio a los lados de ella.
EunJi no dijo nada pero si pudo escuchar un bufido de parte del chico, lo vio separarse poco a poco sin darle la mirada, para luego tomar la carpeta que traía hace unos instantes.
— JungKook... — le tomó del brazo para detenerlo pero este no le miró. Se sentía avergonzado de pronto, llegarle así como un perro en celo o como un cavernícola no era lo que quería, pero de verdad sentía que iba a explotar.
— No... Entiendo, perdón por llegar así. — sintió los humos bajar de su cuerpo y la calentura ya desvaneciéndose.— No sé qué me pasó. — comentó avergonzado aún sintiendo el bulto en sus pantalones.
— No, JungKook no es eso. — le dijo con suavidad. Tomó la carpeta y la dejó a un lado de ella, se bajó del escritorio y tomó su mano para caminar y tirar de él hacia la puerta del almacén.
Al estar ambos adentro ella cerró la puerta y lo empujó sobre ésta para besarlo con impaciencia. Había logrado encenderla en esa pequeña escena en su oficina, y no podía negar que ella también lo quería.
Él recibió sus labios, gustoso de probarla de nuevo, aunque en ese cuarto pequeño, no en su cuarto, en su cama... Allí le haría el amor como la reina que era.
Sus labios volvieron a sonar en chasquidos que encendieron sus cuerpos nuevamente, sintiendo también los suspiros de ambas respiraciones agitadas. JungKook tomó su pequeña cintura y le apretó nuevamente para apegar su cuerpo al suyo hasta que doliera, giró sus posiciones y ahora él la tenía recostada en la puerta mientras sentía sus hermosos senos chocar con su pecho, eso le despertó aún más.
Con esa misma adrenalina acarició su muslo por dentro del vestido y lo subió un poco, su mano pasó al medio de sus piernas y con sus dedos tanteó por encima de la tela de sus bragas sintiendo la humedad en éstas. Soltó un suspiro en los labios entreabiertos de ella y conectó sus miradas brillosas, sintiéndose tan bien al ver que su mujer lo estaba disfrutando tanto como él. Llevó sus labios a su oído y soltó su respiración agitada y cálida en este. Se permitió besar su cuello con posesión y deseo mientras dejaba leves mordidas a su paso. Pero perdió la razón cuando sintió la mano de ella masajear su miembro por encima de la tela.
— Ah~ esa es mi diablita... — soltó en un gemido en su oído y mordió el lóbulo de este.
— ¿Te gusta? — preguntó ella. Él asintió.
Suavemente sus gemidos se escucharon en ese pequeño cuarto hasta que JungKook sintió su orgasmo avecinarse pero la detuvo a tiempo.
— Para... — ella se detuvo y este respiró más tranquilo.
Volvió a masajear su intimidad por encima de la tela y ella respiró agitada. JungKook quiso llevar la situación a otro nivel pero la voz de un tercero los interrumpió, algo que lo hizo maldecir en el oído de la rubia.
— Jefa... — la voz preocupada de Jane la llamó y ella calmó su respiración para poderle responder.
— ¿Qué sucede? — contestó presionando los labios cuando sintió los dedos del chico masajear suavemente mientras sus frentes permanecían juntas y los ojos oscuros de él miraban sus labios.
EunJi no pudo soportarlo y recibió su orgasmo por parte de los dedos del chico, apretó los dedos en sus hombros y lo miró con sus ojos intensos llenos de satisfacción.
Ambos estaban muy sudados y ella no se había dado cuenta que había desabrochado dos botones de su camisa blanca, haciéndole ver un poco su pecho pálido. Metió sus manos por éste y acarició sus clavículas para luego subir a su cuello, viendolo con los ojos cerrados en satisfacción por sus caricias.
— Debo decirle algo importante, y pedirle permiso para irme temprano. — de nuevo su tono fue bajo y JungKook y ella se miraron entre sí antes de separarse y comenzar a acomodar sus prendas.
— Está bien, estoy en mis días y estoy cambiando mis prendas; así que dime desde allí... — logró decir cuando los residuos de su orgasmo abandonaron su cuerpo y su respiración estaba calmada.
JungKook aún estaba frente a ella y estaba intentando acomodar su miembro aún despierto para que no se notara demasiado.
— El permiso es porque voy a acompañar a Taehyung al hospital. — JungKook miró a EunJi interesado y ésta le hizo un gesto en que luego le contaría.— Jefa... Su padre acaba de fallecer.
EunJi abrió los ojos de más y vio que JungKook hizo lo mismo, vio la tristeza en él y tan pronto el cómo juntó sus frentes. Él sabía muy bien el dolor que sentiría su amigo, así que sin importarle nada salió de allí para traspasar la oficina bajo la mirada sorprendida de Jane.
— Jefa yo... Lo siento no sabía... — EunJi negó despreocupada aunque la vergüenza la azotaba.
— Descuida, es que Taehyung es su mejor amigo y...
— ¿Él es de quien me hablaba? — Preguntó sorprendida. EunJi asintió.— YuGyeom es idéntico a él... — dijo asombrada y EunJi sonrió triste sin querer continuar el tema por ahora.
— Iremos todos a acompañarlo y mañana igual al funeral. — Jane asintió de acuerdo.— Le avisaré a MinHo. — volvió a asentir y salió de la oficina.
Luego de avisarle a MinHo y a su abuelo salió de allí, fue a la entrada y un chalet le trajo su auto. Agradeció y manejó hacia la dirección que Jane le envió en un mensaje.
No quería imaginarse como debería de estar el moreno, su padre es su ejemplo a seguir, su pilar, su consejero... Sería muy fuerte estos días, pero al parecer nunca pueden estar tranquilos.
EunJi iba tan sumida en su pensamiento que no se dió cuenta que un auto la seguía a la misma velocidad.
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