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Aquella mañana, Jungkook despertó muy temprano.
Estaba terminando de prepararse para poder dar inicio al viaje hasta Jeju, el Reino de la princesa Chungha.
- ¿De verdad tienes que ir tú? - Puchereo Tae y abrazó a su Alfa por la espalda.
- Debo ir yo bonito. Lamento tener que dejarte solo nuevamente - El Alfa se volteó y apresó entre sus brazos a su Omega - Trataré de no demorar...
- Eso me dijiste la ultima vez y tardaste semana y media en regresar - Tae bajo la mirada.
- Está vez será diferente, te lo prometo cariño, antes de que se cumpla la semana, intentaré estar aquí ¿Bien?
- Está bien - El Omega suspiro y sintió como su amado Alfa elevó su barbilla.
- Levanta la mirada amor mío. No permitas que nadie intente tenerte de menos en lo que regreso ¿De acuerdo? Eres un príncipe, mi príncipe. Se que en un futuro no muy lejano serás un Min, serás mi esposo y debes tomar el lugar que te corresponde a mi lado. Tienes el apoyo y respaldo de mi hermano y de Jimin.
- Lo sé, estoy tratando de acostumbrarme a ello - Sonrió el Omega - Solo... No tardes mucho, quiero tenerte a mi lado y que no sigas alejándote demasiado tiempo.
- Así será mi bonito, confía en mi. Verás que muy pronto estaré a tu lado nuevamente.
El Alfa abrazó a su Omega y lo impregnó de su aroma, sonriendo cuando el lobo de su amado recibió gustoso aquella docis de aroma y la tomo como suya, estando dispuesto a protegerse con ello ante cualquier dificultad.
- Te amo mi bonito.
- También te amo Kook.
La pareja se despidió con un dulce y profundo beso, uno que prometía volver a verse pronto y jamás dejar que su amor termine.
Aquella mañana, el Alfa dejo a su Omega descansando en su habitación. Mientras él, se retiró para poder iniciar el penúltimo recorrido hasta Jeju. Uno que le tomaría dos días aproximadamente de viaje, un día para poder convencer a los Kim y dos días más de regreso.
Al salir del castillo, vio unos cuantos caballos con soldados y un curruaje esperando por él. Así como al jefe de guardias, esperándolo en la entrada.
- Buen día príncipe Min - Jackson se inclinó ante Jungkook.
- ¿Y tú no duermes nunca? - Cuestionó el Alfa - ¿No serás alguna clase de inmortal? Debes descansar, moriras de estrés.
- No se preocupe príncipe, estoy en perfecto estado - Aseguro Jackson - Déjeme presentarle al que será su mano derecha en este viaje, él, es Lim Jae-Beam. Mejor conocido como Jay-B.
El mencionado le mostró una leve venía al príncipe. De inmediato, Jungkook se dio cuenta que es un Alfa, firme y serio.
- Vaya, ¿Mi hermano me envió algún vigilante? No creí que fuese necesario, tomando en cuenta que ya recorrí tres Reinos yo solo y ahora decide enviarme un guardia personal.
- Es para su seguridad príncipe. Recuerde que el Reino de Jeju está aliado con Busan y pueden armar algún tipo de emboscada, procure no alejarse mucho de Jay-B.
- Bien, se a donde voy y a lo que me enfrentó. También se que no será fácil, pero regresaré a salvo.
- Lo sé majestad. Vaya con cuidado.
Jackson se hizo a un lado, para que el Príncipe pasara a su lado. Jungkook suspiro y comenzó avanzar, detuvo sus pasos al lado de Jay-B y dirigió su mirada a este.
- Te confiaré mi vida Jay, ¿Bien? No defraudes a tu Rey, a tu Reino y sobre todo... No me defraudes a mí.
- Entendido majestad. Estoy para servirle - El guardia se inclinó ante Jungkook y este último siguió avanzando hasta subir al carruaje, siendo seguido por su ahora guardia personal.
El Alfa menor subió al carruaje, uno que ya tenía sus pertenencias dentro y pronto comenzó avanzar. Con Jay-B subiendo a su caballo y cabalgando al lado del carruaje.
El recorrido dio inicio y con ello una larga travesía de aproximadamente dos días para llegar a Jeju.
Hacían paradas cada cierta hora, donde los guardias o soldados se iban hacer sus necesidades o iban en busca de comida fresca. Tomaban un descanso de media hora y luego continuaban, cuando la noche llegó, se detuvieron y descansaron en medio del camino. El guardia personal de Jungkook se mantuvo alerta todo el tiempo, protegiendo a su majestad.
- Duerme un poco, yo estoy bien - Dijo el Alfa menor, quien descansaba dentro del carruaje, mientras Jay-B se mantenía de pie fuera de este.
- No se preocupe majestad. Estoy bien, usted descanse.
- Bien, como quieras.
Jungkook regreso a dormir. Deseando que el tiempo avance rápido para poder regresar con su amado Omega.
Llegando la mañana, siguieron con su camino desde muy temprano. Siempre siguiendo la misma rutina, descansando cada cierta hora durante treinta minutos y luego seguían. La noche estaba por caer una vez más, podían ver el sol comenzar a ocultarse en el horizonte y Jungkook supo que estaban cerca.
Quizá no más de dos horas para llegar a Jeju. Ya quería llegar, convencer a los Reyes y después regresar a casa.
De pronto, escucho el relincho de los caballos que iban frente al carruaje. Jungkook se extraño ante ello y de inmediato el grito de un guardia, al caer de su caballo y el animal salio corriendo ante el impactó.
- ¡¿Qué sucede?! - Jungkook preguntó y se asomo a la ventana.
- ¡No salga majestad! - Dijo Jay-B.
Pero el carruaje se detuvo abruptamente y el Alfa menor se golpeó el brazo ante el repentino movimiento brusco.
Escucho como daba inicio una pelea entre guardias afuera. Cómo lanzaban flechas, se disparaban y el uso de las espadas, mientras los caballos huían despavoridos.
Jungkook no se quedó de brazos cruzados, tomo su espada y salió del carruaje, encontrándose con hombres desconocidos atacando a sus hombres y matándolos uno a uno. Claramente el Alfa se aterro ante ello, pero no se fue, empuño bien la espada en su mano y comenzó atacar al enemigo.
- ¡Majestad corra! - Escucho Jungkook a Jay-B y vio como uno de los hombres lo tenía acorralado y a punto de clavar una navaja en el ojo derecho de este.
Entonces Jungkook corrió hasta su guardia e incrustó su espada en la espalda del enemigo, mandándolo al instante.
- Hay que irnos. Pronto - Jungkook comenzó a correr junto al guardia mientras más y más hombres se interponían en su paso.
Un enemigo, logro clavar una navaja en la pierna izquierda de Jungkook. Este se quejó y no pudo seguir avanzando más, la sangre comenzó a brotar incontrolada.
- Jay-B... - Jungkook llamo, mientras unos pocos de los guardias de Daegu, intentaban proteger al príncipe - Corre... Vete, busca un caballo y regresa a Daegu, dile... A mí hermano lo sucedido, se que él... Enviará a buscarme.
- No lo dejaré majestad, mi orden es protegerlo hasta el último instante, no pienso abandonarlo aquí.
- ¡Vete maldición! Es... Una orden Jay-B. Se que Yoongi podrá encontrarme, confío en mi hermano más que nunca. Hazlo... ¡Vete!
Jungkook elevó la espada y paso al costado de Jay-B, matando a un enemigo que se acercaba a ellos con velocidad.
- Majestad...
- ¡Hazlo maldición!
Entonces el guardia se puso de pie y retrocedió dos pasos, vio un caballo y logro tomarlo, pero justo cuando subió a este, presenció como un enemigo corrió hacia el príncipe y lo empujó...
Siendo así como Jay-B vio con terror, como el príncipe Min Jungkook caía a un barranco cercano al Reino de Jeju. Solo pudo escuchar el lejano grito de su majestad y con ello en mente, se armo de valor y comenzó a regresar a Daegu.
Por qué confiaba en el príncipe y sabe que puede seguir con vida, pero deben regresar, con refuerzos, mucha más gente para poder rescatarlo.
El guardia personal del príncipe Jungkook, corrió y corrió sin descanso. Debía regresar en un día de ser posible hasta Daegu, informarle a su Rey y que esté se preparé para un rescate.
Sin embargo, Jay-B no se percató que comenzó a ser seguido por el enemigo no identificado. Hasta que escucho como una flecha era lanzada y caía justo en el área trasera del caballo, descontrolando al animal y logrando que este lo lanzará a la fría nieve.
Jay-B gruñó ante la caída y una flecha más cayó a un costado de él. Entonces vio a lo lejos como dos hombres se acercaban a él y lo seguían atacando, con la intención de matarlo. El guardia se oculto entre los árboles, con dificultad y la respiración agitada, entonces escucho a los caballos detener su paso.
Y como los hombres se bajaban de estos y comenzaban a buscarlo.
- ¿A dónde crees que vas pedazo de imbécil? ¿Crees que te dejaremos escapar así de fácil? Nuestra orden fue clara... No dejar vivo a nadie.
- ¿Por qué se lo dices idiota? Esa es información clasificada - Le recriminó el otro hombre a su compañero.
- ¿Qué más da? De todos modos morirá. La idea era clara, matar al príncipe Min y evitar que siga convenciendo a los Reinos menores de unirse a Daegu. No debíamos dejar a nadie con vida y con eso el Rey Min sabrá claramente que su enemigo es más poderoso. Ahora que acabamos con su querido hermano, dejará de intentar armar un plan absurdo.
Jay-B escuchaba todo lo que aquellos hombres decían, luego comenzó alejarse lentamente. Caminaba despacio y con cuidado para no ser escuchado. Pero accidentalmente piso una rama, la cual provocó un ruido que alertó de inmediato al enemigo, de su escondite.
De incendiado comenzó a recibir flechas y una de esta rozo en su brazo y otra en su pierna, el guardia gruñó ante el dolor de cada corte.
Pronto tuvo al enemigo frente a él, ambos hombres mantenían una mirada de locura en sus rostros.
- ¿Qué te parece si jugamos un poco? - Dijo uno de ellos.
- Me parece, el jefe no tiene por qué darse cuenta de esto.
Entonces amarraron al guardia al tronco de un árbol, de pies y manos, comenzaron a darle golpe tras otro, sin parar, dejándole graves hematomas en todo su cuerpo. Intentaban sacarle más información sobre el plan del Rey Min para acabar con Busan, pero este jamás dijo nada, solo escupía la sangre de sus labios, pero no habló ni una sola vez.
Así, hasta que los hombres se cansaron. Llegada la noche, aquellos hombres armaron una fogata, luego comenzaron a quedarse dormidos después de beber tanto, olvidándose por completo del guardia.
Jay-B, con la visión borrosa de uno de sus ojos, su rostro golpeado y ensangrentado. Así como su cuerpo adolorido, se dio cuenta que aquellos hombres estaban borrachos, no dudo en intentar escapar.
Se arrastro hasta aquella fogata y acercó sus manos. Para desatar el nudo de la cuerda. Gruñó bajo al sentir lo caliente del fuego, pero pronto logro desatar sus manos y sus pies también. Se levantó con dificultad y el mismo alcohol que sobró en las botellas, el guardia comenzó a rociarlo sobre los cuerpos borrachos. Tomo una rama con fuego y sin remordimiento alguno, la dejo caer sobre los cuerpos. De inmediato estos despertaron ante el calor del fuego.
Jay-B, camino con dificultad hasta uno de los caballos, subió a este con dolor en su cuerpo y siguió su camino de regreso a Daegu. Escuchando a lo lejos los gritos despavoridos de los hombres.
Así, es como el guardia amaneció cabalgando, le quedaba aproximadamente un día de recorrido. Pero el caballo comenzó a cansarse y a disminuir su velocidad. El guardia decidió parar un minuto cerca de un lago, bajo, limpio su rostro y tomo un poco de agua.
Cuando se levantó, suspiro cansado y frustrado. El maldito caballo se había ido, así que no tuvo de otra más que seguir el camino a pie, pero eso sería alrededor de un día más de camino.
Así que inicio, sin detenerse está vez. No pararía, no descansaría hasta cruzar a Daegu e informarle todo a su Rey. Le aterra la idea de que el Príncipe Min haya... Muerto.
Borrando eso de su mente, siguió y siguió y siguió su camino al Reino, sin detenerse. Hasta que a lo lejos logro verlo. Cuando iba a entrar al pueblo, unos guardias lo detuvieron.
- Identifícate.
- El... Rey... Debo ver al Rey Min... Traigo... Información sobre una emboscada hacia el príncipe Min.
Los guardias se voltearon a ver y con ello. Llevaron a Jay-B hasta el castillo principal. Cuando el guardia personal de Jungkook tocó la fría nieve a sus pies, no resistió más y se dejó caer a esta, con la respiración agitada, totalmente agotado y en colapso.
Vio al Rey Min correr hacia él. Y con mucha dificultad le explico lo sucedido cerca del Reino de Jeju.
El guardia fue atendido de sus heridas de inmediato, cayó en la inconsciencia y de ahí... No supo más. Solo esperaba que el Rey, logré traer al príncipe de regreso, sano y salvo.
Yoongi era una furia y cargado de preocupación al mismo tiempo.
Su amado hermano había sido víctima de una emboscada. Había caído a un barranco y no sabía si seguía con vida o no.
Pero no demoró en ponerse en marcha y comenzar armar un plan con su gente, eran muchos hombres listos para viajar hasta Jeju, sin detenerse una sola vez todos en caballo para aligerar el recorrido. Totalmente armados y con una sola orden en específico.
- ¡Traigan al príncipe Min de regreso y con vida! - Fue la orden del Rey.
Todos acataron dicha orden y solo esperaron la señal de su Rey para partir y dar inicio a la búsqueda y rescate.
- De vereda... ¿Debes ir tú Yoon? - Jimin estaba preocupado. Sí su objetivo era Jungkook anteriormente, le aterraba que está vez quieran atacar a su esposo.
- Es mi hermano Minnie. No puedo... - Min trago grueso y soltó el aire - No puedo dejarlo ahí, debo buscarlo y traerlo conmigo. Por favor, no salgas del castillo, ni al quiosco o los jardines. ¿Bien?
- Está bien Yoon, no saldré. Tú ve con cuidado Alfa, por favor.
- Cuida de Tae, sabes que él está devastado. Debes intentar ser fuerte por él, confía en mi cariño. Dile a Tae... Qué traeré a mi hermano, cueste lo que cueste.
- Se lo diré. Ve mi Alfa, estaré esperando por tí y rogándole a la madre luna que mantenga con vida a Kook.
- Te amo cariño.
El Alfa dejo un beso en los labios de su esposo, luego se alejo de él y subió a su caballo relámpago. Dirigió su mirada hacia Jimin y este solo susurro un "también te amo" Min sonrió y asintió.
- ¡Andando!
Docenas de caballos salieron del castillo. En busca del príncipe Min, siendo liderados por su Rey Min.
Las puertas del castillo se cerraron, así como otros soldados y guardias se ubicaron en todo el alrededor de dicho castillo. Las ventanas fueron cerradas y nadie tenía autorización de salir, hasta que el Rey regresará.
Jimin suspiro y sintió su pecho doler ante la preparación. Pero debía ser fuerte, enviarle todas sus fuerzas a su esposo.
Subió hasta la habitación de Tae y vio a Mark conectar una intravenosa en el Omega y luego inyectarle algo en el catéter.
- ¿Todo bien? - Preguntó Jimin, tomando asiento en la orilla de la cama y tomando la mano de su amigo.
- Despertó, pero comenzó a llorar tan intenso e intentar ir a buscar al príncipe, que no tuve más opción que sedarlo.
- Mi osito - Jimin sintió sus ojitos cristalizarse. Se acostó al lado del Omega y lo abrazó, sintiéndose triste por todo el dolor que su amigo debe estar sintiendo al creer a su Alfa muerto.
Aunque realmente... No sabían si será así.
- Despertará hasta mañana. Vendré a revisarlo a primera hora, debemos explicarle cómo está la situación actualmente y que él Rey ya partió hacia él rescate e intentar calmarlo.
- Lo haré. No te preocupes y gracias Markie. Por cierto, ¿Cómo está el guardia Lim?
- Tiene un estado delicado, está deshidratado, con indicios de hipotermia, tiene heridas graves en su piel, incontables hematomas, y... Sí su ojo no se desinflama en menos de veinticuatro horas, podría perderlo.
- Oh por la madre luna. Eso sí es grave, debió haber sufrido mucho intentando defender a Jungkook y escapar de esos hombres.
- Probablemente. Lo tengo en observación, si despierta te lo haré saber
- Sí, por favor. Mantenme informado - Pidió Jimin.
Mark asintió y luego de despedirse del Omega Rey, se retiro de la habitación.
Jimin suspiro por encima vez y comenzó a quedarse dormido, sin soltar a su mejor amigo de aquel reconfortante abrazo y solo deseando que Jungkook siga con vida.
¿Dónde estará el príncipe en estos momentos?
Un quejido se escucho.
Con un terrible dolor en la cabeza, Jungkook comenzó abrir sus ojos, con dificultad logro enfocarlos bien y tratar de entender donde estaba y recordar lo que había sucedido.
Al recordar todo lo anterior, gruñó molesto consigo mismo. Pero no se podía culpar, el enemigo estaba preparado, conocía aquellas tierras y les doblaban en personas. Aunque Jungkook peleo intento defender a los suyos y a él mismo, no tuvieron éxito.
Intento levantarse y nuevamente gruñó ante la herida en su pierna izquierda. Suspiro cansado de todo eso.
Recordó como cayó a un barranco. Realmente pensó que moriría, su ultimo recuerdo fue su bonito Omega, solo deseaba volver a verlo y poder abrazarlo.
Con mucha dificultad logro salir de entre medio de todas las rocas y arbustos en que había caído, pronto se dio cuenta que se golpeó la cabeza y tenía un poco de sangre, aunque piensa que no fue tan grave, si necesitaría revisión una vez llegando a Daegu.
Vio un río a lo lejos, así que comenzó a caminar hacia este, al acercarse, tomo un poco, no resistía más la sed, después lavo su rostro, luego la herida de su pierna. Arranco un pedazo de tela de su túnica y la amarro sobre su herida, esperaba que con eso no sangrará más y no se vaya a infectar.
Luego comenzó a caminar río abajo, lento y con dificultad, pues el dolor en su pierna y su cuerpo no le permitía avanzar más de lo debido, solo deseaba que Jay-B haya logrado escapar y llegué con bien a Daegu, así su hermano pueda ir en su búsqueda. Aunque claramente le preocupa la reacción de su amado al enterarse de lo sucedido.
Camino durante algunas horas probablemente. Cuando el sol comenzó asomar en el horizonte, escucho el ruido de algunos caballos y algunos hombres.
Busco rápidamente donde ocultarse, y vio una cueva que podía ser oculta por algunos arbustos, sin dudar, se dirigió a esta lo más rápido que pudo y se escondió.
- Maldición - Susurro cuando vio a muchos de los enemigos.
- ¡Encuentrenlo! ¡Y el que lo haga y lo mate tendrá una gran recompensa! - Grito el que parecía ser líder.
Jungkook sabía que lo estaban buscando a él. Al no encontrar su cuerpo, claramente pudieron deducir que seguía con vida, aquello no era bueno, pues no sabía cuánto tiempo tendría que mantenerse oculto.
- Jefe, al parecer paso por aquí y tal parece que debe estar lastimado, se pueden ver marcas muy claras de pisadas, seguidas de unas más arrastradas.
- Eso nos beneficia, no resistirá mucho si está herido. Sigan buscando, no se detengan.
Jungkook vio su pierna y como la tela que puso anteriormente se había manchado completamente de sangre. Cerró sus ojos y suspiro lento, aquello no era bueno. Probablemente su herida sea profunda y deje graves consecuencias.
Debía detener el sangrado de alguna forma, debía ejercer más presión, pero debe limpiarla también y si aquellos hombres están afuera buscándolo, no logrará mucho.
Aquel día, Jungkook no tuvo de otra más que mantenerse oculto todo el día. Hasta el anochecer. Cuando dejo de escuchar los caballos y aquellos hombres, espero una hora más y decidió salir.
Al salir, se aseguro de que nadie lo estuviese vigilando, se acercó al río y nuevamente, limpio su herida, tuvo que morder parte de su túnica para soportar el ardor de su pierna herida, luego de lavarla bien, nuevamente amarro con más presión una nueva tela, con la intención de detener el sangrado.
- Debo seguir, tal vez logré encontrar alguna hoja medicinal que pueda detener el sangrado.
El Alfa estaba pálido, la cantidad de sangre perdida lo tenía debilitado. Pero continuo, no sabía exactamente hacia donde se dirigía, pero debía alejarse lo más posible, pues aquellos hombres van tras él. Está vez trato de no dejar rastros de sus pisadas.
Pero para su mala suerte, comenzó a nevar. Tal vez la nieve cubría sus pisadas, pero penetraban fuertemente en sus huesos y sus heridas, el frío era horrible. Sin embargo, siguió hasta que sus piernas y el dolor se lo impedían. Logro alejarse lo mayor posible.
Cuando estaba por amanecer, busco donde esconderse. Logro encontrar un arbusto enorme. Pero este no le ayudaría tanto como la cueva anterior, solo esperaba que aquellos hombres se hayan rendido.
Quizá paso más de la mitad del día metido entre aquellos arbustos.
Pero la deshidratación, el frío, el dolor en su cuerpo y sus heridas no le permitían continuar.
Jungkook logro levantarse y escucho como aquellos caballos se acercaban más y más. Intento seguir, escapar de ahí, pero realmente no soportaba más. Ya habían pasados dos días y medio y nadie de Daegu había logrado encontrarlo.
- Quizá... N-o... Lograste llegar Jay...
El Alfa intento seguir, casi arrastras, sus manos se quemaban cada vez que tocaban la fría nieve y seguía arrastrándose sobre está para escapar, pero deseaba seguir viviendo.
No podía morir así, no en manos del enemigo y tan fácil. Sin luchar o defenderse.
Sin darse cuenta, cayó en un hoyo. Gruñó al golpearse nuevamente. Pero al parecer, ese hoyo lo protegido, pues el enemigo pasó desapercibido.
Casi un día más, Jungkook logro mantenerse oculto. Al lograr salir de aquel hoyo, pudo comer una fruta de un árbol, encontró la hoja medicinal que necesitaba y la coloco en su herida abierta. Aunque parecía que podía continuar, no era así.
Se sentía mal, sus defensas habían bajado demasiado y ni siquiera su lobo podía salir, pues sus fuerzas no daban para cambiar. Su lobo podría morir antes que él y eso sería fatal.
Cuatro días y medio habían pasado desde que lo tiraron aquel barranco.
Y Jungkook... Ya no podía más.
Dejo de seguir, dejo de luchar y no por qué no quisiera, ¡Claro que desea seguir viviendo! Pero... Su cuerpo y sus heridas no lo dejaban continuar.
Vio la nieve comenzar a caer nuevamente y él, la veía desde donde estaba, tirando sobre la fría y congelada nieve. Con su cuerpo lastimado y adolorido, al borde de la muerte.
- ¿Así acabaré? ¿Este es mi final madre luna? - Susurro, cerró sus ojos y luego los volvió abrir con dificultad - Solo... Cuida de mi lindo Tae, es... Lo único que te pediré.
Jungkook escucho nuevamente el relincho de aquellos caballos, la voz de aquellos hombres y se resigno. No podía más, solo cerró sus ojos y espero su inminente muerte.
- ¡Jefe lo encontré! - Grito uno de los hombres.
El jefe de aquellos enemigos, se acerco con su caballo y preparo su flecha. Sonrío ladino dispuesto a matar al Alfa y recoger aquella jugosa recompensa de oro, diamantes, perlas y más.
Justo cuando está por disparar su flecha. Recibió una bala en la cabeza, que lo hazo caer al instante de su caballo y morir en el acto.
El enemigo ve a su jefe morir y pronto comienza una batalla entre el enemigo y los guardias, soldados y el Rey Min de Daegu. Una batalla que el Rey no pretende perder.
Con odio y la irá en su sangre, acabo con cada uno de aquellos hombres. Mientras había enviado a Jackson y más de su gente a buscar una bajada fácil y llegar hasta Jungkook.
Pues ellos están en lo alto, en un peldaño y el enemigo abajo. Desde aquella altura acaban con cada uno del enemigo, tomando de rehén al que parecía ser la mano derecha del jefe enemigo. Pues necesitan sacar toda la información posible, de quien está detrás de toda aquella emboscada.
Al terminar con los enemigos. Yoongi voltea a ver hacia su hermano y ve como Jackson toma su pulso.
Su jefe de guardia eleva la mirada y la conecta con su Rey.
La respiración de Min... Se cortó.
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¿Qué les pareció este capítulo?
Aquí terminan los capítulos de este día mis chiquillos. Mañana en el último día del año, les traerte tres capítulos más, aunque creo que será un poco tarde, ya que iré a ver algunos familiares y la señal es malísima.
En fin, espero que les hayan gustado estos tres capítulos, denles mucho amor y muchos comentarios. Amo leerlos, pero últimamente casi no lo hacen🥺
Sin más que decir... ¡Nos leemos pronto mis chiquillos!
Bye💜
No olviden dejar su estrellita si les gusto el capítulo ⭐
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