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Fiesta parte 1

Existía algo muy común en a relación de ambos chicos. Hiro era muy cauteloso y Miguel era excesivamente descarado. Y no es que tuviera algo de malo, para nada, al contrario. Era realmente divertido, a vista de sus amigos, ver a el menor de ellos correr y esconderse de las chicas que lo ubicaban como novio del músico.

Miguel había hecho publica su relación con el joven genio. Había sido un gesto muy lindo a vista de Hiro, pero sin pensar las consecuencias de que ahora estaba en el ojo público. Y realmente no lo había pensado, ya que al momento de revelar su relación. Miguel había usado las palabras "Es un chico muy inteligente, seguramente de las personas más inteligentes que pueda haber en el mundo. Además de que hace un cambio increíble en la sociedad".

Con ello realmente no hubiesen llegado a pensar que ese anonimato no dudaría ni veinticuatro horas, ya que varios medios anunciaron rápidamente que Hiro, era el chico afortunado con el corazón del músico mexicano.

Ahora la vida de Hiro, hasta el momento, era siendo cauteloso hasta para salir con sus amigos y no se malinterpretara. Miguel estaba enterado y le hacía burlas con la frase "ahora sabes lo que siento", y si bien era un broma entre ambos, a los dos les cansaba. Aunque Hiro tenía un descanso. Al menos de esa situación. Nunca se había sentido tan bien ser un superhéroe como ahora.
......

—Así que ¿Te siguieron hasta el trabajo?— la voz burlona de Megan hacía que el joven genio se molestara más. Se sentía realmente incómodo que ya no pudiera ir ni a comer en paz—, tranquilo, por el momento es una noticia nueva, ya sabes, van a intentar sacar todo el beneficio posible de la revelación, luego se cansarán. Han pasado tres días. Tranquilo Hiro. 

—Sería fácil pensarlo de ese modo, si no tuviera incluso cámaras a mis espaldas. Y sé que tengo. 

—En realidad, son dos cámaras y tres micrófonos. Y uno de ellos lo trae el mesero— la voz de Baymax y su revelación había causado una risa en la morena y un gruñido en el joven. 

—Insisto, ni comer puedo ya.

—Ni modo Hiro, el precio de salir con un cantante. A menos que termines con él no creo que puedas librarte de esto. Y si lo haces te seguirían por ser el ex novio de Miguel Rivera pero menos. 

—¡Tienes razón!, eso haré 

—Oye, lo dije en broma, no era en serio Hiro— dijo alarmada por la cara determinada de su amigo. La risa tenue del genio la relajó y sonrió levemente.

—Lo sé, también lo dije en broma. No lo haré Meg. 

—Con lo impulsivo que eres. No lo dudaría mucho.

—Me halagas y lastimas. Oye, ¿Has sabido algo de Kyle?, tía Cass está preocupada porque no ha ido a trabajar además de que no responde mensajes.

—Sólo sé lo que ustedes. Que tenía una fiebre del demonio como lo dijo él, fuera de eso nada. Posiblemente se fue a casa de su madre o su madre vino a verlo.

 —Es más seguro que Nona haya venido a verlo. Para ella Kyle es un niño

—Pues es su niño Hiro, me pregunto si a Marco le gustaría conocerla. Apuesto que a ella si.

—Sería incómodo. Marco y Kyle ya no están juntos, al menos eso me ha dicho Miguel. Marco se expresa con soltería. Al parecer realmente quisieron ignorar la marca y todo eso. Es bueno, no se dejan llevar por los instintos— la voz del joven genio era tranquila, pero se podía percibir una gran preocupación. Había notado a Marco decaído en su visita a México, y sus redes sociales estaban totalmente abandonadas.

No es como que a Hiro le encante o tenga necesidad de tener contenido del joven, más bien las situaciones de riesgo que podría haber, como un nuevo intento de secuestro, más al saber que era blanco del tráfico, lo alarmaba. Independientemente de que ahora Marco fuera su cuñado, era un omega, un chico que estaba en peligro y quería apoyarle. Cosa que su desaparición no ayudaba realmente.

—Bueno, hasta donde recuerdo, Marco está en celo ¿no?, aún si intentan ignorarlo, creo que ambos lo deben estar pasando horrible en estos momentos. Me pregunto si Nona se dará cuenta, ya que no hay forma de que Kyle se calme, si es eso.

—Posiblemente esté siendo controlado por ella, aunque creo que Marco sería quien más lo sufre—un suspiro salió del joven mirando su café, era muy problemático eso—, sólo nos queda esperar que todo salga bien con ambos, que tanto Marco lo soporte y no tenga ningún inconveniente. Como que Kyle logre aguantarse.

—Tenlo de ejemplo, y no crees una marca con tu chocolatito— una risa salió de la chica mirando la cara roja y avergonzada de su amigo. Hiro era un libro abierto, siempre y cuando se nombrara a Miguel Rivera.

Hiro no era de expresarse, mucho menos era fácil saber con exactitud qué pensaba, sentía o quería, a menos que se tocara ese tema en particular. Pero al nombrar a Miguel, las cosas eran diferentes. Hiro nunca había experimentado lo que ahora sentía, no sabía y no podía, esconder esas emociones, era realmente notable y obvio a vista de todos. Y eso era lo divertido para la morena y su hermano mayor.

Incluso a Fredy le agradaba, le gustaba ver esos gestos en el menor, aún si sus sentimientos seguían ahí. Se permitía observar y disfrutar esos bellos gestos que el Hamada menor tenía al hablar de su pareja. No podía hacer nada más que apreciar de lejos al joven genio.

—Que tonterías dices Megan, obviamente no tendré una marca con él, además de que, primero tendría que contarle y no estoy listo para ello.

—Hiro, era una broma, tranquilo, piensa positivo, lamentó haber sacado el tema indirectamente. Ven, vamos a cualquier otro lado, además de que ahora hay más cámaras.

Un suspiro salió del joven genio levantándose y salir del establecimiento con su amiga y su tierno amigo. Se supone que quería anonimato y eso era lo opuesto a ello, pero por otra parte, le alegraba saber que era público que él y Miguel eran pareja. De alguna forma ayudaba con sus inseguridades.

Miguel estaba con él
....

—Hiro..., por favor, después iremos con mi familia, es una parada técnica, sólo será rápido.

Hiro no pudo evitar soltar una risa, la mirada suplicante de Miguel, pero con mala conexión, hacía que su rostro tomara unas facciones raras. Además de que la voz con la que lo pedía, lo hacía sentir más ternura y gracia por la situación. 

—No podría ir, aun si quisiera, tengo trabajo Miguel— su voz era relajada, siempre era así cuando hablaba con su novio, además de un aura de tranquilidad se sentía a su alrededor. 

—Lo entiendo, pero debes dejar de pasar todo el tiempo en trabajo, no te estoy diciendo que esté mal o algo, pero Hiro, estás metido en eso todo el día, todos los días, no recuerdo una vez que hablemos y que no estés trabajando en algo. 

—No todo lo que hago es de la empresa Miguel, tengo algunos descansos, no debes preocuparte. 

—Bueno, pero si su mayoría es trabajo, anda chinito, prometo regresarte yo mismo a tu hogar, en menos de setenta y dos horas. Mi abuela quiere que estés para su cumpleaños. Me siento un poco indignado, mi familia te quiere más a ti que a mí.

La voz del moreno era entre burlesca y decepcionada, habían causado una risa en el joven genio, una que fue contagiada para su pareja. 

—Intentaré acomodar mis tiempos, no prometo nada. Te avisaré si me es posible, ¿De acuerdo? 

—Sí, sí— dijo sonriendo. 

Las conversaciones entre ambos chicos solían ser de cosas triviales, lo que les viniera a la mente, conversaciones a las que Marco se unía, haciendo pasar vergüenza a su querido hermanito con su novio. Aunque debido a la situación con el mexicano, y su celo, hacían presente la falta del mexicano mayor en esa conversación.

—Entonces, ¿Marco sigue en celo?

—Sí, es el más fuerte que ha tenido en años, mis padres dijeron que incluso sus supresores son más fuertes, lo ha dejado incluso inconsciente, pero es la única forma en la que está tranquilo. Me alegra que lo hayamos llevado antes de que iniciara su celo— un suspiro salió de Miguel, le preocupaba, pero entendía el porque de esa reacción, Marco buscaba a su alfa, aún si no lo quisiera estando consciente—, pero bueno, al menos está a salvo, sólo espero que no se den cuenta de la marca o me van a colgar. 

—Creo que a quien van a "colgar" es a Kyle— 

—También, pero a mí más, por saberlo y no decirlo, y porqué son mi familia, en corto me dejan sin herencia— la risa del moreno salió nuevamente causando un sonrojo en Hiro. Le gustaba su risa—. Tenemos una platica a solas por fin y no se nos ocurre nada. Creo que Marco si es el alma de las conversaciones. 

—Bueno, es más fluido, saca conversación hasta de su sueño. Se nota su ausencia. 

—Sí pero no lo digas así, pareciese que mi hermano estuviera muerto 

—Lo siento, no quería decirlo así o que pareciera eso. 

—Lo sé, lo sé, bueno, ¿Tienes algo que contarme?

¿Algo...que contarte?

Esa pregunta había tomado en curva a Hiro. ¿Contarle algo?, sí, habían muchas cosas que quería contarle, que quería confesarle y querer explicar. Pero le aterraba la reacción de Miguel. 

Si bien no tenían mucho tiempo juntos, iban al menos un año de conocerse, Hiro sentía que todo estaba bien con Miguel a su lado. Tenía esa zona de confort que por mucho tiempo no sentía, un cariño sin dobles intenciones, sin una mirada de pena o compasión. Sólo una mirada juguetona, propia de él, pero con el toque de cariño que lo caracterizaba. No quería perder eso.

 Quería serle sincero, tal como Miguel le era sincero a él.

Pero no estaba listo, tenía miedo. 

—¿Hiro?, ¿Estás llorando?

Esas palabras lo hicieron sobresaltar, ¿llorando?, una de sus manos subió a su mejilla, habían lagrimas, ¿En que momento habían bajado? 

—¿Te encuentras bien?, ¿Quieres hablarlo? 

—E-Estoy bien, descuida

—Hiro, sabes que puedes confiar en mí 

—Lo sé, de verdad todo bien. No te preocupes. 

—Eso sólo hace que me preocupe más, ¿Sabes?, si en algún momento quieres hablarlo, estoy aquí 

—Gracias Miguel, yo—

La voz de Tadashi hizo que ambos quedaran en silencio. Tadashi había llegado a recoger unas cosas de la habitación. 

—Esa mudanza, si fue rápida— habló con burla el menor al ver a su hermano entrar a su parte de la habitación. 

—Bueno, no es que tengamos muchas cosas, la mayoría es de laboratorio, ¡oh!, ¡Hola Miguel!

—Hola, ¿Todo bien?

—Sí, afortunadamente— la voz tranquila de Dashi le hacía sentir nervios al mexicano. Sabía que aceptaba que fuera novio de su hermano, pero que lo tratara incluso como amigo, le daba escalofríos—, sólo vine por esto. Aunque me robaré a Hiro, ven, necesito tu ayuda para acomodar libros— dijo saliendo de la habitación. 

—Voy— dijo con flojera mirando a su novio y sonreír—, te hablo más tarde, suerte 

—Igual Hiro, vayan con cuidado, te quiero—con esas palabras el mexicano terminó la conversación, dejando a su pareja con las mejillas rojas y una sonrisa. 

—Luego piensas en su cara bonita, te necesito Hiro, muévete. 

—Cállate. Vamos. 

.....

—Te ves bien— la sonrisa que Hiro tenía era hermosa a vista de todos. Y desde el encuentro en el aeropuerto, el joven genio no se separaba del mexicano. Ahora estando en el hotel, seguía estando cerca y riendo más relajado con su pareja. 

Su convivencia era increíblemente fluida, que no parecía que hubieran estado separados por meses. Haciendo que Marco se burlara con la frase de "pareja de casados" 

—Tú no te ves nada mal— dijo en burla mientras tomaba del jugo que el mexicano le había comprado. 

—Me siento alagado, joven Hamada, ven, ayer descubrí con Marco un puesto de comida, que la verdad vale la pena— una risa salió de Hiro mientras asentía tomando la mano de su pareja y ambos caminaban fuera de la habitación—, pero antes— el mexicano se detuvo, tomando las mejillas de su novio y besarlo con tranquilidad. Había extrañado besarlo, aún si sólo lo había besado tres veces antes—, ahora sí

Miguel sonrió con ternura al ver las mejillas rojas de su novio. Para Miguel, Hiro era el chico más bonito que había conocido, y quería demostrarlo, además de admirarlo.

—V-vamos

—No muerdo, tranquilo, hay que apresurarnos, en la tarde es el evento, a las seis me parece, espero que no te burles al verme con traje. Tal como Marco. 

—No creo que te veas mal para burlarme

—Sí, tienes ra- 

"¡Parece pingüino!"

La voz del mexicano mayor sonó causando una risa en Hiro y un gruñido en Miguel. Aunque realmente no era una mentira. 

—Vamos entonces, quiero verte en traje ahora. 

—Mientras no digas que quieres ver a mi hermano sin nada, no me voy a meter, Hiro 

—¡Silencio Marco!

—¡No!, No te preocupes por eso Marco, yo no— 

Una risa salió de ambos mexicanos al ver la reacción del japo-americano. Una reacción de nervios y susto. Algo que para ellos era gracioso. 

—Ya lo sé Hiro, es una broma, es más probable que mi hermano esté caliente sin hielo, a que tú lo estés. 

—¿Y si mejor guardas silencio? 

—Sólo era comentario, pero sabes que es verdad.

—Mira quien lo dice— Miguel contraatacó viendo la mirada de molestia en su hermano.

—No lo recuerdo, no cuenta— dijo con burla mirando a su hermano—, sólo usen condón por favor. 

—No vamos a coger Marco, mejor ya cállate, haces sentir incomodo a Hiro. 

Una risa nerviosa salió de Hiro al notar que le prestaban atención a él. Más que incomodo se sentía inseguro. Quería irse. 

—Descuida, pero mejor olvidemos esto, no quiero recordar la platica que Tadashi me dio a consecuencia de que Kyle casi es papá.

Ahora la expresión de vergüenza la tenía Marco mientras Miguel reía y Hiro buscaba relajarse. Debía mantenerse tranquilo. Sólo era un comentario. Además, estaba seguro que Miguel lo pondría antes que un deseo carnal.  

Sonrió levemente al ver a Miguel ofrecer su mano para salir. Debía mantenerse tranquilo. Estaría tres días con Miguel. Tres días donde nada podría arruinarlo, ni su inseguridad, no lo iba a permitir. 

—Vamos chinito.

—Sí.

......

—Hiro, si quieres reír, sólo hazlo, me lastima más que lo intentes ocultar. 

—No voy a reír, ¿Qué te hace creer eso?— dijo intentando mantener su risa. Aunque la de Marco lo incitaba mucho a reír. 

—¡Lo mal que lo ocultas!— dijo indignado escuchando la risa de su novio y su hermano. La vergüenza empezó a invadirlo. Todo iba bien, a Hiro le gustaba el traje, estaban bien, ¿Por qué tuvo que caerse de forma ridícula de las escaleras? 

—Perdón, perdón, sólo, no sabía que te daban miedo las arañas— dijo intentando calmar su risa y que su novio no se sintiera mal o enojado. 

—Bueno, no es algo que vaya diciendo, ¡Ya no se rían!— pidió escuchando más fuerte la risa de su hermano y que la de su novio regresaba.

—Necesito pedir la grabación de la cámara de seguridad. ¿Quieres el video Hiro? 

—¡Marco!

—Por supuesto que sí 

—¡Hiro!, ¡Ya hagan lo que quieran! 

Nuevamente la risa salió en ambos jóvenes. Hiro en un intento de no hacerlo sentir mal, lo abrazó recargando su barbilla en el brazo de su novio, aún con una sonrisa. 

Esa sonrisa a la cual Miguel no puede negarle o reclamarle nada. Miguel era feliz viendo esa sonrisa tan sincera del chico frente suyo. Esa sonrisa que hacía que a Hiro le brillaran los ojos. Una sonrisa que era muy poco frecuente, pero hermosa cuando aparecía. 

—¿Lo que queramos? 

—¿Que clase de insinuación le acabas de hacer a mi hermano? 

—Ninguna Marco, no todo es sexo. Al menos no para mí. 

—Ahora estoy incomodo de ir en medio— la voz de Miguel causó otra risa en ambos jóvenes. 

Una sonrisa salió de Miguel abrazando a Hiro y aspirar el aroma que su novio soltaba. Hiro estaba feliz, y podía notarlo. 

.....

—Miguel...— la voz de Hiro era estresada, había mucha gente, demasiada para el gusto del omega. En especial la presencia de ese tipo de personas en particular.

En algún momento de esa gran fiesta, ambos chicos se habían separado. Sin saber como, lo habían hecho. Ni siquiera el mexicano mayor estaba cerca al genio. Una frustración y pizca de pánico empezaba a albergarse en el chico.

Su celular no lo tenía, estaba en la bolsa del mexicano, mala idea dárselo antes de bajar del auto.

Como única cosa que pudo hacer para calmarse, fue alejarse un poco de la multitud. Demasiada gente, entendía que era gente del medio donde Miguel y Marco se movían. Además de algunos extra, la prensa era sofocante. Al menos había escapado de fotos por ir con su novio.

Esperaba que Miguel estuviera buscándolo.

Con un último suspiro, el joven optó por abrazarse a si mismo. Se sentía estresado con esa fiesta, había ido solamente porque irían con la familia de Miguel después de esto. No estaba en sus planes haber terminado lejos del moreno en los primeros diez minutos de fiesta.

—Oye, ¿Te sientes mal, chico?— La voz hizo que Hiro de forma automática girara a verle. Sintió sus piernas temblar y el aire irse de sus pulmones, la mirada preocupada del mayor le hizo sentir náuseas, sus piernas empezaron a fallar teniendo la necesidad de recargarse en la pared más cercana —. Chico, déjame ayudarte, el servicio de atención médica está del otro lado.

—¡No me toque!— el gritó del genio había llamado la atención, además de sorpresa ante el golpe que el genio había lanzado.

Hiro estaba asustado, su expresión era de pánico absoluto. La mirada del mayor fue sombría en el momento del golpe, pero inmediatamente volvió a una serena.

—Tranquilo, no le haré nada, voy a llevarlo para que le den asistencia médica. Parece que no se encuentra bien.

Había un deje de molestia en la voz del alfa, había cámaras y la sola idea que ese momento hubiese sido capturado le frustraba, le frustraba el omega frente suyo. Mientras tanto Hiro sentía enormes ganas de vomitar, quería huir, a cualquier lugar, pero sus piernas no respondían. No le obedecían. 

El mundo lo quería ahí. Indefenso. 

—¡Hiro!, lo lamento, de verdad— Miguel había llegado, al igual que sus otros dos acompañantes.

Los tres se habían encargado de buscar al genio desde que se habían separado, pero la multitud no había ayudado. Fue sorpresa para los tres que al divisar al chico, este hubiese golpeado al mayor. Podría ser que el mayor lo molestara, pero ambas actitudes eran diferentes y de ser así, habían personas cerca que pudieron intervenir.

—No se preocupen, pero deberían llevarlo a servicios médicos. Los omegas son un poco débiles al estar con tantos alfas en un espacio reducido.

—Gracias, lo haremos — Miguel se disculpó nuevamente viendo al mayor irse y enfocar su atención en Hiro.

Hiro estaba en el suelo apretando su cabeza, se notaba el terror en su mirada. Y las palabras de "No es verdad" se escuchaba por lo bajo. Hiro estaba en un ataque de pánico.

Su agresor estaba en el mismo lugar que él.

Había visto la cara de su agresor.

—Hiro, ¡hey!, Dime que sucede, ¿Quieres que te...?— la voz del mexicano fue interrumpida por un golpe en la boca.
Hiro le había dado un puñetazo en defensa.

—¡Aléjate!, ¡No me toques!


....

Gracias por la espera y por leer uwu 


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