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Jungkook había recibido información sobre la ubicación de So-Yeon.
El Alfa había iniciado su viaje para atrapar personalmente a la mujer lo antes posible. Necesitaba saber si sus palabras habían sido un engaño también, si le había dicho mentiras sobre Taehyung, él quería escucharlo de la propia mujer.
Solo así, estaría totalmente convencido de que cometió una equivocación.
Al llegar al lugar, detuvo abruptamente al caballo y bajo con elegancia. Los guardias que lo escoltaban lo guiaron hasta donde tenían aquella mujer.
Jungkook colocó su mano sobre la espada que cargaba en el cinturón de su vestimenta, con imponencia y una fuerte presencia, entro a la pequeña cabaña que se encontraba a las afueras de Daegu.
Una cabaña que se veía arruinada, deteriorada y como si estuviese abandonada desde hace un tiempo. Desde que puso un pie dentro de aquel pequeño lugar, pudo sentir el aroma de la mujer que lo engaño, le robó y huyó.
- Con que aquí estuviste todo el tiempo - Dijo el Alfa cuando entro.
- No creí que me encontrarias tan pronto - Gruñó la mujer, mientras se encontraba atada a una silla.
- Creíste mal. ¿En verdad estabas segura que lograrias huir con mi dinero y joyas? Si bien, casi lo logras, no fue así y te haré pagar por ello - Sentenció el príncipe Alfa.
- Eres un Alfa tonto después de todo - Escupió sin miedo alguno la mujer - Mira que logré lo que me propuse y aunque al final no pude completar mi plan, logré más de lo que creí - Río con diversión.
- ¿Ah sí? Y según tú. ¿Qué lograste?
- Logré que dejarás, humillaras y despreciaras a ese pobre sirviente insignificante. Creíste cada una de mis palabras, logré lo que tanto deseé desde que supe que eran destinados. Logré separarlos - Sonrió ladina la mujer.
El Alfa sintió su sangre congelarse al escuchar las palabras de Soyeon.
Hasta el último segundo, no creyó llegar a escuchar dichas palabras y lo que más temía. Sucedió.
- Dime de una buena vez - La furia de Min Jungkook comenzaba a palparse en el aire así como se podía sentir su fuerte aroma de molestia - ¿Todo lo que me dijiste de Taehyung era mentira? Realmente una miserable escoria como tú, logro mentirme y enredarme en su absurdo plan, ¿En verdad tuviste la osadía de lograr separarme de mi Omega destinado?
- Tu ex Omega destinado - Sonrió ladina y pronto sintió las fuertes manos del Alfa apresarla por el cuello.
- ¡Cállate maldición! - Gruñía con verdadera furia el Alfa.
Al fin comprendió que cometió un grave error al haber creído en las mentiras de una simple mujer. Una estúpida mujer que desde hacía muchos años antes le había hecho la vida imposible a Taehyung, ella fue la creadora de los primeros insultos, ofensas y humillaciones hacia el chico, cuando el mismo Jungkook comenzó a interesarse en él.
Soyeon había sido aquella Omega la cual pasaba día y noche haciendo miserable la vida de Tae y por la cual la mayoria de empleados desprecia. Aún Jungkook sabiendo todo ello, prefirió creer las mentiras de ella, prefirió creer que su Omega lo engañaba con Chanyeol, cuando jamás fue así.
Ahora que sabe la verdad por la misma boca de Soyeon, también sabe que se equivocó y que posiblemente sea demasiado tarde para intentar arreglar la situación.
Las fuertes manos del Alfa estaban asfixiando a Soyeon, la mujer intentaba forcejear o buscar aire, pero lo cierto era que no podía, pues sus manos se encontraban atadas y todos sus intentos serían en vano.
Lentamente, el príncipe Jungkook iba arrebatándole la vida aquella mujer que arruinó la suya. Aquella maldita mujer en quien creyó estúpidamente y logro destruir su felicidad junto al único amor de su vida.
Cuando Soyeon dejo de respirar y dejo aquel mundo, Jungkook alejo sus manos y no sintió ningún tipo de remordimiento.
- Ya saben que hacer - Fueron sus siguientes palabras.
Dió media vuelta y salió rápidamente de aquella cabaña, subió a su caballo y emprendió el largo recorrido hasta el Castillo, debía llegar lo más pronto posible e intentar hablar con Tae, solo esperaba que no sea demasiado tarde.
Demoro más de lo pensado, pues cuando entro al Castillo y bajo de su caballo lo más pronto que pudo, se encontró a Jackson, el guardia personal del Rey Min.
- Majestad - Se inclino el Alfa guardia.
- Hazte a un lado, necesito ver a Taehyung... - Intento pasar.
- Me temo que eso no será posible majestad. Está misma mañana hace una hora aproximadamente, los Reyes Min junto al sirviente personal del Rey Jimin, partieron del castillo e iniciaron su recorrido por los Reinos.
- ¿Qué...? - Jungkook se quedó estático - ¿Qué estás diciendo?
- El Rey Min me pidió que le diera esto - Le entrego un sobre - Y estás indicaciones - Le dió una lista.
El Príncipe Alfa tomo ambos papeles con manos temblorosas. Su lobo aullaba y le recriminaba, mientras que su corazón dolía por escuchar que su amado Tae se fue del Castillo y no lo vería en meses.
- Yo... Debo ir, seguiré a mi hermano, necesito hablar con Taehyung y...
- Lamento decirle esto príncipe Min. Pero las instrucciones específicas del Rey líder es que usted quedará a cargo del Reino durante los meses que dure el viaje y no puede salir o tomar otros compromisos por el momento usted está al mando y además... Tiene prohibido unirse al recorrido de los Reyes.
- ¿Qué demonios estás diciendo? ¿Por qué tendría prohibido unirme al viaje? - Gruño con evidente molestia.
- Esas fueron indicaciones específicas del Rey Jimin - Dijo Jackson - Lo demás que necesite saber, está en la carta que dejó el Rey Min para usted. Yo estaré una semana más aquí por si me necesita, luego tendré que unirme al viaje junto a los Reyes líderes.
Jackson se inclino ante Jungkook y luego se alejo lo suficiente, pero sin quitar la vista de Jungkook, pues teme que este intenté seguir a los Reyes y podría lograr alcanzarlos si quisiera, pues lo cierto era, que hace solo quince minutos habían partido del castillo los Reyes.
El Príncipe Alfa, comenzó a caminar sin darse cuenta hacía donde iba. Hasta que detuvo sus pasos frente al tan preciado quiosco de Jimin.
El Alfa menor lo observó y luego entro, sabiendo que estaría abierto para que los empleados limpien todos los días. Se encerró en el quiosco y se dejó caer en la silla mecedora de Jimin.
Empuñó los papeles entre sus manos y sabiendo que llegó tarde, que no tendría oportunidad y sobre todo que posiblemente no tendrá ninguna oportunidad de recuperar a su amado Tae. Bajo la mirada y comenzó a derramar lágrimas.
Eran lágrimas de culpa, de amargura, de dolor, de remordimiento, pues jamás creyó que con una mentira como la que le dió Soyeon, tan patética, caería.
No solo creyó en las mentiras de aquella mujer, también humilló a Tae y además... Lo engaño.
Aún si jamás fueron una pareja formal, aún si jamás pudieron consumar su amor de ninguna forma, ambos siempre supieron que son destinados.
Y Jungkook... Engaño a su destinado. En contra de la voluntad de su lobo, se metió con más de dos mujeres durante el tiempo que se alejo de Tae. Así que sí, Jungkook fue infiel y faltó a su palabra de amor hacia Taehyung.
¿Cómo esperar el perdón del único ser al que amas cuando fuiste un verdadero idiota?
Quizá jamás... La obtenga.
Las lágrimas caían sobre aquel sobre, sabiendo que quizá su hermano le diría que no se acerque a ellos durante el viaje, pues como el mismo Yoongi le dijo; estaba comentiendo un error y cuando se de cuenta sería demasiado tarde.
Con la poca voluntad que tenía, abrió el sobre y desde la primer palabra supo que aquella carta... Era de Taehyung para él.
Príncipe Jungkook. Lamento si le molesta o incómoda que le haya dejado una carta, si usted gusta no tiene que leerla, pero si la lee, espero que comprenda mi sentir.
Solo quiero decirle que acepto que perdí, acepto que no fuí suficiente y que jamás llegaremos a ser nada, ¿Por qué un príncipe como usted querría estar con un simple sirviente como yo?
Es lo más tonto que pensé antes, acepto que quizá en realidad jamás fuimos destinados, solo fue la atracción del momento, solo fue interés físico uno por el otro. Sí, acepto que me enamore profundamente, que quizá jamás amare, querré e idolatrare a nadie como a usted. Pero aún así, me equivoqué y lo que creí pudo funcionar jamás será así.
Me iré príncipe Jungkook. Así como usted me lo ordenó, iré al recorrido por los Reinos con sus Majestades, pero después de ello... No regresaré más al castillo, me iré algún otro Reino, lejos de usted para jamás incomodarlo o causarle molestias con mi presencia.
No creo poder vivir con el dolor de saber que al único Alfa que he amado en mi vida, me rechacé y deseé tenerme lejos. Así que cumpliré su deseo y espero que usted pronto pueda encontrar a su verdadero amor.
Lo dejo en libertad príncipe Jungkook y espero que olvide cualquier tipo de relación que haya existido entre nosotros. Deseo de todo corazón que encuentre su verdadera felicidad así... Cómo yo espero encontrar la mía.
Con amor, Kim Taehyung.
El Príncipe Alfa sintió que su corazón se rompía en mil pedazos, como quemaba y se destruía, mientras su lobo aullaba y le recriminaba lo tonto que fue al creer en una bola de idioteces y dejar ir al único Omega, al único ser que siempre lo amo y respeto de verdad.
Jungkook lo tuvo todo... Y lo perdió.
Después de cinco horas de viaje. Los Reyes comenzaron a sentir hambre, así que se detuvieron en un pueblo cerca del camino y los guardias se bajaron por comida para sus Majestades.
Taehyung se bajó con Chanyeol, el guardia se quedó afuera del carruaje, mientras el Omega fue con los demás guardias pues él si sabe los gustos de su majestad el Rey Jimin.
- ¿Crees que Jungkook ya sepa la verdad? - Pregunto Jimin a su esposo.
- Probablemente - Afirmó Min - Retuve el tiempo suficiente a esa mujer en aquella cabaña, ella solo debió decir lo necesario, para que Jungkook entendiera que se equivocó y que ella le mintió. Es que, ¿Cómo pudo ser tan imbécil para creer tal estupidez? - Dijo con molestia el Rey.
- Ella hizo todo lo que estuvo a su alcancé para separarlos y lo logro. Aunque Jungkook me decepciona, ¿Cómo pudo desconfiar del amor de Tae? - Gruño bajito.
- Es lamentable. También me siento culpable, ¿Sabes? - Suspiro Yoongi - Si los hubiese aceptado antes, quizá esto no tendría por qué haber llegado hasta este punto, pero yo no comprendía la unión entre destinados, así que no sabía o entendía el sentir de ellos dos. Hasta que llegaste tú.
- No puedo negarlo Yoon. También tienes un poco de culpa, lastima que cuando ya te diste cuenta de ello. Ellos ya se habían separado. Me duele mucho por Tae, él en verdad ama a Jungkook, puedo notar en sus ojitos que está muy lastimado, pero quizá esté alejamiento entre ellos funcione solo un poco para que puedan reparar sus corazones. Quizá cuando regresemos intenten hacer las pases.
- Tal vez. Esperemos que esto entre ellos no empeore cuando vuelvan a verse. Por qué pueden intentarlo otra vez o quizá, cada quien toque su camino.
- Solo el destino y la madre luna lo saben - Suspiro Jimin y se abrazo a su esposo.
El Omega Rey agradecía profundamente que su relación con Yoongi a pesar de los incontables baches o problemas en el camino, haya mejorado y ahora demuestren el verdadero amor que sienten uno por el otro.
Solo desea de todo corazón que Tae también encuentre su felicidad, ya sea con Jungkook o lejos de él.
Unos minutos después, los guardias y Tae llegaron con alimentos para sus Majestades y para ellos. Comieron tranquilamente y después de una hora, siguieron con su recorrido.
El viaje sería largo, pues el Reino de Seúl era uno de los más alejados de todos y demoraban casi el día completo para poder llegar. Así que el viaje sería agotador para los Reyes.
Durante el viaje, Jimin leyó algún libro, pero comenzaba a sentirse mareado por el movimiento del carruaje y la lectura de su libro con aquellas letras pequeñas no ayudaba, así que decidió descansar y durmió más de tres horas seguidas, aferrado al brazo de su esposo.
Yoongi lo cuidó en cada instante, velo su sueño y lo escuchaba cuando su pequeño esposo le contaba alguna anécdota. El Alfa líder al tener suficiente entrenamiento, podía resistir el permanecer despierto por largas horas, así que no le afectaba.
El viaje sería largo, pero definitivamente, valdría todo el cansancio.
Un nuevo día dió inicio.
Los carruajes con el emblema en tonos dorados y blancos se hizo presente en el Reino de Seúl.
Los Reyes esperaban por sus líderes en la entrada de su castillo.
Mientras que en el curruaje principal, se encontraba un asombrado Jimin, al no poder creer tal belleza de aquel lugar. Jamás en su vida había visto tantas flores coloridas, árboles verdes, jardines inmensos, el sol brillar desde muy temprano y un clima cálido entrando por las ventanillas. Aquello era un verdadero paraíso para Jimin.
Yoongi sonrió al ver a su amado esposo tan emocionado. Sabía que Jimin estaría encantado con todo aquello.
- Hemos llegado al Reino de Seúl mi cielo - Anuncio Min.
- Esto... Es un verdadero paraíso Yoon - Respondió con ojitos brillosos el menor.
- Lo es y estaremos aproximadamente un mes aquí. Así que podrás disfrutar de este clima cálido por un buen rato.
- ¿Un mes? - Pregunto un asombrado Jimin, cuando los carruajes se detuvieron.
- Un mes - Afirmó Min y Jimin sonrió.
El tiempo no era ningún problema. Jimin solo pensaba en que trataría de hacer feliz a su mejor amigo y tratar de sanar un corazón que él no rompió, pero se siente en la obligación de repararlo.
De pronto, su llegada fue anunciada. Los guardias que acompañaban a sus Majestades ya se encontraban fuera del carruaje y formando un pequeño camino, para que ellos puedan pasar.
- ¿Listo mi cielo? - Pregunto Yoongi.
- Listo Yoon - Afirmó el Omega.
Entonces la puerta del carruaje fue abierta y los Reyes líderes bajaron, primero el Alfa y este mismo ayudo a bajar a su amado esposo.
Cuando estuvieron uno al lado del otro, tomaron sus manos y comenzaron a caminar, dirigiéndose justo donde se encuentran los Reyes de Seul.
Jimin sonrió, pues por fin podía conocer a los Reyes de Seul.
El Alfa mostraba imponencia, pero un brillo, una sonrisa deslumbrate, sus ojitos eran cálidos y alegres, su cabello negro resaltaba entre su vestimenta blanca, se veía tan diferente a los Alfas que a conocido en toda su vida. Él... Es un Alfa diferente.
Mientras que la Reina. Se veía igual que su esposo, con una mirada alegre, estusiasta y brillante, su sonrisa suave y cálida hicieron sentir tranquilo a Jimin. Ella definitivamente es muy hermosa.
- Majestades - Se inclinaron los Reyes de Seul, saludando a sus líderes - Bienvenidos, es un honor tenerlos aquí.
- Rey Jung - Inclino la cabeza Yoongi - Gracias por recibirnos en su Reino.
Claramente la sorpresa se notó en la mirada del Rey Jung, pues él jamás había recibido un agradecimiento de parte del Rey Min, mucho menos una inclinación.
- Es un honor para nosotros - Respondió el Rey Jung, sin evitar su asombro.
Jimin sonrió, pues sabía el por qué de aquella reacción. Sabe que Yoongi siempre a sido un Alfa demandante, gruñón, poco respetuoso y amargado. Pero está cambiando, poco a poco, pero lo hace.
- Permítanme presentarles a mi esposo - Dijo Yoongi, dirigiendo su mirada a su Omega y cambiando de serio a cálido, sonrió levemente y Jimin le regreso la sonrisa - Él es mi esposo, Min Jimin - Presentó.
Entonces Jimin se sintió más enamorado de su Alfa. ¿Cómo es que ahora podía ser tan dulce y tierno con él en todo momento? Definitivamente el Omega ama más que nada a su esposo.
- Es un verdadero honor poder conocerlo Rey Min Jimin - Dijo el Rey Jung - Hemos escuchado mucho sobre usted, sobre todo de su belleza y vaya que los rumores no son una blasfemia.
- Gracias - Sonrió un cálido Jimin.
- Permítame presentarme. Soy el Rey de Seul, Jung Hoseok y ella es mi esposa Jung Heize.
Jimin mostró una corta inclinación hacía los Reyes, mostrando su respeto al estar en el castillo de los Reyes de Seul, ahí los Reyes Jung son los líderes y Jimin sabe que debe respetar eso.
Después de los saludos, cordialidades y presentaciones. Entraron al castillo, era temprano por la mañana y aunque Jimin se sentía agotado, no lo diría.
- Hemos preparó un banquete en su honor, si gustan podemos pasar al comedor y luego les mostrarán su habitación para que puedan descansar - Comento la Reina Heize.
- Se los agradecería mucho. Mi esposo se siente agotado y solo deseo que se alimente y descanse un poco - Mostró su preocupación el Rey líder.
- Por aquí, por favor - Indicó Heize.
Entraron al comedor y Jimin sintió el golpe del aroma exquisito a comida. Su estómago casi chillaba por tal delicia, pero se resistió, no quería pasar vergüenzas.
Taehyung siempre se mantenía tras sus Majestades los Reyes. Pues aunque también se sentía cansado, con hambre y mucho sueño, debía seguir de pie, resintiendo un poco más.
- TaeTae - Llamo Jimin y el Omega se acercó - Puedes irte a descansar, yo estaré bien, ¿Sí? Estoy con Yoon, no te preocupes.
- ¿Seguro mi Rey? - Pregunto Tae.
- Seguro. Ve tranquilo, tú también necesitas alimentarte y descansar.
El Omega sirviente sonrió suavemente a su Rey y se retiró. Primero fue en busca de un poco de comida y luego iría a descansar.
Mientras que en el comedor, un ambiente cómodo, pacífico y alegre estaba por iniciar, pues Jimin por fin conocería a más personas las cuales en un futuro, las llamaría... Amigos.
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¡Hola amigos!
¿Qué les pareció este capítulo?
Espero que haya sido de su total agrado, se que al inicio fue triste, pero Jungkook aprenderá de sus errores también.
¡Por fin apareció Hobi y Heize!
Vendrán capítulos tranquilos y bonitos, así que espero los disfruten y les den mucho amor.
Feliz cumpleaños a mi gatito bonito🥹
Te extraño Gigi. Felicidades en tu día💜🫶🏻🥳
Sin más que decir... ¡Nos leemos pronto chiquillos!
Bye💜
No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐
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