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02

Ya era otro día, y Jisung de nuevo había amanecido con sus ojitos rojos de tanto llorar la noche anterior, y el sólo se sentía tan feito cuando se veía al espejo, que no pudo evitar llorar sólo un poco más.

El alfa ya se había ido, por supuesto, estaba solo en su casa, sin nada que hacer, tal vez visitaría a sus amigos, vuelva a casa y ya vería después de hacer para matar el aburrimiento.

Así que con esos planes en mente, se baño y cambio, se puso un pantalón cómodo junto a su camisa de botones favorita, junto a su lindo suéter de lana que le había regalado la madre de Hyunjin.

Se echó un poco de base y corrector en sus ojeras para que estas no se notaran, y ya estaba listo.

Llamo a Félix para ver si estaba libre, - Félix era su mejor amigo- , y si no podía, a lo mejor llamaba a Seungmin.

—¡Sung! Hasta que te acordaste de su mejor amigo, me tenías abandonado ardillita.

—Hola Lixie, lo siento por eso, mi ánimo ésta por los suelos y se me olvida todo...¿qué te parece si nos vemos hoy? llamaré a Jeongin, ya regresó a la ciudad por cierto.

—Ah, ese niño tonto, tampoco me ha llamado, tendré que enseñarle a no preocupar a su hyung, en fin, ¡ven a mi casa! Te espero con galletas y café ~

Jisung soltó una risita por lo adorable que era su mejor amigo —Claro, en un momento ya me tienes ahí.

—¡Apurate ~!

Jisung colgó y tomó su bolso para ya finalmente irse, aunque...¿porque sentía que se le estaba olvidando algo? Nah, a lo mejor solo era paranoia.

Félix corrió para abrirle la puerta a Jisung, quien ya llevaba un rato ahí parado esperando, y apenas abrió la puerta abrazo efusivamente a Jisung.

—¡Hannie! Han pasado como dos siglos desde que no me visitas—Exagero.

—No seas bobito Félix, fue hace dos meses.

—Meses, siglos, que más da son lo mismo, ¡entra! No te quedes ahí parado, — se apartó para que Jisung entrará.

—No tienes remedio Félix, ¿cómo éstan tus hijos? No se nada de mi sobrinos.

—¡Están más traviesos que nunca! Eunchae es la más tranquila, pero igual hace de las suyas, Yeonjun es una pequeña pesadilla, siempre quiere hacer desastre, y la bebé Lia, a pesar de ser pequeña... es un pequeño monstruo — Jisung sonrió, sabía que a pesar de sus desastres, Félix hablaba con mucho cariño de sus cachorros — casi se me olvida, ¡El café de va a enfriar! Vamos Jisung, siéntate.

El mayor- por un día - hizo caso y se sentó, te espero que el loquito de su amigo trajera el café.

—Hable con Jeongin, dijo que iba a venir, y que tal vez traiga a Seungmin, así podemos estar juntos los cuatro después de mucho tiempo — dejó las tasas en la mesa de la sala, mientras se iba a nuevo a buscar las galletas.

Al rato volvió con unas apetitosas galletas caseras, nuevamente las dejo en la mesita y se sentó.

—Cuéntame Jisung, ¿cómo estás? ¿bien, mal? ¿Los dos...?

—Estoy bien — sonrió, cuando claramente nada estaba bien, todo estaba mal, pero sus amigos no sabían del todo su situación -excepto Félix, quien sabía algo más a a fondo - , sólo se llegaron a enterar que había peleado con su alfa, no más, nunca tuvo el valor suficiente para hablar, sólo le quedó fingir que estaba bien, cuando era una vil mentira —... Estoy muy bien.

Aunque Félix siempre supo que no era así.

—Jisung...¿porque mientes? ¿Éstas bien de verdad? — Félix, no era tonto, sabía que Jisung no estaba bien.

—No Félix, no estoy bien, estoy mal, me siento muy mal...Y siempre es así...

—Oh sunggie, ven para que te de un abrazo — Jisung hizo caso y se acercó a su amigo, quien le dio un fuerte abrazo apenas lo tuvo cerca, y no era Félix si no intentaba darle un beso en los labios de pura broma, dos hizo reír a Jisung, una risa de felicidad.

—Yah~ tengo alfa, no me van los omegas.

—Pues yo soy mejor que un alfa, tienes malos gustos — fingió superioridad, para terminar los dos riendo.

Olvidando así las tristezas, Jisung había olvidado lo bueno que era su amigo para hacerlo sentir bien, lo tenía que visitar más seguido.

—¡Mamá! ¡Yeonjun me quitó mi muñeca! ¡regañalo! — gritó la hija de Félix, quien había venido corriendo para acusar a su hermano.

—Ash, ¡Bang Yeonjun! Ven por favor.

Enseguida un pequeño niño de no más de seis años apareció, tenía una sonrisa sospechosa, y sus manos estaban en su espalda, como si quisiera ocultar algo.

—¿Si mami? — habló inocentemente.

—¿Porque le quitas la muñeca a tu hermana? Tienes que dársela, no hay que ser malos con las hermanitas mayores, ya te lo he dicho.

Dicho eso, el niño mostró lo que tenía en su espalda, una linda muñeca a la que le faltaba una pierna y un brazo.

—¡Mi muñeca! ¡Yeonjun eres tan malo! — el niño sólo pudo reír, y salió corriendo, detrás de él yendo su hermanita y Félix.

Amaba pasar tiempo con la familia de su amigo, sin duda, alegraba un poco sus días.

Después de que Félix regañara a su hijo y este haya prometido que no lo volvería hacer, el omega menor volvió a la sala, hablaron un rato más hasta que llegaron Seungmin y Jeongin.

La tarde paso rápido, los cuatro omegas hablaron y hablaron, Lix había regañado a Jeongin por no visitarlo y también a Seungmin, comieron de sus galletas y todo estuvo bien.

Jisung aún tenía la sensación de que algo estaba olvidando.

Después de llegar a casa, a eso de las seis de la tarde, fue que se había dado cuenta de su olvidó.

Joder, había olvidado su celo.

¿Como se le pudo olvidar?

Y Jisung se dio cuenta cuando ya se encontraba en su habitación, con su celo a mil, el dolor en su vientre, y un líquido viscoso recorriendo sus muslos.

Ese era uno de los tantos celos que pasaba sólo, y cada vez dolía más.

Hyunjin, estaba muy ocupado en su trabajo como para venir a atender a su omega, el pobre Jisung era quien sufría las consecuencias de que su alfa no lo atienda, sus dolores eran cada vez más fuertes, y su omega le rogaba que buscará al Alfa.

Con algo de lentitud tomó el teléfono que estaba en la mesa de noche de su cuarto y le marco a su esposo.

Tenía la dignidad por los suelos, pero mierda, sus celos dolían mucho, y si o si, tenía que intentar llamar a Hyunjin.

Poco después el castaño respondió.

—Jisung estoy ocupado, hablamos más tarde.

—¡No! Jinnie, por favor, ven a casa, estoy en celo y me duele mucho — rogó tontamente.

—Jisung, estoy en algo importante, nos vemos más tarde.

Y le colgó.

Jisung sólo lloró, por el dolor, y por lo amargo que había sido el rechazo de su alfa, su omega se sentía muy humillado, y el también, se sentía muy humillado, y otra vez tenía que sufrir su celo el sólo.

Jisung de nuevo lloró hasta intentar quedarse dormido.

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