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Capítulo 1

SeHun estaba acostumbrado a hacer las cosas a su modo.

Siempre había sido así, ya que cuando las cosas se hacían a su manera, salían muy bien. Por eso era el segundo al mando en su equipo y solía crear estrategias con su líder, ChanYeol. Él era un lobo Delta, un guerrero de su manada con los sentidos más agudos que el resto y la fuerza suficiente para partirle el cráneo a alguien de un puñetazo en su forma humana y convertir a los jodidos cazadores en jirones de carne en su forma de lobo. Podría haber elegido quedarse en el territorio de su manada para protegerla desde allí, entonces su título hubiera sido de Gamma, pero a él le gustaba la aventura y la adrenalina y ser un Delta era la oportunidad perfecta para explorar el exterior.

Su tarea como el resto de los Deltas era ir en misiones organizadas por el Concejo de Lobos para liberar a lobos de otras manadas que fueron secuestrados por los cazadores. Estos eran los únicos humanos que sabían de su existencia, ya que los humanos comunes vivían tranquilamente su vida sin saber que habían cambiaformas compartiendo la misma tierra que ellos y no eran solo de un mundo de fantasía. El secreto de los lobos era uno muy bien guardado por el bien de toda la especie. Y si la información de su existencia no hubiera llegado a los oídos de los humanos equivocados, las manadas podrían haber continuado sus vidas jodidamente en paz.

Pero los cazadores no parecían cansarse nunca de secuestrar lobos perdidos o sin manadas para experimentar con ellos, y hacer quién sabe qué más. A veces los humanos podían ser un grano en el culo cuando se trataba de querer entender algo que iba fuera de la lógica y la ciencia que ellos habían creado para darle orden al mundo. No tenían la capacidad de entender que los cambiaformas eran seres bendecidos por los dioses de la naturaleza. Los lobos, en especial, por la diosa de la Luna, para la cual algunos tienen nombres particulares: Selene, Artemisa, Luna. Era la que había otorgado el privilegio a los lobos de cambiar a una forma humana para poder mezclarse con los humanos y protegerse de sus crueles garras, o al menos así lo contaban las maestras a todos los pequeños cachorros de las manadas.

A SeHun realmente le gustaba ser un cambiaformas. Y lo cierto es que le gustaba poder ser lo suficientemente fuerte como para poder defender a su manada. A él no le importaba si podía ser un potencial Alfa —a pesar de que nunca lo había probado, sabía que su fuerza era superior a la del propio líder de su manada—. Sin embargo, no le llamaba el poder. Él solo quería proteger y cuidar a los suyos: ese era su propósito. No le interesaba asentarse o dirigir una manada, era demasiada responsabilidad para la que no creía estar preparado. Él solo quería rescatar a cuantos lobos pudiera.

—¿Cuándo llegan los malditos? —suspiró HyunWoo para sí.

Por milésima vez en cinco minutos, el resto del equipo devolvió su mirada al camino que desaparecía entre los árboles que rodeaban el claro. Estaban esperando a un equipo Delta de una manada vecina, nunca habían hecho misiones en conjunto, pero esta vez el Concejo había determinado que necesitaban un equipo mayor para la misión. El problema era que ellos habían llegado primero y el grupo se estaba poniendo muy molesto por la espera. El sol estaba cerca de desaparecer.

—Dijeron que estarían aquí hace veinte minutos —acotó RoWoon.

—Quizás se perdieron. —SungChan, el miembro más reciente del grupo Delta, se puso de pie mientras miraba su muy tecnológico reloj de muñeca. Él todavía era joven y más imprudente que el resto, pero había traído muchas innovaciones tecnológicas al equipo y SeHun lo consideraba una gran adición.

—Puede ser. O tal vez su olfato no es tan bueno —EunWoo sugirió y se cruzó de brazos, marcando sus músculos sobre su pecho.

SeHun vio de reojo a ChanYeol, el líder, moverse del lugar dónde había estado quieto meditando por varios minutos. Trató de no sonreír, concentrándose en afilar la gruesa pero corta rama que había encontrado echada a un lado del claro. Estaba muy entretenido haciendo una estaca con su navaja favorita.

—¿Podrían dejar de criticar al otro equipo? —los cortó ChanYeol—. Dijeron que vendrían pronto, no dijeron un momento exacto. Dejen de ser unos perros impacientes que no saben esperar a su dueño por más de diez minutos. —SeHun reprimió una sonrisa para sí cuando olió arrepentimiento en el aire—. Aprendan a tener paciencia. Les servirá para mejorar su temperamento de mierda.

SeHun volvió a guardar su navaja, satisfecho con las palabras del líder. Se detuvo apenas al escuchar un leve crujido a lo lejos, un murmullo de hojas casi imperceptible. Allí estaban.

—Si fuera ustedes, dejaría de llorar —murmuró SeHun—. Ya están aquí.

El grupo se tensó en el lugar, y todos se pusieron de pie. SeHun fue el último en hacerlo, sosteniendo como si fuera un bate de béisbol la rama que había logrado afilar.

Un grupo pequeño de lobos en su forma humana apareció por el camino que traía al claro. El aspecto del grupo era intimidante, todos vestidos con ropa táctica negra, incluidos chalecos antibalas, justo como el grupo de SeHun.

Liderando el equipo, iba un alto y moreno hombre que pasaba tranquilamente el metro ochenta. Detrás suyo había cuatro... cinco lobos más. SeHun frunció el ceño cuando olió a uno en particular, su aroma tenía un toque totalmente distinto al del resto, olía... como a pastelitos. Y suponía que aquel olor pertenecía al tipo que iba atrás de todo, uno muy pequeño en comparación al resto de sus compañeros que rozaban el metro noventa.

El lobo que le llamó la atención debía estar por el metro sesenta y algo, como mucho setenta y cinco subido a un taburete; su contextura era delgada y su rostro carecía de la dureza que tenía la del resto de los presentes. No lucía bajo ningún punto de vista como un lobo Delta capaz de proteger a la manada o embarcarse en una misión tan peligrosa, no con su aparente falta de fuerza. No se veía para nada musculoso. Era pequeño y débil, ¿qué rayos podría aportar él?

Tratando de buscar razones para su presencia, SeHun concluyó que el tipo debía ser de inteligencia, así como ellos tenían a SungChan —la diferencia era que SungChan le llevaba al menos quince centímetros de diferencia al tipo y podía voltear rostros de un buen puñetazo—. Seguramente no iría directo a la batalla con ellos, ¿no? Llegar a esa conclusión lo tranquilizó; no quería tener que velar también por la seguridad de un compañero de misión que no sabía cómo cuidar su culo.

—¿Debes ser el líder Park? —dijo el moreno que lideraba al grupo, caminando hasta estar de pie delante de ChanYeol.

Ambos lobos se miraron fijamente. Park era más alto por algunos centímetros, aunque ambos se veían iguales de musculosos.

ChanYeol se quitó el guante sin dedos y extendió su mano al líder.

—Un gusto. Debes ser Kim JongIn.

—El mismo. —Se estrecharon la mano y se dieron unas palmaditas, y de inmediato la tensión entre ambos grupos se disipó—. Es un gusto poder verte en persona al fin. Disculpa la tardanza, tuvimos unos percances con uno de los miembros del equipo.

El tipo pequeño bufó casi de forma inaudible, pero todos los presentes lo pudieron escuchar más que claro.

—No te preocupes —dijo ChanYeol, sonriente—. Apenas llegamos, también.

SeHun sonrió para sí. Si por algo quería a ChanYeol, era porque su amigo era un buen tipo y pondría el bienestar de cualquiera por encima del suyo. Si podía salvar al tipo de una incomodidad, con gusto lo haría.

Los lobos nuevos se fueron acomodando entre el resto de los del grupo de SeHun, ocupando los lugares libres en el pequeño claro, apoyando sus mochilas con el equipamiento necesario para la misión. El tipo pequeño se detuvo junto a SeHun, dejando una muy pesada mochila en el suelo junto a él como si no fuera nada, y sacó varios maletines negros que repartió al resto de sus compañeros. SeHun vio al tipo abrir uno: había una gran cantidad de dispositivos extraños que no tenía ni la más mínima idea de qué servían, y claro, una Glock con su respectiva munición que el tipo cargó y luego se guardó en el cinturón.

Con todo el respeto que fue capaz de reunir, SeHun trató de mantener su boca sellada mientras veía al tipo continuar sacando cosas de la mochilaza; esta vez para sí mismo, no para sus compañeros. Una pistola de arpón, cables de alambre, comunicadores de oído —esos sí los repartió al resto de los presentes, incluso a SeHun sin siquiera dedicarle una mirada—. Y por último, sacó un pequeño maletín con una ballesta desarmada que comenzó a armar con mecanicidad, mientras otro de sus compañeros le dejaba al lado del tronco donde se había sentado, un carcaj lleno de flechas.

Cuando el tipo terminó de armar la pesada ballesta, SeHun sintió la necesidad de comentar.

—¿No es demasiado pesada para ti?

El tipo finalmente lo miró a los ojos después de la casi media hora que habían pasado sentados uno al lado del otro. Sus ojos de cachorrito eran de un color verde llamativo, complementando las mechas rojas de su cabello con un mullet que SeHun no había visto en demasiados años como para que fuera una moda.

—¿Tienes algún problema? —preguntó con calma, sonriendo de lado con unos labios demasiado rosados. ¿Se los pintaba de ese color? Estos tenían una forma particular, puntiaguda en el arco de cupido, que SeHun se detuvo levemente a mirar. No pudo evitar también notar su aroma dulce. En verdad, el tipo olía tan raro que le hacía querer saltar de su propia piel.

—No es nada. Solo me pregunto cómo harás para manejar esa cosa. Se ve más grande que tú. —Y no era mentira. La ballesta se veía bastante grande entre sus brazos.

El tipo se relamió los labios y ladeó la cabeza, divertido.

—¿Te intimida que la mía sea más grande que la tuya?

SeHun soltó una carcajada, haciendo que el tipo levantara una ceja.

—Esta no es mi arma —explicó, dándole una vuelta entre sus dedos a la estaca que había estado afilando—. De hecho, solo necesito una —añadió, sacando la pequeña navaja que tenía guardada dentro de su guante. En realidad tenía más cuchillos guardados, pero la verdad es que prefería usar sus garras o la navaja antes que ello. Esa navaja tenía muchos usos.

La pequeña mierda soltó una carcajada burlona.

—Vaya, ¿debería felicitarte? Usas la misma navaja con la que me rasuro las bolas. —Le dio una suave palmadita en el brazo.

SeHun frunció el ceño y cerró su navaja. ¿Qué demonios? Ganas de pegarle un puñetazo a esa mierdecilla engreída, no le faltaban.

—Entonces —dijo ChanYeol con su grave voz, interrumpiendo cualquier cosa que pudiera haber dicho. SeHun apartó la mirada a regañadientes, escuchando al tipo soltar un bufido satisfecho—. La base queda a unos cinco kilómetros de aquí. Ya todos tienen los comunicadores de oído; también son interferidores de radares. Significa que no nos podrán detectar cuando nos acerquemos. Usen eso a su favor, pero no se dejen ver por las cámaras de la propiedad; ya estudiaron los planos, así que conocen los puntos ciegos. Sean inteligentes al respecto.

—El plan es simple —continuó JongIn, mirando a su alrededor y haciendo contacto visual con todos—: entrar lo más sigilosamente posible. No queremos que nos detecten hasta que sea demasiado tarde. Necesitamos poder rescatar a la mayor cantidad de rehenes posibles. Hay diez en total, pero hay dos que están ubicados en el último subsuelo y será mucho más difícil llegar a ellos sin ser detectados. Por eso haremos parejas.

—JongIn y yo hemos compartido información sobre nuestros equipos y armamos las parejas que mejor creemos que van a funcionar. Les diré ahora mismo con quiénes irán; no hagan un alboroto al respecto, los elegimos así porque creemos que se complementan de la mejor forma según sus habilidades. Es muy importante que traten lo mejor posible de apegarse a su rol en el plan, sea de rescate de rehenes, obtención de información o ataque a los guardias... —ChanYeol se detuvo a mirar a SeHun—. Y que traten de dejar su orgullo a un lado y tomen las mejores decisiones posibles.

SeHun frunció el ceño, sabiendo que eso último había sido para él. No eran pocas las veces que había terminado actuando por su cuenta en varias misiones. Lo que después hacía que se ganara largas horas de retos de parte de ChanYeol y de su Alfa por ser tan jodidamente arriesgado todo el rato. Por eso últimamente lo había estado evitando, también, porque estaba cansado de que lo regañaran.

Ahora, si lo iban a emparejar con un desconocido... pues el tipo iba a tener que escucharlo. Según ChanYeol le había dicho, el objetivo principal de SeHun era llegar hasta el centro de control, así que suponía que su compañero era el que más sabría de tecnología de los dos para poder acabar con las cámaras de seguridad. Probablemente SeHun se destacaría en la parte de estrategia y fuerza bruta, así que, ¿quién mejor que él para liderar?

—Diré los nombres ahora —dijo JongIn, mirando un pequeño papel que tenía en mano—. SungChan con YoonOh y HyunWoo con HoSeok, ustedes van a encargarse de los rehenes de la primera planta y tratarán de conseguir información en los laboratorios. EunWoo y MoonBin, junto con RoWoon y ZuHo irán contra los guardias de los alrededores y ayudarán al resto a sacar a los rehenes. Una vez acaben, cuando oigan la señal de SeHun y BaekHyun desde el centro de mando, bajarán a llevarse al resto de los rehenes del primer subsuelo mientras los demás montan guardia en el punto de encuentro. En total solo nos quedarían los dos rehenes del segundo subsuelo. ChanYeol y yo iremos allí... deberíamos estar saliendo para el momento en que todos ustedes logren reunirse con SeHun y BaekHyun después de que ellos hayan logrado bajar la mayor información posible.

Los Delta asintieron, cada uno comprendiendo su parte del plan. SeHun estaba seguro de que todo saldría bien. En su equipo eran todos capaces, y el otro, bueno, ya lo verían, pero generalmente había estándares para convertirse en un lobo Delta, por lo que estaba seguro de que el Concejo de Lobos no los había emparejado con un equipo incompetente. Además, si ChanYeol había decidido confiar en JongIn y su equipo, él también lo haría. SeHun confiaba plenamente en el juicio del líder de los Delta de su manada.

—Entonces, ¿quién es este SeHun con el que me emparejaron? —La voz del hombrecito a su lado lo sacó de sus pensamientos.

SeHun frunció el ceño y se giró hacia él.

¿Lo habían emparejado con esa cosita? No podía pesar más de sesenta kilos. Un puñetazo de ese tipo no le produciría absolutamente nada a él. Y los cazadores, si por algo se caracterizaban, era por ser jodidamente gigantes como ellos —aunque bueno, con la desventaja de no poder convertirse en lobos y un adorno de fuerza sobrenatural extra—. BaekHyun no tendría ni para empezar contra uno.

—Soy yo.

El tipo giró sobre sus talones para verlo desde su pequeña estatura; el tipo debía llegar al metro setenta con suerte sobre tacones. SeHun alzó una ceja para provocarlo cuando la mierdecilla le mantuvo la mirada con desafío.

—¿Sabes algo de tecnología? —preguntó con aires de superioridad BaekHyun.

—¿Sabes algo de combate?

—Oh. Sé mucho más de lo que tú crees.

SeHun se aguantó las ganas de darle un golpecito en el medio de la frente. En cambio, solo soltó una carcajada incrédula.

—No podrías matar ni a una mosca. Con esa estatura te perderás entre los yuyos del bosque.

Un sonrojo trepó por la cara del lobito, pero no se dejó intimidar.

—Y yo que pensaba que los machos Alfa con un cerebro como nuez ya estaban extintos. ¡Al parecer no!

—Pues este macho Alfa será el que te salve el trasero allá afuera cuando no puedas defenderte de los cazadores —dijo SeHun, cruzándose de brazos en su postura más intimidante—. Me agradecerás luego. Así que déjame hacer el trabajo a mí, ¿sí? No queremos que se te arruinen las mechas. Tú encárgate de hacer lo que sea que tienes que hacer con la computadora, y yo me encargaré de que nadie salga lastimado.

—Pff, eres aún más imbécil de lo que pensaba —soltó BaekHyun por lo bajo antes de tomar una gran respiración. Le dedicó una dulce sonrisa con el rostro recompuesto—. Perfecto. Será como tú quieras, oh lobo todopoderoso. Pero cuando yo termine salvando tu trasero más tarde, tendrás que besarme los putos pies.

—Como si eso fuera a pasar —se burló.

—¿Tienes miedo de que termine sucediendo?

SeHun frunció el ceño ante la provocación. Aún no había comenzado la misión y este tipo ya lo tenía con ganas de ahorcarlo. Esos ojos verdes no deberían haberse visto tan jodidamente burlones.

—No tengo miedo. Solo digo la verdad: no sucederá.

—Entonces no hay problema si juras que me besarás los pies si te llegara a salvar el trasero, porque según tú, no hay forma de que pase, ¿verdad?

El tipo tenía un punto, pero era esa forma segura de sí mismo en la que hablaba que molestaba a SeHun a niveles estratosféricos. ¿Qué diablos se creía? Con suerte le llegaba al hombro poniéndose de puntitas de pie.

—Está bien. Si me llegas a salvar, te diré gracias y te besaré los pies —dijo, divertido—. Ahora recoge tu ballesta y vamos a ponernos en marcha.

—Claro, capitán. —BaekHyun finalmente cortó el intenso contacto visual para obedecer con una mueca burlona en el rostro.

—¿Todos listos? —se escuchó la voz de ChanYeol tras unos momentos, cuando todos ya estaban totalmente equipados y de pie en el borde del claro.

Los Delta asintieron, y SeHun notó un tirón de adrenalina sacudiendo su cuerpo. Sintió el olor a adrenalina y excitación en el aire, pero ese olor dulzón que desprendía BaekHyun tenía sus fosas nasales saturadas. No era un olor feo, pero era jodidamente molesto que el olfato de SeHun pareciera ser en lo único que podía concentrarse.

—Esto será muy divertido —dijo BaekHyun detrás suyo, cuando SeHun comenzó a andar hacia el follaje espeso del bosque.

Él estuvo muy tentado a objetar.









Ufff, después de un buen tiempo entre bloqueos y tareas vengo a compartir una nueva historia. Hoy la terminé y decidí subirla ya que solo me queda corregir algunos detallitos de la trama, ya no quería que esperaran más. Les presento a mi bebé con el que vengo trabajando hace varios meses ya, no podía sacarme la idea de la cabeza y al fin la pude terminar!! 

Ojalá les haya gustado este primer capítulo y se queden con ganitas de más, como ven no es exactamente un Omegaverse pero va a tener algunas cosas de este género y todo va a ser explicado a su debido tiempo, por eso no incluí ninguna guía al principio.  Ojalá amen a mis SeBaek gruñoncitos tanto como yo jeje

Les mando un abrazo y un besote enorme, cuídense mucho y nos leemos pronto uwu

Con amor, Pilusa

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