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Ver las estrellas era un pasatiempo que me gusta hacer con frecuencia.

Naturalmente lo hago solo pero a mi lindo Jungkook siempre le gusta acompañarme, aunque a él le resulte aburrido ver un montón de puntos en el cielo.

Aprecio que aun que no le guste se mantenga a mi lado, acurrucado en mi pecho, los dos en el jardin de mi casa.

- Jinnie me das un beso - la voz de Jungkook irrumpe el silencio en el que estábamos.

Yo sonrío con dulzura y atrapó su rostro para darle un beso en su bonita frente.

Cuando me alejo veo como hace un pequeño puchero de molestia.

- No ahí, Jinnie quiero un beso en los labios - dice con voz dulce.

Suelto una carcajada al ver que me hace ojitos para que seda en darle un beso.

- Aun eres un niño, los niños no pueden dar besos en los labios - le digo dándole pequeños besitos en sus cachetes.

Aunque en realidad muero por darle un pequeño beso.

- ¡Eso no es justo! Eres mi omega y mi futuro esposo que tiene eso de malo.

Yo niego con la cabeza y el pequeño niño hace una pequeña pataleta que me provoca risa y dulzura al mismo tiempo.

- Cuando cumplas dieciséis te besaré en los labios - cedo

Mi condición era que cuando cumpliera los dieciocho lo besaría pero se que va a hacer otra pataleta y la verdad es que yo suelo cumplir muchos de sus caprichos.

- ¡Pero falta mucho!

- Tendrás que esperar- le digo con firmeza.

Puedo ver sus ojitos tristes mirándome con anhelo y eso hace que mi corazón se derrita.

- No me hagas esa carita Jeon Jungkook.

Jungkook se ríe porque sabe como manipularme.

- Esta bien, esperare Jinnie.

Diosa Luna, amo tanto a este niño, por favor no lo alejes de mi lado y Diosa quiero que pase rápido el tiempo.