Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Día 17: "Costumbres solo nuestras"

Shipp: Shura x Shaka

Universo Alterno.// Headcanon.

•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•

El embarazo era una de las etapas más bellas que un Omega podía pasar. Tan fácil, sencilla, hermosa, y sin ninguna molestia... Exclamó nadie jamás en la historia de la humanidad.

Cuando se enteraron de que iban a ser padres, ambos tuvieron demasiados sentimientos encontrados. Ya tenían cinco años de relación, y dos años viviendo juntos. Habían hablado de matrimonio cómo plan a futuro en unos dos o tres años más, y de hijos quizás tres años después de casarse.

Ambos tenían ya un hogar, empleos e ingresos fijos, y aunque no eran ricos ni nadaban en dinero, nada les faltaba y de vez en cuando podían darse algunos lujos como vacaciones.

Shaka siendo maestro de apoyo para alumnos con necesidades especiales en una escuela secundaria. Y Shura igualmente, maestro en esa escuela, pero impartiendo la asignatura de matemáticas.

Sí tenían en mente ser padres, pero no en ese momento. Solo bastó confiarse y no usar protección una vez para meterse en ese lío.

Al final, después de pensarlo por un par de semanas, pedirles consejo a sus padres, y asesorarse todo lo que pudieron, decidieron tenerlo. Tenían bien en claro que no iba a ser fácil, ¡pero Shaka jamás imaginó que fuera a ser tan horrible!

Estaba apenas en el sexto mes de gestación, a solo un par de semanas de irse a "vacaciones forzadas", cómo decía él, por permiso por maternidad.

La tasa de fecundidad de un Beta y un Omega varón eran sumamente bajas, pero no imposible que ocurriese. No debieron confiarse tanto.

- ¿Todo bien?

- Nada está bien.- Suspiró cansado, estirándose en el sillón.- Me duele la espalda, tengo jaqueca, náuseas, estoy mareado, y tengo mucho trabajo pendiente que terminar antes de ausentarme de la escuela.

Shura no dijo nada, solo lo abrazó para tratar de calmarlo. Sabía que si para él estaba siendo difícil asimilar que en tres meses sería padre y su vida jamás volvería a ser la misma, no quería ni imaginar cómo debía estar siendo para Shaka, que era quién sufría todas las molestias y cambios físicos y emocionales que un embarazo representaba.

- ¿Puedo ayudarte en algo?- Preguntó, acariciando sus cabellos dorados, por alguna razón, eso siempre lograba calmarlo.

- No.- Suspiró de nuevo el Omega rubio, intentando contener el llanto. Desde hace meses estaba horriblemente sensible, y cualquier cosa lograba irritarlo o hacerlo llorar, cuando él jamás había sido alguien llorón, y detestaba eso.

- Es normal si te sientes triste. No te preocupes.- Dijo el Beta, abrazándolo, dándole algunos besos en la cabeza.- Estás haciendo un esfuerzo enorme para traer al bebé. Estás pasando por muchos cambios, y es entendible si de vez en cuando te sientes algo decaído. No tienes que ser fuerte todo el tiempo.

Shaka finalmente suspiró, escondiendo su rostro en el pecho de Shura. Tenía tantas cosas en la cabeza, sus emociones parecían un tornado, dando vueltas sin control alguno, cambiando de un momento a otro.

- ¿Hay algo en particular que te esté molestando?- Preguntó el Beta, sin soltar a su Omega.

Shaka dudó por unos segundos. No quería admitirlo, pero sí que había un motivo, uno con nombre y apellido, que últimamente no lo dejaba de molestar. Se debatió mentalmente si decirlo o no, pero desde la última vez, cuando discutió con Shura y se fue a casa de sus padres en la noche sin decir nada, haciendo que el pobre Beta casi se volviera loco buscándolo. Y Asmita lo regañara por haber actuado de una forma tan irracional e inmadura, decidió que no iba a volver a cometer ese error.

Cómo le dijo su padre, después de que su madre Omega lo regañara: "Ni tú eres un bebé para no saber expresarte, ni él es adivino para saber qué te molesta si tú no le dices."

- Quizás es solo una tonterías mía, pero...- Murmuró.- Tú, y... Ustedes...

- ¿Hablas de Camus?- Preguntó directamente Shura, y Shaka solo agachó la mirada.- Shaka, te lo dije la última vez, y te lo repito: Camus y yo solo somos amigos, fuimos a la misma universidad, por eso le tengo algo de aprecio, pero nada más. Jamás hubo, no hay, ni habrá nada entre nosotros, más que una amistad y camaradería.

Camus Legrand, el profesor de literatura, y manzana de la discordia. Los celos de Shaka causados por el Omega francés no eran algo nuevo, pero fue hasta su embarazo que comenzó a tener problemas para controlarlos, junto a su inseguridad.

Shura lo sabía, y por eso, desde la última discusión en la que Shaka estuvo a nada de terminar la relación, había propuesto crear acuerdos. Así habían logrado sobrellevar un poco mejor esos problemas con tantos cambios hormonales de por medio. Pero eso no quitaba que de vez en cuando, los sentimientos lo sobrepasaran.

- Yo voy a tener un cachorro y a casarme contigo.- Le dijo el peli-negro, acariciando su mejilla.- Te amo, a tí y a nuestro cachorro. Jamás dudes de eso.- Añadió, acariciándole un poco el vientre.

Shaka suspiró más tranquilo. Siendo objetivo y sincero, Shura jamás le había dado un motivo para desconfiar de él, y Camus tampoco. Quizás simplemente sus hormonas lo estaban afectando demás.

- Iré a prepararte un baño de burbujas para que puedas relajarte un poco.- Sugirió el Beta, para después darle un beso en la frente.- Eso siempre te relaja.

- ¿Te quedarás un rato conmigo en la bañera?- Preguntó con una pequeña sonrisa el rubio, abrazando por el cuello a su Beta.

- Si así lo quieres, entonces sí.- Respondió con una sonrisa.

Después de eso, Shura se encargó de preparar todo tal y como sabía que le gustaba a su Omega. Agua tibia, con bastantes burbujas y algunos pétalos de flor de azahar, y un par de varitas de su incienso favorito para perfumar el baño. Por consejo tanto de su padre como de sus suegros, el agua tibia y los masajes podían ser sus mejores aliados a la hora de ayudar a su Omega gestante con alguna molestia física propia del embarazo.

El rubio no tardó mucho en aparecer, vistiendo su bata de baño, que parecía inseguro de quitarse.

- ¿Pasa algo?

- Es... Es solo que...- Tartamudeó algo nervioso.- Creo que hay... Demasiados cambios.

- Es normal, estás gestando un cachorro.- Replicó, acariciando su mejilla, mientras lo ayudaba a descubrir su piel poco a poco.- Tranquilo. Todo está bien, somos solo nosotros aquí.

El Omega finalmente deja caer la bata, dejando su cuerpo expuesto, aunque casi al instante trató de cubrirse, abrazándose a sí mismo.

- Estás incluso más hermoso que antes.- Dijo, con una pequeñas lágrimas el Beta, abrazándolo.- Te ves tan tierno y tan lindo con tu pancita... De verdad que soy afortunado de tenerte a mi lado.

- ¿De verdad lo crees?

- No lo creo, estoy seguro, mi amor.- Sonrió, limpiandose las lágrimas, para ayudar a su amado Omega a entrar y sentarse en la bañera.

Antes del embarazo, solían tomar largos baños de burbujas juntos cada fin de semana por la noche, la mayoría de las veces terminando en un encuentro íntimo que comenzaba en el agua y terminaba en la recámara. Pero ahora, con el embarazo ya tan avanzado, podría resultar peligroso hacerlo de ese modo.

- Shura...- Gimió suavemente el nombre de su Beta, mientras recibía varias caricias en ciertas zonas íntimas y que gracias a las hormonas estaban mucho más sensibles.

Su Beta se encargó de atenderlo con sus manos, hasta que finalmente terminó, y después lo ayudó a salir del agua para llevarlo hasta la recámara y dejarlo descansar.

- Que no lo hagamos, no significa que no te desee, amor.- Susurró, abrazando a su Omega, ambos cubiertos únicamente por las mantas. Por esa ocasión, ninguno de los dos había querido tomar el tiempo de vestirse.- Te amo, y te deseo de todas las formas posibles como no tienes idea. Pero hay tiempo para todo, y por ahora debemos ser pacientes.

- Está bien, seré paciente.- Rió bajo, dejándose abrazar.- Pero después de que nazca, no voy a soltarte por un mes entero.

Ambos se rieron, y después de un par de besos de buenas noches, finalmente se quedaron dormidos.

Todas y cada una de sus costumbres como pareja se habían visto sacudidas por el embarazo, y sabían que con la llegada del bebé, seguirían cambiando. Pero confiaban en que si se habían adaptado una vez, lo harían las veces que fueran necesarias.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro