La música es mejor que la ciencia
—Maldición morra, ¿estás consciente que alguien pudo hacerte daño?, debes de tener cuidado, no te vuelvas a separar de nosotros, mejor dinos y vamos juntos, ¿segura qué estás bien? —el mayor de los hermanos intentaba regañar y revisar que su hermanita estuviera en perfecto estado
—Si, pero parece que Miguel no —ante eso, ambos hermanos miraron atentos a el joven alfa, quien en efecto parecía ido, confundido, con cara de pendejo también era una buena descripción—, ¿Miguel?
—Oye... ¿qué te pasa? —nuevamente un vano intento de hacerlo reaccionar —¡bocho amarillo! —sin previo aviso un fuerte golpe en el hombro del alfa lo hizo reaccionar.
—¿Qué pedo? no pasó ningún bocho, mamón—respondió con enojo mirando a su hermanita—, sólo porque tengo presentación, si no ya nos hubiésemos ido, no te vuelvas a separar así, ahora vamos.
Los dos hermanos Rivera miraban a su hermano con duda ¿por qué de la nada estaba de malas?, sea lo que fuere caminaron para evitar verlo peor.
Pov Miguel
Tan sólo el recordar la escena de ese alfa a la defensiva me molestaba, ¿qué pensaba? ¿qué le iba a robar a su pareja?, no gracias, no soy de esos, pero la mirada del chico de atrás me hacía sentir emputado sin más, no sabía que mierda pasaba, sólo me sentía encabronado al recordar lo de hace unos momentos.
—Ya neta, dinos ¿qué te pasa? —miré a Marco atento y negar —, estas encabronadisimo y soltando feromonas por nada, vaya pendejo me crees, ¿qué te pasa Miguel Rivera?
Miré al frente mientras caminábamos, ese era el problema, no tenía ni la más mínima idea de que me sucedía.
—¿Estás enojado porque me escapé?..., prometo no volver a hacerlo, pero ya no estés enojado —miré a mi hermanita y relajarme, estaba asustando a mis hermanos con mi mal carácter debido a los chinos esos.
—Descuida, todo está bien—intenté relajarme y cargar a mi hermanita de caballito —¿hacia dónde?
.....
—¡Es increíble! —miré a mi hermanita, tanto Marco como yo no entendíamos nada de lo que aquellas personas decían, ¿cómo ella lo entendía? no lo sabía, pero si a ella le gustaba y se sentía feliz, yo iba a apoyarla—¡Vamos a ver a Hiro! su presentación es en unos minutos, quiero ir, quiero ir, vamos, vamos, vamos —en primera ¿Quién putas era Hiro? y segunda ¿cómo no le podía negar nada a mi hermana?
—Adelante, llévala, yo iré a ayudar con el equipo de sonido, faltan personas— miramos a Marco alejarse, ahora no compartiría lo pendejo con alguien
—¿vamos Miguelin?
—Andando Coquito, pero no esperes que entienda algo—susurré sincero caminando junto con ella, ella me guiaba y yo solo caminaba.
¿Qué tan malo podría ser ver la presentación de unos nerds?
......
—No entiendo ni un carajo —susurré a mi hermanita que prestaba mucha atención al frente, ¿qué veía en ellos?
Había olvidado mencionar que sí, sí podía ser malo, muy malo, más cuando los dos chinos que me hicieron enojar sin más eran los protagonistas de esa exposición.
Sin saber porque o por quién, me sentía molesto nuevamente, era una sensación rara, demasiado, quiero decir ¡ni siquiera los conozco!, aunque por lo que parecía el chino más enano tampoco se sentía con el mejor humor, lado positivo, ya no me siento el único extraño en esto.
"Recuerda Rivera, estás aquí por Coquito, por Coquito, después de esto te puedes desquitas cantando y tocando, en la presentación te vas a desquitas, tranquilo"
—Hermano, nuevamente estás soltando feromonas de enojo —miré a Coquito intentando calmarme, pero por alguna razón sentía un aroma que me hacía sentir diferente, mucho.
—Ven —cargué a mi hermana y caminar lejos de la presentación, aún por sus reclamos de que quería regresar, no podía dejarla ahí mientras yo salía a despejarme —, sólo un momento y regresamos.
—Oye viejo, ¿te encuentras bien? —miré a dos chicos rubios que al parecer nos habían seguido—, perdona por meternos, pero tu aroma es bastante fuerte, ¿estás por entrar en celo? tenemos supresores que...
—No, descuiden—miré a mi hermanita y bajarla sujetando mi cabeza —, estoy bien, sólo debo liberarme, había un olor que me molestaba.
—¿Seguro que estás bien?, tenemos medicina si la necesitas —miré a la chica rubia, supongo que era una omega y asentir —está bien, pero no dudes en pedir ayuda si sigues igual
—Claro, muchas gracias —miré a Coquito jugar con el chico rubio, era la niña más increíble del mundo.
—¡Ya recuerdo! tú eres a quien Hiro y Tadashi le enseñaron a modificar cargas, ¿Ya probaste el robot? —miré sin entender a mi hermanita y a la rubia, insistía, ¿Quién putas vergas es Hiro? y ahora ¿Quién es Tadashi?
—Aún no lo pruebo, quiero que mis papis lo vean —sentí demasiada ternura y al parecer no fui el único—, ¿ya te sientes mejor hermanito?, podemos irnos para que te prepares.
—¿Preparar? —miré a el rubio y asentir
—¡Mi hermanito es de los mejores músicos del mundo! hay una presentación de su escuela, ¡mis hermanos serán el acto principal del evento cultural! —sonreí con pena, yo no me consideraba ni un poquito de lo que dijo Coquito, pero me gustaba saber que al menos ella me veía así.
—¡Yo quiero ir a ver! hay que convencer a los chicos, ¡será divertido! —la voz de la animada chica me dejó un poco perdido, había soltado una buena cantidad de feromonas que me dejó aturdido, me sentí como un cachorro por un momento.
—Yo les digo a la parejita, tú a los hermanos— miré confundido, que buena forma de repartirlos.
—¿Honey? —giré mirando a cuatro chicos, dos alfas y dos omegas, me daba un poco de ansiedad ver y más el sentir el aroma del omega del cabello de estopa, no mames mínimo intenta peinarlo.
Miré sus ojos, nuevamente el sentimiento de enojo salía, pero a diferencia de hace un rato sentía mi cuerpo temblar, mi único consuelo, darme cuenta de que el chino emputado estaba igual que yo.
—¿Hermano?, tú aroma...—no dejé que terminará, abrazándola.
—Debo ir a prepararme, llamaré a Marco para que venga ¿bien? —pregunté separándome y ver a los dos chicos rubios —, ¿pueden cuidarla?, quiero evitar una tontería —sonreí separándome y caminar rápido, necesitaba perder el aroma de ese sujeto.
Por más estúpida que haya sido la idea de dejar a mi hermanita con personas que no conozco, fue la mejor que se me ocurrió, debía salir de ahí rápido.
Fin pov Miguel
—No es por ofender, pero tú hermano es muy raro—el rubio habló a la pequeña quien sólo asintió
—Normalmente es pendejo, pero no raro...al menos no tanto —era una suerte que el grupo de genios no supieran el significado de esa palabra o claramente le habrían dado un regaño por el vocabulario.
—Bueno, vamos, guíanos a tu hermano, quiero ver las presentaciones culturales—la animada omega miraba a sus amigos
—¿Qué presentaciones culturales Honey? —el mayor de los Hamada preguntó acercándose a la chica —¿De qué plan no estamos enterados?, ¡oh! tú eres Socorro ¿cierto?, que bueno es verte otra vez.
—Igual Tadashi, bueno mis hermanos van a participar en el evento cultural de esta tarde noche, además de muchos alumnos —ante eso, el omega menor ya se estaba separando dispuesto a irse hasta que la mano de su hermano lo sujeto por el gorro de la sudadera.
—No te irás genio, ahora vamos, debemos llevarla, mínimo para saber que llegó a salvo y con sus hermanos, además de que es un buen descanso después de todo el día de exposiciones—un suspiro de resignación salió de los dos omegas más bajos, un chillido de felicidad por parte de ambos rubios y un desinterés por el moreno.
—Ya que, sólo por ella, si no me iría ya —el omega más joven cargo a la pequeña, por alguna razón sentía tranquilidad al tener a la pequeña cerca —, ¿hacia dónde?
Después de la indicación el más joven camino con la pequeña en brazos dejando al resto del grupo con un pequeño asombro, ese no era el Hiro que ellos conocían, estaba actuando por instinto, no por su gigante cerebro, ni siquiera de forma arrogante o de molestia, una nueva faceta del joven.
—¿Se van a mover o mejor me robo a Socorro hasta Sanfransokyo?—eso causó la sonrisa en los jóvenes, a pesar de esa nueva actitud, el carácter del demonio y sus ocurrencias sarcásticas seguía en el omega.
—Ni lo pienses Hamada, esa niña tiene familia —habló la coreana siguiendo al chico
—Pero su cerebro debe estar preparado desde temprana edad —sonrió orgulloso el joven mirando a la pequeña, a vista de cualquiera era una madre con su cachorro. Claro que era otra cosa diferente.
—¿Yo podría llegar a ir a Sanfransokyo a estudiar?—la mirada y voz emocionada de la pequeña hizo que todo el equipo sintiera tanto ternura como pena.
—Sólo si realmente quieres eso, te esfuerzas y buscas todas las oportunidades que puedas —habló la rubia mirando a la pequeña
—Aunque debes ser cuidadosa, tener orden, un buen sistema de trabajo, no arriesgarte....
—Básicamente buscar alcanzarlo, no hagas caso a Wasabi, arriésgate un poco, aprendes de los errores —ahora el más joven del grupo habló sonriendo.
La pequeña tenía a muchas personas a quien admirar, ese grupo de chicos estaban casi alcanzando a sus hermanos.
.......
—Déjame ver si entendí, desde que viste a uno de los chinos te empezaste a emputar de la nada, tus instintos se hicieron presentes, querías morder al wey ese, la mejor solución que tuviste fue irte de ahí y ¡Dejar a Coquito con unos desconocidos! —el mayor de los hermanos Rivera ahora regañaba a su hermano menor.
—Cállate, hubiera hecho algo más pendejo si no me alejaba —un suspiro salió del mayor quien le pasaba otro cubito hielo —por suerte no tenías tu vestuario o el profesor Sebastián te hubiese castigado, iré a buscar a Coquito, tu quédate aquí, hasta que logres calmarte no abras la puerta a nadie —sin dejar hablar al joven alfa, el mayor salió corriendo en busca de la menor de los Rivera, santo vergazo les iban a meter a ambos si sus padres llegaban y no los veían juntos a los tres.
—¡Marco! —deteniéndose de golpe se giró a su hermanita y se acercó rápidamente, estaba siendo abrazada por un omega con cara de confusión, suponiendo que ese era el wey que puso así al imbécil de su hermano.
—La puta madre, ese wey si se va a merecer unos putazos —susurró para sí mismo acercándose y saludar —buenas, eh, gracias por traer y cuidar a mi hermana, Miguel a veces puede ser un imbécil de primera, no siempre, pero puede —habló mirando a la dirección dónde se encontraba su hermano—en serio gracias.
—No hay de que amigo, además estaremos aquí un rato —habló el rubio del grupo mientras se encogía de hombros
—Marco, ¡ya sé dónde quiero ir a estudiar! —la emoción en la pequeña causaba tanta, pero tanta ternura al grupo
—Es increíble Coquito, pero debemos irnos, Miguel necesita ayuda médica —con esas palabras la menor se separó del omega y acercarse a su hermano —bueno enton....
—¿Necesitas ayuda? —ahora el mayor de los Hamada habló —tenemos alguien que podría ayudar en este caso, ¿nos permites?
—Bueno...supongo, es más rápido que buscar un doctor, va jalo, síganme —sin más ambos hermanos Hamada fueron junto a la rubia, los otros tres irían a explorar o solamente evitar cualquier cosa.
—Creí que Baymax se quedó en la cafetería —la voz de la rubia hizo sonreír a ambos hermanos
—Se quedó, pero tenemos un minibaymax, para situaciones así —explicó orgulloso el mayor de los hermanos
—No está aún perfeccionado, pero puede dar un diagnostico a grandes rasgos—sonrío el menor
—Aquí es, recomiendo que primero sólo el pasé, no está todo bien ahí dentro —advirtió el moreno, con esa indicación el mayor de los Hamada entró dejando a los dos omegas y a la pequeña fuera.
—¿Te llegó tu celo? —murmuró viendo al moreno quien negó—, ¿entonces?
—No lo sé, sólo me siento enojado, es todo —murmuró el moreno aun sosteniendo un trapo sobre su nariz.
—¿minibaymax? escanea —habló el mayor mientras el robot hacia un análisis del menor.
—Tienes una alteración hormonal, eso causa la hemorragia nasal, posiblemente recibiste una impresión muy grande o insinuación que causó el cambio hormonal, tus feromonas saldrán disparadas siempre que pase la situación que lo inició, más que enojo por la situación es porque tu cuerpo y mente no sabe cómo afrontarlo, tratamiento, enfrentamiento o supresores con un ligero tranquilizante.
—Lo siento, aún nos falta perfeccionar algunas cosas, aún no están precisó, pero si es un desequilibrio hormonal, es mejor que tomes un supresor, toma, son los que nosotros creamos, son fuertes para calmarte pero no lo suficiente para dejarte inconsciente— ambos hermanos miraban con duda al mayor—, son seguros, esos son los supresores que usamos en Sanfransokyo, Honey te puede explicar si lo quieres así.
—Descuida, confió en el robot adorable y en ti—murmuró el moreno tomando la pastilla, después de unos momentos el sangrado había parado.
—Perfecto, ahora hay que movernos, presentación ¿recuerdas?
—Cierto, gracias, de verdad —el moreno sonrió al mayor de los Hamada quien correspondió
—Es mi trabajo, buena suerte —el mayor salió dejando a los dos morenos dentro, a pesar de un mini momento la mirada del menor de los Hamada y el joven alfa de cruzaron.
—¿Qué pedo Miguel, otra vez? —murmuró alterado su hermano pasándole un trapo para su nariz
—Perdón, hay que apresurarnos—sin ninguna otra palabra el menor de los hermanos salió rumbo al vestidor, debía distraerse de ya.
......
—Tadashi..., realmente quiero ir al hotel, ¿podemos irnos? —el menor del grupo se sentía aturdido, demasiadas personas, muchos aromas, mucha música que sí, era de las más increíbles que había escuchado en su vida, pero después de las primeras siete el menor sentía que todo se había vuelto una fiesta entre bailes y comida.
—Tranquilo Hiro, llevamos muy poco tiempo, además está siendo divertidos —sonrió el mayor de los Hamada caminando a su omega y ambos alejarse un poco dejando al joven genio con el rubio.
—Insisto, las desventajas de ser los únicos solteros del grupo —ambos suspiraron cansados —, ¿y si nos vamos? sonaba divertida la idea, pero en cuanto nos empezamos a separar no es tan genial la situación
—Concuerdo —susurró el menor tomando su mochila y caminar junto al rubio, eso hasta que una voz hizo que se quedara inmóvil, la voz del joven que cantaba lo dejo paralizado, su cuerpo no reaccionaba y sus mejillas estaban rojas.
—¿Hiro? —el rubio giro preocupado mirando a su amigo —, ¡Ay no!, amigo, ¿estás bien?, tengo supresores, espera, deben estar en algún lugar —habló un alterado Fred mientras buscaba por toda la mochila.
Cuando logró girar un poco, el menor logró cruzar nuevamente miradas con el joven mexicano, no tan literal, pero para ambos la habían cruzado, a pesar de tener muchas personas que los separaban.
—Aquí está, ven, vamos por agua —el rubio tomó al joven en brazos caminando un poco rápido perdiéndose entre la gente, acción suficiente para hacer enojar al mexicano.
—¿Qué te pasa? —habló el mayor de los Rivera a su hermano mientras este seguía cantando, había cambiado el ambiente entre ambos, pero por suerte seguía el ambiente animado en el público.
Al terminar esa canción el más joven se bajó rápido, no sólo su nariz empezó a sangrar, sus feromonas de enojo salieron disparadas, siendo su hermano mayor el primero en recibirlas.
—Sea lo que sea que hayas visto, debes calmarte cabrón —habló con dificultad dándole el supresor y salir de ahí rápidamente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro