Shipp: Krishna x Eo

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Ser padres no estaba siendo fácil, pero al ver a su pequeña de ya dos años, siempre era más que suficiente para renovar sus energías y sentir que todo valía la pena.

Cuando nació su hija, Eo decidió dejar su trabajo para dedicarse completamente a su cachorra y su hogar.

Para Krishna no siempre era fácil ser el proveedor de su familia. A veces, los días de trabajo de oficina eran realmente pesados y rutinarios, pero con llegar a casa, y ver a su querido Omega y su amada hija, cualquier pesar quedaba en el olvido.

- ¡Papi!

La sonrisa de ambos peli-rosas que lo recibían para cenar en familia, no tenían precio.

No importaba cuán agotador hubiera sido el día, poder llegar a casa y abrazar a su hija y su esposo y pasar un momento agradable en familia con ambos le renovaba las energías.

Esa noche, cómo cada viernes, después de cenar, se sentaron en la sala para ver una película que a los tres les encantaba. Era su pequeña tradición desde que Sonia llegó a sus vidas.

La pequeña Alpha de apenas dos años miraba con atención absoluta la película, y no importaba qué la hubiera visto ya cientos de veces, cuando llegaba el momento de una canción, aplaudía y reía felíz, bailando con sus dos padres aquella melodía.

Los tres ya se habían aprendido la letra de memoria, y no dudaban en cantarla.

- Amarme por la eternidad... Mi buen amor, tan dulce y leal, me asombran tus palabras. No quiero una empresa audaz, es bastante si me abrazas...- Era el verso favorito de Eo, y no dudaba en cantarla, antes de iniciar la parte más rápida tanto del baile como de la canción.

- Sortijas de oro te traeré, poemas te voy a cantar. Te cuidaré de todo mal si siempre me acompañas.

Y así continuaban con la canción, hasta llegar al coro en conjunto, cuando incluso Sonia se les unía a su modo.

- Con tus abrazos y tu amor, en las danzas y en los sueños. En pena y alegría igual, conmigo yo te llevo. Por bravo mar navegaré, ahogarme yo no temo, y sortearé la tempestad si eres para mí.

Al finalizar la pieza, tal y como los personajes de la película, los tres terminaban riendo alegremente, para después continuar su noche de viernes.

Una pequeña tradición suya, que para muchos podría sonar insignificante y hasta algo tonta, pero era suya. Sonia no sería una bebé para siempre, a veces sentían que apenas ayer era una recién nacida, y ahora ya tenía dos años. El tiempo pasaba volando, y cuando menos lo notaran, ya sería una Alpha adulta que emprendería el vuelo. Y preferían disfrutar cada una de sus etapas, demostrándole siembra cuánto la amaban, y haciendo todo lo humano posible por darle un buen ejemplo y un hogar cálido.