—Hiro, no creo que esto sea una buena idea—murmuró la coreana al mencionado, quien sin embargo la ignoro—Hiro, es peligroso

—Amigo, Gogo tiene razón, anda, ¡Baymax dile los riesgos!—protestó un preocupado rubio mirando a su amigo en el cielo

—Los riesgos de caer de esta altura son fracturas, golpes graves, alguna contusión, sangrados

—Sí, Baymax silencio, chicos, tenemos una oportunidad, ustedes están haciendo de distracción, Baymax y yo trataremos de cerrar el paso, no se preocupen—el menor de los héroes hablaba confiado, claro que en su mente sólo se veía a si mismo cayendo a gran velocidad

—Hiro, es mejor esperar a que llegue, si intervenidos podríamos afectar—ahora la rubia intentaba persuadir al más bajo

—Hiro, piénsalo bien, es peligroso

—Chicos, si no intervenimos ahora perderemos el rastro, llevamos siete años buscando esta oportunidad, a la cuenta de tres, uno

—Hiro, no estoy seguro de...

—Dos

—¡Hiro!

—¡Tres!

....

—¿Hay señales Baymax?—el azabache se mantenía de pie recargado en la pared intentando que su cuerpo recobrara la fuerza, después de haber dejado que la gravedad hiciera su trabajo, el caer de al menos unos mil seiscientos pies de altura en una caída libre hizo que presión del joven genio estuviera increíblemente baja.

—El movimiento está siendo rápido, son cincuenta y tres omegas, por esa dirección—después de que el robot señalara el más joven empezó a caminar con él.

—Están drogados ¿no es verdad?—susurró el azabache mirando a el grupo de jóvenes

—Sí, principalmente están adelantando su celo

—Subasta—murmuró el más bajo enviando su ubicación a su equipo, si todo iba acorde al plan, ellos deberían estar entrando justo ahora—, ¿Qué dices amigo?

—Volar me hace un mejor asistente médico—después de esa frase el más joven subió en Baymax para empezar a volar sobre ellos, llamando la atención de esos alfas quienes sin pensar empezaron a disparar y corretear a ambos, esa era la oportunidad de los otros de rescatar a el grupo de omegas antes de que fuese demasiado tarde.

—Recuerden, no hablen con ellos, sólo sáquenlos de aquí, díganme cuando estén fuera para salir—el líder del grupo seguía siendo el distractor

—Entendido, Hiro, ten cuidado—habló el rubio a lo que el menor sólo respondió con un "sí"

Después de al menos diez minutos en los que cada uno mantenía su labor, el grupo de omegas fue desalojado de ahí y llevado a un hospital cerca por Wasabi y Gogo, Fred y Honey mantenían distracción y retenían para que no fuesen tras los otros dos, mientras tanto el joven Hamada y Baymax seguían como distractores principales, era la primera vez que interferían, estaba saliendo bastante bien.

—Baymax, andando—murmuró saliendo del túnel y recoger a sus dos amigos saliendo de ahí

—¿Creen que haya servido?—murmuró la rubia, se notaba demasiado que estaba sumamente preocupada

—Apuesto a que sí, al menos fue un buen comienzo—habló el rubio

—Ahora sabemos la ruta que toman, al menos cuando utilizan este punto de reunión, sabemos que tienen doce puntos, sabemos cómo funciona uno, debemos encontrar los otros once, sólo así podemos ir deteniendo

—Hiro, esto es peligroso, sabemos que tienes buenas razones, pero, ¿no crees que es mucho?

—Honey, no lo creo, somos los únicos que podemos hacer a algo o más bien, los únicos que hemos hecho algo, si puedo evitar que pasen por lo mismo que yo, claro que lo haré, ahora hay que apresurarnos, necesito una ducha—murmuró molesto, aunque ambos rubios sabían perfectamente que pasaba en la cabeza del menor, llegando a casa lo consentirían como el cachorro que era para ellos.

....

—¿Hiro sigue en la ducha?, ¿pueden decirme si paso algo cuando venían para acá? solo hay una razón por la cual Hiro se tarda tanto—la preocupada voz del mayor de los Hamada estaba haciendo que el grupo de héroes quisiese decir la verdad—, ¿chicos?

—No sucedió nada, así que esconde tu aroma—el más joven del grupo salió tallando su cabello con una toalla para secarle 

—Hiro, tu piel—murmuró el rubio muy preocupado, normalmente los tallones hacían que su piel quedara roja y reseca, esta vez el menor había hecho heridas en ella

—Hiro, ¿me dices que no pasó nada y sales de esa forma?—murmuró enojado el mayor del grupo—ninguno va a salir de esta habitación hasta que me digan la verdad 

—Tadashi...guarda tu aroma, por favor —respondió con bastante molestia el menor del grupo 

—¡Dime!—la "voz" de tadashi siempre doblegaba al más bajo del grupo, esta no fue la excepción, el cuerpo del pequeño omega empezaba a temblar 

—¡Tadashi basta! —la rubia se colocó en medio de ambos jóvenes, la coreana tomo a el menor alejándolo del alfa de su hermano, esas acciones solo lastimaban al más bajo y que por el momento él estaba sensible 

—¡Honey!...—el mayor de los Hamada intentaba tanto calmarse como encontrar palabras correctas, pero estaba desesperado—, por favor, se los ruego, díganme que es lo que sucede, Hiro es mi hermano, díganme ¿qué demonios sucede?

Los tres jóvenes se miraron en silencio, ¿qué iban a decir?, la verdad no era una opción, pero después de ese momento, ¿que dirían?

—Eso no te incumbe—los cuatro chicos miraron al menor del grupo quien regresaba más tranquilo a la habitación junto a la azabache 

—¿De qué hablas?, eres mi hermano, Honey es mi novia y los chicos mis amigos, son mi familia claro que me incumbe, más cuando eso te está haciendo daño, por dios Hiro, no sé en qué están metidos, me preocupa que se hagan daño, pueden lastimarse y tú...

—Tadashi, no sigas—el moreno intento intervenir

—Amigo, basta—el rubio también miraba con preocupación a el más joven, conocía esa mirada, todo estaba volviendo a su mente 

—Continua...te reto—la mirada del más bajo era neutral, el mayor lo había arruinado, en grande—, ¿no?, eso creí—murmuró saliendo de ahí, quería otra ducha, otra larga ducha, exactamente eso hizo. 

—¿Cariño?—Honey se acercó a su novio abrazándolo con fuerza—, a su debido tiempo, ahora, vamos por gomitas, serán necesarias—tras decir eso, el mayor salió junto a su pareja, era el peor hermano según él.

.....

—¿Tas bien?—el mayor de los Rivera miraba con duda a su hermanito, se veía más imbécil que de costumbre, pero esta vez no había hablado con el Hamada, desde hace tres días—, ¿Miguel?

—Simon, solo que siento algo raro, no sé, tal vez el cambio de horario, entonces, ¿qué decías?

—¿Quieres cenar aquí o salir?, a nosotros nos da igual—murmuró sentándose al lado de su hermano—, ¿seguro que no es por el chino?

—Salgamos, chingue su madre y no, Hiro no tiene nada que ver, no he hablado con el wey, por cierto, ¿crees que podamos regresar a casa para noviembre? 

—Espero, se supone que iremos a Santa Cecilia, así que realmente espero que sí, ¿ya sabes que le dirás a mamá Elena?, ya se enteró que tienes pareja 

—La puta madre, ni siquiera es mi pareja, sólo le diré que fue un error o no sé, wey indirectamente le pedí a Hiro que fuera mi omega—el más joven se escondió en la almohada, se sentía raro

—A ver cabrón, eso si no lo entendí, ¿Cómo está eso? —el mayor se acercó a quitarle la almohada a su hermano, no necesitaba salir, ahora mismo quería respuestas y saber el chisme completo

—¡No se! es que, mira, todo iba chido, el día que salí con él le dije que si mi México hermoso lo sorprendía yo ganaba puntos y si lo lograba el me daría algo, el punto es que ese día me he he para atrás cuando me dijo amigo, pero hace tres días el me volvió a llamar amigo, pero me gusta un chingo que le dije que esperara por mí, no sé, siento que ya la cague

—Bueno, tal vez si un poco, porque mira morro, no se conocen y se lo pediste, apuesto a lo pendejo, segunda, ¿crees volver a verlo algún día? y tercero y más importante tanto tú como él encontrarán a alguien, en mi opinión bájate un poco de las nubes, te apoyo y lo sabes, si se dan las cosas con el chino, será increíble, pero se realista Migue, por favor.

—No lo sé Marco, enserio estoy confundido, si te soy sincero si me veo de forma sería con Hiro, antes no pensaría en renunciar a la música por alguien, ahora si lo estoy considerando, ¿crees que estoy mal?

—Miguel...—una sonrisa fraternal salió del mayor de los hermanos, ver a su hermanito enamorado era algo que él apreciaba—no estás mal, pero tal vez si vas un poco rápido, primero intenta ser su novio y ya luego vemos que pedo, si vas enserio con el wey ese, te voy a ayudar, juntos haremos que ese chino caiga en los encantos Rivera, ¡claro que sí!

Una sonrisa salió en el menor de los Rivera, haría todo lo que pudiese para ser pareja del chino con carácter de la chingada.

—Ahora muévete, quiero comer algo decente antes de la comida de avión.