⋆┊ ┊ . ┊ . ┊✩.𝕺𝖒𝖊𝖌𝖆𝖛𝖊𝖗𝖘𝖊 ✫ ┊° ☪⋆ ✯. • ° ⋆ ┊

"Un bosque natural por fuera, una fantasía dentro".

Se dice que en el tiempo de los antiguos hombres, pobladores indios que viajaban sin detenerse de un lugar a otro, nació un pequeño de piel dorada, cabellos y ojos miel; su piel detallada con escritura antigua como tatuajes naturales sobre sí mismo. Entre las muchas leyendas, se dice que este pequeño era descendiente del dios Layn, una antigua divinidad licántropa que existió en el comienzo del universo, cuando la tierra fue formada para darle vida a sus cachorros. Los indios de piel blanca, y mal llamados indios por descender de pobladores nómadas, lo hicieron su rey; ya que, a pesar de tener solo meses de nacido, este niño creció y se encabezó como el líder alfa de la manada. No era una raza de lobos; sin embargo, descubrieron que esas líneas en su cuerpo contaban la historia en antiguas lenguas ya desaparecidas: "del dios Layn y su mujer Geléa". Sobre su piel ya hacía la razón de su nacimiento y crecimiento descomunal en solo meses. Él no era un hijo indio, sino una encarnación de la raza licántropa, mandado a la tierra a concebir hijos para darle pie a la nueva raza.

Dentro de esta nueva raza que eran descendientes completamente licántropos, nacieron los Alfa lideres por nacimiento y encargados de hacer que la manada subsistiera con hijos, los beta aquellos que defendían a la manada y siempre andaban en cuadrillas de 4 o 6 lobos de un lado a otro, tenían fuerza, belleza y su carácter siempre era chocante y explosivo, su función no era engendrar sin embargo estaban sujetos a todos los cambios hormonales que experimentaban por lo que se volvían peligrosos en su celo y en el celo de los mas pequeños; los Omega; estos pequeños hombre o mujer tenían la capacidad de engendrar cientos de cachorros; Vivian décadas, y no morían, el dios Layn por ser generadores de vida y preservación de la especie decían las historias que trascendían a la inmensidad como semidioses, venerados, alabados y perpetuados como la principal razón de la existencia licántropa; la representación del amor entre un alfa y un Omega aquí en la tierra debía asemejar el amor entre los antiguos dioses Layn y Geléa; si ese amor no se daba solo entonces el camino de ese matrimonio duraría incluso milenios hasta que su amor fuera incendiado por la convivencia entre los dos; si el matrimonio se celebraba por amor los moños de la fiesta eran rojos representando la unión de la sangre real; pero si esta unión era forzada, lo único que celebraban era la oportunidad que les daban de poder tener una relación estable.

Pero de esas viejas historias ya no quedaba mas que un nombre y una manada alejada de la humanidad; en los grandes bosques donde la inmensidad de la tierra comenzaba a ser poblada y reconstruida avanzando milenios por el tiempo llegamos a la época actual; donde los humanos contaban leyendas de los indios licántropos; donde el nombre del antiguo dios Layn solo se había guardado para dale nombre a un bosque que se caracterizaba por sus arboles frondosos y gruesos estudiados y datados del comienzo de la vida gracias a la ciencia, es decir un bosque que se mantenía igual desde el comienzo de la tierra y de las manadas nada, por las noches era común escuchar a los lobos cantarle a la luna, no se les veía cerca de la reserva humana; eran salvajes y peligrosos y a pesar de que los libros contaban historias y de que los ancianos contaban sus leyendas nunca nadie llego a ver que un lobo se convirtiera en un humano y que un humano dejara su forma y cambiara a lobo; puras historias del folklore tradicional.

—Abuela, debo irme, ¡voy tarde! —JungKook era hijo único, dejado al cuidado de su abuela por sus padres; iba en la preparatoria, por lo que a su edad era común que empezara a experimentar la adolescencia, cambios de humor, cambios físicos, cambios hormonales, altibajos de la edad.

Nunca fue un niño problemático, era travieso y tenia su propio genio, nadie le hacia frente cuando estaba molesto, pero aun así mientras estaba en completa calma era muy susceptible a que lo golpearan y le hicieran bullying, la abuela consolaba al pequeño cuando lloraba por esa razón, y a pesar de que había muchos niños y niñas bonitas el nunca había sentido el amor que los demás ya habían sentido, ni experimentado el deseo carnal que otros ya habían vivido, era un alma pura; pero siempre que un alma pura vive, el destino se encarga de corromperla y modificarla a su antojo; la abuela sabia que su descendencia era licántropa, sus abuelos le contaban historias del bosque de Layn, le decían que allí era el bosque sagrado de los lobos, que ellos descendían de esas raíces a pesar de que nunca vieron a ninguno y que se criaron por completo en la ciudad, su abuela siempre advertía a jungkook desde muy pequeño.

—Jungkook, no demores en el regreso a casa; no hables con extraños ni te metas en problemas y por nada del mundo...

—Cruzo la división entre el bosque y la ciudad; lo sé, abuela, debo irme.

Jungkook desde pequeño amo las historias de indios y lobos, su cuarto era una representación de lo mucho que le gustaban estas historitas, pues hacia murales enteros contando las leyendas del amor entre layn y Geléa; murales enteros para su escuela; cuando había una exposición y venían de otros lugares a visitar el folklore y la cultura de ese lugar; el bosque de layn era la máxima atracción por sus incontables leyendas he historias; desde la desaparición de hombres y mujeres, el avistamiento de lobos gigantes, haber escuchado danzas y música por la noche entre otras mas; kook era fiel seguidor de esas historias paranormales, sin embargo siempre hubo un respeto a no cruzar esa línea que dividía la ciudad del bosque; y donde descansaban grandes laminas que decían:

"Conserve su distancia, regrese a la ciudad", o "zona protegida, riqueza cultural, no entrar", y entre los lugareños "Si no quieres que el alfa de la línea Layn te tome como ofrenda, no cruces esa línea".

De día el bosque era armonioso y lleno de vida, pero de noche contaba una historia distinta; se veía tétrico y obscuro, el viento que colaba entre las copas era como si gritaran los lamentos de las personas que se perdían allí. Ese día Kook no lo olvidaría jamás, pues a pesar del miedo y las advertencias de su abuela, cruzó la línea y se internó corriendo al bosque sin detenerse; pero para entonces tenemos que explicarte por qué estaba en esa situación.

—Tomen asiento, jóvenes, hoy hablaremos de la raíz cuadrada...

—¡Hey!¡Hey , Kook! ¡¿ Qué tal la gallina ciega de tu abuela, eh?! —Jeon cerró los ojos y no hizo caso, siguió mirando al frente.

—¡Parece que venimos de humor para aguantar un poco más que otros días, eh , Jung!

—Déjame escuchar la clase, Park; el que tú seas un idiota no debe hacerme igual a ti.

Los amigos Park y Wang se miraron intercambiando señas. El resto de la clase pasó normal; incluso el resto del día pasó normal, hasta la salida, cuando Jeon iba de salida y fue jalado a la parte trasera de los salones; de nuevo Wang, Park y se les había unido Jesse, el perro faldero de los primos.

—Muchachito de cabellos negros; ¿qué dijiste sobre los idiotas como yo? —Park se reía mientras subía su suéter para no mancharlo de tierra o sangre.

—Vete a la mierda, Park, déjame en paz.

El primer golpe llego y lo dejo sin aire; se removió en el piso y sintió lagrimas en sus ojos; acto seguido una lluvia de golpes dados en todo el cuerpo por parte de los tres; pensó que moriría o quedaría inmóvil por días, cuando un maestro los vio y entonces se detuvieron, tiempo que aprovecho para echar a correr por las calles sin detenerse, su cuerpo dolía y sangraba pero solo estando en casa estaría a salvo de esos tres, que año tras año desde muy pequeño lo acosaron de esa manera; lo alcanzaron cuadras mas adelante cerrándole el paso, el único lado libre era el que daba al bosque; entonces sin detenerse sintió como una fuerza lo llamaba a adentrarse; jalado por el miedo esa inquietante sensación fría que lo envolvía comenzó a correr bosque dentro; escucho como lo llamaban pero el no se detuvo siguió corriendo hasta quedar de frente en la ultima barrera de advertencia al bosque "por tu propio bien, regresa".

"Jeon Jungkook, serás comida de lobos, imbécil, ¡vuelve aquí!"

"Regresa aquí, pequeño, estábamos jugando".

"Como te ponga las manos encima, lo pagarás, Jeon".

Los escucho gritar a lo lejos; y se dijo a si mismo "nunca volverás a tocarme"; diciendo esto cruzo la línea divisoria entre el mundo humano y el mundo salvaje, se detuvo cuando a su alrededor era solo arboles; y entonces pudo escucharlos, un fuerte rugido y patas corriendo a su alrededor, "cuando un lobo caza, da vueltas a su presa antes de saltar sobre el y morder su cuello", no se quedo ni un poco, recordando las palabras de la abuela echo a correr sin detenerse tan rápido como se lo permitían sus golpes, detrás de el rugían, feroces, con el hocico lleno de colmillos afilados, grandes perros lo seguían, llego a donde caía un precipicio, se detuvo llorando del miedo y continuo por esa orilla; a lo lejos se escuchaba el agua caer; si había agua había un camino que seguir; los perros se perdieron por un momento en que ya no lo escucharon, a paso lento y moviéndose entre los arboles Jeon huía de ese lugar.

"El bosque de Layn es mágico; una vez que entres, tu cuerpo se expondrá a cambios que no verás, pero sí sentirás".

Su miedo lo hizo comenzar a escuchar voces en su cabeza: "alerta, peligro, alerta, peligro". Estaba delirando, resbaló, golpeándose la cabeza y sangrando; en cuanto se percató del sangrado abundante, escuchó el aullido de un lobo. Su piel se tensó y sintió un espasmo de miedo en su espalda. Levantó la mirada y allí estaban siete lobos hambrientos esperando cualquier movimiento; no podía más. Comenzó a arrastrarse y a tratar de levantarse, pero fue en vano; no se perdió como los perros negros que se echaron a correr sobre él, pensando que lo morderían; lo único que sintió fue el fuerte arrastre por la espalda y un lobo blanco con café estaba frente a él, protegiéndolo cual bestia a sus crías.

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Mi Omega es...... <3<3<3<3<3<3<3