|2|👑|Pero él no es un Omega
Park Jimin podría jurar que su cara era de completa estupefacción.
Desde pequeño le enseñaron a tratar a todas las personas, incluso a las más raras y groseras, con gran cortesía y caballerosidad. Por eso era raro que el chico cometiera el error de dejar ver en su rostro sus verdaderos pensamientos sobre alguien.
Sin embargo, en esa situación, era difícil no mostrar algo de extrañeza. No después de haber escuchado un discurso tan extraño de alguien aún más extraño.
"Tal como dicen las tabletas: Vendrá en la luz roja de la noche, trayendo consigo el brillo de la luna y las voces de su ejército espiritual. Vendrá a dejar su sabiduría celestial a los privados y a encontrar su hogar. Él vendrá a proteger, fortalecer, guiar y unirse al soberano Alfa en los días de tempestad que abrazarán a Adaman. Eres tú... Los cielos te han traído a mí. Eres mi omega de plata."
Las palabras del joven delante de Park Jimin todavía resonaban dentro de la cabeza de este último, repitiéndose como una estrofa aburrida de alguna música sin sentido. Parecía una especie de premonición que a menudo Jimin encontraba en libros de fantasía y mitología, como Percy Jackson y harry potter, pero con un giro romántico que dejaba la cosa un tanto desconcertante.
Pero lo peor de todo fue reflexionar sobre el último discurso.
¿Qué es un "omega de plata "? ¿Y qué hay de "MI omega de plata"? Una pequeña alerta en la mente del joven Park comenzó a palpitar.
Viendo que el chico delante de él lo miraba con expectativa, Jimin se rascó la frente y decidió decir algo.
—Mira... He entendido un total de cero cosas de lo que dijiste. Las únicas tabletas que conozco son las de los 10 mandamientos ¿Y qué es esa cosa de alfa y omega? ¿Estás dictando el alfabeto griego?
La expresión radiante del otro joven comenzó a desvanecerse, siendo reemplazada por una mezcla de vacilación y confusión.
—T-Tu... Quiero decir, ¿Su magnificencia no conoce la profecía? —Preguntó, confuso.
—¿Profecía? —Park Jimin contrajo el ceño al máximo. Lo único que le impedía concluir que el otro chico tenía unos tornillos menos en su cerebro era el hecho de que parecía bastante lúcido, con ojos vivos y centrados, llenos de una energía atrayente, pero no embriagadora.
Con eso en mente, los pensamientos de Jimin fueron tras lo que podría ser la última respuesta apropiada a esa situación.
—Oye, ¿es esto una especie de bosque cinematográfico de casualidad? Están filmando por aquí y terminaste confundiéndome con un actor, ¿no? Por eso dices esas cosas absurdas con tanta seriedad... Estás practicando tus diálogos conmigo, ahora lo entiendo.
—Un... "Cinemato...", Uhm...? El otro chico estaba confundido.
—Amigo, quedé muy impresionado con las instalaciones de este lugar y con ese enorme lobo que estabas montando antes. ¡Ni siquiera sabía que había lobos así de gigantes! Pero mira, no soy ni un actor ni un extra, sólo estoy aquí porque... En realidad ni siquiera sé por qué. Sólo quiero ir a casa, estoy cansado, con frío y hambre. —dijo Jimin, forzando una sonrisa.
El otro joven tardó un largo segundo en conseguir decir algo.
—Ehm, su magnificencia dice cosas muy complicadas, a mi, un simple mortal... Pero entiendo que deseas ir a un lugar donde puedas descansar. Espero que mi palacio esté a su altura. —dijo, poniendo la mano sobre su pecho.
Park Jimin dejó salir otra mueca y respiró hondo. profundamente.
Vale, este tipo está totalmente loco. Aquí está lleno de gente loca, pensó.
—Bieen... ¿Sabes qué? Sería descortés de mi parte pedirte que me muestres tu... palacio... Ni siquiera nos conocemos, y no sé tu nombre, así que seguiré mi camino y adiós. —con un gesto de su mano, Jimin le dio la espalda al otro joven y se giró para alejarse de allí.
—¡Espere! —el otro habló, aturdido, y corrió a colocarse de nuevo ante Jimin. Cuando lo hizo, se arrodilló de nuevo y habló de modo apresurado. —Siento mucho la falta de decoro, y-yo debí haberme presentado adecuadamente. Soy Jeon Jungkook, quinto hijo del clan Jeon y soberano de adaman. Me siento honrado de haber sido elegido por los cielos para ser su guía en el mundo mundano.
Esa fue la gota que derramó el vaso. Park Jimin comenzó a reír hasta doblar su cuerpo y sintió dolor en el estómago.
—¡Pff! Hombre, esa estuvo buena, en verdad... Hablastes tan maravillosamente que casi me lo creí por un segundo, jajaja... —Jimin dijo entre una risa y otra.
Todavía de rodillas, el joven que se hacía llamar Jeon Jungkook parpadeó varias veces y frunció el ceño. Teniendo una ligera impresión de que no estaba siendo tomado en serio, se levantó del suelo y se sacudió.
—Todo lo que digo es cierto, no entiendo lo que te hace reír...
—Claro, claro. Haha... —Jimin se limpió una lágrima en el rabillo del ojo. —Tú eres un rey y ese lobo que apareció antes es tu fiel escudero, claro... En fin, fue agradable conocerte, pero me estoy distrayendo. Buena suerte con tu película, eres un actor muy convincente. —Jimin dió palmaditas en el hombro de Jeon Jungkook y puso el libro y el regalo de Yeseo en su brazo derecho para que pudiera iniciar su caminata cómodamente.
Sin embargo, antes de que pudiera alejarse, una figura bestial surgió detrás de la oscuridad que penumbraba el bosque oscuro. Park Jimin abrió los ojos al ver al lobo gris de antes, la luz roja de la luna hacía brillar su pelo de una forma hermosa, casi incandescente, como llamas ardientes.
Debido a que sólo lo había visto brevemente hace unos momentos, Park Jimin no pudo captar con precisión el tamaño del lobo y todos sus otros detalles peculiares. Era, en efecto, bastante grande, de la altura de un hombre adulto aunque estuviera a cuatro patas, y sus ojos marrones brillaban en la oscuridad como faros de tono sepia.
—Di-dios... —Jimin jadeó y se congeló cuando el gran lobo se acercó a él hasta alcanzar la distancia de un antebrazo.
A su lado, Jeon Jungkook todavía se encontraba pensativo a causa de las palabras dichas por Jimin momentos antes.
—Bueno, su magnificencia casi acierta... Él no es mi "fiel escudero", pero si mi fiel general. —dijo Jeon Jungkook, y luego se giró para hablar con el lobo. —Kim Mamjoon, muestra respeto al omega de plata.
—¿Estás hablando con el lobo? —la voz de Jimin se debilitó, estaba temblando por culpa de ese enorme cuadrúpedo.
Con la orden de Jeon, el lobo agachó ligeramente su enorme cabeza y, para completo asombro de Park, comenzó a transformarse hasta abandonar el cuerpo canino y adquirir el de un humano.
Jimín cayó al suelo cuando vio, ante sus ojos, a un joven alto y fuerte tomar el lugar de aquel enorme lobo. Este hombre también tenía ojos marrones y cabello grisáceo. Su rostro estaba lleno de bellos ángulos, y entre tantas curvas, las más llamativas eran las de sus párpados, que se estrechaban de forma intimidatoria. También llevaba una armadura similar a la de Jeon Jungkook, sólo que más simple, más discreta.
Park Jimin olvidó cómo respirar. Se frotó los ojos y parpadeó varias veces para asegurarse de que no estaba viendo cosas.
Debo haberme pegado muy fuerte la cabeza, dedujo el joven, pero todos sus sentidos parecían más despiertos que nunca.
—¿He asustado a su magnificencia? Me disculpo. —el lobo/hombre /general Kim Namjoon se arrodilló rápidamente, e inclinó la cabeza tan lejos como no pudo.
—¿Necesitas ayuda para levantarte? —Jeon Jungkook preguntó a Park Jimin con sincera preocupación.
—Y-yo... Él era un lobo... E-él se convirtió en una persona... —Jimin señaló al ex lobo con el dedo índice. El sudor caía de sus sienes, su mente estaba atrapada en un torbellino.
—Uh, por supuesto, su magnificencia. Los alfas adultos pueden hacer esto fácilmente, y Kim Namjoon es un honorable alfa adulto. —dijo Jeon Jungkook con una sonrisa llena de orgullo.
Park Jimin entonces se levantó de un salto y agarró el collar de malla de acero bajo la armadura de Jeon Jungkook.
—Oye, puedes dejar de llamarme "su magnifinosequé" y centrarte en la pregunta importante? —Jimin sacudió a Jeon Jungkook y señaló al general arrodillado. —Este tipo era un lobo hace menos de dos minutos, ¿y todo el mundo está cuerdo con eso?
Tanto Jeon Jungkook como Kim Namjoon miraron a Jimin con muecas de confusión.
—Tal vez su mag... Quiero decir... ¿Quizás estás confundido después de haber sido enviado del cielo? Después de todo, es natural que los alfas y los omegas se transformen. Incluso tuve la oportunidad de ver algunos Betas raros haciendo eso. —la voz de Jeon Jungkook era tranquila, llena de paciencia y gentileza.
—¡Basta ya! —Jimin soltó al otro de repente y dio un paso atrás.
La historia de alfas, omegas y betas atravesó su cabeza como un rayo. Dos pensamientos se formaron a partir de eso: el primero viajó hasta su período escolar y trajo de vuelta una clase de biología donde la profesora enseñaba que, en una manada, estaban los lobos alfa, beta y omega, y cada uno hacía su parte en el grupo. El segundo pensamiento captó un recuerdo más reciente, ese mismo día, cuando Park Jimin vio en el libro de su hermana algo acerca de alfas y omegas siendo predestinados y vinculados.
Con una ráfaga de euforia, Park Jimin tomó una posición defensiva y apuntó a esos dos extraños.
—¡E-están con Yeseo! Es eso, ¿no? Esa mocosa debe haberlo preparado, como la vez que le pagó a un tipo para que me invitara a una cita. ¡Ese fue el peor día de mi vida! —dijo Jimin. —Ese lobo de antes era una especie de proyección holográfica, ¡LO SÉ! ¡Ustedes pusieron toda esta niebla aquí para que sea más difícil de notar, jaja!
Kim Namjoon encaró a Jeon Jungkook con el rostro palido.
—Majestad, ¿será que no está estable mentalmente...? —sugirió el general en un susurro.
—Hey, ten cuidado con lo que dices, él es una entidad divina. —Jeon Jungkook reprendió a su subordinado.
Los dos se volvieron hacia Park Jimin y lo vieron arrastrándose por la hierba.
—¿Dónde están los proyectores? Sé que deben estar por ahí, ¡Ese lobo era muy realista! —Jimin decía y se reía como un loco.
El rey y el general observaron la escena y pronto volvieron a murmurar.
—Tal vez, durante la venida a la Tierra, se haya lastimado un poco la cabeza... —dijo Jeon Jungkook, rendido.
—Estoy de acuerdo con su majestad. Antes, en mi forma de lobo, olí sangre en él.
Jungkook abrió los ojos y los dirigió en dirección a Park Jimin. Por primera vez vio un corte en la frente del otro chico, muy discreto y en gran parte escondido por la oscuridad de la noche.
Con la mandíbula apretada, el joven rey se acercó a él y se inclinó para que ambos quedaran a la misma altura.
Cuando Jimin levantó los ojos, estaba Jeon Jungkook, a unos pocos centímetros de distancia, encarandolo con una intensidad desconcertante.
— ¿Q-qué? —el joven Park fue tomado por sorpresa cuando Jungkook puso una mano en su frente, alejando algunos mechones de su cabello.
—Está herido. Perdóneme por no haberme dado cuenta antes... —Jungkook cortó su propio discurso y levantó la comisura de sus labios, para continuar inmediatamente después. —En fin. Su llegada aquí debe haberle cansado bastante. Por desgracia, la capital está a unos cuantos kilómetros, pero tengo tropas acampando cerca. Le proporcionaré toda la comodidad posible, lo prometo.
La sinceridad en las palabras de Jeon Jungkook dejó a Jimin paralizado durante largos segundos. Por mucho que cada coma o sílaba dicha por el otro chico fuera absurda y completamente surrealista, en ese instante no le parecía así al joven Park. Principalmente porque, mientras las decía, Jungkook tenía una mirada profunda en su rostro.
Sus dos pupilas negras reflejaban el rojo de la luna como espejos.
Park entonces bajó la cabeza y comenzó a revolverse sus propios cabellos, ya que se sentía perdido.
—¿Quieres parar con esto? Esta cosa... No existe tal cosa. Los lobos no se convierten en personas. Y si todavía estamos en Corea del Sur, porque según mis cálculos, es probable que todavía lo estemos, el único palacio que voy a encontrar es el de la época de Joseon, que a estas horas probablemente ni siquiera esté abierto para los visitantes. Ay. —el chico empezaba a sentirse mareado. Tal vez por la caída, o tal vez porque se había encontrado con muchas situaciones extrañas en un corto período de tiempo.
Al notar la incomodidad del otro, Jeon Jungkook tomó una decisión.
—Siento mucho lo que voy a hacer ahora, pero creo que debo llevarte a un sanador lo antes posible. Por lo tanto, iremos a mi campamento militar. —Jungkook habló, imperativo. Entonces, sin previo aviso, deslizó sus brazos por debajo del cuerpo de Jimin y lo cargó de un solo impulso, tan rápido que ni siquiera le dio tiempo al otro de huir.
—¡Hey! —Jimin comenzó a removerse en los brazos del joven rey, utilizando el libro y el regalo de Yeseo para golpear la cabeza de Jungkook. —¿A dónde me estás llevando!? ¡¡¡¡Esto es un secuestro!!! ¡Llamaré a la policía, lunáticos! ¡Déjame ir!
—General. —dijo Jungkook en una orden implícita, ignorando la histeria del joven en sus brazos.
Después de un asentimiento de cabeza, Kim Namjoon reverenció y comenzó a transformarse, ganando tamaño y pelo por todo su cuerpo, su ropa se desvaneció durante la transformación. Park Jimin se enfrentó a esa escena con asombro y comenzó a reír de desesperación.
—Esto es una locura, jajaja... —Jimin habló, antes de girar los ojos y desmayarse, como la bella durmiente de los cuentos de hadas.
🌔🌘👑🌒🌖
Park Jimin tuvo una noche de sueño muy problemática. Momentos después de perder el conocimiento, sintió una sacudida rítmica que provenía de su cuerpo, como si estuviera montando un caballo rápido. Desde entonces, su mente ha sido bombardeada por sensaciones externas, como el sabor amargo de un líquido que le habían metido en la boca, y toques sutiles en su frente herida.
Se despertó cuando sintió un olor a carne asada en algún lugar. Ese sabroso aroma hizo que el estómago del chico se agitara.
—Hmm. —Jimin se lamió los labios, que, por alguna razón, estaban cubiertos de una capa amarga familiar.
Después, el joven Park abrió los ojos lentamente, dejando que sus pupilas se acostumbraran a la luminosidad a su alrededor, hasta que pudo visualizar perfectamente la habitación en la que se encontraba.
De hecho, ese lugar no era realmente una "habitación ". Era más para una gran carpa, como las de circo, sólo que mucho más hermosa y elegante.
Cuando Jimin se sentó, se encontró en una cama redonda, hecha enteramente de pieles, con almohadas llenas de plumas. El piso estaba cubierto de tapices negros, al igual que la lona de la tienda, y ambos llevaban bordados rojos y grises que perfilaban el cuerpo de un lobo con cuernos de ciervo. A pesar de lo extraño de esta combinación, el bordado del lobo era hermoso y daba una sensación de misticismo, y también le recordaba a Jimin las bestias de sus juegos de ΜΜΟ.
—¿Dónde estoy...? —El chico se preguntó y después se pasó la mano por sus cabellos enredados, usando los dedos como un peine, hasta que tocó algo sobre su frente. —Pero qué... Oh. —Después de sacar el pequeño racimo que había, notó que era un conjunto de hojas secas. Tenían un olor agradable y parecían estar ahí para curar el corte de su frente.
"Genial, ¿pero qué acaso la gente aquí no usa ungüentos?". Pensó Jimin, mirando un hoja. Fue entonces cuando se detuvo y se dio cuenta de que no era el momento de pensar en algo así.
Estaba dentro de una extraña tienda, sobre una cama extraña, y lo último que recordaba era haber visto a un tipo apuesto que se hacía llamar rey, y a un joven que se había convertido en lobo.
—Ese lobo sólo puede haber sido una alucinación... —murmuró Jimin para sí mismo, y se frotó los ojos en agonía. —Dios... ¿Me trajeron aquí esas personas locas?
El chico examinó la tienda con los ojos y luego miró sus pertenencias; el libro, el regalo de Yeseo y si celular encima de una pequeña mesa de madera.
"Bueno, al menos no son ladrones" pensó aliviado, y comenzó a salir a rastras de la cama.
Después de guardar su celular en el bolsillo de su pantalón y poner el libro y el regalo en sus brazos, Park volvió a sentir el olor de la carne que lo había despertado. Su estómago rugió alto y suspiró profundamente.
Deben estar asando carne. Se imaginó, sintiendo que su boca se llenaba de agua. Comenzó a inclinarse hacia la idea de pedir un poco de comida.
—No. —se reprimió rápidamente. —No conozco a esas personas, son extraños. Además, tengo que irme, papá y mamá deben estar preocupados.
Y fue así que se dirigió fuera de la tienda.
Pero justo cuando el chico levantó la sabana para marcharse, un enorme lobo pasó justo por delante de él y se acercó a un grupo de personas con extrañas ropas medievales y rústicas. Poco después, la anatomía del mamífero cuadrúpedo comenzó a cambiar. El cabello desapareció, siendo reemplazado por una capa de piel pálida que pronto redujo su tamaño hasta dar forma al cuerpo y a la ropa de una mujer alta. Park Jimin tragó con fuerza y abrió los ojos. Como la luz del sol irradiaba con fuerza, pudo ver claramente que este cambio no era en absoluto falso ni estaba hecho de hologramas. Entonces el corazón de Jimin casi se le sale de su orcho y volvió al interior de la tienda con la rapidez de un parpadeo.
—E-eso... Así que anoche, lo que vi fue real... —el joven Park se estremeció. Comenzó a preguntarse si la comida que había digerido el día anterior había sido condimentada con alguna hierba peculiar que provocaba graves alucinaciones.
Como estudiante de ciencias naturales, presenciar la transformación de un mamífero canino en un humano, y viceversa, era más que absurdo. Sin embargo, todos sus sentidos estaban absolutamente lúcidos, Jimin estaba consciente de eso y ese hecho lo asustó más que nada.
No estaba alucinando, así que lo que acababa de ver sólo podía ser real.
¿Pero cómo? Si hubiera algo así en el mundo, los noticieros se volverían locos y la gente definitivamente estaría asustada. Sin embargo, el grupo que Jimin vio fuera de la tienda trató la transformación de esa mujer con mucha indiferencia y naturalidad.
Sintiendo que su mente daba vueltas, Jimin caminó hacia atrás hasta tropezar. Con la caída, las cosas que sostenía en sus manos terminaron por caer, y vislumbró otro acontecimiento extraño.
El libro que Jimin había encontrado en la habitación de Yeseo se abrió justo en frente de él, exhibiendo una página donde se mostraba la la figura de acuarela de un chico con ropa medieval elegante. El joven Park levantó las cejas cuando reconoció los rasgos de su rostro, aquela mandibula bellamente definida,la alta nariz, los labios finos y pequeños,los cabellos negros bien delineados y los ojos grandes y profundos.
El diseño era idéntico al tipo que había conocido la noche anterior, el tal Jeon Jungkook que no dejaba de decir cosas absurdas y divertidas.
¿Por qué está aquí su dibujo? Jimín pensó, frunciendo el ceño y se acercó al libro para verlo mejor.
Al final de la página que contenía el dibujo, había descripciones sobre ella.
"Jeon Jungkook, Alfa puro, rey Soberano de Adaman, la Tierra del Invierno Plateado, y 5º hijo del Clan Jeon, el clan de los lobos nocturnos."
—¿Qué está pasando aquí? —Jimin pensó en voz alta, recordando a Jeon Jungkook presentándose para él la noche pasada, usando descripciones casi idénticas a las expresadas en el libro.
Park comenzó a hojear las páginas, engullendo con avidez cada una de ellas, y se vio asombrado cuando percibió que el contenido del libro no era el mismo que antes. De hecho, ya ni siquiera había contenido. Toda la historia había sido borrada, los cientos de páginas estaban en blanco, sin ninguna línea escrita, y sólo unas pocas páginas al principio del libro permanecían llenas, pero incluso ellas parecían haber sido modificadas.
Además de la figura de Jeon Jungkook, había dos hojas en las que yacía la imagen de una ciudad medieval en las montañas, rodeada de bosques de coníferas y un inmenso río, con un alto castillo en el centro, rodeado por cientos y cientos de viviendas medievales. Bien debajo del dibujo grande, Jimin leyó la descripción que decía "capital del Reino de adaman"
En otra página, el joven Park vio una especie de glosario impreso con letras elegantes. Sus ojos se centraron en las palabras resaltadas en negrita con las que comenzaba cada párrafo, y se afanó en leer lo que había escrito.
"Los alfas son personas que tienen cuerpos con algunas características superiores a las de otros humanos, como una mayor fuerza bruta, agilidad y capacidad sensorial. Tales atributos los hacen aptos para el liderazgo y el combate cuerpo a cuerpo, por lo tanto, en cada generación, siempre debe haber un alfa sentado en el trono de Adaman. Aunque los hombres cis alfa y las mujeres trans alfa son incapaces de tener hijos en su vientre, pueden fecundar a los omegas y a los betas, incluso fuera de su época de celo, que dura 7 días y se produce cada cuatro meses. Sin embargo, ambos pueden fecundar y tener descendencia; pero cada situación se da en función de la sexualidad de la pareja. El instinto de dominación y territorialidad actúa en ambos durante sus relaciones, por lo que a veces es necesario vigilar las propias acciones".
"Los Omegas son personas que tienen cuerpos menos aptos para el combate, porque son más frágiles y delgados, sin embargo, tienen una resistencia superior y tienen buena capacidad mental. Tales características les ayudan en la protección de la familia y los hacen buenos estrategas; por lo tanto, en cada generación, siempre debe haber un omega sentado al lado de un alfa en el trono de Adaman. Todas las personas omgas son capaces de generar hijos en sus vientres, y entrar en un celo de 7 días cada dos meses, pero los hombres cis omegas y las mujeres trans omegas también pueden embarazar a un alfa, y sólo a un alfa, que tenga útero".
"Los Betas son equivalentes a la mayor parte de la población humana. Estas personas tienen habilidades promedio: superan a los omegas en fuerza, pero no en inteligencia, y sólo pueden generar niños de betas que son mujeres cis u hombres trans. Los hombres cis-beta y las mujeres trans-beta pueden fecundar, pero no entran en celo como los alfas ni poseen los instintos que unen a estos últimos con su familia. Estas personas tampoco tienen la capacidad de cambiar a forma lobuna, ni pueden captar feromonas, y menos aún pueden vincularse con una pareja eterna. Estas características, sin embargo, les dan una cierta libertad que los alfas y los omegas nunca podrán obtener".
"Las feromonas son olores naturales liberados por las personas alfas y omegas que causan diversos efectos sobre los demás, desde la seducción hasta la intimidación, o también sirven para marcar territorio. Durante la época de celo, tales feromonas se vuelven más fuertes e incontrolables, especialmente en omgas. Las personas Betas son incapaces de sentir feromonas ni pueden ser influenciados por ellas."
"Los vínculos son raros y pueden existir sólo entre omegas y alfas. Ocurren cuando la pareja se identifica como predestinados al conectarse emocionalmente y de manera profunda. A partir de ese momento, las dos almas trabajarán como una sola, lo que una siente, la otra también lo sentirá. Por último, los vínculos suelen ser "registrados" instintivamente a través de la mordida del alfa en el cuello del omega. La marca de esa mordida nunca se borrará, esa es una de las pruebas de la existencia del vínculo".
Vale, esto es extraño, pero tiene una lógica biológica, pensó Jimin al terminar de leer. Le gustaban mucho las historias en las que el autor conseguía crear un universo con sus propias leyes detalladas. Para el joven Park, todo valía la pena si tenía sentido en algún contexto de fantasía.
Al pasar otra página, el joven Park se encontró con el dibujo de un individuo peculiar. Sólo una parte de su perfil era mostrado, impidiendo al lector visualizar su rostro, pero había otras características en él que podían llamar la atención, como la piel blanca como una nevada intensa, los cabellos bastantes plateados, y dos cuernos de venado surgiendo de su cabeza. En las puntas de los cuernos brotaban flores rojas cómo la sangre, rodeadas de zarcillos oscuros que caían a su alrededor. Justo debajo del dibujo, Jimin leyó un mensaje.
"Nacido en plata y concebido como omega, él vendrá bajo la luz roja de la noche, trayendo consigo el brillo de la luna y las voces de su ejército espiritual. Él vendrá a dejar su sabiduría celestial a los privados y encontrar su hogar. Él vendrá para proteger, fortalecer, guiar y unirse con el soberano alfa en los días tormentosos que abrazarán a Adaman. También vendrá coronado por hilos de plata y cuernos de marfil donde brotan flores de sangre. Y así, todos lo reconocerán en el momento de su insurgencia".
—Espera un segundo... —Park tragó en seco, recordando una vez más las palabras del joven rey que había conocido la noche anterior.
Eres tú... Los cielos te han traído a mí... Eres mi omega de plata.
Park Jimin movió la cabeza de un lado a otro y se rió.
—No, no, no... Esto no está sucediendo, Park Jimin, no entraste en un mundo mágico después de desmayarte en el parque, ni estás rodeado de gente que se convierte en lobos y tampoco te confundieron con una extraña criatura mística. Sólo estás atrapado en el sueño más loco y realista de tu vida, eso es todo. —habló el chico con los ojos entrecerrados y una sonrisa forzada. —Ahora despierta, —se ordenó— vamos, despierta, tienes papeles que entregar y un campeonato de MMORPG que ganar. Despierta. Despierta. Despierta.
En cuanto abrió los ojos, vio que nada había cambiado a su alrededor.
—Por el amor de Dios, esto no puede estar pasando. —Jimin frotó si rostro con las manos. —Si acepto que es real, entonces voy a ser un loco...
Pronto comenzó a pensar en maneras de "despertar" y volver a la realidad.
"Los personajes de las historias suelen volver a su propio mundo cuando realizan las mismas acciones que hicieron para salir de él," Jimin reflexionó, "entonces lo que necesito hacer es volver a donde me caí y me desmayé."
Decidido a probar tal hipótesis, Jimin juntó sus pertenencias, poniendo su celular en su bolsillo y el libro y el regalo de su hermana en sus brazos y salió de la tienda. Cuando se vio afuera, Jimin fue abrazado por la luz solar, así que tuvo que apretar los ojos para ver mejor.
Mientras tanto, algunas personas que estaban alrededor lo vieron y se sorprendieron.
—¡Él es el omega de plata!
—¿Es él el ser de la profecía?
Asustado y temeroso de ser abordado por uno de esos extraños, Park Jimin salió corriendo. Se dio cuenta de la existencia de otras tiendas en su camino, que no eran tan grandes y elegantes como en la que estaba antes, y la presencia de decenas de personas, que vestían ropas extrañas y medievales.
Este lugar parece un campamento del siglo XVI, pensó el chico.
Park Jimin volvió sus ojos hacia todos los lados mientras corría, tratando de encontrar cualquier señal de Seúl o de una civilización "normal", cualquier indicación del parque por el que había caminado un día antes. Pero no había nada. Su visión sólo captaba kilómetros y kilómetros de bosques y montañas.
El punto en el que se encontraba era un gran claro, cortado por un río perenne tan claro que reflejaba las nubes del cielo.
Al final, cuando se acercó a la orilla del río, Jimin se dio cuenta de que no tenía sentido correr. ¿A dónde iría de todos modos? Adentrarse al bosque podía ser aún más peligroso, porque había el riesgo de perderse y encontrar una bestia salvaje aún más aterradora que esos enormes lobos. Por eso vio, con gran angustia, cómo se esfumaba su plan de volver al lugar donde se había desmayado.
El joven Park, con el corazón agitado y la garganta seca como un desierto, se arrodilló y metió la cara en el agua cristalina en un intento de enfriarse la cabeza. Algunas personas lo vieron haciendo eso y comenzaron a murmurar.
—¿El omega de plata? ¿Qué está haciendo?
—¿Será un ritual?
—¿Debemos imitarlo, entonces?
Más tarde, cuando sacó el rostro del agua, Jimin vio que cinco o seis personas lo imitaban, metiendo y sacando la cara del río.
—¿Q-qué están haciendo? —¿Hay alguien normal en este lugar? Jimin pensó, queriendo llorar.
—Estamos siguiendo los pasos del omega de plata. —uno de ellos habló con una enorme sonrisa en el rostro, y se inclinó ante Jimin. Los otros también se inclinaron.
—Dios, dejen de llamarme así. —balbuceó, con la cabeza palpitando.
—Por casualidad, su Magnificencia se siente confundido y... ¡Ah! —una de las personas interrumpió su discurso porque, en ese instante, alguien emergió del río. —¡El rey ha vuelto!
Cuando Jimin volvió sus ojos hacia el centro del río perenne, vio la figura de aquel tipo que lo abordó anoche, Jeon Jungkook, cruzando el lecho acuático con pasos lentos pero equilibrados, mientras llevaba en la espalda una red llena de peces recién pescados.
Ahora, con la luz del día, era posible notar todos los detalles de Jeon Jungkook, principalmente porque sólo llevaba pantalones negros que, debido al agua, contorneaba cada centímetro de sus fuertes piernas.
Con los rayos del sol delineando las curvas de los músculos de sus brazos y abdomen, exaltando las protuberancias allí y el fuerte pecho, siendo reflejado por su piel clara y su cabello negro, el joven rey era una vista impresionante. Park Jimin contó al menos siete personas suspirando mientras veían a Su Majestad atravesar el río hasta llegar a la orilla.
Esa fue la primera vez desde que llegó allí que Park pudo entender y compartir los pensamientos de aquella gente.
Justo antes de pisar tierra firme, Jeon Jungkook avistó a Jimin, así que dudó antes de continuar su caminata. Ahora el rey no apartaba la vista del otro chico hacia ningún otro punto, y esto sobresaltó al último, que se sintió intimidado y dio un paso atrás.
—Está despierto. —señaló Jungkook, esbozando una sonrisa.
—Ehm... —Jimin desvió la mirada y, con eso, vio que una multitud de personas y lobos los rodeaban, observándolos con una mirada contemplativa, llena de expectativas y admiración.
—Majestad, —Kim namjoon apareció en medio de ese montón y se acercó al joven rey. Fue sólo con la aparición del general que Jeon Jungkook dejó de mirar a Jimin. —sabe que no necesita hacer eso. Hay sirvientes para ese tipo de trabajo. —Kim tomó la red de peces que llevaba jungkook y la entregó a uno de los lobos.
—Lo sé, pero quería nadar un poco. —Jeon Jungkook se peinó el cabello con los dedos y los tiró hacia atrás, haciendo que pequeñas gotas de agua salpicaran a su alrededor. —¿Cómo está la situación a los alrededores?
—Todo normal hasta ahora.
—Que bien... —el rey suspiró, aliviado. Enseguida volvió a encarar a Jimin y dijo: —Después hablaré con las familias que fueron afectadas. Pídele a los cocineros que preparen los peces que capturé y los repartan a todos. No haré un banquete después de lo que ha sucedido, Pero al menos deberíamos celebrar este... este momento. —esta vez dijo jungkook, y Jimin vio que se veía muy feliz, como si estuviera ansioso por algo.
El joven rey entonces se acercó al chico, tan cerca que lo dejó aturdido.
—Tenemos que celebrar su llegada. —habló Jeon Jungkook en éxtasis, mostrando una de las sonrisas más hermosas que Park Jimin había visto en su vida.
Viendo que ya no podía huir, Jimin se frotó los ojos, respiró profundo y tomó la muñeca del joven rey.
—Tenemos que hablar en privado. —después de hablar, Park se alejó tirando del otro por el camino de vuelta a la tienda. Jungkook se dejó llevar en silencio, pues estaba demasiado perplejo cómo para decir algo.
La gente que vio la escena, incluyendo al general Kim Namjoon, estaban sorprendidos, en completo shock, y murmurando "¿Ya son tan cercanos los dos?", "El Omega de plata es bastante lanzado ".
Cuando llegaron a la tienda, Park Jimin se pasó la mano por el cabello y golpeó frenéticamente un pie en el suelo.
—Mira, esto es lo que pasa, yo... —el chico dejó de hablar cuando se dio la vuelta y vio que Jeon estaba completamente enrojecido en la cara. Se veía muy avergonzado por algo. —Oye, ¿Qué pasa?
—E-esque eso fue un poco repentino. No sabía que su... que me llamaría a... a sus aposentos tan rápido, sin tener al menos una ceremonia primero... —tartamudeó el joven. Su voz, pulida y clara,
parecia vacilar a cada silaba.
—¿Uh? A qué... —fue entonces que se dió cuenta del malentendido que estaba ocurriendo. —¡Ah! ¡No, no! Mira, eres demasiado guapo y todo, pero no te llamé aquí para follar conmigo.
La palabra "follar" hizo saltar los ojos de Jeon Jungkook de sus órbitas e intensificó el rojo en sus mejillas. Park Jimin encontró esta reacción bastante linda.
Con un sobresalto, el Rey Jeon trató de recomponerse.
—Entonces... ¿Qué quieres hacer conmigo? —deseaba saber.
—Para empezar, yo no soy de aquí.
—Ah, pero todos somos conscientes de ello. —Jungkook esbozó una bonita sonrisa. —Por desgracia nos encontramos en un momento complicado, pero en cuanto lleguemos a la capital de Adaman, le agasajaremos con una gran fiesta.
—No, no. No es eso. ¡Estoy diciendo que no soy de este lugar! No soy ese... ese omega de plata del que hablas. ¡Fue un error! —Jimin se pasó las manos por el rostro. —Dios, ni siquiera sé cómo estoy diciendo todo esto sin reírme, ¡porque esta situación es EXTRAÑA!
La expresión en el rostro de Jeon Jungkook vaciló. El brillo en los ojos del rey comenzó a desvanecerse de repente.
—Pero... Apareciste para mí como en la profecía...
—Sí, estoy conectado a ese malentendido.
—¿Conectado? —Jungkook frunció el ceño, extrñado por la forma de actuar de Jimin.
—Escucha, rey. Fue una gran coincidencia que apareciera cuando la luna se puso roja, pero hubo un malentendido sobre la parte de tu profecía que dice "vendrá con la luz de la luna y la voz de sus ejércitos" y bla, bla, bla. —Jimin sacó de su bolsillo su teléfono y encendió su linterna. Cuando la luz pálida apareció, los ojos de Jungkook se abrieron de par en par. —Mira, no es la "luz de la luna", es sólo una linterna.
—"Linterna "? —las cejas de Jungkook se fruncieron un poco más.
—Sí. Es luz artificial, no tiene nada que ver con la luna, créeme — Jimin dió unas palmadas el hombro desnudo del rey. Con el tacto, sintió lo cálida y suave que era la piel del otro joven.
—Pero... ¿Qué hay de los rugidos feroces que asustaron a todos esos soldados enemigos? —Jeon Jungkook insistió un poco más.
—Ya iba a hablar de ello. —Jimin entonces abrió la aplicación de música y buscó Back un Black AC/DC en medio de las canciones que tenía descargadas. Cuando la encontró, la reprodujo. El ruido de los instrumentos musicales hizo alejarse a Jeon Jungkook. Jimin se apresuró a calmarlo. —No tienes que alejarte, es sólo música. Tengo varias canciones guardadas aquí. No tienen nada que ver con ejércitos, mira.
Jimín tomó la mano del joven rey y puso su teléfono. Los ojos de Jungkook se abrieron aún más, llenos de un brillo de admiración.
—¡Qué intrigante herramienta mágica! —dijo con un suspiro.
Sin embargo, el rostro de Jungkook fue gradualmente tomado por una aparente decepción. Con una sonrisa marchita, devolvió el dispositivo a jimin.
—Entonces eres como un hechicero...
—Hmm... Sé un poco de alquimia. —Soy estudiante de química, después de todo, pensó Jimin.
Al ver la tristeza en el rostro del joven rey, Jimin se mordisqueó los labios, sintiendo que al menos debía decir algo alentador.
—Eh, Señor Rey de Adaman, no te sientas así, ¿de acuerdo? Apuesto a que debe haber varios... Omegas por ahí queriendolo.
Jeon Jungkook elevó y una esquina de sus labios, pero su mirada seguía siendo triste.
—Agradezco tu intento de hacerme sentir mejor, pero no es necesario. Yo soy el único culpable de las expectativas que fueron creadas. Debí haber escuchado a mi general esta mañana cuando me dijo que no sentía en ti el olor de un Omega. —Jungkook explicó y se rió de su propia tontería. —Me engañé pensando que... En fin, ahora todo está aclarado.
—Hm, correcto, no soy un omega... —corroboró Jimin. —Entonces, si no es molestia, me gustaría ser llevado de vuelta al lugar donde nos encontramos. Ya sabes, justo en medio del bosque. Tengo que volver a mi tierra mágica y esas cosas.
Jeon Jungkook asintió comprendiendo.
—Claro. Después de toda esta vergüenza, te llevaré allí yo mismo.
Jimin sonrió, aliviado, y pensó que aquel extraño rey de aquella extraña tierra era bastante amable. Esa amabilidad le hacía aún más hermoso.
—¿Quieres irte ahora? —Preguntó Jungkook.
—¡Sí! Por supuesto, yo... —en ese momento, el estómago de Jimin rugió fuerte, dejando al chico avergonzado hasta el último cabello.
Pero a Jeon Jungkook eso le pareció gracioso. Después de olvidar brevemente la decepción de ese día, sonrió genuinamente a Park Jimin.
—Creo que primero debo invitarte a comer.
🌔🌘👑🌒🌖
Más tarde, después de que todo el campamento había probado los peces pescados por el rey que, por cierto, estaban deliciosos, Park Jimin pidió prestado un caballo para ir al lugar donde había aparecido por primera vez en aquel mundo.
Jeon Jungkook ya estaba montado en un semental y esperaba pacientemente a que el otro chico se subiera a su propia montura, pero algo parecía impedir que Jimin lo hiciera.
—¿Hay algo malo con el caballo, hechicero? Le pedí al general Kim que escogiera al más manso y obediente. —dijo el joven rey.
—N-no, claro que no. ¡Está todo bien! Todo está bien... —afirmó Jimin a sí mismo. En toda su vida, nunca había tratado de subirse a un caballo, así que no sabía cómo debía actuar exactamente con aquel enorme animal cuadrúpedo.
Los animales enormes lo ponían tenso, y esa era una de las principales razones que hacían que Jimin estuviera ansioso por volver a casa. El lugar estaba repleto de enormes criaturas.
—Vamos, puedo hacerlo. —Jimin se guardó la bolsa en la espalda, que obtuvo de Kim Namjoon para poner sus pertenencias, luego puso un pie en uno de los estribos de la montura y se impulsó hacia arriba. Cuando vio que podía equilibrarse, intentó levantar la otra pierna para ponerla sobre el lomo del caballo. Fue entonces cuando todo se arruinó.
De hecho, Park Jimin no se había equilibrado en absoluto. Cuando el chico levantó la otra pierna, su cuerpo se inclinó completamente hacia atrás y se encontró cayendo, con su cabeza dirigiéndose hacia el suelo.
La caída habría sido terrible si Jeon Jungkook no la hubiera visto venir unos segundos antes y hubiera saltado para salvar a Park Jimin.
—¡Cuidado! —el joven rey jadeó, rodeando a Jimin con sus fuertes brazos. Su cálido aliento recorrió el pelo del otro chico.
Después de ayudar a Jimin a ponerse de pie, Jungkook dijo: —Pudiste haberte lastimado mucho.
Park Jimin estaba cabizbajo, avergonzado, y reprimió su orgullo.
—Nunca había hecho esto antes...
—¿Nunca montaste en un caballo?
En respuesta, Jimin movió la cabeza a los lados.
—Oh... ¿Entonces te gustaría ir conmigo en mi caballo?—Jungkook sugirió mientras se dirigía al caballos y montaba sobre su espalda.
Viendo que esa era la opción más segura, Park Jimin aceptó la invitación y se acercó al caballo del otro.
Jungkook ayudó al joven Park a subir mientras sostenía su mano con firmeza. Cuando Jimin finalmente se las arregló para sentarse de manera segura, el rey envolvió sus brazos alrededor de él para tomar las riendas del caballo.
Todo ese acercamiento los desconcertó un poco a ambos, ya que el calor del cuerpo del Rey Jeon abrazaba al del joven Park, a pesar de que el primero ya llevaba ropa adecuada y seca, y el aroma de Jimin embriagaba las fosas nasales de Jungkook, no como lo hacían las feromonas, sino más bien como un agradable perfume. Sin embargo, no comentaron nada al respecto y siguieron normalmente, trotando en dirección al bosque.
Después de algún tiempo, Park Jimin comenzó a sentirse feliz cuando reconoció algunos árboles. Estaba seguro de que regresaría a casa en el momento en que repitiera los pasos del último día. Así que cuando bajó del animal con la ayuda del rey Jeon, Jimin no lo pensó dos veces antes de despedirse del otro joven y girarse para ir tras el rastro de piedras.
—Hmm, creo que fue más o menos... ¡Allí! —Jimin divisó una raíz expuesta en el centro del arbusto verde que cubría esa parte del suelo. —Bien, ahora debo caer... Y aquí vamos. —el chico se posicionó cerca de la raíz y se tiró al suelo dramáticamente.
La caída fue pésima. Park Jimin se lastimó con las piedras escondidas en el arbusto y sintió que había estado acostado justo al lado de un hormiguero. Sin embargo, permaneció callado y con sus ojos cerrados durante largos minutos.
—¿Uhm... Hechicero? ¿Estás bien? —esa era la voz de Jungkook. El rey se había quedado para ver lo que haría el otro.
Al darse cuenta de que el primer intento no había funcionado, Jimin se levantó del suelo, respiró hondo y se prometió a sí mismo: ¡Voy a salir de este extraño lugar ahora mismo!
—Disculpe, señor rey. ¡¡Pero me tiraré hasta hacer un agujero en el suelo si es necesario!!
Entonces Jimin comenzó a caer desde todos los ángulos posibles: hacia atrás, de frente, de lado, de trasero, de cabeza... Ese espectáculo de caídas le robó algunas risas al Rey Jeon y lo hizo sentarse cerca para ver al extraño hechicero hacer sus locuras.
Jungkook se reía tanto que, en un momento, comenzó a pensar que sería divertido si ese chico divertido fuera, de hecho, el Omega de Plata de la profecía. Era una pena que no lo fuera.
Cuando la luz del sol cayó un poco en el horizonte, y cuando Park Jimin ya estaba a punto de rogar por alguna entidad divina para sacarlo de ese extraño mundo, Jeon Jungkook notó algo extraño en los alrededores.
Se levantó y caminó unos pasos hacia el norte, teniendo cuidado de no hacer ruido.
Park Jimin, que estaba acostado sobre la hierba verde después de caer por centésima vez, notó el movimiento del joven rey y lo siguió con los ojos.
¿Qué está pasando? Jimin quiso preguntar, pero sintió que debía quedarse callado.
Por desgracia, el joven Park recibió su respuesta al instante siguiente, cuando Jeon Jungkook sacó su espada de la cintura y atacó a una bestia que había surgido de las sombras del bosque.
Era un lobo enorme de pelaje dorado. Esquivaba los ataques de Jungkook con una velocidad sobrenatural, y contraatacaba usando sus afilados caninos. El joven rey era muy hábil con la larga espada, pero estaba en desventaja debido al tamaño y la fuerza del animal.
—¡Hechicero! ¡Huye! ¡Debe haber otros por aquí! —Jungkook exclamó entre un golpe y otro.
Qué tonto. Si en verdad cree que soy un hechicero de, debería pedir mi ayuda, pensó jimín, sintiéndose enfermo y desesperado. ¡Maldita sea, no lo soy!
Park comenzó a mirar a los alrededores del suelo, buscando algo que pudiera ayudar a Jungkook en su lucha. Entonces vio un tallo estrecho y cilíndrico cerca de un árbol y trató de sacarlo para usarlo como lanza. Sin embargo, el otro extremo del tallo parecía estar unido a algo muy resistente bajo tierra.
—Vamos, ayúdame... —dijo con los dientes apretados de tanto esfuerzo.
Para su alivio, el tallo se desprendió del suelo en ese mismo instante. De inmediato Jimin vio que el otro extremo estaba puntiagudo y pensó que era bastante suertudo.
Sostuvo la lanza de madera con su mano más fuerte y apuntó al lobo que insistía en atacar a Jungkook.
—Okey, ya haz hecho esto en los videojuegos... —murmuró Jimin para sí mismo, animándose y tratando de no enloquecer.
Claro que no era lo mismo que disparar a un personaje en un videojuego. Estaba tratando con un animal real que probablemente era una persona real. Si Jimin lanzaba esa lanza a la bestia, podría matarla.
Pensar en eso lo afligió terriblemente. Pero
Jeon Jungkook está en peligro, pensó park, tragando seco y apretando el tallo hasta que sus dedos se volvieron blancos.
—Por favor lanza, no mates al lobo, no lo mates... ¡No lo mates! —y arrojó la lanza al lobo.
La punta afilada de madera atravesó a la bestia en una de sus patas traseras, sacándole gruñidos de dolor y obligándolo a retirarse. Pero no lo mató.
Jungkook aprovechó la ocasión para levantar a Jimin y arrastrarlo hasta el caballo.
Se montaron rápidamente y salieron disparados hacia el bosque, lejos de ese lugar.
—Pude oler débilmente a otros alfas. —dijo el joven rey mientras espoleaba al caballo para que corriera. —Tu ayuda nos permitió escapar antes de que aparecieran. Estoy agradecido, hechicero.
—De nada, pero ¿¡Quienes eran!?
—Soldados de eliah. —habló, como si eso fuera suficiente para explicar todo a Jimin.
—¿Podría su majestad ser un poco más didáctico? —respondió con un toque de sarcasmo. —No soy de aquí, no sé quién es eliah.
—Es el reino vecino, al sur del continente. Fuimos socios económicos en el pasado, pero en el último siglo nuestra relación política ha cambiado negativamente. —Jeon Jungkook dijo e instó al caballo a correr con más velocidad. —Ese alfa debe haber sido enviado a rastrearme cuando estuviera lejos de mis soldados. —Jimin no vio la expresión de Jungkook porque estaba de espaldas a él, pero casi pudo sentir la mandíbula del joven rey apretándose.
—¿Ellos quieren matarte?
—Sí... Anoche aprovecharon la Luna de Sangre, que es un evento sagrado para nosotros, para invadir una aldea cerca de la frontera de Adaman. Al principio imaginé que era una suerte para mí estar con las tropas en los alrededores del pueblo, para poder defender a mi gente de esos bárbaros. Pero en el momento en que entramos en combate, me di cuenta de que eran demasiado numerosos, así que no podían estar allí sólo para saquear a unos simples campesinos. —Las manos de Jungkook apretaron las riendas de su caballo hasta que Jimin pudo ver las venas abultadas. —Estaban allí detrás de mí. El rey de Eliah debe haberse enterado de mi viaje por las ciudadelas de Adaman.
—¿Así que por eso esos soldados te perseguían ayer? —Jimin recordó a la gente de la noche anterior persiguiendo a Jungkook con lanzas y espadas.
—En ese momento, ya había retirado a toda la población de la aldea a un lugar seguro. Sólo quedaba salvar a un niño cuyos padres habían muerto durante el ataque. Decidí quedarme para rescatar al niño. Era lo menos que podía hacer después de lo ocurrido... —el tono de voz del joven rey era triste y angustiado. Jimin notó que Jungkook se sentía culpable.
Así que era un niño lo que estaba sosteniendo, pensó el joven Park, recordando el momento en que vio a Jeon Jungkook salir de la oscuridad del bosque con algo en sus brazos.
Fue la primera visión que tuvo Jimin cuando se despertó en aquel mundo.
—¿Y por qué te estás culpando de esa manera? - preguntó Jimin. —¿Por casualidad estabas recorriendo las ciudadelas sólo para jugar?
—N-No. —Jungkook estaba perplejo con la manera audaz de Jimin de dirigirse a él. Nunca antes nadie había sido tan impetuoso con el joven rey, por lo que tuvo que jadear para recomponerse antes de tomar la palabra nuevamente. —Estaba visitando a mi pueblo para distribuir raciones y productos elaborados por el alquimista real para mejorar la tierra e impulsar la siembra. Al fin y al cabo, pronto llegará la temporada de invierno.
—¡Ahí está! —Jimin le dio una palmadita en el hombro a Jungkook y levantó su pulgar en una señal de "cool". —No hay razón para que te sientas culpable. Hiciste un buen trabajo.
Aunque no conocía la señal de la mano y no estaba totalmente de acuerdo con la declaración del otro joven, Jeon Jungkook quedó desconcertado por el repentino elogio.
Se detuvieron algún tiempo después de la fuga, cuando divisaron un arroyo en el valle entre dos colinas y cuando concluyeron que detenerse allí era seguro.
Jeon llevó al caballo a la orilla para que el animal bebiera del agua, y Jimin se sentó cerca para pensar en lo que haría a partir de entonces.
En sus reflexiones concluyó que tenía que aceptar el hecho de que el lugar en el que se encontraba no era el resultado de un mero sueño, ni siquiera de una alucinación. En cada nuevo momento, las cosas a su alrededor se volvían más y más reales.
Pero, ¿qué había pasado exactamente para que Jimin apareciera en un mundo tan distinto? Tal vez la respuesta a eso también podría indicarle el camino correcto para salir de ese lugar.
Mientras Park Jimin reflexionaba intensamente sobre todas esas cosas, el joven rey Jeon lo analizaba mientras acariciaba el cuello del caballo.
—Eres un hechicero interesante. —comentó Jeon Jungkook.
—No soy un hechicero, Jeon Jungkook, ni un omega. Solo soy yo... —Jimin bajó la cabeza y suspiró.
—¡Me llamaste por mi nombre! —Jungkook abrió sus grandes ojos.
—¿Acaso es un crimen hacer eso?
—Si. —Jungkook sonrió.
Oh, listo. No tengo forma de volver a casa, así que lo único que me queda es ser condenado por las leyes de este extraño lugar, pensó Jimin, tragando en seco.
Viendo la angustia del joven Park, el rey sonrió aún más.
—Está bien, no me importa ya que estamos solos. —se encogió de hombros.
Con eso, Jimin se relajó, pero poco después un pensamiento cruzó por su mente.
—Bueno, señor rey. —Park Jimin llamó de repente después de algún tiempo.
—Puedes llamarme Jeon Jungkook, como lo hiciste antes. —dijo Jungkook.
—Okay. Entonces... Jeon Jungkook, si te hago una pregunta y ella te ofende, ¿seré decapitado o algo así?
Jungkook rió.
—Sólo si la intención de la pregunta es, de hecho, ofenderme. —respondió, con un ligero toque de sadismo en su voz.
—Bien. Entonces quiero dejar muy claro que NO tengo intención de ofenderte... ¿Pero en verdad eres rey?
—¿No aparento ser uno? —Jungkook no estaba enojado, de hecho, incluso encontró esa pregunta muy divertida. Nadie había hecho una pregunta tan osada antes.
—No es eso. Es sólo que eres un tipo de rey extraño.
—Ahora tengo curiosidad en saber por qué.
—Bueno... No actúas como uno. Como cuando pescaste esos peces, y cuando me trajiste aquí para que pudiera volver a casa. Y también está lo que me dijiste acerca de visitar las aldeas de tu reino para llevar comida. Por lo general, los reyes sólo se sientan en el trono, ordenando a sus súbditos que hagan cosas por ellos. Al menos eso es lo que leí en los libros de historia. —explicó Jimin.
Jeon Jungkook entonces comprendió lo que el otro muchacho quería decir.
El rey se movió hasta que se sentó al lado de Jimin, extendiendo sus brazos delante de su cuerpo y apoyándose en sus rodillas dobladas. Después, mostró una sonrisa débil y arrojó una piedra a la superficie de la corriente.
—Los libros de historia que leíste retrataban a reyes perezosos, ¿No estás de acuerdo? —murmuró Jungkook.
—Si, puede ser... —Pero creo que no es eso, pensó Jimin, sintiendo que había algo que jungkook no quería decir.
—Y entonces, ¿No funcionó tu hechizo de volver a casa? —el joven rey rápidamente cambió de tema, con una increíble destreza labial. —por un momento realmente pensé que te vería hundiendo el suelo de tanta caída.
Park Jimin forzó dramáticamente una carcajada.
—¡No me recuerdes eso, no sé qué voy a hacer a partir de ahora, ya que no puedo volver a casa... —el pobre chico se encogió, refunfuñando.
Jeon de nuevo lo encontró divertido y reprimió una sonrisa al colocar una mano cerrada sobre sus labios.
—Después de tu ayuda con los soldados enemigos anoche, estaré encantado de proporcionarte un lugar para pasar tus días aquí en Adaman, hasta que puedas volver a casa, hechicero. —dijo el joven rey, tan amable, tan educado; y hasta sacó unas hojas pegadas al cabello de Jimin, de manera caballerosa, como siempre hacía.
El joven Park de repente sintió que debía dirigir sus ojos a un lugar diferente al rostro de Jeon Jungkook. Las gestos del otro chico empezaban a distraerle.
—Ya te dije que no soy un hechicero. —respondió, haciendo un puchero con los labios.
—Disculpame, pero no sé de qué forma dirigirme a ti.
—Mi nombre es Park Jimin.
—Oh... Park Jimin. Suena agradable. —sonrió Jungkook, mostrando una fila de dientes blancos y dos prominentes.
¿Por qué sonríe tanto? Jimín pensó, mirando para otro lado una vez más.
Queriendo cambiar de tema -y cambiar el enfoque de sus pensamientos-, park arrojó una piedra sobre el agua, haciéndola saltar unas cuantas veces antes de hundirse, y abrió la boca para hacer una pregunta.
—Jeon jungkook, su general es un alfa, y por eso se convierte en un lobo, ¿cierto?
—Sí. Kim namjoon es uno de los alfas más fuertes y hábiles de Adaman. —el joven rey estaba orgulloso del general Kim.
—¿Entonces tú, que eres alfa, también te transformas? Y sientes esas... esas... ¿esas feromonas? —Jimin sentía mucha curiosidad por esas peculiaridades que sólo existían en aquel mundo.
Pero para su completa confusión, la expresión del joven rey se ensombreció en un segundo, y su mirada, que hasta ese momento había sido tan viva y brillante, era tan oscura como una noche sin luna.
—Yo... —Jungkook murmuró, y luego se levantó del suelo. —Debo volver al campamento de mis tropas. He estado fuera por mucho tiempo.
El rey se acercó al caballo y comenzó a ajustar las hebillas de la montura, que estaban un poco sueltas.
¿Por qué se puso así...? ¿No debí haber hecho esa pregunta? Jimin no podía entender.
Fue entonces cuando un fuerte movimiento en los arbustos cercanos llamó su atención. Jungkook sacó su espada y Jimin se mantuvo alerta, ambos esperando que apareciera otro de los soldados de Eliah.
Sin embargo, los que terminaron apareciendo fueron dos personas que llevaban los emblemas de Adaman en sus ropas. Una de ellas era una soldado de las tropas reales, y se encontraba toda herida, con cortes en el rostro y los brazos, y una flecha atravesando el hombro. La otra Jimin la identificó como trans. Llevaba una túnica vino-roja, del mismo color que su cabello trenzado.
—¿Qué pasó? —Jungkook enseguida vio que algo estaba mal.
—Majestad. —ambas se inclinaron rápidamente ante el rey. Entonces ña soldado se apresuró a hablar, haciendo un esfuerzo para no rugir de dolor. —Los enemigos de eliah están atacando el campamento.
—Miserables... —el rey se subió a su caballo con un salto y se volvió hacia la persona con una túnica - curandera, cuida de ella, por favor. Y Park Jimin... — Jeon Jungkook encaró al otro chico. —Hablaremos en otro momento. Qudate aquí, es más seguro...
—¡Su Majestad, espere! —la soldado se puso delante del caballo del rey con cierta dificultad. —El general Kim cree que su estrategia es atraerlo para capturarlo cuando se acerque a la escena de combate.
—Bueno, parece que tendrán éxito en atraerme. Pero no dejaré que me atrapen. _dijo Jungkook con una mirada obstinada, e instó a su caballo a correr.
El corazón de Park Jimin estaba saltando, casi llegando a su garganta. Se encontró paralizado hasta que Jeon Jungkook desapareció entre los árboles del bosque.
—¡Urgh, Keran! —Jimin escuchó la exclamación de la soldado. Parecía que estaba siendo tratada por la sanadora, pero estaba temblando un poco. —Si no te concentras, moriré no porque me hayan disparado, sino porque no puedes dejar de pensar en el General Kim.
—Lo siento, Miho... —Keran apretó los labios y se concentró en la flecha clavada en el hombro de la soldado. Jimin quiso apartar la mirada cuando el sanador Keran sacó con cuidado la punta de la piel de Miho y entonces sacó un frasco de su túnica y vertió el líquido transparente que contenía sobre la herida. La mujer se retorció de dolor en ese momento.
—Hey.— Jimin se acercó a las dos, y ellas, en cuanto se dieron cuenta del chico, abrieron los ojos e inclinaron la cabeza.
—Omega de plata. —dijeron Keran y Miho al unísono.
—No-no... —Jimin negó con la cabeza, pero no perdió el tiempo explicando que él no era el ser de las profecías. Tenía algo más urgente en lo que pensar en ese momento. —Diganme, ¿es muy grave la situación allá?
—Sí, Su Magnificencia. El general Kim propuso retirarse por el desfiladero hacia el norte para reducir la zona de combate y dar tiempo a los civiles del campamento a escapar. —explicó la soldado, con la voz tomada por el agotamiento.
—¿Un desfiladero...? —dijo Jimin, pensativo y preocupado. —¿Creen que Jun... ¿Que el rey y sus tropas podrán ganar? Sean sinceras.
Miho y Keran intercambiaron una mirada. El sanador respondió.
—El General Kim cree que aunque formen una barrera en la entrada del cañón, no podrán aguantar mucho tiempo. Le oí decirlo. —dijo Keran, que parecía muy ansioso. Sus ojos azules estaban cubiertos por una capa opaca de preocupación.
Park Jimin cerró los párpados y empezó a morderse la uña del pulgar derecho. No estaba disfrutando de esa situación. Por alguna razón, el chico sintió que no podía quedarse ahí, esperando noticias. Tal vez nunca llegarían, ya que Kim Namjoon había dicho palabras tan pesimistas sobre la lucha
La parte más profunda de la mente de Jimin le susurraba que debía moverse y actuar.
¿Pero cómo? No soy fuerte, no puedo luchar, eso sería una locura... se decía Jimin a si mismo, ansioso hasta las puntas del cabello.
Hasta que algo le vino a la mente y esbozó una sonrisa llena de energía.
—No soy fuerte... Pero el enemigo no lo sabe. —murmuró el chico, formulando una idea descabellada.
Luego se volvió hacia Keran y Miho.
—¡Tú! El rey me dijo que estabas llevando suministros y productos hechos por un alquimista a las aldeas. ¿Qué son esos productos?
Tras un segundo de vacilación, la soldado Miho respondió.
—Son mezclas extrañas, señor... Creo que las sales y metales...
—¡Metales! ¿Qué metales? —El pecho de Jimin se agitaba.
—No estoy seguro, señor... Tal vez Keran sepa más, es un discípulo del gran alquimista real.
Ahora Keran era el centro de atención, Jimin y Miho lo miraban expectantes.
Reprimiendo su timidez y tratando de controlar su nerviosismo, el curandero respiró profundamente antes de hablar.
—C-Creo que magnesio...
—¡PERFECTO! ¡haha! —Jimin se frotó una mano sobre la otra. —¿Cómo llegaron hasta aquí?
—Miho vino montada sobre mí, Su Magnificencia. Soy un omega. —dijo Keran.
—¿Puedes llevarme rápidamente a los depósitos de magnesio del campamento y luego al desfiladero?
—S-sí, pero ¿qué piensa hacer Su Magnificencia...? —Keran frunció el ceño.
Los labios de Jimin se abrieron entonces en una gran y brillante sonrisa.
—Estoy planeando dar a los soldados de Eliah un espectáculo pirotécnico.—respondió.
Después de que Keran se transformara en un lobo de pelaje escarlata, Park Jimin se subió a su lomo -con el valor que le daba la adrenalina que corría por sus venas- y los dos salieron corriendo hacia el campamento, que era su primera parada.
Espera un poco, Jeon Jungkook. Hoy seré tu Omega de Plata, pensó Jimin.
🐾
Y aquí está el capítulo 2. Espero les haya gustado.
Las actualizaciones serán cada 4 días, es por eso que ya estoy avanzando en la traducción para no retrasarme. Así que no se preocupen 💓
Adiós! ❤️
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