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👑 ⁶³ 👑

El día era espléndido, con un sol brillante, los jardines comenzaban a tomar un color más hermoso.

El frió, la nieve y lo blanco del Reino iba desapareciendo lentamente y dando pasó a los colores vivos y brillantes que poseen.

Era un día lindo, se podía respirar la paz, tranquilidad, felicidad y emoción por doquier.

Sobre todo, desde que el pueblo recibió la noticia que su majestad el Rey Omega estaba esperando a su primogénito, a su primer cachorro y futuro heredero al trono.

Fue una noticia gratificante y emocionante para todo el Reino, saber que la generación Min podría continuar en el trono era un gran alivio y reconfortaba los corazones del pueblo. Pues desde que comenzaron a conocer el lado noble, cariñoso y gentil de su majestad el Rey Alfa, desearon que su legado continúe en la corona y jamás sea sustituido.

Pues el pueblo estaba más que seguro, que el futuro heredero, sería un Alfa, ya sea macho o hembra, de cualquier forma, sería más que bien recibido.

- ¿Y si llegase a ser una Omega? - Jimin preguntó a su esposo, mientras recibían algunos regalitos del pueblo para su cachorro.

- La amaremos igual mi vida - Respondió el Alfa y con gusto tomo un canasto con frutas que les regalaban.

Se encontraban en la sala común, donde solían recibir visitas o escuchar peticiones de su pueblo. Pues la mismas personas les pidieron que recibieran sus regalos, así como ellos gentilmente les dieron canastas con alimentos y regalos hace unas semanas.

Es así, como ahora se encontraban sentados en sus tronos y recibiendo los regalos del pueblo, quienes ansiosos hacían una fila y esperaban poder tener la mínima interacción con sus Reyes.

- Pero... Aún si es Omega Yoon, no llevaría el apellido Min si llegase a casarse - Fue la preocupación del Omega.

- Mi cielo - Min pidió pausar unos segundos - Eso lo veremos en un futuro. No deberías preocuparte por esos temas por ahora, apenas cumplirás el mes en un par de días, debemos tomarlo con calma mi amor ¿Sí? Además, sea Omega o Alfa, será un Min y eso nadie lo impedirá jamás.

Jimin sonrió y asintió. Se sintió más aliviado ante las palabras de su Alfa, comenzaba a preocuparse por mínimas cosas, detalles que no sucederían hasta después de muchos años. Quizá era algún efecto que tenía el saber que sería padre muy pronto y su único deseo es tener un cachorrito sano y que sea feliz.

Siguieron alrededor de una hora más, recibiendo a su pueblo y cuando termino. Decidieron descansar, pues la mayor parte de la mañana pasaron recibiendo miles de obsequios, los cuales con gusto recibieron. Pero Jimin quería dormir algunos minutos.

- Iré al despacho, tengo que autorizar el cruce de Reino de algunas personas. No demoraré mi cielo, ve a recostarte ¿Sí? - Dijo Min a su esposo.

Jimin bostezo y asintió, sentía sus ojitos pesados por el sueño, no entendía cómo es que el cansancio podía dominarlo tan rápido, pero necesitaba con urgencia poder recostarse y dormir.

- Ve mi cielo. Te amo - Min dejo un besito en la frente de su Omega y este sonrió por el gesto.

- Yo lo llevo - Tae se acercó y tomo del brazo a su amigo.

- Gracias Tae, ¿Sería mucho pedirte que te quedes con él algunos minutos? - Pidió el Rey Alfa.

- No es ninguna molestia, yo me quedaré con él - Aseguro el Omega.

Tae se llevo a su amigo, con un Chanyeol detrás de ellos, cuidándolos y Yoongi se sintió más tranquilo después de verlos ir. El Alfa se metió a su despacho y comenzó a trabajar lo más rápido que podía, para terminar pronto y poder ir con su amado esposo.

Por otro lado, Jimin entró a su habitación con Tae a su lado. El Rey Omega bostezo por milésima vez y solo se quitó sus zapatos, para luego meterse a la cama, taparse con una frazada y cerrar sus ojitos, cayendo en el mundo de Morfeo lo más pronto posible.

Taehyung solo pudo reír bajito ante la ternura que aquello le causó, pero tuvo el cuidado de desatar el cordón del corsé de su Rey y quitarle este mismo. Luego volvió arroparlo y dejarlo descansar. Mientras él, tomo asiento en una silla mecedora y con libro en mano, se distrajo todo el tiempo que Jimin durmió cómodamente.

Ahora todos sabían que el cansancio que su Rey líder Omega tenía la mayor parte del tiempo, se debía a su estado de embarazo y no les provocaba más que ternura verlo bostezar la mayor parte del día. Aunque claro, lo hacían caminar mínimo una hora al día, para mantenerlo activo y no solo durmiendo todo el día.

Afortunadamente, las nauseas aún no aparecían. Pero quizá no demoren.

Jungkook había tenido que salir por un par de días por pedido de su hermano. Pues como se menciono antes, Min no estaba de brazos cruzados solo esperando el inicio de una guerra, él también se estaba preparando, en silencio y sin levantar sospechas. Es así como Jungkook debía estar viajando constantemente, en algunas ocasiones era Jackson, el jefe de guardia. Pero nunca el Rey Min, pues sería más evidente y dejar solo a su esposo, no estaba en sus planes.

Mientras Tanto, Seokjin y Namjoon, por primera vez pudieron ir al pueblo y conocerlo. Con suficientes guardias cuidando de ellos, pero aún así pudieron salir, pasear, comprar algunas cosas y disfrutar su descanso. Pues el Alfa pronto comenzaría un entrenamiento, para poder trabajar algún tiempo en el Reino, esto a pedido del mismo Namjoon.

Y Jin no se oponía a ello, al contrario, le estaba agradecido a su cuñado y su hermano, por darle esa oportunidad a su Alfa, si él pudiese también les hubiese pedido trabajo. Pero Jimin se lo negó, argumentando que en su estado tan avanzado de embarazo no era lo más conveniente, sobre todo por que ya le quedaba alrededor de un mes para dar a luz y debía cuidarse.

- Mira Namu - Jin sonrió y le mostró una linda esclava de oro a su Alfa, se veía sencilla, delicada pero hermosa y muy pequeñita - Podría ser para nuestro bebé.

- ¿Te gusta amor? - Namjoon preguntó y la tomo.

- Sí - Seokjin estaba por tomar de su poco dinero y pagarla. Pero no fue necesario que lo hiciera, ni él, ni Namjoon, quien con vergüenza le iba a decir a su Omega que no les alcanzaba.

Ambos se sorprendieron cuando Baek se metió y él, pago por la esclava. Algo que dejo sin habla a la pareja.

La señora del puesto les agradeció y la pareja se alejo un poco, sin comprender el por qué de la acción de Baek.

- ¿Por qué hiciste eso Baek? - Jin preguntó - Es decir, gracias pero ¿Por qué?

- No crean que es de mi parte, por si eso les preocupa - El beta sonrió y aquello confundió más a la pareja - El Rey Min me dio una cierta cantidad de dinero, que es exclusivamente par ustedes. Y me advirtió que no aceptaba negativas, ni mucho menos reproches, que lo tomarán como una disculpa de su parte, por haberlos hecho pasar por tanto y bueno, según tengo entendido. El Rey Jimin también lo sabe.

Seokjin puchereo, de verdad que no le alcanzaría la vida para agradecerle a su hermano y cuñado. Ellos han sido la luz que sus vidas necesitaban para iluminarla.

- Aún así, siento que no es correcto - Nam dijo con cierta vergüenza.

- Tal vez - Baek se encogió de hombros - Pero ellos quieren hacer esto por ustedes, así que aceptenlo, al menos hasta que puedas comenzar a trabajar - Dijo esto último para el Alfa.

- Tienes razón. Gracias Baek, aún así, trataremos de no gastar mucho - Dijo Namjoon.

- Pues ustedes verán que comprar - Y acto seguido el beta le dio una bolsita de terciopelo roja a Seokjin y este la tomo. Sintiendo de inmediato lo cargada que estaba de monedas de oro.

Con esa cantidad podrían comprar muchas cosas que aún no tienen para su bebé.

- No me niegues poder tener lo que deseo para mí cachorrito, por favor - Seokjin le hizo ojitos a su Alfa.

- Jamás haría eso mi cielo. Se que no es con nuestro dinero, pero veamos esto como una oportunidad de obtener lo que queremos para la comodidad de nuestro bebé y recuerda después agradecerle al Rey Min y a Jimin.

- Así será mi Alfa - Seokjin sonrió feliz.

Entonces se dedicaron a comprar cositas para su bebé, aún no saben que será, solo anhelan que nazca sano, fuerte y entre una familia que lo ama con todo su corazón.

Jimin dormía plácidamente en su habitación. Su cuerpo se relajo al instante, así que no había manera alguna de qué pudiese despertar.

Mientras el Rey Min, terminaba su papeleo en su despacho. Necesitaba acabar pronto para poder ir con su amado Omega, quería velar sus sueños y protegerlo de lo que sea.

Es una necesidad que siente, el estar siempre junto a su esposo y cachorro. Quizá será por qué su lobo y él anhelan poder protegerlos, quizá por qué es instinto de ambos, no lo sabe, de lo único que está seguro es que quiere cuidar y velar por el bienestar de su pequeña familia, siempre.

Justo las rejas del castillo se abrieron y por ella entraron alrededor de tres carruajes con la bandera de un Reino muy conocido.

Los guaridas abrieron estás y dejaron pasar a los visitantes. Entre ellos se voltearon a ver, pues no estaban seguros de que haya sido correcto abrir sin antes anunciar a los visitantes.

Los carruajes se detuvieron, en uno de ellos, bajo una elegante mujer, con un rostro de insuficiencia, arrogante y con un aura molesta. Seguido de su esposo, un hombre insignificante, el cual parecía que su mujer le dominaba la vida, pero también emitía un aura molesta, incómoda y de superioridad.

- ¿Es que a caso nadie nos recibirá? - Dijo la mujer, cuando noto que nadie salía del castillo.

- Debe ser por qué aún, no nos anuncian - Respondió el Rey.

La mujer bufó y chasqueó sus dedos, de inmediato un sirviente del Reino de Daegu, se acercó a la mujer, dando una leve inclinación ante los que supone, son los Reyes de Busan.

- Majestad - llegó el empleado.

- Anuncianos de inmediato con el Rey Min, estamos demasiado cansados como para seguir esperando - El empleado dudo un segundo - ¡Apresúrate mocoso! - Exigió la mujer.

El sirviente no tuvo de otra más que acatar la orden de aquella mujer. Entró al castillo y no sabía hacia donde ir exactamente, hace varios minutos que no ve a ninguno de sus Reyes, tampoco se encuentra cerca los guardias personales de estos y mucho menos otro empleado que pueda decirle donde están.

Sin embargo, un leve alivio recorrió al empleado, al ver a su Rey el líder Min, salir del pasillo que conduce al despacho. Pero también sintió temor, pues no sabía cómo este tomaría el hecho de que hay invitados sorpresas

- Majestad - Se inclinó un nervioso sirviente ante su Rey.

- ¿Mgh? - Yoongi seguía absorto en los papeles que tenía en mano, mientras comía una manzana, sin prestarle mucha atención al sirviente.

- Es que... - El temor del sirviente fue tan evidente, que Yoongi dejo de masticar su manzana, despegó su vista de los papeles y la centro en el empleado.

- ¿Qué sucede? - Preguntó con el ceño levemente fruncido ante la confusión.

- Es q-ue.... Hay nuevas vistas majestad - Respondió con temor el sirviente.

- ¿Nuevas visitas? - Yoongi pensó seriamente en sí esperaban a alguien en el castillo en esos días, pero... No, no recuerda estar esperando a nadie - ¿Quiénes? - Preguntó.

- Los Reyes de Busan - Casi murmuró el empleado.

Y con algo de dificultad Min logro entenderlo y entonces comprendió el temor de este, pues ellos sabían perfectamente que los Reyes de Busan tenían prohibida la llegada a su Reino. Así que no le extrañaría si el resto de empleados estén de igual manera, pues dejaron entrar a dos personas que lo tienen rotundamente prohibido y sobre todo por qué los dejaron cruzar las fronteras sin su autorización.

- Bien. Lleva esto a mi despacho - Le dio los papales al empleado junto a la manzana a medio comer.

El Alfa se dirigió a la salida. Con la única intención de sacar a sus queridísimos suegros de su castillo. Justo cuando se acercó, noto como un carruaje se detenía tras los de Busan y de este bajaba un muy sonriente y alegre Seokjin junto a su Alfa.

Sin duda alguna, Min sintió su alma tocar el piso en el segundo que los Reyes de Busan pudieron visualizar perfectamente a su primogénito con su ex jefe de guardia. Así que se recompuso rápidamente y decidió tomar cartas en el asunto.

Sin embargo, llegó demasiado tarde, cuando Park Eungene le dejo ir una fuerte bofetada a su hijo mayor sin que este lo previera antes. Sorprendiendo de inmediato a la pareja y ambos sintiendo el terror helar su sangre al ver a los Reyes frente a ellos.

Namjoon de inmediato se interpuso entre los Reyes y su Omega. Evitando que estos quisieran agredirlo de cualquier manera. Mientras un lloroso Seokjin se ocultaba tras su Alfa.

- ¡Eres un maldito inútil Park Seokjin! ¡¿Cómo te atreves a huir de casa y venir a esconderte a las costillas de tu hermano con tu amante?! ¡No eres más que una vergüenza, una maldita pu...!

- ¡Ni se le ocurra decirlo señora! - Namjoon no permitiría que siguieran insultando a su Omega.

- ¿Le has levantado la voz a mi esposa maldito imbécil pobretón? - El Rey Joong-hoon estaba dispuesto también armar un escándalo y agredir a la pareja hasta descargar toda la irá y él odio que les tienen.

- Por mi Omega soy capaz de todo, así que les advierto que se abstengan de seguir insultandolo. Conmigo pueden hacer y decir lo que quieran, pero a él, no - Sentenció el Alfa.

- ¡Eres un...! - La palma del Rey Park quedó en el aire, pues está misma fue detenida por el mismo Rey líder, quien se cansó de escuchar tal escándalo.

- Parece que la clase no da la educación - Comento el Rey líder. Soltando de inmediato la mano de su no tan querido suegro.

- Majestad - La Reina Eugene se inclinó ante el Alfa, seguido de su esposo quién a regañadientes lo hizo.

- ¿Con permiso y autoridad de quien se atrevieron a cruzar hasta mis tierras? Peor aún, ¿Con que derecho se atreven a entrar a mi palacio y crear tal escándalo? - Cuestionó el Alfa.

- Usted nos disculpara majestad, pero nos enteramos que mi querido Jiminie nos dará a nuestro primer nieto y debíamos felicitarlo claro - Inicio hablar la mujer.

- Es así majestad, no podíamos esperar. Estamos ansiosos de ver a nuestro hijo y darle nuestra bendición para su pequeño cachorrito, al cual amaremos como a nadie. Usted debe entendernos, Jiminie nos dará a nuestro primer nieto...

- Creo que se equivocan - Interrumpió Min - Su primer nieto lo lleva Seokjin, el de mi esposo y mío es el segundo.

- Este no lleva más que un bastardo - Bufó Eungene - ¿Cómo podemos llamarlo nieto? Si lo concibió fuera del matrimonio y con un maldito muerto de hambre, traidor.

- Claro, además. Nuestro querido Jiminie, lo tendrá dentro de un matrimonio, con su verdadero Alfa y esposo, ese sí será un verdadero heredero y usted debe comprendernos majestad. Ya que mi Jiminie le dará a su heredero, pues... ¿No podrían considerar darnos un segundo nieto y convertirlo en heredero de Busan?

Yoongi de verdad no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Los Park le estaban pidiendo un hijo suyo como heredero de Busan? ¿En frente del único y verdadero heredero que es Seokjin?

De verdad que los Reyes Park son una verdadera porquería de padres y gobernantes.

- Ustedes deben estar mal de la cabeza. Así que les pediré amablemente que se larguen de mi palacio ahora mismo - Ordeno Min, sin deseos de escuchar más estupideces.

Lo que menos quería era que su esposo despierte por tal escándalo ocasionado por sus padres.

- Majestad, no puede hacernos esto, queremos ver a nuestro Jiminie. ¡Jiminie! - Comenzó a gritar la mujer y Min se estaba cansando.

- Vayan adentro - Dijo Min a Namjoon y este asintió.

Cuando la pareja paso al lado de los Reyes. Eugene tuvo todas las intenciones de molestar a su hijo mayor, así que no dudo en tomar la mano de este y apretarla demasiado fuerte, ocasionando que Jin chille de dolor ante el agarre de su madre.

- Te juro Seokjin, que haré que pierdas ese maldito bastardo, no permitiré que manches el nombre de la familia...

- Suéltalo ahora mismo - Una fría y molesta voz se dejó escuchar.

Los presentes giraron su rostro ante aquella voz que suele ser dulce y delicada y ahora se encontraba oscura, molesta y hasta con un toque de amargura.

Eugene, sin darse cuenta fue soltando la mano de su hijo mayor. Centrando toda su atención en Jimin, quien emitía un aura totalmente diferente y Eungene podía comprenderlo, ella lo sabía perfectamente, conocía esa sensación, esa energía.

- Tú... - Susurro hacia Jimin. Pero no pudo articular más palabras, pues fue interrumpida.

- ¿Qué pretenden viniendo a mí casa y armar tal escándalo? - Cuestionó un molesto Jimin, acercándose a su Alfa y tomando la mano de su hermano, acariciando donde su madre lastimó.

- Queríamos verte hijo - Dijo Joong-hoon.

- Ve adentro Hyung y no salgas, ¿Sí? - Jin asintió, con sus ojitos bañados en lágrimas y evidentemente asustado.

La pareja por fin pudo retirarse de aquel ambiente tan molesto y tóxico que estaba asfixiando a Seokjin.

Cuando la pareja se retiro, Jimin regreso su mirada hacia sus padres y sintió la cercanía de su esposo, quién de inmediato coloco su mano sobre su cintura y comenzó a dar leves caricias, tratando de tranquilizarlo, pues Jimin no debía alterarse bajo ninguna circunstancia.

- Nos enteramos que tendrás un cachorrito querido y debíamos felicitarte personalmente por darnos a nuestro primer nieto - Dijo la Reina.

- Así es hijo. Le decíamos al Rey Min, que seríamos muy felices si en un futuro no muy lejano, quieres darnos un segundo nieto que se pueda convertir en heredero de Busan - Los ojos de los padres de Jimin brillaban ante tal idea.

Pero Jimin sintió un revoltijo en su estómago, uno que le provocó náuseas y asco. ¿Qué exactamente le estaban insinuando sus padres? ¿Qué le den a un hijo suyo para criarlo como heredero de Busan?

- Deben haberse vuelto locos - Jimin río sin gracia alguna - Es mejor que se vayan de aquí ahora mismo, no los quiero cerca, ni de mi hermano y mucho menos de mi.

- Bueno - Eugene parecía tener un plan bajo la manga - Si nos permiten quedarnos dos días como máximo, te prometo que dejaremos a Seokjin en paz y tú sabes que tenemos todo el derecho a llevarlo con nosotros, pues ante el consejo, Seokjin sigue siendo nuestro heredero y como tal, debería estar en Busan y no siendo un prófugo y sobre todo, llevando a un bastardo en su vientre.

- Cuida tus palabras madre - Jimin se sentía molesto realmente - Mi sobrino no es ningún bastardo y mucho menos permitiré que se lo lleven de aquí. Sí quieren quedarse, adelante, pero solo será un día, tienen prohibido acercarse a mi hermano, amenazarlo o molestarlo, y en tu vida vuelvas a insinuar que debo darte a un hijo mío para que sea tu heredero. ¿Te quedó claro?

- Bien - Eungene parecía aceptar todo sin problema alguno - Como tú quieras querido, solo déjanos celebrar contigo está gran noticia.

Sín más, la mujer se dirigió al palacio, con toda la intención de instalarse en el castillo.

- Saben mejor que nadie, que si queremos podemos llevarnos a Seokjin, ¿No es así? - Joong-hoon hablo, obteniendo la atención de los Reyes líderes - Con el respeto que se merece Rey Min, pero usted sabe que esto puede provocar su destierro, ¿No es así? Por ocultar a mi primogénito y permitirle vivir su amorío con un don nadie.

- Si es así como lo piensa - Min parecía estar con mucha calma - Pero dígame usted Rey Park ¿Quién realmente vivirá una vergüenza? ¿Usted por aceptar que su primogénito tendrá un bastardo? ¿O yo por proteger la vida de una familia inocente?

Park Joong-hoon hizo puño sus manos ante el comentario del Rey Líder, pues aunque no quiera aceptarlo, este tiene razón. Él jamás quedará bien si acepta y divulga que su primogénito y heredero a la corona, tendrá un hijo con un ex guardia.

Mientras el Rey Min una vez más quedará como un héroe al proteger a dicha "familia" de las garras de las personas que solo quieren lastimarlos.

- Mañana antes del medio día los quiero fuera de mi palacio - Ordeno Jimin, antes de irse con su esposo y evitar que su madre siga provocando más desastres.

El Rey Park los observo irse y contuvo toda su irá. Elevó la vista hasta lo más alto de aquel castillo y soltó todo el aire que tenía retenido de la rabia. Sin embargo, una leve sonrisa se formó en su rostro, al recordar que de igual forma, su principal plan se mantenía en marcha, así que su hijo mayor era lo de menos en ese momento, cuando su queridísimo Jimin tenía más que una joya muy valiosa en su vientre, el cual les beneficiaria por muchas razones.

Su imperio podría volver a crecer, más rápido de lo imaginado.


Durante la cena, se podía sentir una tensión escalofriante e incómoda en la mesa.

Pues en esta, aún no se encontraban los Reyes líderes. Quienes llegarían un par de minutos después, siendo así, como únicamente se encontraban los Reyes de Busan, Seokjin, Namjoon, Jungkook y Taehyung.

- Vaya, de verdad me sorprende la poca inteligencia del Rey Min - Argumento Joong-hoon.

- No debería insultar a mi hermano en su ausencia señor Park - Dijo Jungkook.

- Rey Park - Corrigió el hombre - Y solamente digo la verdad, mira que además de permitir el absurdo amorío de mi hijo mayor con un miserable bueno para nada, también te permitió tener como pareja a un sirviente - El hombre río con gracia - Esto ni siquiera parece el Reino principal, parece un circo.

- Tenga mucho cuidado con lo que dice - Jungkook comenzaba a molestarse, ahora entendía el odio que Jimin siente hacia aquellas dos personas que se hacen llamar padres.

- Dime, ¿Qué crees que hará el consejo si se entera que el Príncipe Min se casará con un sirviente y no con una princesa de su clase? - Seguía lanzando veneno el hombre.

Mientras Eungene, sonreía ladino por las palabras de su esposo y Taehyung mantenía la mirada gacha, sin poder decir palabra alguna, pues en momentos como ese, odiaba su timidez y miedo.

- Basta padre - Seokjin intento interferir - No deberías meterte entre las decisiones de la familia Min.

- Tu callate y deja de llamarme padre. Maldito inútil, de verdad que me sorprende la poca clase que se siente en este lugar, esa una lastima y una vergüenza que la antigua sangre azul del linaje Min, se vea manchado así de fácil...

- Entonces eres consciente que el legado Min cambiará también por estar mezclada con nuestra sangre, ¿No es así padre? - Jimin entró, tomado de la mano de su esposo.

Los Park sintieron palidecer por un segundo ante la imponente entrada de su hijo menor.

Ellos aún no comprendían, ¿Cómo es que Jimin puede manejar tan bien un aura dominante y autoritaria? Cuando antes hasta levantar la mirada le era difícil.

- Nuestra sangre es de la realeza querido - Intervino Eugene, observando como Jimin y su esposo tomaban asiento en sus respectivos lugares.

- Claro - Jimin asintió pensando en sus palabras - Pero tú sabes perfectamente a lo que me refiero, ¿No es así?

Eugene frunció el ceño, así como también hizo puño sus manos bajo la mesa.

- Lo sabes Eugene - Jimin sonrió ladino - Lo comprendiste desde que me viste está tarde, específicamente... Mi sangre es la que cambiará la jerarquía Min y por eso te urge un segundo hijo mío, cuando ni siquiera el primero a nacido. ¿No?

La mujer se puso roja ante la rabia. Ella lo sabía perfectamente.

Park Eungene, sabía que Jimin posee sangre de la madre luna, que ella únicamente fue como una incubadora para Jimin, que la sangre azul que posee su segundo hijo es diferente al resto y que su don lo puede heredar fácilmente a sus hijos, que incluso puede mejorar, pues está casado con un Min, una de las familias más puras de los tiempos al haber sido una familia de Alfas durante años.

La mujer es consciente que Jimin posiblemente... Engendre Alfas de un linaje más puro, que el que ella alguna vez pudo tener.

La mirada de la Reina Park contra su hijo era intensa, con un Jimin mostrando una sonrisa ladina al comprender los planes de su madre.

En aquel comedor nadie entendía nada, únicamente Eugene, Jimin y Yoongi. Pues su esposo se encargó de explicarle todo antes de llegar al comedor.

- Ten cuidado Eugene, por qué ahora se perfectamente lo que un verdadero padre amoroso puede hacer por sus hijos. Y jamás permitiré que te acerques a él, ¿Te quedó claro?

- No se de qué hablas cariño - La mujer intento disimular - Sabes que no sería capaz de robarte tu felicidad.

- Claro, ya lo hiciste durante mis primeros 20 años, no puedes más. Así que déjate de estupideces, respeta a mi familia, que ellos merecen estar más en esos lugares que ustedes.

- Jimin, no permitiré que le hables así a tu madre - Intento interferir Joong-hoon.

- ¿Permitirme? - Jimin río con gracia - Estás bajo mi techo, mi hogar y mi Reino y soy yo quien no permito que le faltes al respeto a mi familia, así que si no desean que los corra en este mismo instante, es mejor que cierren la boca y nos dejen tomar la cena en paz.

Sin poder aguantar nada más, los Reyes de Busan, mantuvieron su boca cerrada, ahogándose en su propia rabia y odio.

Y dándose cuenta que Jimin tiene ahora mayor poder que antes, pues ni el Rey Min interfirió, solo sonrió ladino y apoyo en todo momento a su esposo.

Los líderes Min tienen poder y poco a poco, el mundo entero se dará cuenta de ello.

Solo quien desea morir se atreverá a meterse con los Reyes líderes. Y sobre todo... Cuando el Rey Omega se encuentra esperando a su primer cachorro.

¿Existirá alguien quien tiene ese deseo de muerte?

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¡Hola amigos!

¡Regrese!

Después de un largo tiempo y una larga espera, les traje un capítulo más. Con dificultades y lentamente pero logré escribirlo.

No puedo darles más excusas, pues ustedes saben mejor que nadie la cantidad de trabajo que tengo y la adultez me absorbe por completo. Pero ya se acerca diciembre y ese es mi mes de descanso.

Dónde podré escribir y aparecer con más frecuencia.🤗

Espero puedan disfrutar este capítulo.

Sin más que decir... ¡Nos leemos pronto mis chiquillos!


Bye💜


No olviden dejar su estrellita si les gusto el capítulo ⭐

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