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11| La verdad revelada pt.2

『—♣︎—』

Seúl, Corea Del Sur

Sook caminaba de un lado a otro mientras Jimin estaba detrás del escritorio copiando el archivo. Suspiró nerviosa con todo esto, era mucho.

— Tranquila, amor. Todo va a estar bien, tu hermano sólo quiere que tú lo guardes en caso de emergencia, él hará todo lo demás... — Sook asintió frenéticamente— además hagamos esto para ayudar a JungKook, le he escrito para que viniera a Seúl pero me dijo que estaba en Las Vegas. Seguro ya sabe de EunJi.

Sook asintió aún intranquila y Jimin se levantó para ir hacia ella y abrazarla.

— Amor estaremos bien. — dijo contra su cabeza y la castaña resopló.

— Esa loca tiene amenazado a mi hermano, Jimin. Quién sabe que podría hacer si ya ha asesinado a alguien. — dijo nerviosa y Jimin siseó para calmarla.

— Buscará ayuda de la policía, el caso sigue abierto aquí en Seúl; así que él debe ir y entregar la prueba. — calmó y Sook se separó para caminar a la ventana.

— ¿Y si le hace algo a mi hermano? — Preguntó nerviosa y Jimin metió las manos en los bolsillos.

— Confiemos, amor. — llegó a su espalda y la tomó de los hombros— Todo saldrá bien. — besó su cabeza y la chica se giró para rodearle la cintura con su brazos.

— Gracias por ayudar, amor. — dijo contra su pecho.

— Lo hago por JungKook y por nuestra familia, amor. — Sook lo miró con una suave sonrisa y Jimin la imitó para inclinarse y besarle los labios.

— Iuuugh — chilló una vocesita aguda que venía por el pasillo mientras restregaba sus ojitos con sus manitas.

Jimin se apresuró en ir hacia el escritorio y quitar el vídeo de la pantalla. Cuando todo estaba listo volvió con su esposa y le dió la memoria, esta le dió un beso a su hijo en la cabeza y caminó para guardar la memoria.

— Ven aquí, campeón. — tomó a su hijo en brazos quien aún se veía adormilado. Le miró con ternura cuando el pequeño lo miró con sus ojos entrecerrados. En verdad su hijo se parecía mucho a él.

『—♣︎—』

Las Vegas NV, U.S.A.

— ¿Me sirves un poco más, por favor? — EunJi pidió mirando a JungKook. Este tomó la botella y le sirvió otro poco en su copa.

Él estaba tomando Ron de su vaso, necesitaba algo fuerte para poder enfrentarse a lo que tenía que hablar con EunJi, para ponerse al dia luego de estos años. Era increíble como esta mujer lo ponía tan nervioso.

Ambos se miraron y sonrieron un poco, pues no habian hablado desde que llegaron hace cinco minutos y no sabían cómo empezar. Habían venido a la suite donde EunJi se quedaba algunas veces con su abuelo y YuGyeom cuando el trabajo era pesado. Se habían sentado en el sofá que permanecía en la sala para poder conversar tranquilamente sin ser interrumpidos por alguien.

— Y bien... ¿Cómo has estado? — preguntó EunJi siendo la primera en atreverse a hablar.

— Fuera de los sentimientos, he estado bien. Pero por dentro me he sentido pésimo. — ladeó su mirada y se relamió los labios— Hay tantas cosas que sucedieron y no te expliqué, cumplí con la ayuda que le prometí a mí padre y... Me di cuenta que mi vida fue una total mentira antes de llegar a Seúl.

Y con pesar, melancolía y muchos más sentimientos le contó todo lo sucedido en ese tiempo, todas las veces en las que peleó con su hermano, la ida de su madre con su amante, las noches llorando de frustración por lo mucho que la extrañaba. Todo.

— Lamento mucho eso, JungKook. — bajó la cabeza y suspiró.

— He estado luchando para mantener la empresa a nombre de mi padre, por ley se divide entre los hijos legítimos si no hay testamento, y a papá no le gustaba eso; pero a último momento nos enteramos de que hizo uno días después de haber llegado a Seúl. — EunJi lo miró atenta y JungKook le vio a los ojos— Se leyó a los dos meses después de su muerte, o más; no recuerdo bien. Dejó una serie de cartas que se leyeron el mismo día, pero yo no pude leer la mía... Mi hermano quedó asombrado con el testamento, y no es para menos porque todos tuvimos la misma expresión.

— ¿Y eso por qué? — preguntó luego de tomar de su copa.

— Claramente decía "Nombro heredero universal de mi patrimonio al primogénito de mi segundo grado de consanguinidad en la Familia Jeon." — frunció el ceño aún extrañado. EunJi lo miró de igual forma, no sabía mucho de leyes aunque creía saber a qué se refería esa frase.

— ¿Y allí se refiere...? — preguntó entrecerrando sus ojos. Quería confirmar lo que creía.

— Le heredó su patrimonio a su primer nieto. — contestó haciendo que EunJi casi escupiera el alcohol en su boca, pero sólo se atragantó un poco— No sabemos con exactitud el porqué de eso, él aún no tenía nietos y... No lo sé, el abogado nos dijo que mi padre tenía sospechas de algo. ¿De qué? No lo sé... — negó dándole más preguntas a la rubia.

— JungKook en verdad necesito decirte algo. — se quedaron en suspenso cuando el teléfono del chico sonó, pero este sólo lo revisó resoplando para luego apagar el aparato.

La miró nuevamente y ella tomaba de su copa ahora, por lo que decidió decir algo antes.

— EunJi, antes que nada quiero decirte que Jimin me comentó que me buscaste poco después de que me fuí... Me dijo cómo te sentiste al no encontrarme, pero te juro que apenas hasta hace una semana me enteré de eso y también que me dejaste algo. — la miró a los ojos y notó como ella mordió su labio inferior con algo de nervios— Pregunté e incluso despedí a mi secretaria por no haberme informado... Supe que fue una carta, pero ella me dijo que mi hermano la tomó para entregarlo él personalmente. — tomó la mano delicada de la rubia y colocó su otra mano sobre la misma brindándole calor para calmar el temblor que estaba viendo en ella— No me entregó nada y no sé porqué lo ocultó... Ahora, quiero que tú me digas qué es lo que me dijiste allí... qué era lo que querías decirme al buscarme. — EunJi quedó muda por un momento y respiró profundo para soltar un suspiro liberador. Abrió la boca y JungKook comentó algo antes— Quiero que sepas que vine a preguntarte personalmente porque sé que JungHyo no me dirá nada. — la rubia bajó la mirada de los ojos brillosos de JungKook y suspiró nerviosa.

Quería llorar... JungKook nunca supo de su hijo y ella había sido una tonta manipulable.

El pelinegro sintió el temblor en la mano de ella y la apretó suavemente. Llevó una de sus manos a la mejilla de ella y la acarició con ternura. EunJi levantó el rostro y lo miró fijamente esperando que la perdonara.

— Con todo lo que me has contado, creo tener la razón por la que tu hermano te lo ocultó. — Comenzó en un susurro y JungKook tragó fuerte— Allí te decía que estaba esperando un hijo, JungKook... de eso quería hablarte cuando te busqué, quería decirte que estaba embarazada. — Ya está. Por fin dijo lo que tanto esperaba hacer desde hace tres años. Su voz temblorosa la hizo soltar las lágrimas como cascadas. Cascadas llenas de dolor.

La reacción de JungKook era de esperarse. El toque en su mejilla se paralizó y con su cabeza gacha sintió como alejaba su mano haciéndola sentir frío en todo su cuerpo. Se atrevió a levantar la mirada y observar su rostro.

Él parecía estar ahogado, su boca abierta en asombro y su mirada fija en ella la hizo sentir intimidada. Se echó hacia atrás y miró hacia otro lado mientras soltaba lágrimas de decepción y dolor. Respiró profundo para calmar el sollozo que quería salir de su garganta y se inclinó apoyando los codos en la mesa y cubriendo su rostro con las manos. EunJi escuchó el suspiro que soltó seguido de unas pequeñas gotas que mojaron su hermoso rostro cuando la volvió a ver.

— Entonces eso quiere decir que... — ella asintió lentamente mirando el piso con sus lágrimas cayendo.

— YuGyeom es tu hijo. — con la voz entrecortada aclaró y JungKook volvió a desviar la mirada a otro lado para luego colocar sus manos en el rostro mientras sus codos se apoyaban de sus rodillas. EunJi sólo pudo mirarlo sin poder decir algo.

— Es un maldito. — susurró con furia en su interior y despegó las manos del rostro dejándose ver destruido— ¿Cómo se atrevió a hacerme esto? Soy su hermano, joder. — susurró con un gruñido volviendo puño sus manos.

— JungKook... — llamó en un susurro y llevó su mano para cubrir el puño con esta.

— ¿Por qué no me lo dijiste personalmente? — Preguntó dolido mientras alejaba su mano del toque cálido que le brindaba la mano de ella— Mierda, EunJi ¿Por qué me hacen esto a mi? ¿Yo qué he hecho? — preguntó sin importarle que lo viera de esa manera destruida.

— Estaba herida, JungKook. Creí que me habías abandonado. — respondió y él negó en desacuerdo.

— Tu dolor lo comprendo, pero es nuestro hijo, EunJi. — haciendo hincapié en el pronombre sonó duro, pero EunJi sabía que él tenía toda razón.

— JungKook sé que actué mal, pero cuando dijeron que la habías recibido yo... yo sólo me dejé llevar. — susurró mientras volvía a cubrir el puño de él con su mano.

— Mierda... — susurró en otro gruñido. Estaba furioso— EunJi ¿Por qué no me esperaste? — volvió a preguntar resentido y ella bajó la cabeza sin saber qué decir. JungKook al verla llevó su mano a esa barbilla delicada, levantó su rostro y continuó— Yo hubiese dejado todo... Me hubiese ido contigo y mandaría todo al demonio por mi hijo ¿Lo entiendes? — habló esta vez con suavidad.

EunJi no respondió y siguió llorando silenciosamente.

— Hace poco Sook me hizo dudar de que supieras de su existencia, te juro que me siento muy culpable y no sé de verdad cómo pedirte perdón. — le dijo dolida y él sólo la miró. No podía odiarla, simplemente no podía.

— Ambos somos culpables... No aprendimos a confiar y hablar las cosas antes de actuar, nos dejamos llevar por los impulsos. — EunJi asintió y llevó sus manos al rostro para limpiar las lágrimas.

Tomaron un poco más de sus bebidas para calmar la tensión en silencio. Pero luego de unos minutos volvieron a mirarse fijamente. JungKook vio lo hermosa que era la mujer que amaba, mientras EunJi veía el parecido en los hombres de su vida.

— Él es precioso... Se parece tanto a ti. — le dijo ella en un susurro mientras se miraban. JungKook sonrió suavemente y se inclinó poco hacia ella.

— Yo también le ví parecido a su mamá... — llevó sus dedos a los labios de ella y los apretó con ellos un poco— Tiene tus labios abultados. — ella sonrió y negó.

— Seguro lo viste haciendo puchero... Pero en verdad YuGyeom es tu copia exacta. — susurró teniéndolo tan cerca, movió sus dedos sobre el dorso de la mano de él y relamió los labios.

— Quiero conocerlo. — pidió con suavidad y EunJi lo miró emocionada— digo, esta vez como su padre. — corrigió pensando en el pequeño encuentro de esa tarde.

Dios, si en ese momento hubiese sabido que era su hijo... no sabría como hubiese actuado.

— Lleva preguntando por tí durante varias semanas. — rio suavemente con su mirada perdida en los recuerdos. Lo miró de nuevo a los ojos y sonrió amplio— Le encantará verte.

Ambos se emocionaron con la mención y sonrieron felices bajo el cálido toque de sus manos unidas esta vez por sus dedos entrelazados sin darse cuenta del momento en que los unieron. Él no se contuvo y se acercó dejando un beso corto en esos hermosos labios que le sonrieron suavemente al separarse.

•••

El sonido de la puerta alertó a alguien en el segundo piso, quien fue a las escaleras con apresuro y emoción, se agarró de uno de los tubos de las barandillas y se atrevió a uno por uno bajar los escalones, pero ya en la mitad le dio algo de miedo; no sabía si volver a subir o bajar por completo, pues ambas le daban miedo.

Por otro lado EunJi abría la puerta y suspiró un poco nerviosa al estar dentro aunque lo que la preocupaba ya había pasado, seguía la incógnita de cómo lo tomaría YuGyeom; sabía que bien, pero ese niño hermoso era impredecible como su papá.

— Pasa. — le dijo con suavidad a JungKook y él caminó hasta el interior de la gran casa. Sonrió recordando a JaeHyun.

— Estoy nervioso. — confesó con una risita y EunJi rio un poco también.

— Descuida, te va a adorar así no sepa cómo te llamas. — JungKook la miró ilusionado y eso le calmó un poco.

Ambos rieron un poco y algo los interrumpió, o más bien alguien.

— ¿Mami? — llamó una voz aguda desde la mitad de las escaleras mientras se sostenía de las barandillas mirándola con sus ojitos brillosos.

Ambos miraron nerviosos hacia él. JungKook enternecido con su pequeño hijo y EunJi muy preocupada al verlo allí.

— YuGyeom, Dios... ¿Qué te he dicho sobre bajar solo las escaleras? — se acercó rápidamente y JungKook la miró orgulloso por lo responsable que era.

— Ed que te taba epedando... — la miró apenado cuando ella subió hasta donde estaba y le sostuvo de sus caderas, jugó con sus pequeñas manitos regordetas estando algo tímido por la presencia de un tercero.

JungKook recordó que el pequeño era muy hermoso cuando lo conoció, había quedado de alguna manera flechado con él y ahora entendía esa extraña conexión.

En esos momentos no hallaba qué hacer, estaba congelado en su sitio. Quería ir a abrazarlo, estrecharlo y besarlo pero temía una mala reacción del niño.

— Amor te voy a decir algo. — EunJi lo tomó en brazos y terminó de bajar las escaleras. Caminó hasta estar a unos metros de JungKook— Tuve que ir a la estación espacial. — le dijo con asombro y el pequeño abrió su boquita sorprendido.

JungKook sonrió con desespero por querer cargarlo, esa picazón en sus manos era inigualable. Estaba muy feliz en ese momento.

— ¿Llamate a papá? — Preguntó sin mirar hacia atrás, ya que miraba a su mamá con mucha curiosidad por saber.

— Adivina quién volvió de la luna. — JungKook frunció el ceño y sonrió por la mentirilla que le habían dicho al inocente niño.

— ¿¡Papá!? — exclamó sonriente y EunJi le asintió indicando que volteara.

Él lo hizo y se encontró con un hombre extraño, no vestía un traje espacial pero su mamá le dijo que volteara, así que debía ser él.

— ¿Tu ede papá? — preguntó sorprendido cuando vio como el hombre asintió con una sonrisa— ¡Mami e' Papá! — sonrió amplio y se removió para que EunJi lo bajara. No era necesario porque ella podía llevarlo hasta él pero el pequeño se removía tanto que tuvo que bajarlo.

Al estar ya en el suelo corrió hacia el chico que se agachó para recibirlo.

Solamente cuando lo sintió en sus brazos se sintió lleno, con EunJi se sentía completo pero... la emoción de tener un hijo era indescriptible. Su pequeño cuerpecito era tan cálido como para calentarlo en una noche helada, no sabía si era eso o el calor paternal que sentía. Allí cayó en cuenta.

«Soy papá» Pensó soltando unas pequeñas lágrimas mientras sonreía cuando con su mano sobó esa espalda pequeña y luego acarició su cabello; tan lacio y sedoso. Y su olor tan suave... «Es mi pequeño hijo»

EunJi lo miró con una sonrisa amplia y en un punto ambos conectaron sus miradas. JungKook cargó a su hijo y se levantó sin dejar de mirarla a ella con YuGyeom abrazando fuertemente su cuello mientras tenía su rostro escondido allí mismo, a raíz de eso él aprovechó de besar su mejilla regordeta.

— Gracias... — susurró mirando fijamente a la madre de ese hermoso niño— nuestro hijo es hermoso. — confesó con una sonrisa y sus mejillas húmedas por las lágrimas que empezaron a caer de sus ojos.

— No me agradezcas, JungKook — negó suave y el pelinegro giró su rostro para darle muchos besos a su hijo escuchándolo reír.

EunJi los miró mientras sentía una presión en el pecho, pero se sentía bien, era más como una sensación hermosa que tenía en su corazón al ver juntos por fin a YuGyeom con su papá, algo que deseó desde el principio; y aunque no fue como normalmente debería de conocerlo, lo hizo, conoció a su hijo como debía ser y ese sentimiento era uno que no se podría comprar ni con mucho dinero. Se sentía satisfecha de que su hijo ya tuviera en su vida la presencia de un padre, ese que estaba segura que lo amaría muchísimo.

— ¿Papá? — llamó y la atención de ambos padres fue al niño que lo nombraba de una manera muy tierna para sus oídos— ¿Consheguite e teshodo de lo machianos? — preguntó curioso e inocente, con esos ojitos saltones que EunJi aseguraba firmemente que también heredó de su papá.

Los mayores rieron ante la carita de asombro aunque adormilada del niño. El pequeño YuGyeom tenía sueño desde hace un buen rato, pero quería esperar a su mamá para que le leyera el cuento de los tres cerditos.

Tan sólo unos pocos minutos después de ese emotivo encuentro se encontraban sentados en el sofá de la gran sala, YuGyeom permanecía completamente dormido sobre el pecho de su papá, mientras este lo miraba fijamente acariciándole las mejillas sonrojadas con su dedo índice, su espalda pequeña se movía con su respiración tranquila demostrando que estaba en su sueño profundo... aunque también la baba que soltaba mientras roncaba bajito lo demostraba.

JungKook se sentía completo, y después de tres años muy feliz... algo bueno en su miserable vida. YuGyeom ahora se había convertido en la luz brillante de su oscuridad.

— Voy a llevarlo a su cama. — EunJi se levantó y extendió los brazos para tomarlo pero JungKook abrazó a su hijo contra su pecho mientras este hizo gestos con su boquita por el movimiento. Él vio a EunJi con rostro de queja y ella le sonrió.

— Déjame sentirlo un poco más... no tengo problemas con tenerlo dormido sobre mi pecho toda la noche. — susurró JungKook en respuesta. No quería soltarlo, no quería dejarlo solo mientras pudiera abrazarlo y protegerlo de todo y de todos.

Tras ese pensamiento le besó nuevamente la cabecita de cabellos azabaches y olorosa a bebé. EunJi sonrió enternecida por ello.

— Está bien. — sonrió aceptando— ¿Quieres tomar algo? — ofreció y JungKook también le sonrió suavemente.

— Sólo quiero un poco de agua. — susurró— Tanto llorar me dejó seco. — comentó con su típico humor haciendo reír un poco a la rubia parada frente a él.

Ya después de beber agua decidieron ir ambos a acostar a YuGyeom en su cama, y fue su papá quien lo recostó en ella con suavidad para verlo después con una sonrisa pegada en su rostro.

— EunJi. — la rubia que estaba a su lado lo miró. JungKook permanecía mirando fijamente hacia la ciudad a lo lejos— Tengo tantas preguntas...

— Puedes hacerlas con tranquilidad, te las responderé todas. — ella sonrió suave y miró hacia donde él lo hacía.

— ¿Cómo...? — comenzó dubitativo mostrando en él la duda y los nervios— dime cómo quedaste embarazada... — se colocó de espaldas a la gran vista mientras se recargaba del barandal que los separaba del jardín.

EunJi apretó los labios y se relamió estos antes de soltar una risita.

— Era de esperarse, JungKook. — conectaron sus miradas— ¿Tengo que recordarte que teníamos mucho sexo? No era muy extraño que en un pequeño descuido saliera con mi domingo siete. — volvió a reír, pero lo miró de nuevo cuando notó que él no reía, así que se calmó un poco. Los nervios la estaban volviendo loca.

— Puede que tu tuvieras sólo sexo, pero yo te hacía el amor. — contestó simple. Se volteó nuevamente para observar el jardín y suspiró cuando sus codos reposaron en el barandal— Sólo... Quiero saber cómo pasó si se suponía que te cuidabas. — preguntó incrédulo.

En cambio EunJi suspiró pensando en lo primero. Sí era verdad, ellos hacían el amor... Entonces recordó aquél día en que seguramente fue cuando procrearon a YuGyeom.

— Fue a raíz de que... Las anticonceptivas que tomaba le empezaron a caer mal a mis hormonas; así que decidí cambiarlas sin ir antes al ginecólogo... Hubo un plazo en el que dejé de tomarlas para comenzar las nuevas. — tamborileó los dedos sobre el material del barandal y mordió su labio inferior— Hicimos el amor en ese plazo. — giró su rostro para mirarlo y JungKook asintió pensativo.

— ¿Cuándo te enteraste exactamente? — entrecerró sus ojos pensando en lo ocurrido en ese tiempo. Jugó con sus dedos esperando luego una respuesta de ella.

— Yo... Comencé a tener síntomas desde un poco antes del viaje acá, cuando discutimos... pero no imaginé que fuese embarazo. — agachó la mirada— Ese día en el hospital me sentí mal y fui al baño, allí estaba asustada y no dije nada por el momento que estabas pasando. Y no fue hasta que Sook me comentó que esperaba a JaeHyun que sospeché un poco, recordé las fechas de mi menstruación y todo lo que te acabo de explicar... Cuando celebramos el cumpleaños de Jimin me dieron muchas náuseas — EunJi sentía sus ojos aguados pero siguió— Al poco tiempo de que te fuiste yo me hice varios test con el miedo perforando mi pecho y mi garganta... Todos salieron positivos, así que fui por una prueba de sangre que lo terminó de confirmar.

El ambiente se hizo tenso cuando ninguno dijo nada, sólo había silencio. EunJi miró a JungKook y vio que este soltaba pequeñas lágrimas silenciosas.

— En verdad fui un imbécil contigo... — se enderezó y la miró de frente— Perdóname EunJi. Yo... De verdad lo siento mucho.

— JungKook los dos... — no terminó de decir porque el chico la detuvo.

— No... No es eso. — negó— Es verdad que no sabía nada de YuGyeom, pero eso no quita lo cretino que fui al dejarte de la forma en que lo hice. Yo... No tengo excusa pero... No quería que tú sufrieras mis problemas del pasado. Quería arreglar eso para poder volver a tu lado, pero papá tenía muchos problemas y aún no termino de resolverlos... — se acercó un poco y tomó sus manos— Te juro que yo habría vuelto a tu lado y al de YuGyeom si hubiese sabido de su existencia.

— Ambos somos culpables... Pero YuGyeom aún es pequeño y no entiende muchas cosas; aún así podemos ambos disfrutarlo de la mejor manera. — soltó una de sus manos y la llevó a la mejilla pálida y suave de este.

— Prometo hacer todo para poder ser un buen padre para YuGyeom. — besó la mano delicada en su agarre— Te lo prometo EunJi... esta vez no te fallaré.

— Estoy segura de que serás un gran padre para YuGyeom, JungKook. — sonrió y él también.

Y tras esas palabras se unieron en un abrazo fuerte donde entregaron todos sus sentimientos, donde mostraron el amor aún vivo dentro de sus corazones aunque quisieran ocultarlo un poco, JungKook sintiendo el olor suave de su cabello y EunJi sintiendo ese perfume varonil junto a esos anchos y fuertes hombros.

EunJi no podía olvidar a JungKook... JungKook no podía olvidarla. Y ninguno había podido dejar de amarse.

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