Recuerdos amargos y promesas
Fallidas

Decir que estaba mal era poco.

Tal vez fue una mala idea entrar a esa antigua habitación, ya que ahora el alfa se encuentra con más de una botella de alcohol en sus manos.

No sabía en qué momento su vida se volvió una mierda, no sabe en qué momento todo se derrumbó.

Se acuerda como pensó que su vida iba a ser un cuento de hadas, recuerda todas las veces que se prometió a si mismo que el no iba a ser como su padre, el sería un buen padre, y sería un excelente alfa para su omega.

Sería cariñoso como su padre nunca lo fue, sería comprensivo, y sobretodo amoroso como su padre nunca lo fue, el si dejaría vestir a su hijo de los colores que el quisiese, le dejaría jugar lo que el quiera, sería divertido con el, le hubiese enseñado como hacer hermosos dibujos, y el sería el primero en decirle que estaban preciosos, nunca usaría la voz de Alfa con él.

El quería ser todo lo que su padre no fue

Si, tal vez era su culpa.

Ya no le importaba nada.

Jisung había conseguido un trabajo en una cafetería, estaba aburrido de estar todo el tiempo en el departamento de Seungmin, Así a ir para pasar el tiempo, fue a buscar trabajo.

Nunca en su vida había trabajado, y no por que no quisiera, Jisung siempre quiso ser maestro de pre escolar, le encantaban los niños y siempre lo quiso, pero no pudo estudiar una carrera, ya que tontamente se quiso dedicar a su matrimonio.

¿Se arrepiente de eso? Si, totalmente.

Seungmin le aconsejó que estaba a tiempo de estudiar, podría hacer la carrera que quisiese y así cumplir su sueño.

Asi que con ese consejo en mente, busco un trabajo para entretenerse, y a la vez reunir para todo lo que tuviera que necesitar.

Nunca pensó que a ese punto de su vida estuviera a punto de ingresar a la universidad que siempre quiso, y estudiar una carrera.

Recuerda perfectamente y con tristeza lo que le dijo su padre cuando le dijo que el quería estudiar.

Su familia y el habían ido de vacaciones a la casa de una de sus tías, quien tenía muchos cachorros, y Jisung amablemente se ofreció a cuidarlos.

-SeulHee no toques eso, ¿te quieres quemar? -le decía el rubio a su prima de tres años quien quería tocar una plancha de cabello que estaba a su alcance.

-¡No Sung! ¡no me quielo quemar!

-Entonces vámonos, ¿Si bebé?

-¡Si sunggie!

Después de dejar a SeulHee con su madre, el pequeño rubio de tan solo diecisiete años se dirigió en dirección a donde estaba su padre, con algo de temor.

La había pensado todo el camino, había pensado si valía la pena pedirle a su padre que le dejará estudiar, cuando lo más seguro era que este se negara rotundamente a darle una oportunidad a el pequeño omega.

Jisung estaba decidido a hablar con su padre, así que son más preámbulo, se acercó a el.

-Padre, ¿Puedo hablar con usted sobre algo?

-Esta bien, habla.

-Como usted sabe... Ya estoy apunto de terminar el colegio, y lo he pensado mucho, y me gustaría saber si usted estaría dispuesto a... Pagarme una carrera universitaria- lo último salió de su labios con un tono muy, pero muy bajito, y es que a cada palabra que emitía, bajaba el tono de voz por miedo a la reacción de su padre ante su petición.

-¿Carrera universitaria? ¿Tú? Lo siento Jisung, el dinero para eso está guardado para tus hermanos alfas.

-Pero papá, yo quisiera de verdad estudiar.

-Ya dije que no.

-Papá...

-Mira Jisung, si quieres una carrera, consigue un alfa, o haz que tu novio te marqué, y si el quiere te paga una carrera, así de simple, pero por mi parte no voy a dar ni un solo Won, eres un omega, ¿Para que quieres estudiar? Lo único que tienes que hacer es estar en una casa cuidando cachorros y atender a un alfa, nada más, ¿Entendiste?

-Si, padre.

Unas pequeñas lágrimas salieron de su ojos al recordar la manera tan cruel en la que su padre se negó a dejarlo estudiar.

Pero eso es pasado.

Ahora, en el presente va a estudiar lo que siempre quiso, y ya nada de lo va a impedir.

No su padre, ni el tener que atender una casa, ni siquiera su propio omega.

El rubio estaba más cansado que nunca, paso toda la tarde yendo de u lado a otro, atendiendo por un lado y por otro, si primer día era muy cansado, no llevaba ni una semana y y se quería morir.

Seungmin lo esperaba tranquilamente sentado en una de las mesas de aquella cafetería, estaba muy orgulloso de que su amigo estuviera persiguiendo sus sueños.

Otro rubio apareció por la puerta del establecimiento, busco con la mirada a Seungmin y al encontrarlo camino hasta su mesa.

-¡Félix! Que bueno que si pudiste venir.

-Ay, vine por poco, Chan no llegaba y no podía dejar a los niños solos -se excusó con algo de vergüenza.

-No te preocupes Lixie, entiendo que tienes ocupaciones.

-¿Y Jisung?-pregunto el omega, mientras con su mirada buscaba al antes mencionado.

-Ya va a salir de su turno, falta poco.

Cinco minutos más tarde, el omega con cachetes de ardilla ya esta sentado con ellos en la mesa.

-¿Como te sientes Sung?-pregunto Félix.

-Uh, estoy regular, no lo sé, por una parte me siento tranquilo, y por otra me odio a mi mismo por irme de casa, se supone que sólo serían unos días, ¡Pero ya llevo dos semanas!

-Oh, te entiendo Sunggie, yo me sentiría igual de hubiese hecho lo mismo que tú.

-Ya no se que hacer para mejorar todo, he intentado todo lo que está en mis manos.

-Jisung, tal vez deberías hablar seriamente con tu esposo, ¿Desde cuando no tienen una conversación de más de diez palabras?

-Sinceramente desde ese día, y tal vez Félix tenga razón, tendré que tener una larga charla con él, y dejando de hablar de mi, ¿Qué hay de ustedes?

-Ah, Chan está algo insoportable, ¡quiere que este todo el tiempo en la casa! Se pone molesto si salgo, quiere que cuando llegue yo lo reciba, esta muy meloso ¡No lo soportó!

-¿Y tú Seungmin?

-Hace un tiempo estoy saliendo con un alfa que vive cerca de mi departamento, es tan lindo, se llama Changbin.

-Que lindo que al fin estas saliendo con alguien Minnie.

Siguieron hablando un rato más hasta que el teléfono de Jisung empezó a sonar, con fastidio lo tomo y lo agendo sin ver quien era el emisor de aquella llamada.

-¡Hanji! - Jisung se quedó quieto, el único que le decía Hanji era Hyunjin - ¡Mi amor! ¿Cuándo llegas a casa? ¡Te extraño a ti y a mi hijo! ¡Trae a Niki!