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04| Dudas aclaradas

『—♣︎—』

Seúl, Corea Del Sur.

— ¿Pero qué rayos has hecho, JongIn? — preguntó con total molestia— Te asociaste con Lalisa para hacerle daño a mí amiga — resaltó apuntándose con decepción.

— Sook, de verdad lamento mucho lo que hice, te juro que estoy arrepentido. — le dijo con pesar y la castaña resopló.

— ¿Sabías que tuvo un hijo? — le preguntó con decepción y JongIn la miró asombrado— JungKook se fue y EunJi quedó destruida, con un hijo en su vientre...

— ¿Lo supo y el muy condenado la dejo sola? — bufó con molestia.

— Así parece — dijo suave y JongIn se levantó molesto.

— Es un imbécil — murmuró con rabia.

— Al igual que tú — le respondió aún molesta y el chico se acercó a ella tomando sus manos.

— Te prometo que le pediré disculpas a EunJi, haré todo para enmendar mi error — le murmuró.

— Más te vale, porque es grave lo que hiciste... EunJi te va a matar seguro — susurró.

『—♣︎—』

Hacía mucho que no estaba en Seúl, hoy por primera vez en tres años estaba pisando el suelo de la ciudad que lo vio progresar, esa que le brindó oportunidades para salir adelante.

La semana pasada no se sentía listo para ir a Seúl y terminó enviando a ChanSoo para representarlo. Hoy había venido sin decir nada a nadie, sólo YoonGi sabía ya que lo acompañaba. Se encontraba caminando por la acera hasta que vio el letrero nuevo a las afueras. 'Motors3', su negocio, su familia, sus amigos... Sus hermanos.

Entrando al lugar se encontró con varios de los mecánicos que lo saludaron con sorpresa y cortesía. Fue hasta su antigua oficina y tocó la puerta.

— Pase. — la voz de Jimin exclamó para ser oído entre los ruidos de la maquinaria.

El pelinegro pasó con sigilo y lo observó allí detrás del escritorio, con unos documentos quizás difíciles para él por el rostro que traía. Se acercó y se posicionó frente a él. Jimin al notar los pasos de zapatos elegantes y no de unos tenis subió la mirada. Su rostro se descompuso al ver allí a su pequeño hermanito.

— JungKook ¡Dios mío! — se levantó y fue hacia él para estrecharlo en un abrazo. Este le respondió con risas suaves pero luego se vio quejándose cuando el mayor le dió un golpe en su nuca.

— ¡Ah~ Jimin~ssi! — sobó su nuca y luego recibió un golpe en su espalda.

— Déjame desahogar los tres años que llevo maldiciéndote, pedazo de imbécil. — otro golpe en su brazo lo hizo quejarse, pero detuvo al mayor antes de que termine dándole una paliza con tantos pequeños golpes.

— ¡Ya basta hombre! Mira que con tus grandísimas manos me vas a moler a golpes — Jimin golpeó más fuerte y JungKook se rio aún más.

Cuando las cosas estuvieron más calmadas y la ira de Jimin cesó un poco los dos se recostaron en el escritorio con un vaso de ron cada uno. Ambos conversaron más amenamente y se detuvieron a detallar cada tema que llegaba a la conversación.

— Jk... — el nombrado lo miró curioso por el rostro bajo que traía junto a una sonrisa amplia— Tengo un hijo.

— No me digas — canturreó incrédulo y sonrió en grande al ver el asentimiento del mayor.

— Se llama JaeHyun, y es... Increíble — soltó con un tono soñador que JungKook conocía de su amigo.

— Sook es la madre ¿No? — Jimin asintió y el más alto resopló asombrado.

— Me enteré poco después de que te fuiste... Ha sido de maravilla la experiencia de ser padre — dijo eso último mirándolo fijamente, quizás con eso logre sacarle algún comentario.

— No lo dudo, hermano... Tú siempre has tenido ese aura paternal. Siempre me cuidaste a mí, incluso a V... No dudo que como padre seas hasta mejor — aseguró con una sonrisa amable. Jimin suspiró.

— Gracias hermano... — agradeció y sus miradas conectaron en ese momento.

Lo que Jimin vio en los ojos de su hermanito le daba dudas de que él supiera lo que había pasado, algo le decía que JungKook no sabía que él también era papá.

El rostro del pelinegro menor bajó al piso y se relamió los labios, sus dedos tamborileaban el vaso de cristal y su mirada parecía perdida en el líquido que este poseía.

— Jimin... — habló con duda— ¿Cómo está EunJi? — preguntó al final mordiéndose el labio inferior.

El mayor de pronto se quedó mudo, retiró su mirada de el fornido y miró alguna cosa a su alrededor que le diera la respuesta necesaria. Pero de su boca nada salía y eso JungKook lo notó, por lo que lo miró con curiosidad.

— Jimin — llamó y este lo vio perdido— te hice una pregunta.

— Ella está bien... — dijo dubitativo, mirando el suelo para balancear su pie.

— Mientes. — dijo de inmediato, Jimin lo miró unos segundos y volvió a mirar al suelo.

— Ella en verdad está bien — insistió.

— ¿Y por qué cambiaste tu expresión de pronto? — Jimin no contestó y el menor decidió continuar— ¿Qué me ocultas, Park?

— Nada, JungKook~ssi — se quejó— es sólo que... EunJi sufrió mucho cuando te fuiste sin una explicación clara. Y... — volvió a quedar mudo.

— ¿Y qué? Jimin habla... ¿Le pasó algo malo a EunJi? — preguntó con su expresión preocupada y agobiada. Su pecho parecía recibir un apretón.

— No — contestó en una queja pero que al menos lo tranquilizó un poco— pero sí le hiciste mucho daño, mamón, créeme que sufrió demasiado, joder...

— Ya sé... Sé que ha de odiarme. — suspiró y se levantó para caminar por la oficina— me fuí pensando que sería por poco tiempo... Pero papá tenía más problemas de los que creí.

Y así como le contó lo sucedido todo este tiempo también se desahogó. Dijo lo que le frustraba, lo que lo tenía tan mal, tan decaído y estresado. Lloró... Lloró como un niño pequeño que lo pierde todo, porque no había mucha diferencia. Él perdió a su familia casi completamente, todo fue una farsa, el odio mutuo con su hermano... le contó todo lo que había estado viviendo.

Entonces recibió apoyo y consuelo de ese viejo amigo que lo apoyó desde siempre, ese que a pesar de haberlo dejado con la carga del taller aún así lo escuchó y le apoyó como todo verdadero amigo hacía.

•••

Jimin caminaba con pasos torpes, intentando guiar a su ebrio amigo que decía palabrerías sin sentido.

— Por aquí... No seas mamón, cuidado con la maseta. — el brazo del menor era sostenido por Jimin sobre sus hombros. Mientras JungKook se dejaba caer de vez en cuando por su inestabilidad.

— ¿Sabes Jimin~ssi? Amo a EunJi... La amo como no tienes idea... Ella es... Ah~ la mujer perfecta para mi. Lo tiene todo... — con un tono cortado por su ebriedad formó un puchero— Nunca la he podido olvidar... Fumo sus mismos cigarrillos solo para recordarla y sentirla aquí. — su mano fue a su pecho y Jimin se rio por las locuras que decía su amigo.

— Camina, Jk... Te llevaré a la habitación de huéspedes. — murmuró y en ese momento las luces se encendieron.

Sook los veía desde el pasillo a las habitaciones, se veía un tanto molesta pero su mirada se descompuso al notar al otro chico. Era JungKook, el mejor amigo de su esposo y el amor de la vida de su mejor amiga; incluyendo el padre de su hijo.

— Antes de que preguntes algo, amor... JungKook está pasado de copas y lo traje aquí para que no manejara y buscara un hotel a estas horas. — dijo con pesadez— lo llevaré a la habitación de huéspedes ¿Ok? Es que está hablando tonterías — Ella asintió.

— No te burles de mí — con su palma le impactó en un golpe a la frente tersa de Jimin— Estoy enamorado, no hay nada de malo en eso — se quejó con su voz algo temblorosa. Miró al frente y vio a Sook— ¡Oh! hola Sook... Ahora estás castaña — dijo entre risitas— Te ves muy guapa... Perdón mi amigo. — miró a Jimin quien rio.

— Hola Jk, cuanto tiempo — saludó la chica con su voz neutra— iré por unas toallas y sábanas nuevas. — le indicó a Jimin quien asintió de acuerdo.

Prosiguió a llevar a su amigo a la habitación de huéspedes y el más alto se dejó caer en la cama. Estando boca arriba se llevó su mano al rostro y Jimin pudo discernir un pequeño sollozo de sus labios.

¿Pero qué le pasaba a su amigo?

— Nunca creí verme en una situación así... Llorando y bebiendo por una mujer. — murmuró mientras Jimin lo veía con los brazos cruzados— Sé que me lo merezco... Pero no podía arrastrarla a mis problemas... Yo sólo iría a resolver esos problemas y volvería, se lo dije... Yo se lo dije — susurró lo último dejándose nuevamente consumir por su tristeza.

Jimin dentro de sí mismo sentía pesar al ver a su amigo en esa situación, él tenía razón en todo lo que decía, y más en que él mismo tuvo la culpa de todo y se merecía lo que le estaba pasando. Lo que no entendía es el porqué no volvió cuando supo que tenía un hijo en camino, nunca vio por YuGyeom, nunca cuidó de EunJi en todo el proceso del embarazo.

— ...Siempre fumo cigarrillos de fresa para sentirla conmigo — confesó nuevamente. Repetía eso a cada rato— incluso todos los días, cada vez que me siento mal veo el anillo... — Jimin lo miró confundido— El que sería su anillo — susurró aún más decaído. Jimin frunció el ceño aún sin entender— mira... — con una sonrisa entre lágrimas metió la mano en su bolsillo y sacó un anillo, que para Jimin parecía de compromiso.

JungKook se lo extendió con su sonrisa aún más grande aunque se veía falsa con tantas lágrimas que habían de por medio. Jimin lo tomó y lo observó de cerca. Era de oro blanco y un diamante no tan grande ni tan pequeño que tenía la forma de un corazón. Oyó el suspiro decaído de su amigo y lo miró.

— Le iba a proponer matrimonio... Pero lo que pasó con papá me hizo echar para atrás todos los planes. — su sonrisa se volvió melancólica y otra lágrima cayó por su mejilla— Ahora sólo me debe odiar. — su mueca triste lo hizo taparse el rostro nuevamente.

— JungKook si las cosas no se dieron así fue por algo ¿No crees? — habló con suavidad viendo de inmediato la negación del menor.

— Si yo hubiese decidido quedarme con ella, nada de esto me estuviera pasando. — con su voz temblorosa contestó— Me fuí amándola y aún la amo. Pero la perdí por una mala decisión... Yo sólo quería ayudar a Jackson... Y terminé sacrificando mi felicidad y la de ella. — ya no era su mano la que cubría su rostro, ahora era su brazo el que lo hacía.

— No sé qué decirte... — negó sin palabras. ¿Cómo le decía que procreó un hijo? No podía decirlo porque no le correspondía. Pero le quedaba más que claro que JungKook... No sabía nada.

— No hay nada que puedas decirme que no sea un reproche. Me lo merezco. — dictó suave y tomó una almohada para llevarsela al rostro.

Jimin volvió a negar y se giró a la puerta. Allí estaba Sook con las cosas necesarias para que JungKook pasara la noche.

— Jimin... ¿Tu qué crees? — le preguntó en un susurro cerca de su rostro.

— Él no lo sabe, Sook. — negó en el mismo tono— no me mencionó nada de ese tema... JungKook no sabe sabe nada de su hijo.

— Yo también lo creo, amor. — conectaron sus miradas y suspiraron.

Cuando vieron a JungKook dormido aún con el traje puesto salieron de allí. Jimin rodeó el hombro de su esposa con su brazo y la atrajo a él para besarle la coronilla.

— ¿Me das uno de tus masajes? — preguntó ella contra el pecho de él y este rió asintiendo.

『—♣︎—』

Busan, Corea Del Sur.

La pelinegra soltó un último gemido liberador con el nombre de ese chico en su mente. Se dejó caer en la cama mientras se recomponía del reciente orgasmo. Miró al chico a su lado y sonrió cuando lo vio de espaldas.

Se parecía tanto a él que daba miedo.

— La próxima vez que en medio de un orgasmo me llames JungKook te juro que no tendré piedad contigo — gruñó entre dientes aquél hombre pelinegro.

— No lo puedo evitar, es a él a quien deseo. Y tú te pareces tanto a él que me haces sentir como si estuviera él embistiendo mi cuerpo — dijo con su voz melodiosa en un tono sensual que lo dejó tenso.

Este se giró hacia ella y con su mano acarició su cuello, llegó a su nuca y allí formó un puño en su cabello, haciéndola quejarse un poco.

— Vuelve a hacerlo y te tiro fuertemente de tu preciosa cabellera. — sonrió sarcástico para luego acariciar la piel de su rostro con el dorso de sus dedos.

Le guiñó un ojo y le dejó un beso corto en sus labios antes de levantarse.

— ¿A dónde vas? — preguntó seria mientras sobaba la zona lastimada.

— Tengo trabajo por terminar... — subió el pantalón negro y comenzó a colocarse su camisa blanca— debo aprovechar el tiempo que estaré sin las molestias de JungKook... — abrochó su pantalón y se colocó el cinturón.

— ¿JungKook no está aquí? ¿Por qué no me lo habías dicho? ¿Dónde mierdas está? — siseó con molestia.

— Cálmate fiera... — sonrió ladino mientras abrochaba los últimos botones de su camisa— JungKook está en Seúl, no te dije porque se fue hoy sin decir nada. — colocó su corbata y la anudó.

— Seguro va a buscar a la zorra de EunJi... — susurró para sí misma— Debo ir a Seúl. — le dijo con los ojos bien abiertos. Se levantó y tomó sus prendas.

— Deberías esperarlo aquí... Tengo entendido que se quedará hasta mañana temprano. — le confirmó y la chica asintió de acuerdo.

— Tremenda sorpresa se llevará cuando vuelva. — canturreó. Sonrió traviesa y el chico la miró desinteresado.

Luego de estar ambos vestidos el pelinegro caminó primero a la salida.

— JungHyo. — lo llamó y este giró— mantenme al tanto... Quiero saber cuando llegue.

El mayor no dijo nada, ni siquiera se inmutó, simplemente salió de allí con su típica postura seria.

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