Un verdadero alfa

-¿Y no sabes donde puede estar?

-No, no tengo la más mínima idea de donde puede estar

Hyunjin hablaba por teléfono con Chan, su único amigo de confianza, hace más o menos cinco minutos.

El alfa menor lo llamo para contarle su pequeña situación con su omega, pero este no pudo ayudarlo mucho, y eso lo desespera.

-¿No conoces a sus amigos?

-No, el único amigo que conozco es Félix, y por eso te llamo, tu omega tal vez sepa algo.

-Um, le preguntaré a Félix si sabe algo, lo más seguro es que no me diga nada, ya sabes secretos entre amigos y eso.

Después de charlar un rato, Hyunjin colgó la llamada, suspiro y con pesar salió de su oficina, iba a ir a la cocina cuando su mirada se desvió a la habitación que hace mucho no pisaba.

La misma habitación por la cual peleo con su omega hace unas semanas.

Si era sincero, todavía dolía.

Dolía recordar, dolía saber que esa habitación estaba vacía, dolía recordar el porque nunca está estaría con alguien adentro, dolía.

Con algo de nerviosismo, abrió dicha puerta, -la cual estaba abierta ya que Jisung nunca la cerró con llave - y vio su interior.

Las ganas de llorar empezaron a surgir, también los recuerdos.

Ver el azul de las paredes le recordó cuando las punto junto a su travieso omega, ver los muebles le recordó cuando los compro con emoción.

Recordó todo lo que se prometió mientras decoraba todo con emoción, las cosas que juro nunca hacer.

Hyunjin nunca pensó que eso le afectaría tanto, al punto de recordar su infancia.

Un pequeño niño de seis años esperaba emocionado a que la puerta principal se abriera, ¡Estaba feliz! En la escuela la maestra lo felicito por el lindo dibujo que hizo, uno donde estaba su omma, sus hermanitos, y lo más importante, su appa.

Esperaba que a él le gustará su dibujo tanto como a él.

El sabía que su padre era muy difícil de impresionar, así que puso toooodo su esfuerzo para que quedará hermoso.

Cuando llegó se lo mostró a su omma, ella le dijo lo hermoso que había quedado, sus hermanos le dijeron los mismo, pero el quería que su padre fuera el que dijera esas palabras, no los demás.

Así que espera con paciencia la llegada de su appa.

El señor Hwang entró a la casa con un mal humor que se fácil de distinguir a un metro, no le había ido bien eses día, era difícil mantener una familia de seis personas sin contarlo a él.

Al entrar vio en el recibidor a su hijo, a su único hijo alfa, quien estaba con lo ojos un tanto cerrados, pero al escuchar el sonido de la puerta cerrarse, se levantó inmediatamente.

-¡Papá! ¡Llegaste!

-Si Hyunjin, ya llegué.

-¡Papá! ¡Te hice un dibujo! ¡A ti y a omma y mis hermanos!

-Que bien Hyunjin, ahora ¿Podrías quitarte del camino? Estoy cansado y quiero dormir.

-Pero, papá ¡quiero que veas mi dibujo!

-Dije que no Hwang Hyunjin, estoy cansado.

-¡Pero papá! ¡omma dijo que lo ibas a ver! -le pequeño se tiró al suelo y empezó a llorar y hacer berrinche, el no era así, ¡pero quería que su papá viera su dibujo!

-Hyunjin, por favor deja de llorar y déjame pasar.

-¡No!

-¡Hwang Hyunjin! ¡no seas estúpido y deja de llorar por ridiculeces! ¡Pareces omega!

El pequeño se quedó paralizado.

Su padre sabía lo mucho que le daba miedo su voz de Alfa, el miedo lo inunda y se quedaba quieto, y siempre terminaba llorando y no salía de su habitación por dos días, o más, enteros.

Pero esa vez fue diferente.

Algo se rompió dentro de el ese día.

Para otros era estúpido, es decir, sólo no quiso ver su dibujo, pero para la mente de un niño pequeño, eso fue como si le hubiese hecho el peor de los daños.

Y esa no era la primera vez que usaba su voz de Alfa para decir cosas crueles.

¡Pareces un Omega llorón!

¡los alfas no usan ropa rosa! ¡Pareces un ridículo!

¡No sabes hacer nada bien estúpido!

¿Porqué no pude tener un hijo que si se comporte como un alfa?

Desde eso día Hyunjin supo que debía dejar de mostrar sentimientos, tenía que ser un verdadero alfa.

Y esa vez, se prometió que nunca sería como su padre, el sería un buen appa.

Los recuerdos de su infancia eran muy dolorosos para él, recordar todo los he tuvo que pasar para ser digno de un verdadero alfa siempre hacia que su corazón duela.

Entró con cuidado a aquel lugar tratando de no tocar nada, todo estaba lleno de polvo.

Vio en uno de los muebles un marco de fotos que no tenía ningún retrato en su interior, lo tomo con cuidado y con sus dedos le quito algo de polvo.

Las letras empezaron a aparecer, y con ello un nombre que odiaba recordar.

Niki

Ese nombre que se mato noches pensando cual podía ser el especial, ese nombre que antes le hacia mucha ilusión.

Ese nombre que ahora detesta.

Jisung revisaba su teléfono por milésima vez en el día.

Estaba esperando al menos un mensaje de su alfa, al menos uno.

Se sentía mal, no podía mentir, por más que su mente le hiciera creer que lo que hizo fue una medida justa ante su situación, su corazón le decía que había hecho mal a abandonar a su alfa, su omega también le insistía en volver a casa, pero Seungmin siempre le hacia recapacitar sobre sus pensamientos.

Lleva alrededor de una semana ahí, y los primeros dos días su omega intentó regresar a casa, tomó el control y casi se escapaba, a no ser por Seungmin, quien impidió que lo hiciera.

Si el rubio volvía a su casa, sería Por que en sus cinco sentidos lo decidió, no por un impulso estúpido de un omega sin dignidad.

En su tiempo para pensar a solas - ya que Seungmin trabajaba - trato de pensar como podía arreglar su situación con su esposo, pero ninguna le convenció, llevaban más de dos años en esa situación, y ninguna idea le resultó en ese tiempo, tratar de que todo fuera como antes no funcionó, ni con hablar, ni con citas, tampoco con relaciones sexuales, nada había funcionado.

Tal vez, debía dejar que todo acabará.

Tal vez era lo único que quedaba.

Dejar de intentar y dejar que todo se destruya.

Tal vez siempre sería un omega ignorado.