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🌸 Capitulo 12 🌸

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—Aunque primero quiero saber algo. —La voz de Umemiya sonó más suave, casi amable, mientras daba un paso hacia Nirei. La distancia entre ambos se acortó rápidamente, lo suficiente para que Suo y Sakura reaccionaran al unísono. Ambos dieron un paso al frente, sus cuerpos se pusieron tensos, mientras sus miradas se clavaban en la espalda de Umemiya. Las feromonas a su alrededor llenaron el aire, dejando a varios de los presentes visiblemente incómodos.

Umemiya, sin embargo, parecía completamente ajeno a las miradas de muerte que le brindaban los dos alfas. Su atención seguía fija en Nirei, como si los demás no existieran a su alrededor.

—¿Cómo sigues? —preguntó con genuino interés, su voz era cálida y relajada—. Supe que faltaste un buen tiempo. Estaba preocupado por ti.

Nirei sintió cómo el calor subía hasta sus mejillas, tornándolas de un rojo intenso. No estaba acostumbrado a recibir atención, mucho menos de alguien como Umemiya. Tragó saliva, tratando de controlar su nerviosismo.

—Estoy mucho mejor, gracias.

La sonrisa de Umemiya se ensanchó ante la sinceridad en las palabras de Nirei, lo que provocó que Suo y Sakura fruncieran aún más el ceño. Ambos soltaron ligeros gruñidos que resonaron en la azotea y la atmósfera comenzó a volverse insoportablemente tensa.

Antes de que Umemiya pudiera continuar, Tsubaki apareció con su característica energía, moviéndose como un felino. Se acercó a Nirei con una naturalidad desbordante y sin previo aviso, lo envolvió en un abrazo que parecía más una declaración que un gesto casual.

—Mi pequeño, perdón por no haber ido a visitarte. —exclamó con una mezcla de ternura y remordimiento, apretándolo contra sí con más fuerza de la necesaria—. He estado tan ocupada, pero te extrañé mucho.

Nirei, atrapado en el abrazo, sintió cómo su Omega interior agitaba la cola con entusiasmo ante la atencion de tantos alfas, se sentia inalcanzable en esos momentos, por otro lado, su parte racional estaba completamente abrumada por la vergüenza. Intentó abrir la boca para decir algo, pero las palabras no salieron.

—¡Tsubaki, suéltalo ya! —gruñó Sakura, con un tono tan peligroso que varios presentes contuvieron la respiración por un momento.

—Oh, vamos, Sakura —respondió Tsubaki con una sonrisa juguetona, sin soltar a Nirei—. No seas tan gruñón. Solo estoy saludando a mi pequeño Nirei. Lo extrañé tanto que sentí como si hubieran pasado años desde la última vez que lo vi.

—Sí... si, ya lo viste. Ahora, por favor, suéltalo —replicó Sakura, cruzándose de brazos con un evidente tic en su ojo izquierdo. Cada segundo que pasaba parecía agotar más su paciencia.

Tsubaki lo ignoró deliberadamente, apretando aún más a Nirei entre sus brazos como si quisiera desafiar a Sakura. Con un puchero en los labios y una expresión de falsa inocencia, respondió.

—No quiero. Su abrazo es tan cálido que no pienso dejarlo ir tan fácilmente.

Sakura apretó los puños y dio un paso hacia adelante, su rostro tensándose al borde del enojo.

—Te dije que lo sueltes, Tsubaki. No pienso repetirlo.

Sin mostrar señales de intimidarse, Tsubaki arqueó una ceja y con un tono burlón y cargado de insinuación, preguntó.

—¿Por qué? ¿Acaso no puedo abrazarlo? ¿Qué tiene de malo? Tal vez estás celoso, Sakura.

El ambiente se tornó más tenso de inmediato. Suo, quien había estado observando desde un lado con los brazos cruzados, finalmente dio un paso adelante. Su presencia era imponente y el aire a su alrededor parecía volverse más frío. Sus ojos, serios y penetrantes, se clavaron primero en Umemiya y luego en Tsubaki.

—Tsubaki, será mejor que lo sueltes ahora mismo —ordenó con un tono de voz gélido que hizo que incluso Nirei se estremeciera ligeramente—. Además, ¿no tenían algo importante que decirnos?

El silencio que siguió fue pesado, como si todos contuvieran la respiración. Suo continuó hablando, su tono cada vez más cortante.

—Díganlo de una vez. No estamos aquí para perder el tiempo con niñerías.

Umemiya levantó las manos en un gesto de calma, aunque no pudo evitar notar la intensidad en las reacciones de los alfas.

—Tranquilos, no hay necesidad de ponerse así. Solo quería asegurarme de que Nirei esté bien antes de entrar en temas más serios.

—Pues ya lo sabes. Está bien. —replicó Sakura con firmeza.


Tsubaki finalmente soltó a Nirei, pero no sin antes darle un último apretón y un beso rápido en la frente. El gesto, aunque aparentemente inocente, provocó que las mejillas de Nirei se encendieran aún más, mientras los gruñidos de Suo y Sakura resonaban como advertencias apenas contenidas.

El resto de los alfas presentes, incluyendo a Hiragi, Momose y Mizuki, intercambiaron miradas de incredulidad. No era difícil notar el comportamiento territorial de Suo y Sakura, lo que despertó la curiosidad de todos incluso de Sugishita.

—¿Qué les pasa a esos dos? —murmuró Hiragi, mirando de reojo a Mizuki.

—No lo sé, pero nunca los había visto así. —respondió Mizuki, observando cómo los alfas mantenían una vigilancia casi obsesiva sobre Nirei.

—Están siendo demasiado territoriales —susurró Momose, sintiendo algo de pena por el rubio.

Umemiya, que hasta ahora había permanecido más discreto, finalmente rompió el silencio.

—Nirei... —dijo con una voz amable pero cargada de curiosidad—. ¿Tú tienes pareja?

—¡No tiene! —respondieron Suo y Sakura al unísono, casi a gritos.

El silencio que siguió fue sepulcral. Las miradas de todos, incluida la de Nirei, se dirigieron hacia los dos alfas, quienes parecían darse cuenta demasiado tarde de lo que acababan de hacer.

Sakura se puso rojo como un tomate, desviando la mirada al suelo.

—Es decir... no... o sea... no sé. —comenzó a titubear, claramente avergonzado.

Suo, por otro lado, frunció el ceño, intentando procesar lo que acababa de decir. Desde cuándo era tan impulsivo, y por qué había reaccionado de esa manera tan protectora hacia Nirei. El sabía la razón pero aún no estaba dispuesto a aceptarlo.

El ambiente quedó cargado de tensión, mientras el resto de los alfas observaban la escena con una mezcla de asombro y diversión apenas disimulada.

Umemiya no pudo evitar soltar una carcajada ante la situación, el sonido ligero y burlón cortó la tensión en el ambiente. Sus sospechas habían sido confirmadas y la escena frente a él era demasiado entretenida como para no disfrutarla.

—En fin, solo tenía curiosidad. Pero si llegas a tener pareja, espero que nos lo presentes. —Umemiya sonrió con amabilidad, aunque con un leve dejo de picardía—. Un beta tan bonito como tú seguro no tardará en conseguir uno.

Nirei sintió cómo su rostro se encendía aún más. Su expresión era un cuadro de confusión, vergüenza y nerviosismo, mientras cubría su rostro con ambas manos, tratando de ocultar lo obvio. No sabía cómo responder.

Sakura, por su parte, tenía un tic visible en el ojo derecho. Su expresión era una mezcla de irritación y contención, como si estuviera a punto de lanzarse sobre Umemiya en cualquier momento. Suo, aunque más centrado, tomó una bocanada de aire más profunda para calmarse, pero su mandíbula apretada revelaba que tampoco estaba del mejor humor.

—Umemiya, ¿para qué nos llamaste? —preguntó Suo nuevamente, su tono firme pero cortés. Su sonrisa era delgada y fría, un contraste evidente con la mirada afilada que le dirigía—. Ya preguntaste lo que querías, ahora dinos lo importante.

Umemiya alzó las manos en señal de rendición, aunque la diversión seguía brillando en sus ojos.

—Cierto, cierto. —Respiró hondo, dejando atrás su tono juguetón y adoptando una postura más seria—. Pasemos al asunto que nos reúne.

El cambio en su voz captó la atención de todos. La atmósfera, que antes estaba cargada de tensión y rivalidad, ahora se volvió más enfocada. Umemiya tomó un momento para mirar a cada uno de los presentes antes de continuar.

—Hablé con uno de los líderes de la Tokyo Maji. —La voz de Umemiya se tornó más seria, observando a los tres chicos frente a él—. Al parecer, ustedes se vieron envueltos en una de sus peleas.

El aire se volvió denso, y la incomodidad se hizo evidente entre los tres. Nirei miró al suelo, mientras Suo y Sakura intercambiaban miradas tensas.

—No estamos en guerra, si es lo que piensan. —Umemiya cruzó los brazos a la altura de su pecho, su postura firme y controlada—. Pero esto podría haber tenido graves consecuencias si no se aclaraba antes, como les comente ya hable y conozco la versión de ellos —hizo un pausa— ahora quiero escuchar la suya.

Suo respiró hondo y fue el primero en hablar, intentando mantener la calma.

—Estábamos en un festival, disfrutando como cualquier otra persona, cuando escuchamos ruidos extraños. —Dijo, bajando la mirada un momento antes de continuar—. Nos llamó la atención, fuimos a ver y nos encontramos a media pelea, nosotros no íbamos a intervenir, pero ellos nos atacaron.

—No tuvimos opción. Los Bisters fueron los primeros en atacar, y no podíamos quedarnos de brazos cruzados. Lo que pasó después fue inevitable.—añadió Sakura visiblemente molesto.

Umemiya frunció el ceño, su mirada fija en ellos. Aparentemente, entendía lo que habían hecho, pero aún había dudas en su voz.

—Y fue una pelea inevitable, ¿eh? —preguntó con escepticismo, aunque su tono no era agresivo—. Pero lo cierto es que los Bisters no están tan lejos de los Tokyo Maji, y su reacción podría haber sido más drástica si lo hubieran interpretado como una provocación.

Suo y Sakura no respondieron de inmediato. La tensión seguía flotando entre ellos, y Nirei no se atrevía a añadir nada. Umemiya continuó:

—No estoy aquí para discutir, pero deben tener cuidado. Es fácil caer en el juego de los Bisters y provocar algo que no podrán controlar. Esta vez tuvieron suerte de que la Tokyo Maji fuera y que hayan sido amables, pero si hubiera sido otra banda, dudo mucho que las cosas hubieran terminado asi.

Nirei levantó la mirada, con el rostro ligeramente enrojecido por la vergüenza.

—¿Entonces qué debiamos hacer? Huir, ¿Cuando ellos nos atacaron?—preguntó— Claro que no, nosotros no empezamos, fueron ellos.

Umemiya lo miró con una mezcla de seriedad y comprensión, sus ojos suavizándose por un instante.

—Lo mejor es que eviten este tipo de encuentros, sobre todo en areas donde no, nos pertenecen o no estamos por completo, ¿Que hubiera pasado si no podian o si hubieran salido heridos —la mirada de Umemiya se fijo en los tres— No me hubiera perdonado el no estar ahi con ustedes y no solo yo, si no sus compañeros tambien, por eso no tomen decisiones por su cuenta, al menos hasta que sepamos más. La próxima vez, actúen con la cabeza fría.

Los tres chicos asintieron en silencio. Umemiya dio un paso atrás, observándolos un momento más.

—La próxima vez que algo así suceda, quiero saberlo primero. ¿Entendido?

—Sí. —respondieron en un susurro.

—De cualquier manera, me alegra que estén bien. —Umemiya sonrió, relajando su postura. Su expresión, aunque tranquila, mostraba un leve toque de afecto—. Esos son mis chicos.

Suo, Sakura y Nirei se miraron unos a otros, sintiendo una mezcla de alivio y sorpresa por la inesperada suavidad en las palabras de Umemiya. A pesar de la tensión de la conversación, la atmósfera ahora parecía menos pesada.

—Gracias... —dijo Nirei, sonrojándose ligeramente, sin saber si debía sentirse halagado o más bien desconcertado por el repentino cambio de actitud.

Sakura asintió, intentando ocultar el ligero tic en su ojo, como si la irritación de antes estuviera todavía presente en su interior.

—Sí, pero no olvides que no necesitamos que nos cuides. —respondió, aunque con un tono más relajado.

Umemiya dejó escapar una suave risa, su mirada enfocada en los tres chicos.

—No quiero ser su niñera, pero como estan bajo mi cuidado, debo de seguir cuidandolos, aunque no les guste. —dijo con una sonrisa tranquila antes de dar media vuelta—. Recuerden somos una familia y estamos para ayudarnos.

Sakura entrecerró los ojos, su expresión seria pero algo cansada por la interacción reciente.

—Sí, si es todo, nos vamos. —dijo con firmeza, tomando del brazo a Nirei y jalándolo suavemente, como si no quisiera dejarlo escapar. Nirei, aunque desconcertado, no pudo evitar sonrojarse más al sentir la presión de su toque.

Suo, tras una ligera inclinación de cabeza en señal de respeto, dio un paso hacia ellos y los siguió, manteniendo una postura erguida y vigilante, como siempre. No dejaba de observar a Umemiya y los demás alfas.

Nirei, por su parte, se sentía completamente abrumado por toda la atención que había recibido, pero no pudo evitar sentir una cierta gratitud hacia Umemiya, aunque su vergüenza no le permitía sostener la mirada. Con cada paso que daba, su rostro se mantenía enrojecido, y mientras salían del lugar, sus ojos se deslizaban de vez en cuando hacia atrás, disculpándose en silencio con la mirada tanto con Umemiya como con los demás presentes, que los observaban en silencio.

Justo al abrir la puerta, los tres chicos se encontraron con Karma, quien los miraba fijamente con una expresión que desbordaba desaprobación.

—¿Ya se van? —su tono fue sutil pero cargado de molestia. Sus ojos se deslizaban lentamente hacia Nirei, un brillo peligroso cruzó por su mirada, como si en su mente estuviera visualizando una versión mucho más... controlada del rubio. La idea de verlo amordazado le cruzó la mente y sus ojos brillaron con una intensidad inquietante.

Sakura, al notar la dirección en la que se encontraba la mirada de Karma, puso a Nirei detrás de él de inmediato. Su instinto de protector se disparó al instante, y se colocó en una postura defensiva, listo para cualquier movimiento. Suo, al ver la reacción de Sakura, no dudó en ponerse a su lado, su cuerpo erguido y sus ojos fijos en Karma, dispuesto a defender a Nirei a toda costa.

El ambiente se volvió denso al instante. La tensión era palpable, y la presencia de Karma parecía llenar el espacio con una amenaza latente. Las respiraciones de los chicos se entrelazaban con el silencio pesado que los rodeaba, y todos, incluidos Nirei, Sakura y Suo, podían sentir que la situación estaba a punto de estallar.

Umemiya avanzó hasta colocarse frente al grupo, sin titubear, y de forma casi instintiva, se posicionó delante de los chicos, protegiéndolos con su presencia imponente.

—Ellos ya se van, Karma —dijo Umemiya, su tono de voz transformado en uno más firme y autoritario, claramente diferente al que había usado con los chicos momentos antes. El ambiente a su alrededor cambió en un instante, la tensión palpable aumentando aún más.

Karma, sin perder su actitud desafiante, dio un paso al frente. Su mirada se centró en Nirei, quien estaba aún protegido por Sakura y Suo, y una sonrisa fría apareció en su rostro.

—Veo claramente que se van —dijo con desdén, su mirada recorriendo a los chicos antes de fijarse en el rubio detrás de Sakura—. Gatito, supongo que nos veremos otro día.

Un escalofrío recorrió la espalda de Nirei, sus instintos se activaron, reconociendo la amenaza que emanaba de las palabras de Karma. En ese instante, los gruñidos de Suo y Sakura resonaron con fuerza, una amenaza latente ante la actitud de Karma.

—Como si fuera a pasar —respondió Suo, su voz grave cargada de amenaza. Los músculos de su cuerpo se tensaron, listo para saltar en cualquier momento.

Umemiya suspiró, su mirada ahora seria y sin espacio para discusiones.

—Basta, chicos. Váyanse, nosotros debemos hablar con Karma —ordenó, su tono de voz claro dejaba ver que no había lugar para más discusiones. No se trataba de un asunto en el que los chicos pudieran involucrarse.

Sakura y Suo intercambiaron una última mirada, ambas cargadas de desconfianza y enojo, pero asintieron sin hablar. Pasaron junto a Karma, y aunque intentaron mantener la calma, sus miradas se entrelazaron por un breve momento con la de él. No hacía falta hablar, la tensión era más que suficiente. Sus ojos parecían llenos de odio, dispuestos a vengarse de cualquier acción que pudiera hacer Karma.

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¡Hasta aquí!

Primer capitulo del año 🤧✨️

Espero que les guste.

Espero que hayan tenido Feliz Año ✨️✨️

Nos leemos en el siguiente capitulo

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