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01| Sombras del Pasado pt.2

『—♣︎—』

Busan, Corea del Sur.

— Y entonces si importamos algunos de los ingredientes desde América podemos llamar la atención del mercado internacional, y así tener buenos ingresos para la fabricación de nuevos productos alimenticios que serán vendidos en todo el país y el mundo. — La voz del joven empresario le hablaba con detenimiento delante de su escritorio. El pelinegro lo miró con su rostro neutro y asintió volviendo su vista al objeto en sus dedos.

— Ok, Lo apruebo. Busca una compañía confiable y de buena calidad para hacer la exportación. — el chico asintió y se retiró de inmediato.

El pelinegro que hoy usaba un traje azul marino y su cabello iba peinado de modo que su terso y pálido rostro quedara expuesto, volvió a contemplar el objeto que seguía llamando su atención a pesar del tiempo.

『•••』

— Este diseño es hermoso Jk.

— ¿Tú crees que si sea el indicado?

— Ya deja los "pero" tonto. Mi padre tiene diseños espectaculares y ese es el más hermoso, ya te lo dije... Lo que sí es que es el más costoso.

— El costo es lo de menos.

— Que bueno... Una dama siempre merece lo mejor.

— Entonces este será, bruja...

『•••』

Recordó que la sonrisa y el grito agudo de Jennie lo hicieron exaltarse y sonreír mientras negaba ante sus constantes "Quién lo diría"

Su mirada de pronto estaba sobre la ventana que mostraba un gran paisaje de la mañana, podía ver el sol en su punto. Levantó su mano y la colocó en su vista, bloqueando la ventana y la luz del sol. Observó el diamante pequeño brillar sobre el material de oro blanco y sonrió melancólico.

Esos fuertes problemas con EunJi se originaron por ese pequeño objeto, por esa decisión que no le pudo proponer. Y pensar que si tan sólo no hubiese sucedido lo que sucedió él le habría propuesto matrimonio.

Ya... no podía pensar en el pasado. Sólo debe pensar en el presente y en el futuro.

— Señor — SooHyun asomó su cabeza por la puerta y el chico guardó rápidamente el objeto.

— ¿Por qué no tocas nunca? Deberías hacerlo si no quieres que te despida — reprochó y ella asintió frenéticamente. Casi todos le temían y con mucha razón, el jefe era intimidante— ¿Qué necesitas?

Ella se dejó ver por completo y sonrió apenada.

— Ya casi son las nueve y quería recordarle que tiene una reunión a las nueve y cuarto. — mencionó con suavidad y el pelinegro parpadeó lento asintiendo.

— Gracias, SooHyun. — bajó la mirada y no vio cómo la joven asentía frenéticamente— Ah... ¿SooHyun? — llamó y ella volvió a entrar— La próxima vez toca la puerta.

— Sí, señor. — salió apenada y el chico bufó. Siempre había odiado eso de sus empleados.

Levantándose de su silla acomodó su corbata y caminó a la puerta para ir a la reunión.

『—♣︎—』

Las Vegas, Nevada. U.S.A

— Hola abuelo ¿Cómo has estado hoy? — se acercó al mayor quién estaba vestido en un glamuroso traje.

Luego de un largo periodo de reposo, JungHyuk había podido ir al casino, y aunque eso no tenía contenta a EunJi igual lo aceptaba.

— Me he sentido de maravilla. No sabes cuánto extrañaba estos lugares. — dijo admirando los cuadros antiguos que poseían los pasillos del gran Hotel Go Imperial.

Ambos volvían al auto luego de una larga noche de trabajo en donde, salían temprano por las ocupaciones personales de cada quien.

— Eso es bueno, pero prefería teniéndote en casa acostadito y descansando de tantos años de trabajo. — la ahora rubia le habló con suavidad y palmeó su hombro.

Hoy vestía elegante como todas las noches, pero esta vez lucía un vestido azul eléctrico, alisado y de corte recto en el pecho, brillaba con la luz por las pequeñas incrustaciones que lo adornaban como una cortina de pequeños diamantes.

— Me encantaría que eso hicieras tú. — EunJi lo miró sorprendida— Hija, el casino es un trabajo que te consume el tiempo. Y me encantaría que ese tiempo lo vivieras al lado de YuGyeom.

— Lo vivo abuelo. YuGyeom es mi vida y lo sabes, paso mucho tiempo con él y le dedico siempre días enteros. — le dijo con una sonrisa— además, el trabajo en el casino es de noche y cuando llego siempre lo hago a tiempo para contarle un cuento antes de dormir... Lo vivo abuelo.

El mayor asintió sin más yendo ambos hasta el auto para subirse a este y emprender camino hacia la nueva mansión Go.

La mansion estaba alejada del Hotel, en una zona popular por sus grandes casas de lujo. Y aunque vivían allí los días de semana, siempre los fines de semana lo pasaban en una amplia suite del Hotel.

•••

— ¿Mami llegó? — preguntó una vocesita inocente cuando la rubia entró por la puerta de la habitación del más pequeño de la familia.

— Mami llegó, mi pequeño hermoso. — contestó en un pequeño canturreo y las risas del pequeño se hicieron oír.

— Mami te estañe mucho. — el pequeño pelinegro de tan sólo dos años le comentó alargando la última palabra con un pequeño puchero.

— Yo también te extrañé mucho mi niño hermoso. — le llenó de besos como acostumbraba a hacerlo.

Las risas agudas de YuGyeom eran música relajante para sus oídos. Le encantaba sentirlo cerca, su calor era su paz, su sonrisa era su hechizo, y su manera tan inocente de hablar era su perdición.

Luego del nacimiento de YuGyeom, dejó de sentirse sola y vacía, había nacido su motivo para salir adelante y el fruto de su único amor. Él era esa unión entre ambos.

Hace mucho tiempo ya que no lo veía.

Sí, lo extrañó con locura, demasiado mejor dicho. Pero cuando YuGyeom nació se desvaneció cualquier sentimiento de tristeza hasta ese momento.

Cuando vio las facciones de su hijo y cuando a medida que iba creciendo se parecía aún más a su padre.

Ver a YuGyeom era como ver a JungKook, sólo que más pequeño e inocente. Su físico era increíble, tenía su cabello negro y lacio, sus labios pequeños y delgados —aunque cuando hacia puchero se le abultaban y se veían como los de ella— sus ojitos eran grandes y expresivos, su nariz era aún pequeña pero ya traía la misma forma respingada que la de él.

Es por eso que no lo volvió a extrañar, era como ver a JungKook a través de él, a través de su pequeño hijo.

『—♣︎—』

Busan, Corea del Sur.

— La policía encontró pruebas sobre el auto que chocó el Audi hace tres años — Lalisa lo miró— están tras la pista del asesino de HyunSeok ¿No te da miedo? — le miró con los ojos entrecerrados.

Ella no contestó y simplemente siguió mirando su teléfono. JongIn volvió a hablar:

— MiYoung ya no cree en tus patrañas y volvió conmigo... Tu Jk no te ha volteado a ver... EunJi muy feliz en... — la pelinegra lo miró— no te diré... — sonrió ladino y Lalisa rodó los ojos.

Ahora poseía un nuevo look, conservaba su típico flequillo pero con un color negro en su cabello y de un corto que solo llegaba al final de su cuello.

— Me colmas la paciencia — siseó volviendo su vista al teléfono— su abuelo cortó relaciones con mis padres.

— ¿Y eso? ¿Se dió cuenta de la calaña que son? — la chica golpeó la mesa y resopló.

— Cállate de una vez — volvió a sisear. Se levantó de su puesto y salió despavorida.

JongIn miró su teléfono y vio un mensaje de MiYoung, su novia.

" — Ya sabes lo que debes hacer, sino, lamentablemente me veré en la obligación de acabar con esto."

Inmediatamente contestó:

" — Está bien. En cuanto llegue a casa hablamos."

『—♣︎—』

Tres años atrás

Busan, Corea del Sur.


"__ No encuentro forma de comunicarme contigo sin que me evites, ya no sé cuántas cosas debo hacer para lograr hablar contigo, JungKook. Es urgente que te dé esta noticia porque debes saberlo.

__ Estoy embarazada. No sé en qué momento sucedió, pero lo estoy. Estoy esperando un hijo tuyo y mereces saberlo. Por favor en cuanto leas esto comunícate conmigo.

__ Nunca olvido que me amas como yo te amo a ti.

–EunJi."


Aquél pelinegro sentado en su silla detrás del escritorio arrugó el papel entre sus manos vueltas puños. No podía ser cierto.

Resopló frustrado y tiró el papel a lo lejos intentando calmar la furia que lo había abarcado.

¿Embarazada? Esto era una maldita mierda.

『—♣︎—』

Siete meses después

Las Vegas, Nevada. U.S.A.

Los constantes dolores eran insoportables, ahora se arrepentía de no haber escogido una cesárea. Resoplando constantemente se tocó la panza abultada que había crecido durante los meses. Esos largos nueve meses.

Al estar en la sala de partos un médico la atendió con la mejor profesionalidad y a los minutos después de su agotado trabajo pudo oír un agudo y hermoso llanto que la llenó por completo, uno tan precioso e inocente que curó toda tristeza y vacío que sentía desde hace meses atrás.

Y cuando lo tuvo en brazos... cuando lo tuvo en brazos sintió que su vida tenía un nuevo impulso para salir adelante, un motivo para continuar luchando, por él y por ella, por ambos para tener una familia unida.

— Te amo mucho, YuGyeom — susurró besándole su pequeña cabecita mojada mientras él seguía soltando su llanto hermoso.

Y sus lágrimas salieron como un río en lluvia. No pudo soportar llorar cuando vio su pequeña carita llena de inocencia, era tan preciosa, rosadita y regordeta. Era un sueño.

Pero esa sonrisa pasó a ser una mueca cuando lo recordó a él en ese pequeño rostro del bebé que los unía.

"— Te amo EunJi, no lo olvides y nunca dudes de eso..."

¿Y entonces por qué se fue dejándola tan rota y sin explicación?

Entonces le llenó de besos el rostro para sentir nuevamente su cuerpo cálido sobre ella.

Actualidad

— ¿En qué tanto piensas? — preguntó Sook mientras la miraba con duda— ¿Otra vez pensando en él?

EunJi, quien estaba frente a ella la miró con vergüenza, giró su vista a su derecha y vio a los dos niños jugando con sus juguetes en la alfombra de la sala. El pequeño JaeHyun era idéntico a Jimin, con sus mejillas regordetas y sus ojitos pequeños, sumándole los labios gruesos y rosaditos. Aunque el muy coqueto sacó esa personalidad a su madre.

— Sí, otra vez... Es inevitable pensar en cómo sucedieron las cosas — murmuró— es decir, a YuGyeom nunca le faltó nada, pero... Cuando me pregunte por su padre ¿Qué le diré?

La ahora castaña la miró con una mueca. En verdad quisiera decirle algo útil, pero no sabía, ella no había vivido algo similar.

— ¿Sabes? Ya veré luego — le restó importancia y sonrió negando— ¿Y Jimin, cómo está?

— Ah~ ahí vamos... Últimamente está muy gruñón, pero cuando ve a JaeHyun parece que su cerebro borrara cassette. Se vuelve todo un bobo cuando juega con él. — sonrió con ternura y EunJi sonrió feliz por ellos. Aunque ella también desearía poder decir lo mismo.

Tenía envidia de su amiga, pero buena... se sentía muy feliz por ella.

— Que bueno que sean unos padres excelentes para JaeHyun — sonrió y Sook la miró con admiración aunque con algo de tristeza también.

Sook se inclinó un poco y con su mano en la rodilla de la rubia le murmuró para darle ánimos:

— Tu eres una gran madre para YuGyeom, entiéndelo. — sonrió orgullosa y EunJi le respondió con una corta y triste.

— No dudo de mi maternidad... — negó con sus ojos aguados y entre pequeños susurros aspiró profundo— Quisiera que YuGyeom tuviera a su padre a su lado, y que lo amara tanto como Jimin ama a JaeHyun.

— Debiste ir a buscarlo y hablar con él personalmente EunJi. — susurró mirando de soslayo a los niños para que no escucharan su conversación.

Lo que Sook no sabía es que ella sí lo había hecho, a su manera, con resultados negativos que ahora se reprochaba.

— Lo hice... — Sook abrió los ojos de más— no conseguí nada. Estaba tan herida que... Creí que sería una carga más a su conciencia con tantos problemas que tenía encima...

— No, EunJi. Hiciste mal allí... Un hijo nunca será un problema, es una responsabilidad, una muy grande pero hermosa — aclaró.

No habían dejado de hablar en susurros, no se podían dar el lujo de dejar que alguno de los pequeños escuchase la conversación, mucho menos YuGyeom.

— He actuado mal... Pero... No sé... No tengo excusa — casi dejaba salir una lágrima pero la detuvo al ver a un pelinegro posarse detrás de su esposa.

Sí, Jimin y Sook se casaron un mes después de que ella le notificara que sería padre. Había sido un momento muy emotivo cuando Jimin, en su fiesta de cumpleaños recibió un pequeño pastel traído por la chica. Al soplar las velas Sook le indicó que revisara el pastel porque su regalo estaba dentro, Jimin con una sonrisa emocionada lo partió con palillos sin comer casi nada de este. Al llegar al centro del pastel encontró un pequeño caramelo con forma de chupete, miró a Sook con los ojos bien abiertos, ella le asintió mientras lloraba a cántares y allí él se levantó para rodearla con sus brazos y llenarla de besos.

EunJi podía recordar cada segundo de ese momento tan íntimo y feliz para ellos. Pero no por eso en realidad, sino porque ese día le dieron muchas náuseas y comenzó a sospechar aún más de su embarazo al no haber recibido aún su periodo teniendo una semana de atraso.

— EunJi ¿Quieres tomar algo? — le preguntó a la chica que notó aflijida. Él masajeó los hombros de Sook y ella parecía deleitarse con esos movimientos. Parecía estar muy estresada.

— ¿Me puedes traer una limonada? En el refrigerador hay de mis favoritas y las de YuGyeom — sonrió un poco más amplio y este asintió.

— ¿Go EunJi tomando limonada?  — su burla se hizo notar.

— Estamos frente a los niños — sonrió con inocencia.

Cuando Jimin llegó con las bebidas se sumergieron en una conversación amena mientras miraban a los niños jugar.

Hacía mucho tiempo que no los veía, por la cuestión de su embarazo y mudanza. Ellos estuvieron a su lado cuando dió a luz y no los veía desde el primer cumpleaños de YuGyeom. Aprovechó las vacaciones familiares de ellos y los invitó a pasar por su casa.

— ¿EunJi crees que pueda hablar contigo un momento? — la chica extrañada le asintió al pelinegro y se levantó.

— Sook ¿Puedes observar a los niños?

— Ve tranquila amiga. Yo me encargo. — asiente.

La chica rubia se posó a un lado de Jimin y ambos salieron a caminar por el amplio jardín.

— EunJi sé que el tema de JungKook casi no lo tomas — comenzó y ella suspiró sabiendo ya de qué hablarían.

— No desde que no supe más de él y desde que intenté comunicarme con él sin éxito. — respondió resoplando y cruzando sus brazos.

— Te entiendo, y yo haría lo mismo. — dijo mientras miraba las rosas del jardín— pero no era eso lo que te quería comentar. — se llevó el vaso de limonada a los labios y bebió un sorbo— escucha, Sook dijo que te lo dijera, me convenció incluso. — EunJi lo miró con atención y él suspiró— me llamó hace dos semanas desde un número nuevo.

EunJi aspiró profundamente y luego soltó el aire con pesadez. Aún le afectaba muchísimo.

— Me preguntó cómo estaban las cosas, cómo iba el taller y... Todo sobre lo que dejó en Seúl. — su tono de voz profundo demostraba cuan extrañado estaba.

— No le dijiste nada de mí ¿No es así? — él la miró y sonrió suavemente.

— Luego de tres años sin saber de él me llama y lo primero que hizo fue preguntar por tí... — negó entre risas cortas— Sigue siendo el mismo Jk... y se nota que te sigue amando con locura.

A EunJi de pronto le frustró eso. Tres años han pasado desde que él desapareció de su vida y la de los demás, y que ahora le dijeran que apareció preguntando por ella, le hace sentir algo extraño en su pecho. Miró por la puerta corrediza y observó a los pequeños con unos robots de juguete.

— ¿Y qué le dijiste? — preguntó luego de tragar fuerte.

— Escucha... No soy quien para hablar de tu vida y lo que pasó. Sólo le dije que habías estado bien aunque a todos nos tomó por sorpresa su partida... — su mirada divagó por los alrededores hasta llegar al suelo— No te niego que le insulté un poco pero... se lo merece.

— No hiciste nada malo, Jimin — rio un poco para luego recobrar la postura.— Aunque... que haya aparecido así tan repentino debe traer algo detrás. — lo miró y este asintió convencido.

— De hecho. Dijo que viajaría a Seúl por unos negocios y que quería verme... — EunJi lo miró algo asustada— igual no podré porque estaremos dos semanas aquí en Estados Unidos. Llevaremos a JaeHyun a conocer Disneyland y... luego volveremos.

— ¿Te dijo cuando iría? — preguntó mirando la piscina bajo el radiante sol. Jimin sonrió sabiendo que la chica aún tenía ese sentimiento vivo por él.

— Será la próxima semana... Imagino que te buscará, lo conozco. Pero cuando no te consiga... Se va a sentir como la mierda. — dijo con una leve sonrisa que EunJi imitó.

— Supongo que EunRa le dirá... Él irá a ver a Jackson así que es lo más seguro. — murmuró con su vista ahora perdida.

— Por cierto le va muy bien en el Casino, así se distrae un poco de todo lo que ha pasado. — habló de EunRa con sinceridad y EunJi asintió a sus palabras.

Luego de tres meses en coma Jackson despertó. Seguía recibiendo cuidados especiales ya que el golpe en su cabeza le generó dificultades para recordar algunas cosas, además de que le daban algunos mareos que fueron reduciendo con el tiempo. La noticia de la muerte de su padre le afectó mucho más que a cualquiera de los otros, fue terrible para EunJi escucharlo llorar.

Su embarazo no lo sabía ninguno, sólo para evitar que JungKook se hubiese enterado de otra forma y no de ella. Sólo su abuelo y sus amigos más cercanos lo sabían, siempre se mantuvo oculta de la prensa para evitar cualquier rumor, aunque fue casi imposible porque compartieron la noticia cuando había dado a luz, pero eso no hizo que él la buscara.

— Sí... Bueno Jimin, debo volver ¿Vamos?

— Claro...

Ambos volvieron a la casa y se encontraron a Sook acostada en la alfombra mientras los niños le colocaban pegatinas en el rostro. Rieron fuertemente e hicieron que ella se levantara asustada. Se había quedado dormida y los niños hicieron sus maldades nuevamente.

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