Desde hace días, Omenazo ya no pasaba tiempo con Candy. Siempre encontraba una excusa para cancelar planes con ella, lo cual no tardó en ser notado. Candy, siempre atenta a cada movimiento, se dio cuenta de que Omenazo parecía más distraído últimamente, y que, en lugar de estar con ella, buscaba a Smoke.

Cada vez que Omenazo intentaba hablar con Smoke, este le respondía con evasivas.

Omenazo: (tratando de sonar casual) Oye, Smoke, ¿quieres grabar algo mañana?

Smoke: (sin mirarlo) Uh... no puedo, ya tengo planes con Axel.

Omenazo: (frunciendo el ceño) ¿Otra vez con Axel?

Smoke: (cruzándose de brazos) Sí, ¿pasa algo?

Omenazo: (mirándolo fijamente) No... nada.

Omenazo apretó los puños, sintiendo una molestia creciente. No entendía por qué, pero cada vez que veía a Axel cerca de Smoke, sentía una punzada de incomodidad. No le gustaba verlos juntos.

Por su parte, Axel cada vez estaba más interesado en Smoke. Siempre encontraba la forma de alagarlo.

Axel: (sonriendo) Smoke, eres increíble en todo lo que haces. Siempre me sorprendes.

Smoke: (riendo) Nah, papu, exageras.

Pero Axel no exageraba. Y cada vez que lanzaba un cumplido, Omenazo no podía evitar sentirse molesto.

Unos días después, Santi decidió organizar una fiesta en su casa. Invitó a todos: Smoke, Omenazo, Nabi, Axel, Candy, Celynnei, Pau y varios más.

La casa estaba decorada con luces de neón, música sonando a todo volumen y risas llenando el ambiente. Santi y Nabi estaban en la cocina preparando bebidas, y, aunque parecían estar discutiendo sobre qué tipo de tragos servir, la verdad era que había una tensión diferente entre ellos.

Nabi: (cruzándose de brazos) ¿Y si mejor servimos algo más ligero? No queremos que terminen todos en el suelo.

Santi: (sonriendo con picardía) O... podríamos hacer un juego donde los perdedores beban.

Nabi lo miró con una mezcla de diversión y desafío.

Nabi: (levantando una ceja) ¿Y si pierdes tú?

Santi: (acercándose un poco) Tal vez quiera perder...

El ambiente entre ellos se volvió denso por unos segundos, hasta que una risa fuerte de Smoke rompió la tensión.

Smoke estaba en la sala, platicando con Axel, riendo despreocupadamente. Omenazo los observaba desde la distancia, con una sensación de inquietud en el pecho.

No podía seguir así. Tenía que hablar con Smoke.

Se acercó a él con paso firme.

Omenazo: (mirándolo serio) Smoke, ¿podemos hablar un rato?

Smoke lo miró con una mezcla de sorpresa y duda. Pensó que Omenazo iba a reclamarle por ignorarlo últimamente, pero algo en su expresión era diferente.

Smoke: (suspirando) Está bien, vamos.

Omenazo lo llevó a un rincón más apartado, lejos del ruido y la gente.

Smoke cruzó los brazos, esperando que hablara. Pero, en lugar de decir algo, Omenazo se acercó y, sin previo aviso, lo abrazó con fuerza, escondiendo su rostro en el cuello de Smoke.

Omenazo: (en voz baja) Lo siento...

Smoke se quedó inmóvil, sintiendo el calor del otro contra su piel. Su corazón comenzó a latir con fuerza.

Smoke: (susurrando) ¿Por qué...?

Pero antes de que pudiera terminar su frase, la voz de Candy interrumpió la escena.

Candy: (molesta) ¿¡Qué están haciendo!?

Omenazo se separó bruscamente, pero en lugar de retroceder, tomó la mano de Smoke con fuerza y, sin pensarlo demasiado, lo jaló hacia él y le dio un beso.

Smoke abrió los ojos con sorpresa, su mente quedándose en blanco.

Candy no tardó en reaccionar.

Candy: (furiosa) ¡¿Qué demonios haces, Omenazo?!

Lo jaló bruscamente, apartándolo de Smoke.

Smoke, con las mejillas encendidas, no pudo decir ni una sola palabra.

Omenazo, respirando agitadamente, solo pudo mirar a Smoke con una mezcla de emociones en los ojos.

Smoke lo miró de vuelta, todavía sin procesar lo que acababa de pasar.

Smoke: (pensando) ¿Por qué siento que el mundo acaba de ponerse patas arriba?

Que quieren que pase proximamente?