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ωμέγα φεγγάρι
Los gritos desgarradores volvieron a oírse luego de largos minutos de silencio. "Cállete omega, solo abre las piernas para mi" sonidos de golpes y sollozos penetraban los oídos de los presos. ¿Quién sería el siguiente? ¿Él o alguien más? Estaba tan golpeado y drogado que ya no sentía nada, el ojo que no estaba morado y cerrado se paseaba por las expresiones de sus compañeros.
¿Cuándo terminé así? ¿Cuánto tiempo llevo encerrado?
Un alpha entró seguido de su aroma a tabaco, higo y madera que llenó la habitación en donde estaban todos los omegas. Miro a todos y señaló al que lloraba impasible en el suelo.
—Ese, quiero ese.
El alpha le tendió dinero a un beta y el mismo recogió del piso al omega como si fuera un trapo, se lo llevó arrastrando mientras el más débil pedía piedad. Era más que inútil pedir piedad o ayuda... entre más gritarás o te opusieras, mayor era tu castigo.
—JiMin... aún-n ¿aún sigues vivo?— Susurró una pelinegra que sangraba por un corte en su mejilla izquierda. Esperó por algún movimiento o por su voz, pero sólo obtuvo un suspiro corto y lleno de dolor que confirmó su conciencia.
JiSoo giró su rostro al lado contrario para encontrarse con un compañero. Estaba embarazado y probablemente moriría por todo el maltrato...
—Taemin... ¿cómo te sientes?
La fémina siempre trataba de ser amable, siempre les preguntaba uno por uno cómo se sentían, si estaban bien, se aprovechaba y contaba anécdotas para hacer más pasable aquel dolor infernal. Omitía los gritos y gemidos de fondo, siempre era lo mismo todos los días... ¿qué día era? Ni siquiera sabía que hora era, siempre estaba encerrado en aquellas dos horribles habitaciones que le impedían ver la luz del día.
Siseó y entre sueños escuchó como alguien pateaba y derrumbaba la puerta, escuchaban gritos y armas. Alguien entró a la habitación en donde estaban todos, el hombre recogió como pudo a un omega y se lo llevó. Se escucharon sonidos, como si pelearan, no supo cuánto tiempo pasó, pero después de unos momentos escuchó voces que no conocía, "Esos eran todos señor" su cabeza daba vueltas, estaba seguro que pronto perdería la conciencia. Alguien irrumpió en la habitación y miró a todos analizando "Recojan a todos los omegas y llévalos al castillo, ahí recibirán la ayuda necesaria para..." vio unas botas negras completamente limpias caminar por el piso sucio. Escuchó un pitido agudo en sus oídos y fue cuando cerró sus orbes. Soltó su último suspiro rendido ante el dolor...
Un estudio repleto de ventanales que dejaban entrar a la luz de la mañana, con cientos de libros por doquier, un escritorio lleno de papeles, una chimenea, unos sillones de terciopelo rojo y una mesa de centro.
Un alpha alto y delgado fumaba de una pipa negra nervioso, miraba por los grandes ventanales a su omega caminar por los grandes jardines. Suspiró y se apoyó en el librero que estaba al lado; alguien llamó a su puerta, dejó la entrada libre, un alpha hizo una reverencia y le entregó unos papeles.
—Majestad, se ha encontrado a los responsables de la desaparición de los 3 omegas al norte del reino. Aparentemente los secuestraron para hacer trabajos forzados y para venderlos. Hemos encontrado la posible guarida de los responsables, se estima que tienen bajo su poder a más de 15 omegas.
El pelinegro asintió pensativo —¿Cuándo se llevará la misión acabo?
—Hoy mismo por la noche señor, el dirigente será el comandante Kim, se espera que el escuadrón y los omegas lleguen en la madrugada.— El pelinegro asintió mientras aspiraba el humo de la pipa.
—Su hermano el príncipe también irá.— El ojiazul volteó sorprendido —¿Qué? Él no puede ir, mis padres me matarán si se enteran.
El alpha uniformado bajó la mirada y en voz baja habló —Lamento infórmale que su padre y los ministros autorizaron el apoyo en la misión del príncipe YoonGi.
JinHoo negó rendido. Sabía que si sus padres y allegados autorizaban él quedaba atado de manos. —El escuadrón y el comandante esperan que se pueda presentar en la despedida y en el regreso.— El delgado asintió mientras volvía a acercar la pipa a sus labios delgados.
—Dile al comandante que venga, necesito hablar con él. Puedes retirarte.
—Sí su majestad.— El alpha hizo una reverencia y salió de aquella grande habitación que era ocupada sólo por el rey.
JinHoo pasó toda la tarde trabajando en aquella habitación gigante. Al anochecer salió al jardín principal en donde los caballos para la misión estaban siendo preparados; todos se veían serios y concentrados en lo que debían hacer. Buscó con la mirada a su hermano, le encontró de espaldas hablando con el comandante Kim. Se acercó y le habló alto a su hermano.
—YoonGi, hasta que al fin te veo.
El azabache menor se tensó al oír la voz de su hermano. Volteó lentamente y sus ojos grises se toparon con el rostro serio del mayor.
—No seas rudo con el JinHoo, ya no es un niño ya puede hacer lo que quiera.
JinHoo siseó molesto, mientras miraba cómo NamJoon se posaba a un lado de su hermano y le apretaba su hombro en muestra de apoyo.
—Deja de solaparlo NamJoon, ya no es un niño.— NamJoon carcajeó y YoonGi se sonrojó.
—YoonGi, más te vale que seas de ayuda. Un príncipe debe de proteger a los suyos. —JinHoo se acercó a su hermano y le tendió una espada dentro de un estuche color azul. YoonGi abrió los ojos sorprendido.
—Hyung...
—Shh, cállate no digas nada. Te la doy porque la necesitas y porque eres mi hermano; cuídala, eres el primero que la sostiene después de mi.
YoonGi sacó del estuche la espada de plata que salió reluciente. La miró y sonrió como niño pequeño mientras leía las letras talladas en la plata.
—Gracias hyung.—El ojigris sonrió mostrando sus encías alegre. Su mayor asintió con la cabeza mientras sonreía de lado.
—NamJoon, llama a todo el escuadrón, es hora de que partan.
NamJoon fue a llamar a su gente para poder partir, los soldados y guardias se subieron en sus caballos esperando alguna orden, al mismo tiempo alphas en forma de lobo veían al líder. JinHoo subió hasta la mitad de las escaleras del castillo, miró a todos y comenzó con un discurso imponente que alentaba a todos.
YoonGi que estaba al lado de su caballo blanco, veía a su hermano hablar sin titubear o ponerse nervioso, lo veía imponente y poderoso. Siempre lo había admirado por lo mismo, desde niños JinHoo había sido más destacable que él, a pesar de que ambos eran alphas líderes, el mayor era mucho más fuerte que él.
A veces admitía que trataba de llamar la atención, siempre había sido la sombra de su hermano y el hecho de que todos lo vieran como un crío no ayudaba. Él tenía 20 años, estaba en su plena juventud, aún estaba soltero y era el príncipe de Daegu, él ya no era un cachorro él era un alpha líder.
Volvió en sí cuando todos gritaron como si fueran a la guerra, ¿realmente eso era una guerra? Sólo era una misión que se había estado organizando desde hacía meses, una que implicaba omegas y tráfico de los mismos. Estaba nervioso por lo que pasaría después ¿todos saldrían bien?
Subió a su caballo y acomodó la espada que su hermano le había dado, acomodó sus botas limpias dentro de la silla y se despidió desde lejos de su hermano.
Las puertas del castillo se abrieron, todos los caballos y lobos comenzaron a correr adentrándose al tupido bosque.
Las antorchas y las lámparas alumbraban el camino por entre la densa noche, los aullidos de los lobos que estaban frente de él y de NamJoon los guiaban a su destino. Fue 1 hora de largo camino entre el bosque y valles verdes hasta que los lobos pararon en seco cuando olieron lo que estaban buscando.
—Los puedo oler, hay un alpha en celo.—El lobo gris giró sobre sus patas para ver a sus mayores. NamJoon asintió mientras trataba de ver lejos.
—HyunJin, acércate al perímetro. Sólo revisa y vuelve, si te pasa algo aúlla e iremos por ti.
NamJoon dió la orden y vió como el lobo se iba corriendo a donde parecía la guarida.
-YoonGi, quiero que tú y las carretas se queden aquí. Si alguno de los lobos aúllan regresa al castillo e informa que la misión falló, no intentes ir por nosotros, solo vete.
—Pero hyung...
—Nada. Si todo sale bien alguien vendrá por ustedes para que puedan sacar a todos.
YoonGi asintió lentamente. NamJoon esperó paciente a que HyunJin diera alguna señal.
Todo el bosque estaba sumido en silencio, se escuchaban de vez en cuando algunas lechuzas o insectos. Era extrañamente tranquilo, el azabache podía sentir la adrenalina y sus sentidos alerta.
Pronto vio a HyunJin correr de vuelta; un peso de los hombros se fue, pero nuevamente uno nuevo se instaló en sí cuanto el lobo habló.
—Señor, son 7 alphas y 2 betas. Es una cabaña algo pequeña de 1 piso.
—¿Cuántos omegas son?
—No pude verlo señor, 3 alphas vigilan la cabaña, 2 están armados con espadas y uno tiene un arco. Los demás se encuentran al interior.
NamJoon torció el gesto, sabía que un arquero era de alto peligro, podía perder a su escuadrón con solo un hombre.
—Por el este y por el sur no hay vigilancia, sólo vigilan el frente y el oeste. Parece que están esperando algo, murmuraban entre ellos.
NamJoon se giró sobre su caballo, miró a todos y comenzó a elaborar en plan en su mente.
—Sun Oh, HyunJin y Chanyeol. Ustedes irán por el sur, su forma de lobo les da más rapidez, quiero que los demás les respalden mientras ellos atacan en primera línea. Suho ¿traes tu arco?
—Sí señor.
—Dámelo, les cubriré la espalda desde esa montaña. Las flechas serán la distracción y los demás los atacarán cuando ellos estén ocupados tratando de buscarme.
YoonGi y las carretas esperarán aquí, si todo sale bien nos llevaremos a las víctimas en las mismas.
YoonGi debía admitir que nunca había visto al rubio tan serio. Se veía imponente y poderoso hablando así.
El escuadrón se empezó a mover, dejando sus caballos atrás para moverse a pie.
La luna en menguante era lo único que les alumbraba, caminaron hasta llegar relativamente cerca. Los lobos se prepararon una vez que estuvieron en sus puestos, esperando la distracción de su líder.
Pasaron 30 segundos que se sintieron como horas, fue hasta que una flecha cayó cerca del pie de uno de los alphas que vigilaba, alertado miró a los lados y le gritó a sus compañeros. Más flechas comenzaron a caer, una perforó el hombro de un alpha, los otros dos comenzaron a buscar al responsable.
El más alto gritó cuando un par de colmillos perforó su pierna izquierda, levantó su espada en el aire listo para cortarle el cuello a aquel lobo rubio, pero en su intento fue derrumbado por todo lobo que no dudó en morderle. Gritó por ayuda, pronto escuchó como su jefe y sus compañeros salían de la cabaña listos para pelear contra los el trío de lobos. Su sorpresa fue cuando los atacaron por la espalda.
La sangre y los gritos llenaron el silencioso bosque.
YoonGi escuchó todo desde lejos, podía escuchar fuertes rugidos y sonidos que no lograba diferenciar del todo. Bajó de su caballo y desenvainó su espada cuando escuchó algo moverse por entre los árboles, miró a Suho y él asintió listo sosteniendo una daga pequeña.
Dos ojos amarillos se dejaron ver en la noche, YoonGi se tensó cuando vio que se trataba de un alpha transformado en lobo, llevaba a un omega en su lomo y podía oler que el mismo lobo estaba en celo. Sabía de antemano que la espada no le haría nada al lobo. El ojigris tiró su espada al suelo y se comenzó a desnudar mientras no perdía el contacto visual con el alpha que parecía esperar el momento para atacar.
YoonGi se transformó en un gran lobo negro, miró a Suho, él recogió la ropa de su líder y le cubrió la espalda por si algo llegaba a salirse de control.
El lobo gris rugió cuando YoonGi se acercó, bajó al omega de su lomo y le mostró los colmillos a su oponente tratando de intimidarlo. El azabache no se detuvo y fue hasta que el mismo se abalanzó sobre el otro alpha.
Los lobos comenzaron a pelear, YoonGi lo superaba en fuerza y tamaño pero su oponente era rápido, el lobo gris trató de encajar sus colmillos en la pata trasera de YoonGi, pero el último aprovechó el movimiento para patearlo lejos, Suho lo recibió con su daga en mano, le clavó la misma en el muslo derecho, el alpha le tiró la mordida a Suho, sin embargo YoonGi se interpuso y no dudó en encajar sus colmillos en el lomo del alpha, lo lanzó con sus patas y su hocico contra la corteza de un árbol. El lobo gris cayó inconsciente ante el fuerte golpe, YoonGi lo observó esperando algún otro movimiento.
—Suho, átale las patas y el hocico, que no escape, nos servirá después.
El pelinegro buscó en la carreta cuerdas que pronto amarró en el cuerpo lobuno. Retiró su daga del cuerpo del lobo.
—No voltees, me transformaré.
Suho siseó mientras buscaba al omega con la mirada, lo encontró tirado no muy lejos. Parecía que estaba inconsciente. Se acercó y le miró, era un hombre rubio, se notaba joven, su cuerpo sólo estaba cubierto por una camisa algo larga desgarrada y sus piernas estaban llenas de arañazos. Se le hizo un nudo en la garganta de solo verlo. Le tomó el pulso y notó que estaba muy débil.
—Suho, ten.
Se sorprendió cuando volteó y vio a YoonGi tenderle una cobija, la tomó y la enredó en el delgado cuerpo el omega. Lo cargó y lo llevó a una de las carretas.
—Está muy débil, parece que recibió una paliza.
YoonGi lo inspeccionó con la mirada, su rostro estaba hinchado y su ojo izquierdo estaba morado.
—¿Estás seguro que no está muerto? No se mueve.
Suho desconfiado volvió a tomarle los signos vitales comprobando que el delgado seguía con vida. Asintió viendo a YoonGi.
Ambos se exaltaron cuando se escuchó a alguien gritar desde lejos.
—¡Príncipe YoonGi! La misión fue un éxito. Pueden bajar con las carretas.—El azabache miró al más alto que tenía la mirada posada sobre el omega.
—Ya sé que es hermoso, pero no es hora de estar de hormonal Suho.—El mencionado se sonrojó mientras apartaba su mirada del omega.
—Ayúdame a subir al alpha a la carreta.—Los dos azabaches cargaron de las patas al lobo inconsciente que permanecía atado, lo metieron dentro de la carreta y se cercioraron de atar nuevamente al lobo por precaución.
Con la adrenalina aún en sus cuerpos, bajaron las carretas por el camino del bosque.
Al llegar pudieron ver al escuadrón completo. Afortunadamente no había bajas y todos estaban bien.
El líder miró a YoonGi y levantó una ceja al notar que el príncipe tenía un rasguño en su mejilla izquierda.
—Un alpha en celo se llevó a un omega y nos atacó, pudimos detenerlo. El lobo y el omega están inconscientes.
—Mierda YoonGi, tu hermano me matará cuando vea tu corte en la mejilla.— El ojigris se tocó la mejilla sorprendido, no había sentido el corte.
—Es hora de liberar a los omegas. Los muchachos están abriendo la puerta.
El más alto guió al príncipe dentro de la cabaña, todo lucia sucio, había cuerpos de hombres muertos. Vio como dos soldados trataban de abrir la puerta. NamJoon hizo que se detuvieran y los apartó de la madera vieja.
El rubio con una patada hizo que la puerta se abriera. YoonGi y NamJoon fueron los primeros en entrar. El fétido aroma a sangre, tristeza y fluidos invadió la nariz de los alphas que no tardaron en torcer el gesto. NamJoon contó a 16 omegas dentro de esa pequeña habitación.
YoonGi enfocó la mirada en 2 omegas que parecían ser los más conscientes. Miró a los soldados que ingresaban lentamente y habló.
—Recojan a todos los omegas y llévalos al castillo, ahí recibirán la ayuda necesaria para estabilizarse. Debemos de entregarlos a sus familias sanos. Apresúrense.
Los soldados respondieron y comenzaron a mover cuidadosamente a los omegas que aún permanecían conscientes.
—Yah, YoonGi-ssi, no eres malo dando ordenes.— NamJoon apoyó al príncipe mientras le sonreía dejando notar sus hoyuelos.
—Vamos, nosotros también debemos ayudar.
El castaño asintió mientras veía como YoonGi se arrodillaba frente a un chico rubio que tocaba su vientre abultado. El omega se hizo pequeño al ver a los alphas.
—A mi no me ayude, salvé a JiMinnie.
—Perdona, ¿cuál es tu nombre?
—Ta-TaeMin... por favor... sa-salva a JiMin.— Vio como el rubio se arrastraba hasta tocar la cabeza de otro chico.
YoonGi se acercó junto con NamJoon, el chico estaba bañado en sangre, su cabello castaño estaba enredado, su ropa estaba casi deshecha al igual que su rostro. El azabache agrandó los ojos, sintió una punzada en el estómago al ver a ese omega en ese estado. Su lobo se removió inquieto y lloriqueó al ver a ese chico castaño inconsciente.
—Lo golpearon h-hoy por la m-mañana, no d-deja de... sangrar.
YoonGi se arrodilló y tomó delicadamente su muñeca tratando de tomarle su pulso. Se sorprendió cuando lo olisqueó, no tenía aroma y eso no era bueno.
—NamJoon está a punto de morir, debemos de apuramos. ¡Suho! ¡Trae una manta!- Fueron sólo segundos en los que se apareció el alpha con más de 4 cobijas en sus manos. El ojigris tomó una y envolvió lentamente el cuerpo magullado de JiMin. La cobija blanca pronto se tornó roja, YoonGi tomó otra y lo volvió a envolver. Lo levantó en sus brazos y corrió con dirección a las carretas.
—Chen, está muy herido, ayúdame a hacerle un torniquete. Tiene un corte en la pierna y su entrepierna no deja de sangrar.— El beta abrió los ojos al ver al omega en tales condiciones.
Ambos hombres desgarraron una manta en tiras y las envolvieron en la pierna lastimada. Chen trató de separar las piernas del omega, pero YoonGi gruñó y lo alejó, el pelinegro corrió al beta y él fue quien separó las piernas del omega inconsciente. Jadeó cuando vio que tenía un tejido colgando de su entrada.
—Mierda. YoonGi está abortando, si no nos apresuramos va a morir desangrado.— YoonGi gruñó frustrado y se levantó de la carreta, tapó al omega y apresuró a todos. Pronto vio que no era el único omega que estaba al borde de la muerte.
Cuando todos los omegas estuvieron en las carretas los caballos las jalaron por el camino del bosque. Pronto el escuadrón y un príncipe nervioso cabalgaron de vuelta al castillo.
Wah!
Esta es mi primera historia, les pido que me tengan paciencia con mis errores ortográficos y con algunos errores que lleguen a presentarse. 👉🏻👈🏻
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