Capítulo 13: Entrenamiento
Junio, año 2016, Tokio. Japón.
Pactar con el demonio era algo que Víctor no se consideraba capaz de hacer.
Pero teniendo a aquel demonio de ojos escarlata que no dudaría en arrojarlo a los cerdos en el momento en que mejor le conviniera, lo mejor que podía hacer era hacer un contrato con este para cumplir así todos sus objetivos. Usarlo como una marioneta para sus propósitos mientras este creía que era el titiritero. Sonaba horrible, pero el ruso sabía que era la única forma viable de garantizar su supervivencia y obtener la información que necesita para encontrar a su equipo.
Sin embargo....
— ¡Esto está mal!
El sonido seco de una fusta golpeando fuertemente contra las manos del coronel ruso reprendieron la mala traducción que había realizado en el anterior ejercicio del idioma japonés. Yuuri, siendo el instructor, le veía decepcionado y fastidiado por su desempeño.
—Si quieres permanecer en este lugar y recuperar algunos de tus derechos, deberás esforzarte para ello. Si no sabes el idioma de tu amo, jamás podrás responder correctamente a las órdenes que este emite —aseguro en inglés, pero haciendo énfasis con la vara en sus manos. Víctor seguía viéndole con resentimiento mientras se sobaba las manos—. Amo y mayordomo, tú y yo aún no parecemos eso. Si quieres salir de este lugar, nosotros debemos convertirnos en eso más rápidamente. No pasare vergüenzas por un alfa inútil que no sabe cómo razonar en japonés.
Si. Para que Víctor pudiera obtener aquella afamada "libertad" que necesitaba para su plan, debía adecuarse a las figuras que el sistema de la republica ofrecía para los alfas domesticados "como él". Katsuki Yuuri era una persona de estatus y poder dentro de la república omega, un simple esclavo sexual no debería ser capaz de salir o servirle más que como proveedor de servicios sexuales. No obstante, un mayordomo si sería capaz de acompañarle en todas sus actividades, atribuyéndole un poco más de margen de acción. Por ello, el omega le había planteado esa oferta. Víctor debía convertirse en su mayordomo y "guardaespaldas" en público, para de este modo obtener contacto con el exterior y serle considerado "un ser humano" con ciertos derechos, recibiendo de este modo, mejores tratos. No podría dejar de proveer sus servicios sexuales, pero haciendo un buen trabajo, su seguridad estaría cubierta por el japonés. Desde la perspectiva del japonés, sería un ganar-ganar, Víctor tendría un poco más de libertad, al igual que mejores tratos, y Yuuri tendría un guardaespaldas, mayordomo y amante eficiente todo el tiempo que deseara. Esa era la forma en la que iban a funcionar de ahora en adelante. Por supuesto, para que esto pudiera ser cumplido ninguno de los dos delataba al otro. Yuuri no hablaría sobre lo que le había hecho el ruso, ni las ofensas que había cometido, y Víctor, por su parte, no diría ni mostraría nada sobre el enorme placer que le provocaba al japonés ser dominado por un alfa. Si aquellos paramentos eran cumplidos al pie de la letra, de lo contrario no tendría piedad en enviarlo nuevamente al área de control. Es riesgoso porque Víctor sigue caminando en una cuerda floja, pero decide aceptar las condiciones, a sabiendas de que tiene poco tiempo, ya que no sabe hasta cuándo podría funcionar ese juego que estaban comenzado, hasta cuándo podría durar la paciencia del japonés hasta que la perdiera y decidiera deshacerse de él, por eso debía tomar el tiempo, administrarlo y encontrar una manera de escapar y encontrar a su pelotón.
No obstante, para cumplir todo eso había ciertas cosas que el coronel ruso debería comprender y aprender, debiendo seguir un extenso entrenamiento que le preparara para su nuevo rol, de eso ya llevaba un mes y el joven alfa bebía admitir que estaba airado. En primera instancia estaba el idioma, un aspecto complicado para el ruso que, aunque era experto en tres idiomas (ruso, inglés y francés), los idiomas asiáticos, especialmente uno tan complicado como el japonés, jamás habían sido de su particular interés. Debía ser servicial, servir él te, atender a las personas y visitas que tuviera el omega, al igual que realizar diversos trabajos que implicaba un mayordomo. Además de ello, debería comprender ciertas reglas de etiqueta para poder acompañar al omega a los lugares que este requería asistir.
—Deberás referirte amo katsuki —le indico, en una de sus sesiones—. Señor katsuki o Katsuki-sama también son opciones aceptables.
— ¿No puedo simplemente llamarte Yuuri o Katsuki?
— ¡No seas insolente! —bramo el omega, sintiéndose insultado ante el descaro—. Tú no eres más que un simple alfa, no creas que tienes la potestad para llamarme con tanta confianza. Yo soy tu amo y tú eres mi esclavo, no te confundas.
Víctor esbozo una mueca de disgusto. Parecía estar dentro de una fábula moderna de la edad media donde él era el vasallo de un excéntrico y ególatra maestro. Aquel circo en el que estaba participando voluntariamente le estaba molestando en extremo, debía contenerse para no alzarle la voz y mandarlo al diablo, porque simplemente su vida pendía directamente de aquel trato. Aun así, de vez en cuando, Katsuki le sorprendía con ciertas acciones.
—Además, en este país las expresiones de cordialidad a las personas de acuerdo a su rango son muy importantes. Una palabra equivocada con la persona incorrecta, y ni siquiera yo seré capaz de salvarte el pellejo —expreso.
Ese era un consejo muy importante. Quizás demasiado considerado para un ser que formaba parte del grupo social que más odiaba con su alma.
El ruso de verdad se sentía extrañado e intrigado ¿Por qué aquel omega odiaba a los alfas de tal manera? Víctor debía admitir algo entre todo ese infierno que vivía diariamente con el demonio escarlata. No importaba lo tenaz, ególatra y pedante que fuera, hay un dentro de esa hostilidad que emanaba a través de sus ojos, de vez en cuando realizaba acciones que eran consideradas o "amables" con el alfa, estrategias que podrían ayudarle a mejorar su pronunciación o consejos que podrían dinamizar sus tareas como futuro mayordomo. Por supuesto, tan bien podría ser solo un capricho del omega mantenerlo con vida, después de todo, con él tenía la libertad de disfrutar todo aquello que le era imposible
—Entiendo. Pero, si no puedo decirle simplemente Katsuki en público ¿Puedo llamarlo de ese modo en privado? —aproximo, casi susurrando sus palabras.
Víctor jugo bien con las palabras, tomándolo suavemente del mentón mientras usaba un tono provocador. El rostro del omega enrojeció levemente mientras sus ojos se abrían con sorpresa, un leve silencio les envolvía mientras el alfa esperaba, Yuuri entornaba los ojos a su cuerpo y pasaba una de sus manos lentamente por su cuerpo, trazando su pecho y detenido su mano en medio de sus formados pectorales.
—Solo procura no hacerlo seguido —recomendó, para luego besar sus labios y caer ambos a la cama cercana donde podían desatar su lujuria como tantas otras ocasiones.
En ese pequeño periodo de entrenamiento, Víctor lo había ido descubriendo. Solo era necesaria una cuota de excitación para que todo el mal que expedía el joven fuera alejado por completo, o al menos por unos minutos. Justo cuando sostenía su cuerpo, alzando sus caderas al ritmo de sus movimientos, sin emitir palabras, aferrándose a su espalda mientras gemía por la sobreexcitación que las caricias y mordidas del alfa le ocasionaban, hasta finalmente alcanzar el clímax y disfrutar los estragos del sexo mientras el miembro ruso seguía impregnando su interior debido al hinchado nudo.
Nikiforov no podía negarlo, con esa nueva "libertad", conocía aspectos del japonés que no había visto jamás, haciéndolo sentir intrigado. Brutal, dominante, en medio del sexo, Katsuki Yuuri se transformaba de demonio infernal a un sensual súcubo que le atrapaba, apasionante y atractivo, Víctor no podía negarlo, sería demasiado ciego no reconocerlo. Quizás, si hacia buen uso de esa "brecha" podría obtener otro tipo de favores, mas no sabía cuánto podría llegar, por eso jugaba levemente, usando aspectos sin interés como un simple nombre con que llamarlo, no sabría cuánto podría avanzar o cuando podría ser penalizado. Pero dentro de todo eso, entre las facetas sensuales, infernales y aquellas afables que solo demostraba con sus seres semejantes y esas adorables mujeres con las que convivía, hacían que el coronel ruso se preguntara que más tenia para mostrarle aquel enigmático omega ¿Qué habían hecho los alfas para que este tuviera un odio tan enfermizo hacia ellos?
Si era sincero, el ruso podía darse miles de ideas, contradicho por el sistema que su mismo país aplicaba ¿Ese odio impregno en su mirada era capaz de formarse solo con las palabras de alguien o un sistema educativo? No lo sabía, pero Víctor quería descubrirlo. Por curiosidad quizás, para obtener algo con que chantajearlo... o simplemente para poder conocer algo más de él.
¿Que tal les ha parecido el capitulo? Fue inevitable no recordar para mi el proceso de adiestramiento de Ciel y Sabastian para ser amo y mayordomo XD me ayudo con ciertas referencias al igual que impulso la inspiración.
Cosas interesantes se vienen al igual que drama en algunos capitulos, ustedes bien saben si me leen en otros fics que eso es lo que más abunda, por lo cual esten muy pendientes.
¿Hay alguna teoria de que creen que sucedera? Apenas seguimos en el comienzo y Victor no ha dado su debut como mayordomo oficial de Katsuki Yuuri ¿Pueden imaginarselo? Yo solo babeo con Víctor vestido como mayordomo.
Espero que el capitulo les haya gustado y puedan seguir disfrutando de este fics y otros más que escribo, nos vemos dentro de dos semanas :D muchos saludos desde Venezuela.
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