13| Amor
『—♣︎—』
Las Vegas NV, U.S.A.
JongIn no podía creer que la suerte nunca estuviera de su lado, en ningún momento podía hacer algo bien porque algo lo arruinaba.
Ahora mismo se encontraba en la habitación sin poder salir por el miedo de que Lalisa lo pudiese ver, podría causar muchos problemas si ella se lo propone.
— ¿Has llegado bien? — su novia le preguntó desde el otro lado de la línea.
— Si amor, estoy ahora en la habitación, voy a ordenar algo para comer y luego dormiré un rato. — le contestó para despreocupar a la chica y sintió la calma en ella cuando escuchó su suspiro.
— Descansa y... No te acerques a Lalisa, amor. — le dijo preocupada nuevamente y JongIn asintió aunque no lo viera.
Intentaría alejarse de los problemas, tal vez ella tenga que irse en algún momento ¿No?
『—♣︎—』
Brillos en sus ojos demostraba lo encantado que estaba con la hermosa vista frente a él. ¿Y cómo no? Si la mujer más hermosa de su mundo estaba parada frente a él con un vestido elegante que le llegaba un poco antes de las rodillas y de color dinamita, sus labios del mismo color y su cabello rubio envuelto en una alta coleta haciéndole ver una postura que representaba la seducción y la dominancia.
Le encantaba.
— Estás preciosa. — halagó cuando estuvo a unos metros de su cuerpo— Ni siquiera pareces mamá.
EunJi soltó una carcajada con tal comentario y negó repetidamente.
— Eso no lo hubieras dicho cuando estaba como una bola cargando a nuestro hijo. — comentó entre risas y JungKook hizo una mueca pensativa.
— Quizás... Pero no te ví en ese momento así que no cuenta. — alzó su ceja en modo juguetón, aunque EunJi notó el dolor en su mirada al pronunciarlo.
— ¿Ya nos vamos? — Preguntó con un semblante incómodo al chico de traje negro frente a ella.
Este asintió con una sonrisa casi imperceptible y ofreció su brazo, EunJi lo tomó sin duda y caminaron hacia el Audi negro estacionado a un lado de la fuente con una estatuilla de ángel. JungKook le abrió la puerta del vehículo y ella entró en este para luego esperar a que él hiciera lo mismo.
— ¿Y a dónde iremos? — preguntó con suavidad.
— Es una sorpresa el lugar, aunque no tanto para ti ya que vives aquí. — dijo en burla. EunJi negó y lo quedó viendo un rato mientras este encendía el auto— Una foto dura más. — y de nuevo se burló de ella mientras miraba el retrovisor para salir.
— Nunca cambias, Jk. — dijo con un tono profundo y el pelinegro sonrió de lado por el apodo. Como extrañaba las carreras en la Demons Street y las fiestas en el club.
— Intento nunca hacerlo.
Eso fue lo único que respondió y EunJi no tuvo ninguna opción para responderle; así que prefirió no hacerlo y dejarlo hasta allí, más adelante hablarían de otros temas.
— Tiene que ser una broma. — lo miró con sorna al estar caminando al interior del lugar.
— No lo es, te traje a cenar al mejor lugar que hay en Las Vegas: el Go Imperial. — dijo con una sonrisa que más bien parecía divertida.
Al estar disfrutando de una platica amena en su mesa se dispusieron a hablar de otros temas relacionados con YuGyeom y sus primeros años, JungKook rio un poco al escuchar las travesuras que hizo su hijo, como esparcir pintura para dedos por todo el salón hace apenas unos meses. EunJi también aprovechó de detallarle el cómo aprendió a caminar y a hablar, y eso puso al chico muy contento.
— De verdad no imaginé que me traerías a mi propio Hotel. — negó entre risitas luego de un rato y tomó la copa de Champaña frente a ella en la mesa. Se la llevó a los labios y se deleitó con el frío sabor del alcohol suave.
— Hoy vas a probar la mejor comida gourmet de Corea Del Sur, la de nuestra empresa. — habló imitando la acción de la chica.
Se relamió los labios luego de colocar la copa en la mesa, dándole una imagen muy sensual a la rubia que se detuvo a mirar esos lindos labios delgados color durazno frente a ella.
— ¿Qué ha pasado con tu vida, JungKook? — Preguntó en tono bajo queriendo ser precavida en algún punto sensible.
— Ah~ no mucho... — comenzó en un suspiro— Te conté lo ocurrido cuando llegué, el testamento, la guerra con mi hermano, la ida de mi madre con su amante... JungHyo ha sido un dolor de cabeza desde que me fui a Busan, rompió todos mis nuevos proyectos, canceló todas las asociaciones con las que teníamos buen prestigio, y... muchos de nuestros socios vendieron sus acciones por el mal carácter que posee mi hermano. Claro que él se me adelantó y compró la mayoría... Ahora está intentando destituirme de la presidencia con una nueva táctica.
— ¿Con cuál? — Preguntó interesada por el tema. ¿Qué tal si ella...? No, JungKook no aceptaría; por eso mismo se fue.
— No sé cómo supo de mi mala experiencia con esa persona, no sé cómo la conoció... Lo que sí sé es que hay algo allí que no cuadra. — habló dejando a la chica en suspenso sin entender de qué estaba hablando— Ha vendido las acciones de un socio a una mujer que tú y yo conocemos muy bien. — le confesó y EunJi frunció el ceño pensativa para luego abrirlos en sorpresa y mirarlo a él de manera irónica. Tenía que ser una broma.
— No... — negó incrédula pero el chico asintió— Esa perra no se cansa... — siseó con molestia. Hacía mucho que no veía a esa víbora con patas, y no creyó que recibiría noticias de ella en estos momentos y circunstancias.
— Pues ya ves, sigue siendo la misma caprichosa de antes y por cualquier medio quiere volverme loco. — suspiró— vine para acá sin decirle a nadie, sólo a mi hermano porque debe saber del negocio, pero más nadie sabe, nadie sabe que vine aquí a buscarte a ti. — confesó con sus ojos fijos en ella.
— Sólo espero que no se le ocurra molestarme JungKook... Mucho menos a nuestro hijo. — dijo con seriedad. JungKook asintió de acuerdo y llevó su mano a la mesa para tomar la de ella.
— No dejaré que lo haga. — EunJi asintió con la promesa y él apretó suavemente su mano— Hace mucho no veía esa faceta tuya, diablita. — la rubia de pronto se sintió incómoda y retiró su mano con suavidad cuando el mesero se acercó con sus platos.
En silencio comieron la deliciosa comida gourmet que la empresa del chico les proporcionó a los clientes. El lugar hoy estaba lleno y las personas parecían encantadas con la nueva comida que se estaba sirviendo.
Luego de una cena increíble que los hizo sentir a ambos libres y en plena paz caminaron hacia las afueras del restaurante.
— EunJi ¿Hay un lugar al aire libre donde podamos estar? — la chica lo miró y este observaba hacia todos lados buscando quizás ese lugar por el que preguntaba.
— Claro, la azotea. — JungKook puso sus ojos en ella y sonrió un poco.
— ¿Crees que podríamos subir? — EunJi entendió perfectamente a qué se refería con eso, asintió suave y comenzaron a caminar hacia dicho lugar.
La brisa fría daba con ambos rostros pálidos en el lugar. La coleta de EunJi se movía con el viento y a JungKook le encantaba ver ese movimiento, y mientras lo hacía, el humo los impregnaba a ambos en algunos momentos donde el viendo cambiaba de dirección.
— ¿Ya no fumas? — Preguntó el con incredulidad mientras llevaba el cigarrillo a sus labios.
Ella negó con suavidad y se concentró en las luces de todos los edificios, a lo lejos vio el Caesar's Palace y sonrió recordando la fiesta a la que asistió en el recinto. Esa fue la última fiesta a la que asistió ya que su embarazo se estaba notando y no quería enrollarse con la prensa.
— La verdad lo dejé luego de saber que esperaba a YuGyeom. Luego de tenerlo ya no quise volver a fumar. — sus dedos se movieron en sus muslos y caminó un poco más cerca del borde.
— Yo fumo como si fuera una chimenea desde que me alejé de tí. — confesó aún en su misma posición detrás de ella. Tiró la colilla aplastando con el pie la misma para volver a posar su mirada en la espalda femenina frente a él.
EunJi se tensó cuando lo sintió caminar hasta estar casi pegado a su espalda.
— Sí, me he dado cuenta ya que estás fumando los cigarrillos que yo fumaba. — contestó y sonrió de lado cuando la barbilla del chico se posicionó en su hombro descubierto por los pequeños tirantes del vestido.
— Son los que fumo desde hace tres años... Sólo así te podía sentir conmigo, me sentía a salvo cada vez que aspiraba el olor a fresas... Me hacía sentirte, imaginar que estabas conmigo. — susurró en su oído con un tono ronco que la hizo sentir deseosa.
— ¿Qué cosas dices, JungKook...? — se rio suavemente y giró su rostro a su hombro para verlo de cerca. Sabía que eso era letal para ambos.
— La verdad. Pero tú te ríes de mí sufrimiento. — hizo un puchero que EunJi deseó besar pero se reprimió.
JungKook respiró sobre el cuello de la pálida mientras lo que deseaba era besar y morder cada parte como hace tres años. Dios, no sabía cómo se estaba conteniendo.
— Te contaré otra cosa. — EunJi miró al frente mientras deseaba que se separara de una vez. No quería cometer una locura con esa tentación.
— Adelante. — una sonrisilla salió de sus labios rojos y se relamió estos al sentirlo subir su nariz por el largo de su cuello y luego su oreja.
— Cometí algunos errores que sólo me dejaron en vergüenza y con una gran molestia. — comenzó y EunJi ya había puesto mala cara con simplemente escuchar la palabra 'errores'— Hace unas semanas en plena borrachera intenté follarme a mi secretaria. — la chica se sintió incómoda y una presión en su pecho creció de manera deliberada— Pero no pude por varias razones. Uno, ella sentía cosas por mí pero nunca correspondí; es más, yo estaba todo el tiempo de mal humor con ella. Dos, cuando intenté hacerlo te veía a tí en ella... Las cosas que hace el alcohol. — comentó con ironía— Y tres, no se me paró.
EunJi frunció el ceño y giró completamente para mirarlo con incredulidad. ¿Por qué le decía todo eso? Joder le dolió tanto que prefirió no saber eso nunca, estaba todo bien hasta que dijo eso. Jk siempre arruinando el momento.
— ¿Y por qué me dices eso? — Preguntó con resentimiento, aunque quería ocultarlo JungKook notó que le molestó saberlo, y en parte eso le gustó a él.
— Pensé que tenía un problema ya que me ha pasado con anterioridad; incluso antes de tener una relación contigo, cuando me estabas comenzando a embrujar con tus curvas y tus besos. — sus dedos tomaron la barbilla de ella con suavidad, haciendo todo lo posible por resistirse— Pero esta vez fui al médico porque tenía dudas, aunque el doctor dijo que no tenía problema alguno, y que quizás mi disfunción eréctil era algo mental, que quizás algo me preocupaba y eso me traía consecuencias... Pero nunca entendí porque antes de conocerte yo era un como un prostituto. — él mismo se rio de su comentario y EunJi estuvo de acuerdo con ello— Pero después de que te conocí... Parece ser que a JungKookie sólo le gusta un lugar.
EunJi no pudo evitarlo, soltó una carcajada y cubrió su rostro con sus manos, estaba sonrojada con tal confesión de su parte. Aún no entendía como JungKook hablaba con ella con tal confianza, sin tapujos ni nada de vergüenza. Él tomó sus manos y descubrió su rostro sin darle tiempo a reaccionar cuando la tiró a su cuerpo y la besó.
— No puedo más, lo siento. — susurró en sus labios en medio de los chasquidos húmedos de sus besos apasionados.
Ella no dijo nada simplemente le correspondió llevando sus brazos a su cuello y ladeando su rostro para más profundidad. No resistió su corazón desenfrenado y sus manos llenas de comezón por querer tocar su cabello y su piel.
— JungKook... — susurró intentando detenerlo cuando tomó algo de conciencia en la situación.
— Mi hermosa diablita, te amo. — susurró con su voz entrecortada— No sabes lo mucho que te extraño. — terminó el beso y juntó sus frentes— Extraño tus toques, tu cuerpo, tus besos, tu risa, tus ojos mirándome con amor y deseo. — abrazó su cintura con posesión y juntó sus narices en un toque tierno— Hoy quiero recordarte que solamente te he amado a ti, eres la única mujer con la que deseo estar. — EunJi vio las pequeñas lágrimas salir de sus cuencas y se sintió mal de pronto. JungKook no ha recibido más que desgracias en su vida, y ella parecía ser su único consuelo, aunque ahora se le sumaba otro: Su hijo— Contigo y nuestro hijo, EunJi.
Ella sonrió triste y acarició su nuca con cariño.
— Te amo JungKook. — le confesó sintiendo su pecho aliviado de por fin decirle nuevamente esas palabras. Acarició el cabello de él con sus dedos y sonrió levemente— Nunca he dejado de amarte, nunca... Nuestro hijo es una prueba de ello, porque a pesar de nuestras diferencias él nos va unir de por vida. — la vio de manera intensa pero lleno de amor, se sentía amado estando con ella... y era un sentimiento muy agradable.
— ¿En serio me amas? — ella asintió y este apretó su agarre en su cintura fina abrazándola con posesión— Tu debes odiarme, yo no merezco tu amor... — siguió soltando lágrimas y la miró fijamente— Estos tres años me he sentido tan solo EunJi, desde un principio me arrepentí, pero ya era muy tarde... Perdóname. — volvió a pedir.
EunJi por su parte se sentía dolida, muy herida con todo lo que pasó esperando su llegada; pero verlo así le dolía aún más. Sí, porque lo amaba y le dolía cada lágrima que derramaba.
— JungKook, ya... — dijo con suavidad mientras acariciaba sus mejillas con sus pulgares, limpiando las lágrimas— Ya pasó ¿bien? Te perdono, te perdono porque como humanos debemos aprender a hacerlo y además... Nuestro hijo es lo más importante ahora, él necesita de sus padres. — el chico asintió mirando hacia abajo— JungKook. — llamó para hacerlo mirar sus ojos.— No estás solo, tienes a YuGyeom... Tienes a mi abuelo que te adora como un hijo y me tienes a mi, que te amo con todas mis fuerzas. — le dijo en un murmullo entrecortado— Ya no quiero sufrir más, verte así me duele y mucho. — JungKook se relamió los labios y la pegó a él en un abrazo necesitado.
No dijeron nada en ese toque, simplemente quisieron sentirse el uno al otro sin más problemas ni rencores.
— Esta vez hagamos las cosas bien. — murmuró el chico contra su cabeza para darle un beso en ella— Seamos honestos, comprensibles y sinceros ¿Sí? — propuso alejandose y viendo el asentimiento de la rubia— Prometo poner todo de mi parte para hacer las cosas bien... Pero quiero proponerte... — con su inseguridad en su mirada volvió a decir— Que empecemos de cero...
— No podemos, tenemos un hijo. — EunJi sonrió con burla y JungKook se rio asintiendo.
— Cierto... Entonces empecemos por la mitad. — le siguió el chiste y ambos rieron para luego volver a abrazarse.
JungKook dio unos cuantos besos en su cabeza para apretar su abrazo un poco. En verdad amaba a esa mujer más que a nada.
— Estoy tan feliz de que estés aquí JungKook. — acarició su espalda ancha con sus manos decoradas con anillos y pulseras.
— No estás tan feliz como yo, créeme. — contestó con una risita para luego besar su frente.
Luego de eso volvieron a sumergirse en un silencio esta vez cómodo para ambos; quienes aún abrazados sonreían felices, EunJi con su rostro recostado en el pecho del mayor mientras este acariciaba su espalda sin soltarla de su abrazo. Así estuvieron por un largo rato, mirando las luces de los grandes edificios que adornaban la popular ciudad de Las Vegas.
Desde otro edificio cualquier persona podría ver claramente a esa pareja de enamorados, y pensar en lo muy bonito que debe ser el amor de jóvenes.
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