ᐢ..ᐢ ' 05
Capítulo 5
El sol se filtraba a través de las copas de los árboles, iluminando la aldea con un calor suave y reconfortante. La atmósfera en la manada era tranquila, casi festiva, algo poco habitual para un grupo conocido por su naturaleza feroz. Todo el mundo sabía que algo estaba cambiando: el alfa líder, siempre estoico y reservado, ahora lucía una expresión diferente, más cálida, especialmente cuando el pequeño conejo estaba cerca.
Jungkook se encontraba en un claro del bosque junto a Yoongi, su segundo al mando y confidente de años. Sentado sobre un grueso tronco caído, el alfa observaba a la distancia. Sus ojos dorados seguían cada movimiento de Minnie, quien reía alegremente con un grupo de omegas cerca del río. El sonido de sus carcajadas parecía calmar incluso al tigre que rugía en su interior.
-Entonces, ¿todo va en serio? -preguntó Yoongi, rompiendo el silencio.
Jungkook asintió, recostándose contra el tronco. Su mirada no abandonó al omega ni por un segundo.
-Sí. Todo es nuevo, Yoongi, pero estoy completamente seguro de que lo quiero. Mi alfa, mi tigre y mi lado humano... los tres lo eligen a él.
Yoongi dejó escapar una risa suave, cruzando los brazos sobre su pecho.
-Jamás pensé verte de esta manera. Tú, el alfa más terco y frío, ahora pareces un adolescente enamorado.
Jungkook se encogió de hombros, una sonrisa curvando sus labios.
-Es extraño incluso para mí, pero todo cambió cuando él llegó. Minnie... es diferente. Es como si hubiera traído una parte de mí que ni siquiera sabía que existía.
Yoongi dirigió su mirada hacia el omega. Minnie estaba inclinado sobre una canasta, eligiendo frutas frescas, mientras los otros omegas lo ayudaban con entusiasmo. El conejito sonreía constantemente, y su presencia irradiaba una dulzura que incluso los miembros más rudos de la manada no podían ignorar.
-La manada ya lo aceptó, ¿sabes? -comentó Yoongi, volviendo a mirar a su amigo-. Ese pequeño se hace querer bastante rápido.
Jungkook asintió, el orgullo evidente en su rostro.
-Lo sé. Y quiero hacer las cosas bien con él.
-¿Cuándo empezarás el cortejo?
-La próxima semana. Quiero que sea especial. Minnie merece lo mejor, y planeo dárselo.
Yoongi le dio una mirada evaluadora antes de asentir con aprobación. El alfa realmente estaba decidido, y eso era algo digno de admirar. Su conversación fue interrumpida cuando el propio omega se acercó, cargando una pequeña canasta llena de vegetales y frutas.
-Hay un pequeño huerto en la aldea. Danna-eh me dio mucho alimento -dijo Minnie con una sonrisa radiante.
Sacó un tomate de la canasta y lo extendió hacia Yoongi.
-Nah, prefiero la car... -Yoongi detuvo sus palabras al notar la mirada seria de Jungkook, quien soltó un gruñido bajo en señal de advertencia. Con una risa nerviosa, Yoongi tomó el tomate y lo mordió-. Pero claro, me encantan los tomates. Gracias, Minnie.
Con una leve inclinación de cabeza, Yoongi se retiró, dejándolos a solas.
Minnie lo miró, alzando una ceja.
-Grosero -le dijo en tono de broma, pero su sonrisa mostraba que no estaba realmente molesto.
Jungkook rodó los ojos, tomó la canasta de las manos del omega y la colocó a un lado. Luego, sin previo aviso, lo sujetó de la muñeca y lo atrajo hacia él. Minnie, sorprendido, quedó a solo unos centímetros del pecho del alfa, su corazón latiendo con fuerza.
Jungkook inclinó la cabeza hacia el cuello del omega y aspiró profundamente. El aroma a lavanda, que parecía ser exclusivo para él, llenó sus sentidos. Era un privilegio que el tigre dentro de él nunca daba por sentado. Liberó sus feromonas, envolviendo a Minnie en un aura cálida y protectora.
-La próxima semana empezaré a cortejarte, omega. Sé paciente, por favor.
El conejito sonrió, asintiendo con timidez.
-Sé que será perfecto.
Jungkook posó las manos en la cintura de Minnie, sus dedos acariciando y apretando suavemente. El omega tembló ligeramente bajo su toque, pero no se apartó. De hecho, su cuerpo parecía relajarse, como si estuviera exactamente donde debía estar.
El alfa no podía apartar los ojos de él. Minnie era tan pequeño, tan frágil, y a la vez tan perfecto. Su rostro, siempre dulce y sereno, contrastaba con los labios rosados que tanto llamaban su atención. Los había probado una vez, pero esa experiencia fugaz había bastado para volverse una obsesión.
-Bésame, omega -murmuró Jungkook.
El rostro de Minnie se encendió en un tono escarlata. Miró alrededor, notando que algunos miembros de la manada pasaban cerca. Nunca antes habían mostrado afecto frente a los demás, y la idea lo hacía sentirse vulnerable.
-Por favor -insistió Jungkook, su voz suave pero firme.
Las manos de Minnie temblaron un poco, pero se alzaron para tomar el rostro del alfa. Sus dedos acariciaron las mejillas de Jungkook, quien cerró los ojos, ronroneando como un gatito satisfecho.
El omega sonrió ante el sonido y, con una valentía inesperada, se inclinó hacia adelante para rozar sus labios con los del alfa. Fue un beso breve, tímido y lleno de nervios. Pero cuando Minnie intentó apartarse, Jungkook fue más rápido, sosteniéndolo con firmeza y profundizando el contacto.
El mundo a su alrededor desapareció. Solo existían ellos dos.
ᐢ..ᐢ
El fuego en la chimenea crepitaba suavemente, llenando la cabaña con una calidez acogedora. La luz anaranjada iluminaba a los dos híbridos en el sofá. Minnie estaba acurrucado contra el pecho de Jungkook, con una manta ligera cubriéndolos. El omega sostenía una taza de té caliente entre sus manos, mientras Jungkook leía en voz baja un libro que habían estado compartiendo.
El alfa tenía una mano apoyada en el lomo del omega, acariciando suavemente las orejas de conejo que siempre reaccionaban con leves movimientos a su toque. Minnie dejó escapar un bostezo, sus párpados comenzando a caer mientras se acomodaba más en el pecho de Jungkook.
-Deberías descansar, omega -murmuró el alfa al percatarse de que la respiración de Minnie se hacía más lenta. Cerró el libro y estiró sus brazos hacia arriba, dejando la manta a un lado.
Sin embargo, Minnie no se movió. En lugar de levantarse, se acomodó de nuevo en el pecho del alfa, apoyando su mentón sobre él y mirándolo con esos grandes ojos llenos de luz. Jungkook lo observó en silencio, una leve sonrisa formándose en su rostro antes de besar la frente del omega con ternura.
-¿Pasa algo? -preguntó con curiosidad, al notar que Minnie no parecía dispuesto a separarse.
El conejito negó lentamente.
-Nada. -Cerró los ojos un momento cuando Jungkook apartó con cuidado un mechón rebelde de su cabello-. Solo quiero quedarme aquí, contigo.
La sinceridad en sus palabras hizo que el corazón de Jungkook diera un vuelco. Su omega, que siempre había sido tan tímido y reservado, parecía cada vez más cómodo en su presencia.
-¿Ya no eres tan tímido, omega? -bromeó Jungkook con un tono divertido, inclinando la cabeza para observar mejor al conejito.
Las mejillas de Minnie se encendieron como fuego, el sonrojo extendiéndose hasta la punta de sus orejas.
-No digas tonterías -murmuró, escondiendo rápidamente el rostro en el pecho del alfa para evitar su mirada.
Jungkook soltó una carcajada sonora, el sonido profundo llenando la habitación.
-No te escondas, quiero ver tu rostro.
Minnie dudó unos segundos antes de salir de su escondite, sus ojos brillando con un destello tímido. Jungkook lo tomó suavemente del mentón, inclinándose hacia él. Sus labios quedaron a solo un suspiro de distancia, y el omega contuvo la respiración, su corazón latiendo con fuerza bajo el peso de la mirada intensa del alfa.
Jungkook no necesitó decir nada más. Su tigre rugía con desesperación, exigiendo lo que había esperado pacientemente desde que Minnie llegó a su vida. La conexión entre ambos era tan palpable que el aire parecía vibrar a su alrededor.
Pero esta vez, fue Minnie quien tomó la iniciativa. Con un valor repentino, cerró la distancia y unió sus labios a los del alfa en un beso que comenzó suave, casi tímido. Jungkook no tardó en responder, tomando el rostro del omega entre sus manos y profundizando el contacto.
El beso evolucionó, volviéndose más intenso y apasionado. La lengua del alfa exploró con devoción, saboreando a su omega como si estuviera marcado por las estrellas. Minnie dejó escapar un pequeño jadeo, sus manos temblorosas aferrándose a los brazos de Jungkook mientras este lo recostaba con cuidado sobre el sofá.
Jungkook se posicionó encima de él, sin dejar de besarlo. Su peso era imponente, pero sus movimientos eran tan cuidadosos como si el conejito fuera una pieza frágil de cristal.
-Alfa... -susurró Minnie contra sus labios, su voz temblando de deseo y emoción.
El rugido del tigre en el interior de Jungkook resonó más fuerte, alentado por esa única palabra que lo hacía sentirse más vivo que nunca. Pero Jungkook sabía que aún no era el momento. A pesar del fuego que ardía en ambos, quería esperar. Quería que todo fuera perfecto para su omega.
Con un último beso, lleno de promesas silenciosas, Jungkook se apartó ligeramente, sus ojos dorados brillando con una mezcla de amor y deseo.
-Descansemos, omega -murmuró con suavidad, acariciando la mejilla de Minnie antes de alzarlo en sus brazos.
Minnie lo miró con sorpresa, pero no dijo nada. Sus brazos rodearon el cuello del alfa mientras este lo llevaba a la habitación. Era la primera vez que compartían la cama, un paso importante en su relación, aunque ninguno de los dos se atrevía a mencionarlo.
Jungkook colocó al conejito con cuidado sobre el colchón antes de acostarse a su lado. Minnie se acurrucó instintivamente contra su pecho, buscando el calor y la seguridad que el alfa siempre le ofrecía.
Aunque su cuerpo y su corazón deseaban ir más allá, Minnie sabía que Jungkook esperaría hasta después del cortejo. Y eso solo hacía que lo amara más.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro