Shipp: Teneo x Shion

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Hacía ya díez años que la guerra santa había terminado. Muchas cosas habían cambiado, desde las pérdidas de compañeros y amigos, hasta hacer resurgir el Santuario desde las cenizas.

Shion, como uno de los pocos sobrevivientes, había tomado el puesto como Patriarca y había hecho todo lo que podía por dirigir lo mejor que podía el Santuario, y a decir verdad, lo había logrado. Pero aunque Patriarca y máxima autoridad en la ausencia de Athena, no dejaba de ser un Omega y tener ciertas necesidades y deseos.

Teneo, siendo otro de los pocos sobrevivientes, y ostentando desde hace diez años el título de Santo dorado de Tauro, fue de gran ayuda para el joven Patriarca. Ya fuera para ayudarlo a guiar a los novatos en su camino para volverse guerreros, o incluso auxiliarlo de vez en cuando con papeleo.

Al inicio era una simple amistad y sentimiento de compañerismo entre ambos, después de todo, no había más que un par de años de diferencia entre ellos, y tenían ciertas cosas en común además de haber participado en la guerra santa y vivido para contarlo, cómo haber perdido a sus maestros durante el conflicto, y haber recibido una encomienda para guiar a la siguiente generación, además de haber peleado y protegido el Santuario hombro a hombro. Ninguno de los dos fue del todo consciente de exactamente en qué momento esa amistad evolucionó a atracción.

Fue durante una noche en vela revisando papeleo, que la tensión fue demasiada y ninguno pudo soportarla. Los dos, encerrados en una habitación aislada de todo, completamente sólos, a altas horas de la madrugada... Definitivamente era una tentación difícil de esquivar.

Al principio incluso intentaron bromear o hablar de temas aleatorios para evitar la ligera incomodidad. Pero al final, sus miradas terminaron chocando, y sin articular una sola palabra, terminaron fundiéndose en un suave y casto beso.

Al separarse, ambos se disculparon por haber actuado así, sorprendiéndose ellos mismos por su sincronía. Después de pasar ese momento de incomodidad, se rieron por lo ocurrido y acordaron dejarlo como "un beso para reforzar la confianza".

Pero al final del día, seguían siendo un Alpha y un Omega, ambos aún jóvenes, fértiles y con necesidades. Y fue durante otra noche en vela, cuando a Shion le llegó el celo repentinamente. Teneo intentó auxiliarlo usando solo sus feromonas para calmarlo y ayudarlo a llegar a su alcoba, pero Shion quería más que solo eso, y Teneo no pudo evitar caer en las redes del Omega. Esa fue la noche en que cedieron al deseo de ser uno.

Desde ese momento, decidieron dar un paso más y volverse amantes, sin hacerse demasiadas expectativas y simplemente dejando las cosas fluir. Pero definitivamente hacían un buen duo en todos los sentidos.

Pasar sus celos juntos era increíble, eso no había forma de negarlo. Ambos lograban entenderse bastante bien, disfrutando ambos de sus encuentros. Pero esa conexión, química y energía, no se limitaba a una cama.

Teneo siempre estaba ahí para ser la mejor compañía de Shion. No importaba si era en una ceremonia, durante la entrega de una armadura a un Santo recién nombrado como tal, en una noche en vela revisando y registrando papeleo, o incluso durante una reunión oficial. Ambos eran el complemento perfecto, y siempre sabían qué decir para apoyarse mutuamente cuando hiciera falta.

Una buena compañía no se limitaba a un alivio durante el celo, ni a un desahogo sexual cada cierto tiempo. Podía serlo mutuamente, pero a la vez, también podían ser el mejor amigo, consejero, confidente, cómplice, amado y enamorado uno del otro.

De eso estaban seguros.