Cuando su pie tocó la grama del desolado pueblo el ambiente se puso tensó en el lugar. el lobo frente a la casa, con ese pelaje gris, era identificable como el del alfa de esa manada. Lo habían enviado aquí para ayudar a matar un alfa, él debía dar los primeros disparos.

Tomando su arma de fuego miro directo a los ojos del lobo, aquellos ojos rojos, la forma en que sus garras raspan el suelo, sus enormes fauces babeando, la forma de su enorme espalda estaba curvada.

Apretando el arma entre sus dedos, corrió hasta una posición favorable y disparó dando en el lomo del gran lobo, echando a correr llegó hasta uno de los tejados desde el cual se plantó para volver a disparar al ojo izquierdo del can.

Observó el carro que llego, de la máquina emergió un chico de uno noventa de altura, piel bronceada, cuerpo bien ejercitado, cabello dorado, ojos cafés; con el detalle de qué estaba desnudo, con poco más que una tela tapando su desnudes.

El chico Rubió empezó a transmutar liberando sus hormonas lo que irritó un poco su olfato, un beta no podía distinguir bien los aromas, pero si lograba percibirlos identificando así a los alfas y omegas.

Cuando el gran lobo de pelaje dorado estuvo listo, el francotirador se recostó sobre el tejado y analiza la escena que se presentaba frente a sus ojos.

El lobo gris captó la presencia de otro alfa más fuerte por lo que se acercó -mal herido- hasta el alfa del pelaje de sol, cuando los ojos de ambos canes se encontraron empezó una guerra de gruñidos; gruñidos que aumentaban poco a poco. El francotirador miró uno de los tejados de enfrente encontrando a su compañero con un arma en mano, apuntando estratégicamente hacía el suelo.

Volvió su vista a los lobos encontrando como se acercaban. Entre gruñidos y jaleo el que lanzó la primera mordida fue el gris, el dorado por su parte contra atacó tirando directo al hocico del otro logrando hacerle sangrar. De inmediato y sin avisar el lobo dorado tomo del cuello al alfa gris tirándolo hasta uno de los árboles de la zona; el sonido del cuerpo chocar junto al alarido del enorme lobo era alucinante. En ese momento aprovecho y disparo directo al pecho del lobo gris logrando hacer un poco más de daño internó.

El dorado en segundos se acercó al gris y lo volvió a tirar arrancando parte de su pesado pelaje de una sola mordida, de inmediato el gran lobo gris -sangrante y mal herido- empezaba a decaer aún más perdiendo las energías. El alfa dorado se acercó gruñendo y liberando más hormonas para marcar territorio, logro dominar sobre el alfa gris; y una mordida bastó para que el cayera muerto.

En eso el gran lobo dorado trasmuta volviendo a su apariencia humana, ensangrentado de aquella pelea, fija su mirada hacia los francotiradores y levanta el dedo del medio, confirma do así la muerte del alfa.

🥀

Con ropa puesta, miro el mapa del pueblo, las diferentes casas de cada ayudante de el anterior alfa fueron asaltada hace mucho, solo les faltaba matar al alfa, por eso Yoongi y Taehyung habían asaltado primero al alfa con el fin de generar la ventaja física; con la pierna mal herida y la visión semi cortada podían hacerlo menos ágil y sin reflejos.

Hoseok, su mano derecha miraba atento cada detalle del mapa mientras Jungkook hablaba afuera con varios omegas que vivían con aquellos alfas que mataron, miro con desdén la forma en que todos se movían para evitar entrar a la dichosa casa del líder de la manada

El primero en mover su cuerpo dentro fue él, manejo su cabello dorado hacia atrás y abrió la puerta agudizando su oído y olfato para captar las presencias dentro del lugar, detrás de él venía Yoongi y Taehyung.

El aroma amargo de un omega llegaba sus fosas nasales, el omega parecía esconderse; el miedo y la desesperación lo irritan, quería ir ahora y calmar al omega, quería cuidarlo y que se sintiera a gusto.

Mirando habitación por habitación con sus escoltas, llegaron hasta las escaleras que daban arriba pero ahí no había nada, podía sentirlo, mando a Taehyung y se quedó con Yoongi. al rato el beta volvió negando; asintió y miro hasta una puerta detrás de las escaleras, miro a Yoongi que se acercó sin disimulo y destrabó la puerta.

Ahí, dentro del pequeño armario, un omega de hombros anchos y mirada perdida temblaba de miedo, sus manos se aferraban a sus piernas desnudas y golpeadas, su marca sangraba debido a la posible muerte de su alfa; el camisón sucio que apenas y cubría su cuerpo, su cabello castaño largo hasta sus hombros.

Namjoon inconsciente de su cuerpo empezó a liberar hormonas para calmarlo, esa extraña sensación de querer ayudarlo, de querer llevarlo como bebé hasta el auto, esa extraña sensación que crecía conforme veía el rostro del omega llorar en silencio.

Se acercó sin saber todavía por qué, intento tomar al omega entre sus brazos pero esté se asustó y intentó huir, intento que no lo tocará; los dos betas miraban la escena bastante extrañados, Kim Namjoon nunca se comportaba así, el alfa nunca mostraba ese tipo de preocupación por la víctimas, solo las salvaba y la ayuda psicológica la hacía Jungkook.

Pero en ese instante ahí estaba el alfa intentando que el omega se acercara, lo que poco a poco fue sucediendo; el castaño empezó a acercarse al ver que no era el rostro del alfa al que conocía.

Cuando estuvo en los brazos cálidos y firmes del rubio se sintió tranquilo, como si nada lo atormentarse, como sí las cosas estuvieran bien ahora, eso lo hizo sentir bastante ansioso.

Ansioso de no poder lograrlo, de que el alfa frente a él sea igual que el anterior y lo forzará, lo dañará y lo maltratara; no sabía cuan equivocado estaba, pero aquello no lo sabía ¿No está bien desconfiar de la gente cuando viviste toda tu vida encerrado y maltratado?

Pero en ese momento se permitió caer dormido en los brazos cálidos del desconocido.

🥀

Sus pesados ojos se abrieron ubicando las paredes donde se encontraba, no las reconocía; los cristales de la ventana dejaban entrar los cálidos rayos de la tarde, su respiración era armoniosa junto a las notas musicales que provenía de la Planta baja, llamaban su atención, esa sensación de que todo estaba bien crecía en su interior.

Se estiró sobre la cama sintiendo la gasa sobre su piel, observó cómo sus heridas habían sido tratadas. se levantó poco a poco viendo a su alrededor, era una habitación muy ordenada, libros clásicos en una estantería, un escritorio pequeño con una computadora y sus audífonos, el ventanal semi abierto con la luz del atardecer iluminado y la cama de gran tamaño de sábanas vino tinto.

Todo en esa habitación gritaba minimalismo, un ambientación muy orgánica y poco ostentosa-no como la de su alfa-se acomodó sobre la orilla de la cama e intento levantarse, pero sus piernas no daban, terminó en el piso mirando sus piernas; miro sus manos delgadas, y la forma en que sus dedos tocaban la alfombra alrededor de la cama, era suave, llena de mucha pelusa por lo que no dudo en recostarse en ella y pasar sus dedos por toda la extensión del lugar. Su vista se posó en un pequeño detalle del nochero al lado de la cama, ahí había un plato humeante de sopa de algas y gachas de arroz.

Se apoyó de la cama y se sentó en la orilla recostándose en el respaldar, tomo entre sus dedos la sopa y los palillos y empezó a comer poco a poco; era su primera comida en días, desde que fue castigado por no dejar que su alfa le pegará. Ese día le pegó tan fuerte en las piernas qué lloro en el armario durante quien sabe que tiempo, los ruidos del exterior eran fuertes por lo que nunca salió a ver qué había, el solo sabía que no estaba en las facultades de salir del armario y mucho menos de ir a robar algo de comida de la nevera. A pesar de qué nona dejara comida en la puerta, si comía su alfa volvería a pegarle.

Pero ahora no aguantaba el hambre y debía comer o sentiría la sensación de morir. Miro su mano derecha y noto un algodoncillo con un poco de cinta quirúrgica que tapaba un pequeño pinchazo de talvez un catéter.

Tal vez en lo que dormía le inyectaron suero, si recordaba mejor lo que pasó antes de desmayarse fue sentir el reconfortante aroma a hierba buena y café de un alfa puro.

Miro el reloj y noto que eran las cinco de la tarde, por lo que terminó su comida y tratando de caminar sostenido de la cama empezó a andar hasta la puerta, pero, está fue abierta poco a poco dejando ver a un pequeño niño de poco más de ocho años, los ojos del pequeño vieron directo a los del omega y de inmediato el niño salió corriendo gritando mamá en voz alta.

Seokjin templo un poco pero su preocupación se disipó cuando vio al pequeño venir de la mano con una mujer mayor de espectro robusto, cabello negro, piel nívea, y ojos azules como el mar.

-Oh, el joven está despierto, venga, venga, para llevarlo con el señor Namjoon -la mujer se acercó y dio una mano al omega, el aroma de la mujer era de esperar de un beta, tan tímido y poco amenazante, su aroma era muy suave. Seokjin se sintió a gusto con la mujer que fácil mente recargo su peso en ese fuerte brazo y camino a pasos de tortuga hasta la habitación del tal "señor Namjoon"; la mujer tocó el despacho y un "pase" sonó en alto, Seokjin sintió sus piernas flaquear y su cuerpo temblar al percibir el aroma a cítricos combinado con el aroma del café y la hierba buena.

Ahí había dos alfas y un chico cuyo aroma no lograba percibir, hablando a lo qué pararon al ver al castaño, la mirada de los tres era un poco inquietante pero poco a poco caminaba hasta una de las sillas afelpadas del lugar.

-Señora wang, ¿Por qué no me avisó? para ir a su habitación y no hacer que venga hasta acá donde nuestros aromas pueden incomodarlo -la señora wang miro al castaño, y sonrió.

-El parecía querer caminar -Seokjin asintió sentándose en una de las sillas, con ayuda de la señora wang.

-Así que él es el que dijo Yoongi que trataste como príncipe -la mirada irritada de Namjoon se enfrentó a la de Jungkook quien había lanzado el comentario.

-Que atrevido eres nochito, hyunie no te enseño así -la lengua del chico fue la respuesta a Hoseok.

De inmediato quién había estado haciendo bromas miro directo y con cara sería al omega, los brazos del chico tenían múltiples tatuajes, muchos tatuajes hermosos que adornaban su piel, su cabello largo hasta su mentón, la forma de sus labios y como brillaban sus ojitos al ver lo que llamaba sus atención.

-Tu... ¿Cuál es tu nombre?, ¿Te sientes bien? -Seokjin negó, la presencia magnética del alfa de aroma a cafeína era intimidante, su aroma pesado, la forma de sus ojos de dragón lo miraban casualmente.

Un aroma tan atrayente como peligroso, su lobo resentido parecía reaccionar al aroma, pero hacía tiempo dejó de tener contacto con el lobo de su interior, un lazo roto por el maltrato era difícil para su lobito sobre llevarlo.

-Yo... Me llamo Seokjin, soy de la manada de aulladores... -se sentía pequeño, y tímido, se sentía morir.

-Yo soy Jungkook del consejo del ancianos, soy ayudante del anciano Namjoon -miro al rubio que alzó su mano disimuladamente para saludar, -él es Kim Namjoon, es un alfa puro, su aroma era así de fuerte por naturaleza por eso se preocupó mucho de que estuvieras en su despacho -Seokjin asintió.

-Soy Hoseok, el alfa del lindo Omega Jungkook. Soy la mano derecha de Nam por lo que me verás en esta casa la mayoría del tiempo junto a Jeon -y por último Namjoon guardo los papeles que tenía en mano y por fin vio al omega directo.

-Soy Kim Namjoon, soy el alfa puro y anciano del que hablan mis amigos -y la pequeña risa cómplice la soltó Jungkook sonó casi como burla, Namjoon miro feo al omega revoltoso y miro a los ojos del castaño -estas aquí por qué queremos informarle de ciertas cosas y que usted nos diga que pasó y que era del alfa anterior -Seokjin se preocupó un poco con esa información»

» Primero que todo el alfa líder Taehyon de la manada de aulladores está muerto.

-ancorsick