ᐢ..ᐢ ' 08
Capítulo 8
La tercera semana del cortejo marcaba el inicio del elemento tierra, el pilar de la vida, la estabilidad y la confianza. También era un símbolo de fertilidad, algo que hacía que Minnie estuviera aún más nervioso. Taehyung le había explicado que este momento no solo implicaba respeto, sino también el inicio de una conexión más profunda entre sus cuerpos y almas.
Minnie estaba sentado en la sala, envuelto únicamente en una bata ligera que dejaba su piel expuesta al aire fresco. Su mente estaba llena de pensamientos inquietos, pero la tranquilidad de la cabaña ayudaba a calmarlo. Bajo la bata, estaba completamente desnudo, un símbolo de vulnerabilidad y confianza. Respiró hondo, repitiéndose las palabras de Taehyung:
"El respeto hacia tu alfa comienza con la aceptación de tu propia fragilidad. Mostrarte primero no es debilidad, es fortaleza."
El sonido de pasos firmes lo sacó de sus pensamientos. La puerta se abrió, revelando a Jungkook en una bata similar, una bandeja de alimentos frescos en sus manos. El alfa se veía imponente pero tranquilo, su presencia llenando la habitación con un aura reconfortante. Minnie no pudo evitar liberar un poco de su aroma, una mezcla de nervios y ansiedad que Jungkook captó de inmediato.
El alfa dejó la bandeja sobre la mesita y se sentó junto a Minnie sobre las almohadas suaves, observándolo con una mirada cálida y paciente.
-Necesito que estés cómodo, omega, -dijo Jungkook mientras liberaba sus feromonas calmantes.
Minnie cerró los ojos, dejando que el efecto lo envolviera.
-Solo estoy nervioso, -confesó con una sonrisa tímida-. Pero me siento seguro contigo.
Jungkook asintió, su sonrisa reconfortante parecía disipar la tensión en el aire.
-La tierra es un elemento vital, -explicó el alfa, su tono profundo pero sereno-. Representa respeto, estabilidad, fertilidad y confianza. Hoy nos conoceremos más, física y emocionalmente, pero siempre con respeto.
Jungkook hizo una pausa y tomó un respiro antes de continuar.
-Tenemos alimentos de la tierra para honrarla. Frutas y vegetales que nos conectan con ella y nos recuerdan su importancia.
Minnie escuchó en silencio, asintiendo suavemente.
-Es hora, omega, -dijo Jungkook con seriedad-. De mostrarnos tal como nos trajo la madre luna a la vida.
El corazón de Minnie latía con fuerza, su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración. Recordó el consejo de Taehyung: "Tienes que ser el primero, mostrarte ante tu alfa como señal de respeto y confianza."
Con manos temblorosas, Minnie desató el nudo de su bata y se levantó lentamente. Jungkook lo observaba expectante, sus ojos dorados brillando con una mezcla de admiración y paciencia. Con un leve movimiento, la bata cayó al suelo, dejando al omega completamente expuesto. Minnie apretó los puños y cerró los ojos, su rostro encendido en un sonrojo profundo.
Jungkook desvió la mirada por un momento, demostrando respeto. Luego, se levantó y dejó caer su propia bata. Su cuerpo era grande y fuerte, lleno de cicatrices que narraban historias de liderazgo y protección. Ambos estaban completamente desnudos ahora, sus diferencias físicas evidentes, pero sus corazones latiendo en sintonía.
-Tomemos asiento, -dijo Jungkook con suavidad, rompiendo el silencio.
Tomó una manta y cubrió con ella la parte baja de ambos, respetando la vulnerabilidad del momento. Minnie soltó una risa nerviosa, llevándose una mano al rostro.
-Perdón, -dijo apenado-. No puedo controlar lo que siento. Sé que lo percibes.
Jungkook tomó su mano y la sostuvo con firmeza pero ternura.
-No te preocupes, omega. La base de todo esto es el respeto, y lo estás haciendo bien.
La bandeja con alimentos fue colocada entre ambos. Jungkook tomó una fresa y la acercó a los labios de Minnie, quien la aceptó con gusto. La dulzura del fruto llenó su boca, y por un momento, se olvidó de los nervios.
Uno a uno, Jungkook le ofreció frutas y vegetales, cuidando de alimentar a su omega con paciencia. Minnie aceptaba todo lo que venía de las manos del alfa, sintiendo cómo la confianza y la conexión entre ellos se fortalecía con cada gesto.
Ambos eran conscientes de la atracción física y del deseo que comenzaba a florecer, pero ninguno cedió a la lujuria. Este momento era sagrado, un paso importante en su vínculo, y debía estar guiado por el respeto mutuo.
El alfa rompió el silencio con una confesión inesperada.
-Quiero tener una familia, Minnie. -Su tono era suave, pero las palabras llevaban un peso significativo.
Minnie, quien sostenía un pequeño tazón con tomates cherry, lo miró con sorpresa antes de bajar la mirada.
-Necesito saber qué opinas sobre eso, -continuó Jungkook, observándolo atentamente-. Tenemos que estar en la misma sintonía sobre nuestro futuro como alfa y omega.
El omega jugueteó con el borde del tazón, su corazón latiendo con fuerza al escuchar las palabras que había anhelado toda su vida.
-Cuando fui aislado de mi manada, -comenzó, su voz baja pero firme-, pensé que nunca tendría una familia.
Hizo una pausa, sintiendo cómo sus emociones se acumulaban en su pecho. Levantó la mirada, encontrando los ojos de Jungkook llenos de paciencia y amor.
-Pero... ahora, contigo, mi omega y yo anhelamos un cachorro. -Su voz tembló un poco, pero continuó-. Uno, dos... o tres, -rió nervioso, llevando una mano a su rostro para ocultar el rubor.
Jungkook sonrió suavemente, esperando a que Minnie terminara.
-Quiero un hogar, -dijo finalmente el omega, su voz cargada de emoción-. Quiero formar el hogar que siempre soñé, el que a mí me hubiera gustado tener.
Jungkook extendió su mano y tomó la de Minnie, entrelazando sus dedos.
-Lo tendremos, -prometió el alfa, su voz resonando con convicción-. Juntos.
ᐢ..ᐢ
La noche había caído rápidamente, envolviendo la cabaña en una tranquilidad que solo era interrumpida por el suave sonido de los grillos. La luz de la luna se filtraba a través de las ventanas, bañando el lugar con su resplandor plateado. Minnie estaba recostado sobre el pecho de Jungkook, ambos desnudos bajo la manta que compartían. El cuerpo pequeño y cálido del omega se acomodaba perfectamente sobre el del alfa, que acariciaba sus orejas con una ternura que contrastaba con su imponente naturaleza.
Minnie dormía profundamente, su respiración era suave y relajada. Jungkook no podía conciliar el sueño, pero no le molestaba. Su mirada estaba fija en el omega, observando cada detalle de su rostro. Las orejas de Minnie, siempre tan expresivas, ahora estaban relajadas, caídas a los lados. Sus labios abultados y ligeramente entreabiertos lo hacían lucir vulnerable, casi angelical.
El alfa sonrió, su otra mano dibujando círculos en la delicada piel de la cintura y la espalda desnuda de Minnie. El simple acto de tocarlo era suficiente para calmar cualquier tormenta en su mente.
-Te amo, -susurró Jungkook, sin darse cuenta de que lo había dicho en voz alta.
El sonido de sus propias palabras lo sorprendió, pero no las lamentó. Eran sinceras, un reflejo de lo que su corazón había estado gritando desde hace días.
Minnie se removió ligeramente, presionándose más contra el pecho de Jungkook, como si buscara más calor.
-Te amo, alfa, -murmuró el omega, con los ojos cerrados pero una sonrisa en los labios.
Jungkook parpadeó, atónito por la respuesta. Su corazón dio un vuelco, y sus labios se curvaron en una sonrisa cálida.
-¿No estabas dormido, omega? -preguntó con suavidad, su voz teñida de diversión.
Minnie abrió lentamente los ojos, su mirada soñolienta pero llena de ternura.
-Solo tenía los ojos cerrados, -respondió con un suspiro, pasando su mano pequeña por el pecho musculoso del alfa-. Eres calentito.
Jungkook rió entre dientes, un sonido bajo y reconfortante que vibró en su pecho.
-¿Calentito? -repitió, arqueando una ceja.
-Mucho, -dijo Minnie, con una sonrisa traviesa. Se acomodó mejor, apoyando su barbilla en el pecho del alfa para mirarlo directamente a los ojos-. Es fácil dormir contigo, Jungkook.
El alfa soltó un suspiro, acariciando la mejilla de Minnie con sus nudillos.
-Quiero que siempre te sientas así conmigo, omega. Seguro, tranquilo, amado. -Su voz era un susurro, cargada de emoción.
-Ya me haces sentir así, -confesó Minnie, sus ojos brillando con sinceridad-. Nunca pensé que sería capaz de amar tanto a alguien.
Jungkook tragó saliva, sintiendo que las palabras del omega llegaban directamente a su corazón. Por un momento, ninguno de los dos dijo nada más. Solo se miraron, compartiendo un silencio lleno de promesas que no necesitaban ser dichas en voz alta.
El alfa rompió el contacto visual solo para inclinarse y besar suavemente la frente de Minnie.
-Duerme, conejito, -murmuró contra su piel-. Mañana será un nuevo día, pero esta noche quiero que solo pienses en lo mucho que te amo.
Minnie cerró los ojos de nuevo, su sonrisa aún presente mientras el sueño lo reclamaba por completo. Jungkook continuó acariciándolo, dejando que la paz que Minnie le brindaba lo envolviera finalmente.
Esa noche, mientras la luna vigilaba desde lo alto, el vínculo entre el alfa y el omega se fortaleció aún más.
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